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“La contaminación también es una cuestión de desigualdad. Los países de ingreso bajo y mediano son
los más afectados por las enfermedades
relacionadas con la contaminación,
pues representan 92 % de las muertes por esta causa. Las
mujeres, los niños, las minorías, las personas migrantes, los pueblos
indígenas, las personas de edad y las personas con discapacidad son potencialmente vulnerables, por diversas razones económicas, sociales,
culturales y biológicas. Los trabajadores,
especialmente en los países de ingreso
bajo y mediano, están en situación de riesgo
debido a la elevada exposición en sus
puestos de trabajo y las malas
condiciones laborales. Unos 750,000 mueren cada año debido
a la exposición a sustancias tóxicas en el entorno laboral.
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LA
CONTAMINACIÓN MATA MUCHA MÁS GENTE QUE LA COVID.
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Por | 28/02/2022 | Ecología social
Fuente Rebelión lunes 29 de
febrero del 2022.
Una de cada seis muertes en el mundo se relaciona
con enfermedades causadas por la contaminación, que mata mucha más gente que
pandemias como la covid-19, sostuvo un informe de un relator especial del
sistema de Naciones Unidas.
“La contaminación y las sustancias tóxicas causan
al menos nueve millones de muertes prematuras, el doble de las causadas por la
pandemia en sus primeros 18 meses”, afirmó el relator y experto canadiense David R. Boyd.
Boyd es relator especial
del Consejo de Derechos Humanos de
la ONU en esta ciudad suiza, sobre la cuestión de las obligaciones de derechos
humanos relacionadas con el disfrute de
un medio ambiente sin riesgos, limpio, saludable y sostenible.
“Mientras la emergencia climática, la crisis
mundial de la biodiversidad y la covid-19 acaparan los titulares, la
devastación que la contaminación y las sustancias peligrosas causan en la
salud, los derechos humanos y la integridad de los ecosistemas sigue sin
suscitar apenas atención”, deploró Boyd.
Cada año se emiten o vierten cientos de millones de toneladas de
sustancias tóxicas al aire, el agua y el suelo, y “la toxificación del
planeta se intensifica”, según Boyd, pues la producción de sustancias químicas se duplicó entre 2000 y 2017, y se espera que
se duplique de nuevo para 2030 y se triplique para 2050.
“Mientras la emergencia climática, la crisis
mundial de la biodiversidad y la covid-19 acaparan los titulares, la
devastación que la contaminación y las sustancias peligrosas causan en la
salud, los derechos humanos y la integridad de los ecosistemas sigue sin
suscitar apenas atención” (David R, Boyd)
Los seres humanos están expuestos a sustancias tóxicas a través de la respiración, los alimentos y la bebida, por contacto con la piel y a través del cordón umbilical en el vientre materno, recordó el informe.
La contaminación mata 9 millones de personas al año, el doble que el Covid-19
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Esa exposición aumenta el riesgo de muerte
prematura, intoxicación aguda,
cáncer, enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, enfermedades
respiratorias, efectos adversos en los sistemas inmunológico, endocrino y
reproductivo, anomalías congénitas, y secuelas en el desarrollo neurológico de
por vida.
La contaminación atmosférica es el mayor contribuyente ambiental a las
muertes prematuras, al causar unos siete
millones de ellas cada año.
Una cuarta parte de la carga mundial de morbilidad se atribuye a
factores de riesgo ambientales evitables,
la inmensa mayoría de los cuales implica la exposición a la contaminación y a las sustancias tóxicas.
El informe reveló la
existencia de “zonas
de sacrificio” ambientales, lugares cuyos residentes sufren
consecuencias devastadoras para su salud y ven violados sus derechos, por vivir en
focos de polución y áreas altamente contaminadas.
El término se originó en la época de la Guerra Fría, cuando se designaba a
las zonas que quedaban inhabitables debido a los experimentos nucleares de Estados Unidos, la extinta Unión
Soviética, Francia y el Reino Unido,
los cuales provocaban niveles de
radiación elevados y persistentes.
Los sitios contaminados suelen encontrarse en comunidades
desfavorecidas. Se calcula que en Europa hay 2,8 millones
de sitios contaminados, mientras que en Estados Unidos se han delimitado más de 1000 sitios nacionales de saneamiento prioritario, entre cientos de
miles de emplazamientos contaminados.
En los países de ingreso bajo y mediano se generan nuevos sitios contaminados debido a la industrialización (por ejemplo, las centrales eléctricas de carbón) y al extractivismo (por ejemplo, la extracción de oro artesanal y en pequeña escala).
Los Niños e la Oroya, por décadas de la explotación minera, son contaminados de la extracción del cobre.
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América Latina y el Caribe
Un ejemplo de zona de sacrificio en América
Latina y el Caribe es Quintero-Puchuncaví, un complejo industrial que contamina el aire con refinerías de petróleo,
instalaciones petroquímicas,
centrales eléctricas de carbón,
terminales de gas y una fundición de
cobre en la región central de Chile.
Otro es La Oroya, ciudad en el centro de Perú, donde hay una fundición de plomo, y uno de sus resultados es que
99 % de
sus niños examinados presentan niveles de plomo en la sangre que superan los límites aceptables.
O el caso del agua y suelos de las islas de Guadalupe
y Martinica, departamentos franceses de ultramar en el Caribe, contaminados por niveles peligrosos del
plaguicida
clordecona, presente en la sangre
de 90 % de los habitantes.
“El hecho de que sigan existiendo zonas de
sacrificio es una mancha en la conciencia colectiva de la humanidad. Creadas a
menudo con la connivencia de gobiernos y empresas, están en contradicción directa
con el desarrollo sostenible y menoscaban los intereses de las generaciones
presentes y futuras”, reclamó Boyd.
La contaminación también es una cuestión de desigualdad. Los países de ingreso bajo y mediano son
los más afectados por las enfermedades
relacionadas con la contaminación,
pues representan 92 % de las muertes por esta causa.
Las mujeres, los niños, las minorías, las personas migrantes, los pueblos indígenas, las
personas de edad y las personas con discapacidad son potencialmente
vulnerables, por diversas razones
económicas, sociales, culturales y biológicas.
Los trabajadores, especialmente en los países de ingreso bajo y mediano, están en situación de riesgo debido a la elevada exposición en sus puestos de trabajo y las malas condiciones laborales. Unos 750,000 mueren cada año debido a la exposición a sustancias tóxicas en el
entorno laboral.
A-E/HM
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