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“Petro a la cabeza y dudas a la derecha y centroizquierda. En total son 15 los
aspirantes a la presidencia de Colombia, y
prácticamente hay una sola certeza: la designación del senador y exguerrillero Gustavo
Petro, quien saca
ventaja en todas las encuestas. En
su partido, el Pacto
Histórico, Petro competirá con otros candidatos menos
conocidos a nivel nacional como la líder
social Francia Márquez, el exgobernador
de Nariño, Camilo Romero, la
representante indígena Arelis Uriana
y el líder cristiano Alfredo Saade. "Petro
va a ganar la consulta de la coalición Pacto Histórico, y seguramente con un porcentaje importante de votos. Eso lo va a
posicionar como 'el candidato a vencer' para las
presidenciales. Para las otras coaliciones es difícil predecir: hasta el
momento son muchos candidatos
tanto en el centro como en la derecha tratando con dificultad de sobresalir", advierte Botero en ese sentido.
“Bajo la
bandera de una política más moderada compite la coalición Centro Esperanza, liderada por Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquia; Juan
Manuel Galán, hijo de un icónico candidato presidencial asesinado en 1989 por su oposición al narcotráfico; el exsenador Jorge Enrique Robledo; el académico Alejandro Gaviria y el exgobernador Carlos Amaya.
En tercer lugar, por orden de preferencia, de acuerdo a los sondeos, figura la coalición de la derecha, Equipo
por Colombia. A la cabeza del movimiento, Federico Gutiérrez Zuluaga, Enrique Peñalosa y Álex Char apuestan
por una continuidad económica y social
del gobierno actual, con la
tradicional defensa de la policía y
las fuerzas armadas. Hay tres candidatos más que no se medirán
en las consultas interpartidistas e irán directamente a la primera vuelta: Óscar Iván Zuluaga, del oficialista
Centro Democrático; Íngrid
Betancourt, quien hace su
reaparición política luego de ser secuestrada por la guerrilla de las FARC; y Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga que tuvo un rápido crecimiento en
las encuestas.
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COLOMBIA RENUEVA EL CONGRESO Y
PETRO PICA EN PUNTA EN LA PRIMARIA PRESIDENCIAL.
Por primera vez se reservarán 16 bancas para las víctimas directas
del conflicto armado
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Tres coaliciones abarcan el espectro político de ambas contiendas electorales: la derecha con el Equipo por Colombia, la centroizquierda con la Coalición de la Esperanza y la izquierda con el Pacto Histórico.
Por Guido Vassallo.
Página /12 domingo
13 de marzo del 2022-
Alrededor de 39 millones de colombianos irán este domingo
a las urnas para elegir un nuevo Congreso y definir a los candidatos
presidenciales de tres alianzas,
entre las que sobresale el izquierdista Pacto Histórico en el que muchos dan
por descontado un triunfo del senador Gustavo Petro. El exalcalde de Bogotá lidera
hasta el momento todas las encuestas y
se convierte en la mayor esperanza del
progresismo para salir de la crisis del saliente gobierno de Iván Duque y hacerse cargo de los
pedidos surgidos de las
masivas protestas del año pasado.
Además del Pacto Histórico, en el
que Petro tiene
como principal rival a la líder afrodescendiente Francia Márquez, en las consultas presidenciales participará la derecha con el Equipo por Colombia y la
centroizquierda agrupada
en la Coalición de la Esperanza. Por primera vez en unos comicios se incluirán 16 bancas para la paz, reservadas
en la Cámara de Representantes a organizaciones
y víctimas directas del conflicto armado.
Los seis meses de
protestas callejeras iniciadas por una
regresiva reforma tributaria defendida por el presidente Iván Duque, serán sopesados de alguna manera en los comicios.
"Hay
mucho descontento acumulado de ese proceso, y de movilizaciones nacionales
fuertes en 2019 y 2021 las cuales el gobierno no supo tramitar ni
canalizar. El país está todavía
lejos de terminar de salir de una crisis pandémica que dejó muy golpeada a la
economía, con el desempleo joven y de mujeres por las nubes", advierte a Página/12 Sandra Botero, profesora de Ciencia Política en la Universidad del Rosario en Bogotá.
Ilustran ese escenario los 21 millones de personas en situación de pobreza y un desempleo
que supera el 10%.
"A diferencia de las últimas contiendas electorales, donde el tema del proceso de la paz y el conflicto armado eran fundamentales, en estos momentos la agenda pública no pasa por ahí. El tema fundamental es la corrupción, el desgobierno de Iván Duque y el mal manejo del proceso de paz", sostiene Néstor Julián Restrepo, director de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Eafit.
Petro a la cabeza y dudas a la derecha y centroizquierda
En total son 15 los
aspirantes a la presidencia de Colombia, y
prácticamente hay una sola certeza: la designación del senador y exguerrillero Gustavo
Petro, quien saca
ventaja en todas las encuestas. En
su partido, el Pacto
Histórico, Petro competirá con otros candidatos menos
conocidos a nivel nacional como la líder
social Francia Márquez, el exgobernador
de Nariño, Camilo Romero, la
representante indígena Arelis Uriana
y el líder cristiano Alfredo Saade.
"Petro va a ganar la consulta de la coalición
Pacto Histórico, y seguramente con un porcentaje importante de votos.
Eso lo va a posicionar como 'el candidato a vencer' para las presidenciales.
