DÍA
NACIONAL DE LA INFAMIA.- Luego de otra maratónica sesión en el pleno del
Senado –la previsión era que los discursos terminasen alrededor de las dos y
media de esta mañana, luego de más de quince horas– hoy se votará la
destitución de Dilma Rousseff.
Al final de la tarde de
ayer los aliados de Michel Temer aseguraban ya haber alcanzado los 54 votos
necesarios para liquidar un mandato obtenido gracias a 54 millones 508 mil
votos populares. Y es con esos votos de los senadores, al cabo de un juicio parlamentario
que en ningún momento se pudo demostrar que Dilma Rousseff haya cometido los
crímenes de responsabilidad previstos en la Constitución, que Michel Temer
asume la presidencia efectiva del país que abriga 206 millones de habitantes,
de los cuales poco más de 110 millones son electores. Ningún otro mandatario,
excepto los generales de la dictadura, alcanzó la presidencia de manera tan
infame como Michel Temer. El asume el sillón presidencial, donde pretende
mantenerse hasta el día 31 de diciembre de 2018, gracias a una traición
sedimentada por su alianza con los derrotados en las cuatro últimas elecciones
democráticas. Una traición que solo resultó gracias a la acción imprescindible
de un socio incómodo, Eduardo Cunha, símbolo más luminoso de una constelación
de corruptos que ahora gravita alrededor de un presidente que, pese a ser
ungido por el Senado, sigue y seguirá, moralmente, ilegítimo. A estas alturas,
está claro de toda claridad que la era de gobiernos de fuerte compromiso social
está liquidada. Transformado en presidente efectivo, Michel Temer podrá empezar
a implantar una política de tierra arrasada, que significará un retroceso que
hasta hace algunos meses sería considerado imposible. Si logra implantar la
mitad de las medidas ya anunciadas –nada más que la mitad– el Brasil que
surgirá es tenebroso.
Ni en sus peores
pesadillas el país previó lo que pasará a vivir a partir de este miércoles, 31
de agosto de 2016. El día nacional de la infamia. El día nacional de la alegría
de los infames.
Lo que los brasileños
han visto a lo largo de los últimos cinco días ha sido la inútil batalla de un
puñado de senadores (ni todos del PT de Dilma Rousseff, conviene recordar: dos
de los más combativos defensores de su mandato integran el mismo PMDB del
golpista Michel Temer y asemejados) frente al contingente de colegas que, aun
admitiendo dudas sobre la existencia de los crímenes de responsabilidad
previstos como causa única constitucional para destituir la presidenta, optaron
por condenarla por su mala gestión. En Brasil se vive –o al menos se supone– el
régimen presidencialista. Imponer una medida típica del parlamentarismo no está
previsto en la Constitución. Y a eso, se llama golpe institucional.
La trama vergonzosa
contó con la complicidad de funcionarios públicos –un fiscal y un auditor del
Tribunal de Cuentas de la Unión– que falsearon pruebas contra Dilma (ambos
fueron denunciados ayer en las cortes superiores). Contó con el poder de
chantaje del entonces presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha. Con
la interferencia ilegítima e ilegal del Ministerio Público y con las acciones
politizadas de miembros de la fiscalía que, ¿cómo no?, habían defendido
activamente la candidatura derrotada de Aécio Neves en 2014. Con la obsesión
persecutoria de un juez provinciano de primera instancia, Sergio Moro, contra
Lula y el PT. Y, parte esencial, con la fuerza unísona de los medios
hegemónicos de comunicación.
La lista es inmensa y
repetitiva. En el fondo, como bien recordó en su pronunciamiento la senadora
Regina Souza, de la miserable provincia de Piauí, todo no pasó de la batalla
entre la Bolsa Familia, principal programa social de los últimos trece años, y
la Bolsa de Valores. Y, como siempre, el vencedor ya estaba cantado desde
siempre.
Sin embargo, no todas
serán rosas en el camino de Michel Temer: contra él tramita en el Tribunal
Superior Electoral una acción judicial que pide la impugnación de su mandato.
