LA ADVERTENCIA DE MOYANO A MACRI.- “La
tremenda inflación que hemos sufrido en los últimos meses le saca un plato de
comida a la gente.
Esto tienen que entender muchos funcionarios y evidentemente los técnicos que
asesoran al Presidente no se dan cuenta o no han pasado nunca necesidad y esta
realidad.” Por si esa sola afirmación no fuera suficiente, el secretario general de la CGT Azopardo,
Hugo Moyano, dejó ayer otras definiciones que hablan a las claras de que su luna de miel con Mauricio Macri
parece llegar a su fin. “Estamos llamando a la reflexión al Gobierno, estamos
diciéndole ‘señores, no pueden seguir aplicando estas políticas perversas que
hacen tanto daño a los sectores menos pudientes’”, dijo también. El líder camionero
señaló que “la mayoría de los
funcionarios son CEO de empresas, gerentes que ven otra realidad de la que vive
la gente”, lo que lleva a que “estas
medidas sean mucho más graves de lo que podían ser”. Moyano afirmó que “había que
sincerar la economía, pero no de la forma tremenda en que lo están haciendo”
y le pidió a la administración macrista
que “entienda” los reclamos del sindicalismo porque “si no es inevitable que se tomen medidas para que los funcionarios
entiendan que esto no puede ser de la forma en que lo están haciendo”. “Si no
escuchan estos reclamos, después se verá”, remató Moyano, cuyo hijo Pablo
–quien conduce el sindicato de Camioneros– ya había marcado el jueves la distancia que hoy por hoy los
separa de Macri.
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POR LA UNIDAD DE ACCIÓN. El secretario general de la
Central de Trabajadores Argentinos (CTA) Autónoma, Pablo Micheli, advirtió que “vamos
camino a un conflicto social” y alentó la unidad de acción con las otras
cuatro centrales sindicales: “Estar unidos –remarcó– es el único camino frente
a los despidos y los tarifazos brutales que afectan el bolsillo de los
trabajadores”. El gremialista también recordó los incumplimientos de las
promesas de campaña de Mauricio Macri
y como ejemplos citó “la situación de los jubilados que tienen ingresos
miserables sin que se concrete el 82 por ciento móvil” y la “no mejora de las
escalas de Ganancias”. “Nosotros vimos lo
que iba a suceder, algunos otros compañeros no lo habían visto y lo están
viendo ahora, así que estamos unidos buscando respuestas y no vamos a abandonar
la calle en esta búsqueda”, agregó
Micheli y comentó que el movimiento obrero está “pensando en realizar
acciones sociales” junto con asociaciones de consumidores, como la prevista
para el próximo jueves, día en que desde esas entidades se convocó “a no
comprar ningún producto en los hipermercados con el fin de poner un freno a los
formadores de precios y demostrar al Gobierno que hay jornadas de protesta”. El titular de la CTA Autónoma también
recordó que para “el 15 de abril estamos pensando en una acción movilizatoria contra los despidos,
camino a otra acción que se hará antes de fines de abril”.
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ARGENTINA: “LA ÚNICA POLÍTICA QUE APLICÓ ES DE SHOCK”.
Juan Carlos Schmid habló de las medidas de Macri y de la Unificación de
las CGT.
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El dirigente de la
central sindical que lidera Hugo Moyano advierte que no ven que el Gobierno
tenga una herramienta para enfrentar la inflación y el desempleo. Sobre la
fusión de las CGT, dice que es “un trabajo lento” y destaca que “ahora tenemos
una agenda común”.
Página /12
domingo 3 de abril del 2016.