Para las otras coaliciones es difícil predecir: hasta el momento son muchos candidatos tanto en el centro como
en la derecha tratando con dificultad de sobresalir", advierte Botero en ese sentido.
Bajo la bandera de
una política más moderada compite la
coalición Centro
Esperanza, liderada por Sergio
Fajardo, exgobernador de Antioquia;
Juan Manuel Galán, hijo de un
icónico candidato presidencial asesinado en 1989 por su oposición al narcotráfico;
el exsenador Jorge Enrique Robledo;
el académico Alejandro Gaviria y el exgobernador Carlos Amaya.
En tercer lugar, por orden de preferencia, de acuerdo a los sondeos, figura la coalición de la derecha, Equipo
por Colombia. A la cabeza del movimiento, Federico Gutiérrez Zuluaga, Enrique
Peñalosa y Álex Char apuestan por una continuidad
económica y social del gobierno
actual, con la tradicional defensa
de la policía y las fuerzas armadas.
Hay tres candidatos más que no se
medirán en las consultas interpartidistas e irán directamente a la primera
vuelta: Óscar Iván Zuluaga, del
oficialista Centro Democrático; Íngrid
Betancourt, quien hace su
reaparición política luego de ser secuestrada por la guerrilla de las FARC; y Rodolfo Hernández, exalcalde de Bucaramanga que tuvo un rápido crecimiento en las encuestas.
Restrepo
menciona a este último como un "outsider de la política colombiana" y apunta que es importante
seguirlo porque "podría
llegar a una segunda vuelta con Petro y tendríamos una lógica muy diferente a
lo que todo el mundo espera". En tanto, el director de la organización Somos Ciudadanos, Felipe Pineda
Ruiz agrega que el desgaste
de la figura del expresidente Álvaro Uribe y sus múltiples procesos penales han socavado su credibilidad y
disminuyen las posibilidades de la derecha.
"En la anterior elección al Congreso Uribe fue el senador más votado con 800 mil sufragios. Esta vez su partido, Centro Democrático, sentirá el remezón de no contar con ese respaldo electoral. La otra mitad de la caída de la derecha colombiana es atribuible al mal desempeño de Duque como presidente", plantea el investigador social.
Las legislativas, ¿opacadas por las primarias presidenciales?
Para algunos analistas
es probable que haya cambios importantes en la nueva composición del Congreso.
"Creo
que al Pacto Histórico le va a ir muy bien. Habrá nuevos partidos entrando como
el Nuevo Liberalismo, y veremos cómo se reconfiguran los tradicionales. De esa composición depende qué tanta
gobernabilidad tendrá el próximo gobierno y con quién debe negociar para
materializar su agenda",
explica Botero.
Pero al votarse el mismo día, ¿las consultas presidenciales podrían opacar la importancia de las
elecciones legislativas?
"Sin duda las consultas son un ejercicio democrático interesante, pero le han quitado visibilidad a las elecciones del Congreso: elecciones paralelas, con tarjetones electorales cuyo diseño cambió, están generando mucha confusión en el electorado", entiende Botero aunque Pineda Ruiz, piensa lo contrario: "El hecho de que las consultas sean el mismo día que las elecciones legislativas reduce el abstencionismo, que para los comicios al Congreso colombiano históricamente se sitúa por encima del 50%. Y esa reducción desfavorece a las candidaturas tradicionales de la derecha basadas en la compra de votos, el clientelismo y el dinero".
Lo que queda claro para Pineda Ruiz es que la lista más votada, sea la que sea, no tendrá la mayoría absoluta, lo
que significa que el nuevo
presidente de Colombia tendrá que armar una coalición con
múltiples partidos. Por su parte, Restrepo señala que las legislativas en Colombia se habían
convertido en unas elecciones
"muy
operativas, muy de base clientelar por así decirlo, donde el patronazgo y la
corrupción es muy alta, mientras lo
que han hecho las consultas presidenciales es dinamizar la campaña electoral,
darle un auge ideológico que no teníamos en Colombia".
16 bancas reservadas para la paz
Como gran novedad de
estos comicios, se incluyen 16
bancas
para la paz en la Cámara de Representantes que corresponden a las víctimas del conflicto armado. Las curules de paz forman parte
del pacto que condujo al desarme de
las FARC, la
otrora guerrilla más poderosa del
continente. Si bien con el acuerdo menguó por un tiempo la guerra interna, la violencia
está renaciendo con fuerza. Varios de
los 167 municipios donde serán elegidos
los diputados de las víctimas están bajo el fuego cruzado de los grupos armados que se financian
del narco, lo que hace temer por la seguridad
y transparencia de estas votaciones.
Para Pineda Ruiz esta inclusión de
16 bancas constituye
"un
gran paso y abre la posibilidad de que zonas marginadas y afectadas
históricamente por la violencia tengan representación en el Congreso". El único problema, entiende el investigador, es que "muchos de los candidatos son aliados de los paramilitares, por lo que no
todas las bancas las ganarán representantes de víctimas y desplazados".
El mismo desánimo
expresa Restrepo:
"Al
final estas 16 bancas van a volver a ser parte de esa mala usanza tradicional
de la política colombiana al servicio de unos caciques
regionales, no para lo cual fueron creadas, que era para darle
visibilidad a las víctimas que tuvieran voz y
voto en el Congreso de la República".
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