Fue propuesta por el PSDB, ahora su principal socio y vigilante.
Originalmente, los
derrotados denunciaban irregularidades en las cuentas de Dilma Rousseff y su
candidato a vice. Destituida Dilma, Temer pasa a ser el único reo en la causa.
El ahora presidente
pidió que las cuentas de campaña fuesen analizadas en separado. La legislación
no permite: al fin y al cabo, nadie votó solamente en Temer.
La causa será decidida a
principios de 2017. Juristas dicen que, si son respetadas las leyes, son
ínfimas las chances de que Michel Temer no sea condenado. ¿Alguien cree que se
hará justicia?
Si pierde el mandato conquistado a base de la farsa
jurídica llevada a cabo a lo largo de 112 días, Temer será sucedido por alguno
de los integrantes del Congreso, elegido por sus pares. A juzgar por el nivel
moral, intelectual y ético de la actual legislatura, será como sepultar de una
vez el futuro. Eric Nepomuceno. Página /12.
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El Senado
brasileño delibera en la audiencia previa a la votación del juicio político. 54 Senadores hoy consuma el golpe de estado contra la Democracia. La mafia corrupta de la triple alianza, salió "victoriosa".
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HOY SE CONSUMA EL GOLPE
PARLAMENTARIO EN BRASIL.
El Senado escuchó ayer por última vez los
argumentos de la defensa y se preparaba para Votar la Destitución de Dilma.
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En sus
últimas intervenciones, la parte acusadora y la defensa no aportaron nada
nuevo. Mientras tanto, en las calles los movimientos sociales bloquearon
accesos en San Pablo con quema de neumáticos bajo la consigna “Fuera Temer”.
Página
/12 miércoles 31 de agosto del 2016.
El Senado brasileño
escuchó por última vez ayer los argumentos de la defensa y la acusación en el
juicio político contra la presidenta Dilma Rousseff. Ahora se apresta a dictar
la sentencia definitiva, prevista para hoy. Mientras tanto, en las calles los
movimientos sociales bloquearon accesos en San Pablo con quema de neumáticos
con la consigna “Fuera Temer”.
En sus últimas
intervenciones, la parte acusadora y la defensa no aportaron nada nuevo,
reiteraron alegatos esgrimidos a lo largo del proceso. Tampoco parecieron
convencer a unos senadores que, en su mayoría, dicen tener ya una opinión
formada y que según sondeos que publicó la prensa local, decididamente
favorable a la destitución. La presidenta, suspendida de sus funciones desde
que se instauró el proceso, el pasado 12 de mayo, responde por la emisión de
tres decretos que alteraron los presupuestos sin la venia del Congreso y
atrasos en depósitos en la banca pública que generaron costosos intereses y se
configuraron como créditos, según la acusación.
Tomó primero la palabra
la abogada de la acusación, Janaina Paschoal, quien consideró probados todos
los cargos contra la mandataria y exigió al Senado su destitución. “El fraude
está comprobado y los senadores no pueden votar al margen de esa realidad”,
declaró Paschoal, quien dijo apoyarse en declaraciones de los testigos
escuchados, las “voluminosas pruebas” presentadas por la acusación y los
propios balances del Estado, en los que sostuvo que se reflejan todas las
irregularidades.
Paschoal también
respondió con vehemencia a la tesis del golpe esgrimida por Rousseff y su
defensa para descalificar al proceso. “Nada ha sido hecho fuera de la
legalidad. Es un proceso que es del pueblo, de cada uno de los brasileños que
se manifestó en las calles contra Rousseff”, indicó en alusión a las
multitudinarias protestas que ocurrieron durante el año pasado, en las que
llegaron a participar casi cuatro millones de personas.
