Black Lives Matter [Las vidas de las personas negras importan]
es un movimiento nacido en 2012 en Estados Unidos a raíz de la absolución del policía
que asesinó a sangre fría al joven negro
de 17 años Trayvon Martin, el primero de una serie de asesinatos a sangre
fría de personas negras por parte de la policía estadounidense en los últimos
años. Este movimiento lucha contra la violencia y el racismo sistemáticos hacia
las personas negras, en especial la brutalidad policial y el racismo del
sistema judicial estadounidense.
El presidente de EEUU, Barack Obama, defendió hoy que el movimiento "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan") plantea un problema "real" que el país tiene que "tomar en serio", y abogó por reformar el sistema de justicia criminal sin dejarse "cegar por el miedo".
"La comunidad afroamericana no se está
inventando esto. Es algo real, hay un problema detrás del que tenemos que
hablar", dijo Obama en un foro sobre justicia criminal organizado en la
Casa Blanca.
El mandatario defendió así el movimiento "Black
Lives Matter", surgido a raíz de la muerte de varios jóvenes negros
desarmados a manos de policías en los últimos años. Obama lamentó que mucha
gente haya tachado ese movimiento de "opuesto a la policía" y haya
enfatizado que "todas las vidas importan", como si los activistas
estuvieran siendo "racistas" respecto a la población blanca con su
causa.
"Esto no es simplemente algo que se esté
politizando. Es real, y hay una historia detrás de ello, y tenemos que tomarlo
en serio. Es un problema legítimo que tenemos que afrontar", sostuvo.
El movimiento se ha convertido en una corriente
influyente en las campañas electorales para la Presidencia en 2016, hasta el
punto de que, en el debate demócrata de la semana pasada, los aspirantes
tuvieron que responder a la pregunta: "¿Importan
las vidas negras, o importan todas las vidas?".
Por otra parte, Obama continuó con su campaña a favor
de una reforma del sistema de justicia criminal y de las sentencias a quienes
cometen delitos no violentos relacionados con las drogas.
"Estamos gastando 80.000 millones de
dólares al año en encarcelar a gente. Necesitamos sentenciar de forma más
inteligente", afirmó.
El mandatario abogó por mejorar "la
recolección de datos a nivel nacional" sobre el sistema penitenciario y
judicial, y actuar sin dejarse "cegar por la ideología o cegar por el
miedo".
"2014 marcó un récord histórico en el
descenso de los delitos violentos, así que si el crimen subió en algunas
ciudades, eso no significa que vaya a venir una ola de crimen" en todo el
país, argumentó.
Preguntado por si, además de los delitos menores sobre
drogas, la reforma judicial debería abordar también una reducción de sentencias
para los crímenes violentos, Obama apostó por no entrar, de momento, en ese
área y avanzar de forma "metódica, viendo qué funciona y qué no".
"Este es un proceso con fases. Perderemos
al público si intentamos hacerlo todo a la vez sin tener datos ni
pruebas", alertó Obama.
"Estoy mucho más interesado en un proceso
sostenido en el que unamos al público, que empiece con los objetivos más
alcanzables", añadió.
Respecto a las denuncias de racismo en el sistema de
justicia criminal, Obama aseguró que las agencias de seguridad del país
"reflejan la sociedad".
"Cuando
yo era joven, hubo veces en las que estaba manejando mi auto y me detuvieron, y
no sabía por qué", reconoció. La solución a ese tipo de dinámicas, opinó,
son los programas de "policía comunitaria que reconstruyen la confianza"
con los habitantes de los barrios más deprimidos.
/////
La portada de la revista Time de febrero de 2017 será la Marcha de las Mujeres en Washington (MMW) con el pie de foto “Aumenta la resistencia: cómo una marcha se convierte en movimiento”.
***
LO QUE LA MARCHA DE LAS MUJERES EN
WASHINGTON PUEDE APRENDER DEL MOVIMIENTO “BLACK LIVES MATTER”.
*****
Laura Graham.
The Conversation.
Rebelión sábado 4 de febrero del 2017.
Traducido del inglés para Rebelión por
Beatriz Morales Bastos.
