El kirchnerismo, el
peronismo y una amplia izquierda social se encuentran en una encrucijada. Hoy,
en esta fase defensiva, donde el gobierno avanza en distintos planos, donde hay
una estrategia con logros significativos de estigmatización de los doce años y
de todo el kirchnerismo, el mayor de todos los errores es entrar en el juego
que propone el macrismo. El triunfo más extraordinario de la estigmatización es
lograr que la respuesta consista en sectarismo. Si no se comprende esta
operación, se estará colaborando inmensamente con la estrategia macrista. Las
discusiones acerca del pasado generan divisiones al interior del campo
progresista y popular. Debemos plantear con absoluta claridad: estamos en
contra de todos los corruptos y a favor de todos los derechos. Si llega a haber
alguna división, que no sea por debates sobre el pasado. Que sea por la orientación
política necesaria para el presente.
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ARGENTINA: POR UNA CONVERGENCIA CONTRA EL
NEOLIBERALISMO.
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Alejandro Grimson.
Página /12 jueves 21 de julio del 2016.
En este momento grave
para la Argentina, donde el gobierno ajusta derechos, es necesario convocar a
la formación de una amplia convergencia social, cultural y política contra el
neoliberalismo. Sin embargo, hoy no existe en el país ninguna fuerza política capaz,
por sí sola, de articular el heterogéneo espacio social que sufre las
consecuencias de este avance de la derecha en el plano económico, social y
cultural.
El kirchnerismo, el
peronismo y una amplia izquierda social se encuentran en una encrucijada. Hoy,
en esta fase defensiva, donde el gobierno avanza en distintos planos, donde hay
una estrategia con logros significativos de estigmatización de los doce años y
de todo el kirchnerismo, el mayor de todos los errores es entrar en el juego
que propone el macrismo. El triunfo más extraordinario de la estigmatización es
lograr que la respuesta consista en sectarismo. Si no se comprende esta
operación, se estará colaborando inmensamente con la estrategia macrista. Las
discusiones acerca del pasado generan divisiones al interior del campo
progresista y popular. Debemos plantear con absoluta claridad: estamos en
contra de todos los corruptos y a favor de todos los derechos. Si llega a haber
alguna división, que no sea por debates sobre el pasado. Que sea por la orientación
política necesaria para el presente.
La salida de este
laberinto es que todo el énfasis recaiga en las necesidades inmediatas del
pueblo argentino y en hacer política para defender derechos. Unir a todos los
sectores sociales y políticos, lo cual implica que nadie tiene asegurada la
conducción de esos procesos. Traducir la unidad contra las medidas económicas y
contra el ajuste de cuentas social y cultural en una articulación contra el
modelo neoliberal, en una amplia confluencia política.
¿Cuál es el obstáculo
para constituir este frente? Esa necesidad que se hace patente en los
conflictos contra el ajuste, en las luchas sociales y culturales, no tiene un
conjunto de dirigentes que puedan sentarse en una mesa y acordarlo. Primero,
porque todavía hoy las tensiones de pasado tienen un peso excesivo para las
necesidades del presente. Segundo, porque un frente de este tipo implica un
acto de generosidad de parte de todos, dejando en un segundo plano la cuestión
de los protagonismos. Tercero, porque quizás los principales referentes de esa
convergencia contra el neoliberalismo requiera de nuevos protagonistas. Es
necesario que actores sociales y culturales diversos estén dispuestos a dar el
paso que el país necesita. Dirigentes sociales y culturales, personalidades de
la ciencia y la cultura, articulando movimientos sociales, sindicatos,
dirigentes y militantes políticos.
Es una convergencia que
habrá que construir de abajo hacia arriba. Una construcción de unidad en cada
una de las luchas por todos los derechos. Y una expresión política de esa
convergencia, donde tienen que estar invitados todos los sectores. Con
excepción de aquellos que prefieran contribuir al juego que propone el
gobierno.
Hay ciertas condiciones
necesarias para que esa confluencia sea exitosa. Primero, se trata de hacer
política en diálogo y ofreciendo respuestas a los problemas concretos de los
trabajadores, los sectores medios, las Pyme, los barrios, los clubes sociales,
los centros culturales, los vecinos. A través de articular modos efectivos para
defender derechos, conquistas y resolver problemas, se construye una oposición
a las medidas neoliberales y a cualquier variante del modelo neoliberal. En ese
proceso se elaboran propuestas, ideas, leyes, programas viables, efectivos, creíbles
en función de un único criterio: mejorar la vida de la mayoría de los
argentinos en el corto y largo plazo. Apuntar a una sociedad más igualitaria,
más participativa, más democrática. Con una fuerte vocación de construcción de
mayoría.
Segundo, tienen cabida
en la confluencia todas las tradiciones, ideologías e identidades políticas que
concuerden en oponerse al avance neoliberal. Todas las fuerzas deben aceptar
que lo prioritario es defender los derechos. En ese sentido las
reivindicaciones de cada sector o partido o líder resultan claramente
secundarios. Quienes prioricen sus intereses por encima de la defensa de los
derechos claramente estarán trabajando en favor del avance neoliberal.
Tercero, es necesario
crear mecanismos participativos y democráticos. Hay un agotamiento de los
mecanismos verticales, con mayor agudeza en una etapa defensiva. La confluencia plural antineoliberal será
democrática o no será nada.
* Doctor en Antropología por la Universidad
de Brasilia.
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