Por su parte, el abogado
defensor, José Eduardo Cardozo, le respondió indignado a Paschoal, durante su
alegato de defensa. Cardozo, ex ministro de Justicia y ex Abogado General de la
Unión del gobierno de Rousseff insistió en que se habrá consumado un golpe si
Rousseff fuera condenada y culpó de esa conspiración a una elite política y
económica. En un encendido discurso, Cardozo sostuvo que las acusaciones son
tan técnicas, tan sofisticadas y tan confusas, que la enorme mayoría de los
brasileños no entiende de qué la acusan. “El pueblo que eligió a la presidenta
no sabe el delito por el cual puede ser condenada y expulsada del cargo”,
sostuvo.
Según el abogado,
Rousseff fue acusada porque fue reelegida en 2014 afrontando los intereses de
aquellos poderosos que querían cambiar el rumbo de Brasil y porque facilitó las
investigaciones sobre corrupción. Cardozo afirmó: “Los derrotados de 2014 se
confabularon con los sectores económicos y entonces decidieron destituir a una
mujer incómoda construyendo la tesis de una irregularidades que no son, que no
existen y que no han sido probadas”. “Pido a Dios que si ella fuera condenada,
un día un ministro de Justicia le pida disculpas. A ella, si estuviera viva, o
a sus nietos, si ya hubiera fallecido. Pero que sea, para que la Historia honre
a esta mujer”, concluyó el abogado con emoción su alegato. Palabras similares
expresó después ante los periodistas, en los que reiteró, pero sollozando, que
“la Historia deberá pedir perdón”.
Tras las últimas
exposiciones de la defensa y la acusación, le tocó el turno a los 81 senadores,
que podían tomar la palabra durante diez minutos. Según estableció el
presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lewandowski, quien dirige la sesión
como garante constitucional del proceso, hubo entonces un receso hasta hoy, que
será dictada sentencia. Para que Rousseff sea desalojada de la Presidencia será
necesario que así lo decida una mayoría calificada de 54 votos, que equivalen a
dos tercios de los escaños. El resultado se conocerá de inmediato y, una vez
proclamado por el presidente del Supremo, Rousseff estará fuera del poder o,
por el contrario, si fuera absuelta, recuperaría el cargo y relegaría otra vez
a la vicepresidencia al presidente interino, Michel Temer.
Si Rousseff es
destituida, será el fin de 13 años del gobierno de los Partido de los
Trabajadores (PT), que había llegado al poder en 2003 con Luiz Inácio Lula da
Silva, que impulsó reformas sociales innovadoras y motorizó el ascenso social,
pero la fuerza de izquierdas se transformó en ejes de escándalos de corrupción,
como el Petrolao. El vicepresidente en ejercicio, Temer, del Partido del
Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), negoció hasta ultimo momento con
senadores para que no haya sorpresas, ya que el interino espera que haya 60
votos, 6 más de los 54 necesarios.
Por otro lado, el ex
presidente Luiz Inácio Lula da Silva hizo los últimos intentos, durante un
almuerzo de trabajo con Rousseff, con llamadas a senadores, para convencerlos
de cambiar el voto, teniendo en cuenta que a inicios de agosto el Senado acogió
la denuncia con 59 votos contra 21, un resultado del cual se espera algo
parecido.
Si Temer es confirmado,
será la tercer vez que el PMDB ostente la jefatura del Estado, aunque nunca lo
hizo por el voto directo: la fuerza, que domina el Congreso desde 1985, eligió
a José Sarney por la vía parlamentaria tras la dictadura militar y gobernó con
Itamar Franco entre 1992 y 1995, siendo este vicepresidente del renunciante
Fernando Collor de Mello. Rousseff, de 68 años, defendió el lunes su biografía,
su pasado de presa política por luchar contra la dictadura y clamó su inocencia
por los delitos de responsabilidad que se le atribuyen: tres decretos para
redistribuir el presupuesto y las llamadas “pedaleadas fiscales” para usar
dinero de los bancos públicos y subsidiar el plan agrícola 2015.
Mientras
el PT y sus aliados denuncian un golpe parlamentario, la base de Temer,
encabezada por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Aecio
Neves, derrotado por Rousseff en 2014, ya cantaba victoria por anticipado en los corredores del
Senado y remarcaba que el juicio político es un proceso constitucional.
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