La MMW se ha convertido
rápidamente en una protesta paraguas para diferentes causas y ahora muestra
indicios de convertirse en un movimiento no solo para protestar sino para hacer
avanzar los derechos de las mujeres y realizar cambios políticos. Pero los movimientos
sociales que tienen éxito no realizan cambios simplemente a través de correctas
manifestaciones en Washington, sino que trastocan el status quo y
presionan a los legisladores hasta que hacen cambios con consecuencias reales.
Y a diferencia de otros movimientos actualmente activos en Estados Unidos, las
personas que se manifestaron en la MMW están en una situación privilegiada para
hacer que ocurra.
Después de la MMW el 21 de
enero [de 2016] el presidente Trump recurrió a Twitter para mostrar su aprobación: “Las
protestas pacíficas son el distintivo de nuestra democracia. Aunque no siempre
esté de acuerdo, reconozco el derecho de la gente a expresar sus opiniones”.
Esta afirmación contrasta fuertemente con las declaraciones acerca de Black
Lives Matter (BLM)*.
Justo antes de las
elecciones señaló a una persona de BLM que protestaba en uno de sus mítines y
dijo que habría que “ darle una paliza ”. Ha calificado al
movimiento de divisivo . Su nuevo gobierno ha añadido una
nueva página a la página web de la Casa Blanca llamada Standing Up For Our Law Enforcement Community [Defender
nuestra comunidad dedicada a hacer cumplir la ley] en la que afirma:
“ El peligroso ambiente en
contra de la policía en Estados Unidos es erróneo. El gobierno Trump acabará
con él […] Nuestra tarea no es hacer la vida más cómoda al alborotador, el
saqueador o las personas violentas que crean problemas.”
Muchas personas
pertenecientes a BLM lo han considerado una amenaza a quienes protestan . Así pues,
¿por qué este aparente doble rasero?
Una explicación obvia es
que los manifestantes de la MMW eran, en la terminología de Trump, “pacíficos”
– no hubo enfrentamientos entre la policía y los manifestantes ni violencia ni
disturbios ni saqueos. De hecho, muchas de las personas que apoyaron la MMW
acudieron a las redes sociales al día siguiente para darse palmaditas en la
espalda por haber llevado a cabo una protesta pacífica en la que no hubo ningún detenido .
Pero, como era de esperar,
muchos activistas de BLM afirmaron que las personas blancas
privilegiadas desempeñaron un papel fundamental en la forma en que la opinión
pública percibió la manifestación y la trató la policía. A la manifestación en
sí en Washington asistió una abrumadora mayoría de mujeres blancas y
su tono fue mucho menos radical que una manifestación de BLM a pesar de sus
objetivos comunes.
Es evidente que no hay
conexión entre ambos movimientos. Dos fotos virales de la MMW demuestran la
distancia que hay entre ellos.
Texto de la pancarta: “No
lo olvidéis, las mujeres blancas votaron a Trump”
Esta imagen de Angela
Peoples ha llamado fuertemente la atención. Es un dato cierto: el 53% de las mujeres blancas estadounidenses votaron
a Trump y aunque las 500.000 que se calcula que se manifestaron en
Washington muy probablemente no le votaron, la mayoría de las mujeres blancas
sí lo hizo
En la pancarta pone “Os veré, amables señoras blancas,
en la próxima manifestación de BLM, ¿verdad?”
En esta segunda foto el manifestante Amir Talai llama
la atención acerca de las divisiones acerca del papel de la raza en la protesta entre los
organizadores de la MMW y quienes asistieron a ella. Cuando
algunas mujeres de color comenzaron a criticar a sus aliadas blancas, empezaron
a hacer que se sintieran ajenas a la causa y el a veces acalorado diálogo entre
mujeres blancas y mujeres de color en el Facebook de MMW da testimonio de estas
tensiones.
Aunque muchas manifestantes blancas de la MMW desean
aceptar a mujeres de color que apoyen su causa, muchas de ellas no desean
devolver el favor apoyando a BLM: solo el 51 % de las personas estadounidenses
blancas de edades comprendidas entre los 18 y los 30 años apoyan BLM y muchas menos aún aparecen en
sus protestas.
Sería una
enorme oportunidad perdida si estos movimientos no logran eliminar la distancia
que hay entre ellos. Se esperan cada vez más protestas durante el gobierno de
Trump y es el momento adecuado para actuar.
Está claro que la MMW tiene algo que aprender de BLM.
