En Estados Unidos, la Casa Blanca condenó
ayer en los términos más enérgicos el ataque ocurrido en Daca y dijo que entre los
muertos hubo un ciudadano norteamericano. La virtual aspirante demócrata a la
presidencia, Hillary Clinton, condenó el atentado y subrayó que se trata de un
ataque contra todos, por lo que no hay que retroceder ante el miedo y el odio.
“Las
víctimas en Daca eran de todas partes, de Italia, de Japón, de la India, y, por
supuesto, de Bangladesh. Hemos sabido que al menos tres asistían a la universidad aquí en Estados Unidos, incluyendo un ciudadano estadounidense. Hoy,
decimos con una sola voz: esta campaña de miedo, odio y violencia no tendrá
éxito”, subrayó en un comunicado. “No
vamos a retroceder. No nos vamos a dar la espalda los unos a los otros. Estados
Unidos se mantiene firme con nuestros amigos y aliados en la lucha para
derrotar al Estado Islámico y al
jihadismo radical en todo el mundo. Nuestros pensamientos y oraciones están
con las víctimas, sus familias y el pueblo de Bangladesh”, agregó la aspirante
demócrata.
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Hasta cuando gente
inocente debe pagar los errores y ambiciones de los políticos y financieros,
banqueros, así como la violencia desalmada e inhumana de los terroristas.- Un herido
en el asalto al restaurante de Bangladesh que fue atacado por islamistas
radicales, un policía se desangra a la espera de atención médica.
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BANGLADESH: EL PEOR DESENLACE PARA
EL ATAQUE AL RESTAURANTE.
Tras doce horas de toma, mataron a veinte
rehenes y a seis terroristas en el local de Chefs Argentinos en Bangladesh.
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Un
total de 28 personas murieron en Daca, incluyendo a seis de los atacantes y a
dos policías fallecidos el viernes en el asalto inicial, que fue reivindicado
tanto por el Estado Islámico como por Al Qaida.
Página /12 domingo 3 de
julio del 2016.
El grupo de jihadistas
que atacó el viernes un restaurante de dos chefs argentinos en la capital de
Bangladesh asesinó a 20 rehenes, entre ellos nueve italianos y un
estadounidense, antes de que el Ejército irrumpiera ayer en el lugar y matara a
seis atacantes tras un cerco de 12 horas.
Un total de 28 personas
murieron en el ataque en Daca, incluyendo a seis de los atacantes y a dos
policías fallecidos el viernes en el asalto inicial al ataque, que fue
reivindicado tanto por el Estado Islámico (EI) como por la rama de Al Qaida en
el subcontinente indio. El único de los dos argentinos que se encontraba en el
lugar logró escapar ileso al inicio del ataque, saltando al vacío desde cuatro
metros de altura pero sobreviviendo de esta manera a lo que ayer describió como
una película de terror. La primera ministra del país, Sheikh Hasina, calificó
la toma de rehenes de ataque terrorista, pero no nombró a ninguna organización
como responsable. “No vamos a tolerar ningún acto terrorista en Bangladesh”,
declaró.
El ataque marcó una
dramática escalada en una campaña lanzada hace 18 meses por extremistas
islámicos que hasta ahora había estado dirigida mayormente contra individuos
que bregan por una forma de vida secular en este país musulmán y de 160
millones de habitantes. Los hechos comenzaron al atardecer cuando siete jóvenes
provistos de granadas, pistolas, rifles y machetes ingresaron al restaurante,
ubicado en la zona de la ciudad donde están las sedes diplomáticas. Una vez en
el lugar, ordenaron a todos los bangladesíes identificarse antes de comenzar a
matar a los que eran extranjeros o a los que no sabían recitar el Corán,
dijeron ayer fuentes de seguridad y testigos citados por los medios locales.