Julián Bruschtein
“Siempre se dijo `y para qué nos vamos a juntar, esto no tiene que ser un amontonamiento’, y ahora tenemos una agenda común. Lo que hay que ver es cuáles dirigentes encarnan mejor la defensa de esa agenda.” Con su cartera de mano marrón y el último número de Le Monde Diplomatique sobre la mesa, el secretario general de la poderosa Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), Juan Carlos Schmid, compartió con Página/12 la mirada de la CGT que encabeza el camionero Hugo Moyano en el camino hacia la fusión con las dos centrales hermanas. Además apuntó que “la caída del nivel de empleo en combinación con la persistencia de la inflación históricamente desemboca en una crisis política”, anticipando un panorama que la central obrera ya está observando y agregó que el macrismo “ya va por los 120 días de gobierno y la única política que desplegaron es de shock”. La marcha del 29 de abril “va a ser multitudinaria y vamos a hacer a mostrar nuestra agenda a la opinión pública y el Gobierno nacional”.
–Parece
haberse terminado la paciencia de la CGT con el gobierno de Mauricio Macri.
¿Esperaban otra política para los trabajadores?
–Yo
provengo de una CGT que ha cuestionado la marcha de la economía y el ejercicio
de la política de los últimos tres o cuatro años. Suelo decir que nosotros
siempre hemos mantenido esa posición. Indudablemente la situación se ha
agravado y tiende a agravarse. Los problemas que estaban presentes en la agenda
han recrudecido, en lugar de resolverse se han profundizado y esto también ha
hecho que muchas expresiones que acompañaban a la gestión anterior también
adviertan este peligro. Puede haber distintas miradas alrededor de todo esto,
pero lo cierto es que nosotros en todo caso hemos reafirmado nuestra voluntad
de poner sobre la mesa las cuestiones que están faltando en el país. El tema
inflacionario venía desde antes, ahora se agudizó. La caída del empleo no
estaba en el sector público pero no había creación de puestos de trabajo en el
sector privado. El crecimiento estaba detenido por más que hoy hay una
controversia de quienes dicen que creció o que no creció. Los problemas de
infraestructura estaban antes, ahora yo creo que se van a agudizar porque, por
más que aterricen la inversiones, el trabajo de reposición en energía salud y
educación es de largo plazo.
–¿Este
escenario político abonó el camino de la unidad de las tres CGT?
–Hemos
tenido una postura que indudablemente estamos llevando a cabo todos juntos y
esto es un hecho muy valioso, muy importante. Más importante que la foto del
miércoles (cuando se acercaron los cinco secretarios generales de las
organizaciones de trabajadores al Congreso) fue todo el tiempo que estuvimos,
cerca de tres horas y media, discutiendo con los diputados. Y esto no es un
ejercicio muy común en la alta dirigencia sindical, creemos que esto es muy
valioso.
–¿Es
decir que es un hecho que se pueda llegar a una sola CGT?
–En
realidad es un trabajo lento, complejo, de mucha paciencia que se inició hace
un año atrás y que desembocó en el encuentro del Castelar, de ahí el nombre del
grupo. De alguna manera empieza a madurar a partir de que en la CGT se juntaron
los diputados de extracción sindical y después estas tres expresiones del
sindicalismo que felizmente tuvieron una vinculación con las dos expresiones de
la CTA que estuvieron también en la Cámara de Diputados.
–Cada
vez que se tiene que elegir la conducción de la CGT su nombre aparece en el
listado...
–En
el peronismo tenemos una frase histórica: “Todos llevamos el bastón de mando en
la mochila”. Pero también es verdad que elegir secretario general en la
Argentina es más difícil que elegir al Papa. Acá lo importante primero es que
haya una reunificación porque por primera vez hay algo importante para
destacar: el “para qué”. Siempre se dijo “y para qué nos vamos a juntar, esto
no tiene que ser un amontonamiento”, y ahora tenemos una agenda común en la que
está el aumento de emergencia para los jubilados, la emergencia ocupacional, la
modificación del sistema tributario, que las asignaciones familiares sean de
carácter universal para todo el mundo, el cuestionamiento al protocolo de
seguridad y garantizar la ratificación del derecho de huelga que hoy está
siendo atacado en todo el mundo. Es una agenda concreta el para qué, por eso lo
que tenemos que discutir es cuáles dirigentes encarnan mejor la voluntad de que
esos reclamos sean llevados adelante.
–Mauricio
Macri ya lleva más de cuatro meses de gobierno. Siempre se habla de una tregua
de noventa días para dar tiempo a que muestren sus políticas. ¿Ya es hora?
–Bueno,
es verdad porque ya no son ni 30, ni 60, ni 90; ya va por los 120 días y la
política que desplegaron es de shock, no hay otro nombre. No hay compensaciones
frente a lo que está ocurriendo. Digo, está bien que siempre en los procesos
electorales se recurre a esta interpretación, pero la etapa social histórica
tiene otra cronología. Si los salarios ya no alcanzaban en el último trimestre
del año pasado, menos van a alcanzar ahora. Y esto no tiene nada que ver con la
última elección, el compañero no llega a fin de mes a parar la olla. Esta no es
una interpretación desde lo sindical, es desde el sentido común, si lo
entendieran de esta manera, la política se ejecutaría de otra forma.
–La
oleada de despidos parece no detenerse. ¿Qué evaluación hace la CGT?
–La
caída del nivel de empleo en combinación con la persistencia de la inflación
históricamente desemboca en una crisis política; esto no es de ahora, siempre
fue así. En la CGT no vemos señales que impliquen que va a haber un
instrumento, una herramienta o un sendero para enfrentar estas dos cuestiones.
Hubo una apuesta muy fuerte del Gobierno para romper la brecha cambiaria y para
darle ventajas a los grupos económicos, los grupos económicos no respondieron
con la misma moneda. Hubo una velocidad muy concreta para resolver estos dos
puntos que estaban en la campaña y una velocidad mínima para abordar los temas
sociales. Esto lo podemos sintetizar de esta manera: había una brecha
cambiaria, la resolvieron, pero la brecha social no.
–Por
lo que plantea, la brecha social se va a agudizar...
–En
vista de las perspectivas el trazado nos indica que vamos en ese camino.
–¿Cuál
es el camino de la CGT frente a esto?
–Me
parece que es el camino del sindicalismo más que el de la CGT solamente. Se
trata de combinar el pensamiento, la estrategia, nuestra identificación de los
graves problemas que vive hoy el país, junto con la acción. Por eso hay
prevista una movilización en vísperas del 1 de mayo, pero no solo para
conmemorar el 1 de mayo en términos tradicionales sino para que esta agenda que
ha surgido de los sindicatos sea puesta al frente de la opinión pública y
frente al Gobierno nacional.
–Ahora
que están en buenos términos, ¿se invitó a la CTA al acto?
–Todavía
no está muy claro, pero es probable que haya algunas conversaciones. Pero no
podría adelantar que se concrete.
–¿La
interna del Partido Justicialista (PJ) va a influir en este proceso que se está
dando en el sindicalismo?
–Creo
que el PJ está en ebullición. No me parece que esta fórmula que están buscando
de normalizarlo sin ahondar en los problemas más cercanos como la derrota
electoral ni cuántas miradas hay para el peronismo del siglo XXI, me parece que
eso no va a ser saldado. Y menos va a ser saldado si no hay una participación
abierta del movimiento sindical. Hay muchas expresiones que están afuera
todavía, yo diría que son mayoritarias.
–Moyano
se fue y no volvió a participar del PJ...
–Moyano,
los gremios del transporte tampoco, y todos estos son elementos muy
importantes.
–¿Falta
liderazgo en el PJ? Por un lado, hay sectores que están pidiendo que la ex
presidenta Cristina fernández de Kirchner y, por otro, tampoco hay figuras
importantes del peronismo que estén asumiendo ese rol.
–Frente
a un estilo tan concentrado en el poder que hubo durante el kirchnerismo, hay
que reformular quién ocupe ese vacío. Creo que en principio hay que asumir la
derrota, encontrar las vías de analizarlo sin que esto termine agrietando a
todo el peronismo, hacerlo con una madurez superadora porque estamos frente a otra
etapa. Hay muchos sectores, entre ellos estoy yo, que sostienen que se le
alfombró el camino para que aparezca esta expresión de la derecha en la
Argentina. En la medida que no se despeje esa incógnita es difícil que
encontremos una etapa superadora.
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