He aquí cinco lecciones fundamentales.
1. Ser inclusivo
La MMW debe incluir a todas
las mujeres, independientemente de su raza, clase, religión, edad, ideas
políticas, sexualidad o posesión de una vagina (sí, las mujeres trans también forman parte de este movimiento ).
BLM lo ha hecho muy bien: encabezado por mujeres LGBT , muchos de los
líderes del movimiento son actualmente mujeres de color jóvenes, queer y trans.
Si la MMW quiere tener éxito como un movimiento, tendrá que estar a la altura
de esta questión.
2. Actuar local
La clave para
movilizar un movimiento más allá de una marcha es organizar subgrupos
autosuficientes por todo el país. Esto debe incluir organizaciones locales que
se unan bajo un solo nombre, ya sea MMW, “Resistencia” u otra cosa. También
significa presionar a los políticos locales y estatales. Los activistas lo
pueden hacer pidiendo a sus alcaldes que califique sus ciudades de ciudades santuario para inmigrantes o
pidiendo a los representantes estatales que se opongan a la legislación que
limite las opciones de salud reproductiva de las mujeres
3. Sé político, pero no partidista
BLM se ha presentado deliberadamente como
“revolucionario” en su orientación política y a menudo ha apoyado a candidatos
de izquierda sin alinearse con un partido particular. Esto contribuye a
presionar a los candidatos. Desde antes de que empezaran las primarias a
principios de 2016 sus manifestantes estuvieron muy presentes a lo largo de toda la campaña y
sus reivindicaciones aparecieron constantemente. Si la MMW quiere tener el
mismo poder tendrá que mantenerse al margen de la alineación partidista y hacer
reivindicaciones políticas a todo el espectro [político], especialmente una vez
que empiecen las elecciones de medio mandato en 2018.
4. La desobediencia civil funciona
Se deben utiliza toda una serie de protestas de
desobediencia civil no violenta y pacíficas para lograr un efecto mayor. Las
personas que defendían los derechos civiles en la década de 1960 utilizaron la
desobediencia civil para resistir al sistema de segregación racial impuesto por
la legislación Jim Crow haciendo sentadas en los bares y restaurantes solo para
blancos y resistiendo a los intentos de desalojarlos. Actualmente los
manifestantes de BLM han empezado a cortar el tráfico en autopistas muy
concurridas. En pocas palabras, las protestas pacíficas son magníficas para
concienciar acerca de un problema, pero no alteran el status quo o
presionan a los legisladores para que hagan cambios.
5. Seguir adelante
La foto de
Angela Peoples expresa una verdad muy particular: muchas de estas mujeres
blancas estadounidenses de clase media y cisgénero** son nuevas en la protesta
política, lo cual no es malo. Pero si la MMW va a desafiar efectivamente al
gobierno Trump y al Congreso acerca de los derechos de las mujeres, tendrá que
seguir apareciendo. Incluso cuando no les apetece. Incluso cuando es
inconveniente. Incluso cuando podrían ser detenidos por desobediencia civil.
Los movimientos sociales con éxito no son todo coser y cantar, y “ pussyhats ”, sino que la mayor parte del
trabajo es tedioso, cansado e ingrato.
Los manifestantes de BLM lo entienden. Se hacen ver
día sí y día no para que se oigan sus voces. La Resistencia, o como se llame,
tendrá que hacer lo mismo.
Notas de la traductora:
* Black Lives Matter [Las vidas de las personas negras
importan] es un movimiento nacido en 2012 en Estados Unidos a raíz de la
absolución del policía que asesinó a sangre fría al joven negro de 17 años
Trayvon Martin, el primero de una serie de asesinatos a sangre fría de personas
negras por parte de la policía estadounidense en los últimos años. Este
movimiento lucha contra la violencia y el racismo sistemáticos hacia las
personas negras, en especial la brutalidad policial y el racismo del sistema
judicial estadounidense.
** Cisgénero es el término que se emplea para aquellas
personas cuya identidad de género y el género asignado al nacer coinciden,
frente a las personas transgénero en las que no coincide.
Laura Graham es profesora de sociología en el Trinity College de
Dublín.
Esta traducción se puede reproducir libremente a
condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a la traductora y
Rebelión como fuente de la traducción.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario