ALVIN TOFFLER (Nueva York, 3 de octubre
de 1928-Los Ángeles,
27 de junio
de 20161 ) fue un escritor y futurista
estadounidense,
doctorado en Letras, Leyes y Ciencia, conocido por sus discusiones acerca de la
revolución digital, la revolución de las comunicaciones y la singularidad tecnológica. Sus primeros
trabajos están enfocados a la tecnología
y su impacto (a través de efectos como la sobrecarga informativa). Más tarde se centró en examinar la reacción
de la sociedad
y los cambios que ésta sufre. Sus últimos trabajos han abordado el estudio
del poder creciente del armamento militar del siglo XXI,
las armas y la proliferación de la tecnología
y el capitalismo.
Entre sus publicaciones más famosas destacan La revolución de la riqueza, El cambio de poder, El shock del futuro y La tercera
ola. Estaba casado con ………, también escritora y futurista,
con quien residió en Bel Air, Los Ángeles.
Toffler explicaba: «La sociedad necesita
personas que se ocupen de los ancianos y que sepan cómo ser compasivos y
honestos. La sociedad necesita gente que trabaje en los hospitales.
La sociedad necesita todo tipo de habilidades que no son sólo cognitivas, son
emocionales, son afectivas. No podemos montar la sociedad sobre datos». Se
le suele atribuir la frase: «Los analfabetos del siglo XXI no serán aquellos
que no sepan leer y escribir, sino aquellos que no sepan aprender, desaprender
y reaprender.» Esta idea, sin embargo, es de Herbert Gerjuoy, citada por
Toffler en El shock del futuro.
La Tercera Ola.- En su libro La
tercera ola, Toffler introduce un concepto de ola que engloba todas las
consecuencias biológicas, psicológicas, sociales y económicas que se derivan de
cada una de las civilizaciones verdaderamente distintivas.
Dentro de estas
civilizaciones describe:
- La primera ola como la revolución
agrícola. Una civilización basada en el autoabastecimiento que origina
toda una ola de consecuencias culturales. Dura miles de años.
- La segunda ola como la revolución
industrial. Una civilización que escinde la figura del productor de la del
consumidor. Las consecuencias culturales son la uniformización, la
especialización, la sincronización, la concentración, la maximización y la
centralización. El poder en esta segunda ola es ostentado por los que
llama "integradores", que son aquellos que se ocupan de
coordinar y optimizar los procesos de producción. En todas las sociedades
en las que predomine la segunda ola, surgen de forma natural la burocracia
y las corporaciones.
- La tercera ola es la sociedad post-industrial. Toffler
agrega que, desde fines de la década de 1950, la mayoría de los países se
han alejado del estilo de sociedad de "segunda ola", tendiendo
hacia sociedades "tercera ola". Acuñó numerosos términos para
describir este fenómeno y cita otros como Era de la información creados por
otros pensadores.
En una simplificación de la
historia de la humanidad, sitúa en el centro de la evolución de cada sociedad
la coexistencia y el reemplazamiento entre "olas".
“Un
analfabeto será aquel que no sepa dónde ir a buscar la información que requiere
en un momento dado para resolver una problemática concreta. La persona formada
no lo será a base de conocimientos inamovibles que posea en su mente, sino en
función de sus capacidades para conocer lo que precise en cada momento
».Alvin Toffler (La tercera ola).
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ALVIN TOFFER Y LAS HUELLAS DEL FUTURO.
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Hugo
Salinas.
ALAI.- jueves 30 de junio del 2016.
En mi
rodar por el mundo, en los años 80 conocí a Alvin Toffler. Además de que fue
apasionante el encuentro, marchábamos en la misma dirección. Fueron días y
noches de infatigables caminatas tratando de entender a dónde nos conducía esta
senda que se perdía en el horizonte.
Comparto con ustedes dos frases que lo pintan de cuerpo
entero. Alvin Toffler me decía, “la pregunta correcta es generalmente más
importante que la respuesta correcta.” Un investigador no se preocupa tanto en
los resultados de investigaciones correctamente realizadas, sino en formular la
pregunta correcta que le conducirá a resolver el enigma que le quita el sueño.