Numerosos contingentes
de diversos cuerpos de seguridad y tanquetas del Ejército se apostaron en torno
al restaurante poco después de iniciado el ataque, dando comienzo a un largo
sitio. Unas 12 horas después, efectivos del Ejército y de otras fuerzas
irrumpieron finalmente en el local con los primeros rayos de luz y, a las pocas
horas, la primera ministra comunicó a la nación que seis de los atacantes
habían muerto y que uno fue capturado con vida. Trece rehenes, incluidos
bangladesíes, el argentino y de otras nacionalidades como ceilandesa, india,
italiana y japonesa, escaparon o fueron liberados durante el operativo, que sin
embargo llegó demasiado tarde para otros 20 cautivos, acuchillados muchos de
ellos por los extremistas, explicó ayer en rueda de prensa el general Nayeem
Ashfaq, director de la operación. Lo hicieron tras comprobar quiénes sabían recitar
el Corán, de acuerdo con la versión del padre de uno de los bangladesíes
liberados que recoge el rotativo local The Daily Star.
“Algunos de los 20
rehenes muertos son bangladeshíes, otros son extranjeros. Hasta que la Policía
traiga los cadáveres y sean limpiados, no podrán ser identificados”, aseguró el
oficial Moahim, del Ejército. A las víctimas civiles y jihadistas se sumaron
dos mandos policiales, que murieron en las primeras horas en tiroteos con los
terroristas, y al menos otras 26 personas resultaron heridas, en su mayoría
agentes. “¿Qué tipo de musulmanes son que en vez de rezar realizan ese tipo de
actos?”, denunció la primera ministra Hasina tras varias horas de silencio
oficial sobre un ataque ocurrido en las postrimerías del mes sagrado islámico
del Ramadán.
En Estados Unidos, la
Casa Blanca condenó ayer en los términos más enérgicos el ataque ocurrido en
Daca y dijo que entre los muertos hubo un ciudadano norteamericano. La virtual
aspirante demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, condenó el atentado y
subrayó que se trata de un ataque contra todos, por lo que no hay que
retroceder ante el miedo y el odio. “Las víctimas en Daca eran de todas partes,
de Italia, de Japón, de la India, y, por supuesto, de Bangladesh. Hemos sabido
que al menos tres asistían a la universidad aquí en Estados Unidos, incluyendo
un ciudadano estadounidense. Hoy, decimos con una sola voz: esta campaña de
miedo, odio y violencia no tendrá éxito”, subrayó en un comunicado. “No vamos a
retroceder. No nos vamos a dar la espalda los unos a los otros. Estados Unidos
se mantiene firme con nuestros amigos y aliados en la lucha para derrotar al
Estado Islámico y al jihadismo radical en todo el mundo. Nuestros pensamientos
y oraciones están con las víctimas, sus familias y el pueblo de Bangladesh”,
agregó la aspirante demócrata.
En Italia, la
Cancillería comunicó que nueve italianos fallecieron en el ataque, sobre un
total de 11 que había en el restaurante. Además, siete japoneses y un indio
también murieron, dijeron los gobiernos de sus respectivos países. El viernes,
la Cancillería argentina condenó el ataque y expresó su solidaridad hacia el
gobierno y el pueblo de Bangladesh, en especial hacia los familiares de las
víctimas. Por su lado, el Consejo de Seguridad de la ONU condenó enérgicamente
en un comunicado el atroz y cobarde ataque terrorista. El organismo reafirmó en
un documento que el terrorismo constituye una de las amenazas más graves a la
paz y la seguridad internacional. Mediante un comunicado difundido por su portavoz,
el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, condenó el ataque y manifestó
esperanza de que los responsables de este crimen sean identificados y llevados
ante la justicia.
Inmerso
en una ola de atentados selectivos de corte islamista desde 2013, Bangladesh no
sufría grandes ataques extremistas desde la pasada década, aunque fuentes
diplomáticas y expertos de seguridad habían alertado de la probabilidad de una
acción coordinada de este estilo ante la deriva extremista. Las agresiones
selectivas, generalmente a machetazos, se intensificaron en 2015 y han
provocado la muerte de más de 40 personas en los últimos tres años, entre ellas
fieles de minorías religiosas, seguidores de sectas no adscritas a la rama
ortodoxa sunnita, activistas homosexuales, pensadores laicos o extranjeros. Algunas acciones
han sido reivindicadas por el EI y otras por Al Qaeda, si bien las autoridades
responsabilizan a grupos autóctonos.
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