Para el
investigador es un logro esencial llegar a formular, a través de una serie de
aproximaciones, la pregunta correcta para resolver un problema concreto. Y este
afán de escudriñar el futuro, como en el caso de Toffler, no ha sido nunca una
simple curiosidad.
“En una época de cambios explosivos, me decía, ampliar y
profundizar sobre las cuestiones del futuro no es únicamente una cuestión de
curiosidad intelectual. Es una cuestión de supervivencia.” Así es, ahí tenemos,
por ejemplo, al cambio climático que, por no formular la pregunta correcta, la
Humanidad se está jugando su futuro.
Luego,
como si tuviera el hábito de hablar para sí mismo, dijo: “los economistas del
oeste toman al mercado como una realidad puramente capitalista, y a menudo
se usa el término como si fuera sinónimo de un ‘fenómeno hecho solamente para
hacer ganancias’ […]. Pero el mercado, hablando correctamente, es como una
central telefónica, un centro de distribución a través del cual los bienes y
servicios, como si fueran mensajes, son orientados a sus correctas
destinaciones. No tiene nada que ver con la noción de capitalismo.”
De esta
forma, me dejó abierto el camino para lo que buscaba: una correcta
interpretación de la economía. A partir de este momento pude establecer que, la
actividad socio-económica tiene dos elementos. Por un lado, el proceso
de trabajo mediante el cual se produce y distribuye (mediante el
mercado) los bienes económicos y, por otro lado, la decisión socio-económica
que precisa el tipo de repartición del resultado de la actividad económica. Es
decir, el “mercado” es solamente un elemento del proceso del trabajo. No hay
por qué mezclar lo con la repartición del resultado de la actividad económica.
En el
curso de nuestra conversación, mi cerebro ya iba elaborando lo que luego sería
la Teoría de los Procesos de Trabajo. Porque con toda claridad
me describió el nuevo proceso de trabajo que la Humanidad está en curso de
elaboración: el Proceso de Trabajo de Concepción.
Lo que me puso en la pista de la nueva forma de trabajar que
la Humanidad está construyendo es esta frase: “Los conocimientos […] es el
elemento central de la economía de la Tercera Ola” Pero, ¿qué es la Tercera
Ola?, le pregunté.
El
cerebro humano, me dijo, encierra dos memorias. Una es estrictamente personal,
y la otra es social. Al morir las personas, las dos memorias desaparecen. Pero,
en cierto momento de la historia humana, la memoria social logra salir del
cráneo de las personas y se expande, deja huellas, se materializa. El resultado
es un gran avance en la literatura, los medios de comunicación, la cartografía
terrestre por medio satelital, etc. Esta es la Segunda Ola de la memoria
social. Pero llegado el momento, estas formas de expresión de la memoria social
cobran vida al interactuar. Es la Tercera Ola.
“El paso a la memoria
social de la Tercera Ola, sin embargo, es mucho más que cuantitativo. Le
estamos también dando vida a nuestra memoria social. Lo que hace el salto a la
Tercera Ola es una situación histórica sin precedentes: hace que la memoria
social sea, al mismo tiempo, extensiva y activa. Y esta combinación muestra ser
creativa.”
Con ello,
la noción del Proceso de Trabajo de Concepción había nacido. Es una forma de
trabajar en donde los conocimientos actúan sobre conocimientos y generan nuevos
conocimientos. Es la memoria en sus diferentes estados e interacciones. Además,
la memoria social de la Tercera Ola no son simplemente conocimientos. Es el
elemento central de la nueva forma de trabajar, así como la máquina lo fue de
la revolución industrial, o la tierra cultivable de la agricultura primaria.
Con este nuevo proceso de trabajo, la Humanidad está ingresando con toda su
fuerza a lo que ahora se conoce como la economía inmaterial.
Y esta parte de nuestra conversación lo cierra con esta
sentencia: “en vez de encontrarnos en el fin de la historia, estamos al final
de la pre-historia.” Así es, estamos dejando atrás la pre-historia de la
actividad económica, la economía que produce solamente bienes materiales, para
ingresar a la economía inmaterial, la economía de los conocimientos, como forma
de trabajar y crear bienes económicos.
Gracias Alvin Toffler, mi compañero de ruta, descansa en paz.
Lima,
30 de junio del 2016.
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