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SEÑOR PROFESOR STEVEN LEVITSKY,
una vez más lo felicito, por su interesante visión nacional de la Democracia en
el Perú, sus Actores Políticos, y
la crisis que se ha expresado al interior de ellos y que hoy es necesario,
importante, buscar una salida
Democrática, frente a una realidad donde el Perú y su Democracia se hunden,
se destruyen, estas muriendo. Actores principales de un presidente “inepto” como usted lo considera y una
oposición sin política, comerciantes usureros, ganan plata y se van. Levitsky
PERÚ CRISIS DE CRISIS. El fondo del problema, no es solamente
que el modelo Fujimori con respecto a los partidos políticos, personalista, impositivo, dictadura, triunfaron,
durante el gobierno del dictador,
Hay otro problema de fondo de carácter Político-Ideológico, que usted no cita en ningún momento, parece que para usted NO existe el “NEOLIBERALISMO” y
sus consecuencias desastrosas, salvajes,
inhumanas y criminales (solo para nombrarle lo que significa la DESIGUALDAD SOCIAL
GLOBAL. El problema de los Partidos
Políticos, la llamada “clase política” y la Democracia, se destruye, está muriendo no es solo
o patrimonio de hoy en el Perú, solo
como ejemplo miremos América Latina, el Continente más Desigual
del Mundo, la Clase Política más Corrupta, el
continente de mayor corrupción del mundo (entre
otros “méritos” que nos ha impuesto, por 30 años el neoliberalismo)-
EN PERÚ Señor Profesor, la Crisis Política – nos modestamente hablamos PERÚ CRISIS POLÍTICA CRISIS DE CRISIS. 30 AÑOS que no hay Formación Política. 30 años que no importan, no saben, parecer que no les interesa a los “políticos de estos tiempos” la CULTURA POLÍTICA, (base principal para la forja del LIDER DEMOCRÁTICO) Extraordinaria Cultura Política en la Izquierda Alfonso Barrantes Lingán, Javier Diez Canseco, en Acción Popular, el ex presidente Valentín Paniagua, en el Apra, Alan García Pérez o en el PPC Lourdes Flores (Hoy se envejeció y perdió el rumbo de la Historia). Señor se fue esa Generación de Políticos, Militantes, que extraordinaria y reconocida Cultura Política, con formación Política y Liderazgo Político, aunque discrepemos, pero eran la representación de la Política.
Pero hay una realidad
histórica en el Perú, que usted Señor Dr. Desconoce totalmente, la “Generación
Centenario-1900-2000”. Por
ahora quiere hablar en 15 reglones la Generación- 1950-2000. La GENERACIÓN del PERU PROFUNDO. “La Democracia
Directa, Ciudadana, Popular” es “nuestra Religión”, esa
misma que está en la calle, Formada, “en
mil combates de organizaciones movilizaciones, que está en La Plaza Pública. La
Generación desde
los 50, los 80 y 70 del siglo XX de
los Gremios, Sindicatos, Centrales
Sindicales, Organizaciones campesinas, Toma de Tierras, las grandes Huelgas nacionales
del Magisterio y el SUTEP, Bancarios Mineros, Pescadores. Movimientos Regionales.
Esa Generación profesor Levitsky, hoy se está yendo, tiene Formación Política, valiosa y extraordinaria
Cultura Política (un gran capital político local-nacional). Mi Generación, sobrevivió a
la represión del Estado y sobre todo al terror que impuso el terrorismo senderista. Salimos Adelante
y jamás nos
pusimos de rodillas i agachamos la cabeza frente a la dictadura de Fujimori.
MI GENERACIÓN. Desde octubre-noviembre
de 1999, fuimos
parte de grandes jornadas de lucha contra las políticas neoliberales que
todos los, días meses y años imponía la dictadura. Al final del siglo
participamos desde el Perú Profundo en todas
las jornadas de lucha, movilización y protestas contra la ree. elección del
dictador. El Referéndum
Nacional con más de 1millón 500 mil firmas, pero nos estafaron
desde el gobierno y su propio Jurado Nacional de Elecciones que tenía. Organizamos el Comité
Nacional por la Gobernabilidad para
luchar Juntos contra el dictador.
Las elecciones del 2000 las corruptas de
la historia, que la combatimos en todos los frentes,
hasta que fugo del país él y su socio
Montesinos llevándose en sus maletas verdaderas fortunas del erario nacional.
Fuimos parte principal de la Gloriosa
Marcha “De los 4 Suyos” apropiada ilegalmente
por el tránsfuga y corrupto Toledo. Nuestro Objetivo
Central Señor Profesor fue Recuperar la DEMOCRACIA y la conseguimos – pero sin una final, positiva, he
ahí para nosotros la gran debilidad del sistema democrático porque el proceso
duró apenas unos meses, por la presión
de los grupos de poder y el centralismo y además muchos de ellos “que se colaron a última instancia, como siempre”
tenían “temor” ante la valiosa y extraordinaria Cultura, Personalidad Política que tenía
el Dr. Paniagua.
Nuestra Transición y proceso
de recuperación de la Democracia en Perú duró apenas unos meses. Una Democracia
en proceso de “crecimiento” fue difícil, Fujimori, nunca creyó y respeto la Democracia, la dejó hecha basura, envenenada
por la Corrupción, desacreditada totalmente. Era un trabajo de
varios años, pero algunos oportunistas, en mayoría centralistas – en contra de
los provincianos en especial lograron imponerse y llevar al escenario nacional una Democracia en “estado adolescente”
que fácilmente fue utilizada a su antojo de él y sus amigos por Toledo, después
García, Humala, PPK y hoy se encuentra en estado grave sufre en su estructura
de una profunda y desastrosa DIABETES. Hoy se encuentra en estado
Fallido, Pero al criticarla, también la estamos defendiendo, de los Monstruos que van apareciendo en estos tiempos claro oscuros
cuando tratamos de encontrar una Alternativa hacia el Futuro.
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Diagnóstico. Levitsky
señala que no se ven en el Perú las características que llevan a los colapsos
democráticos. El problema estaría, añade, en la debilidad estatal y en la
ausencia de partidos. Foto: difusión.
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STEVEN LEVITSKY:
“LA DEMOCRACIA PERUANA POCO A POCO SE
ESTÁ MATANDO Y DESTRUYENDO”
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El profesor
de la Universidad de Harvard analiza la coyuntura política y responde sobre los
peligros inmediatos que enfrenta la democracia peruana. Asevera que las
elecciones adelantadas podrían llevarnos de nuevo al mismo lugar.
Diagnóstico.
Levitsky señala que no se ven en el Perú las características que llevan a los
colapsos democráticos. El problema estaría, añade, en la debilidad estatal y en
la ausencia de partidos. Foto: difusión
Por Enrique
Patriau.
La República
viernes 4 de marzo del2022.
La crisis
política no cede. El politólogo estadounidense Steven
Levitsky es un
observador acucioso de lo que ocurre en el país, y en la siguiente entrevista responde sobre el
estado de la democracia peruana y de los peligros inmediatos que enfrenta.
En estos días suena mucho
el “que se vayan todos” y convocar a nuevas elecciones como una
respuesta a la crisis. ¿Usted cree que es una solución o sería un poco más
de lo mismo que estamos viendo?
Casi
garantizado que sería más de lo mismo. Habrá mucha fragmentación y mucha
incertidumbre y tendrías a un Congreso fragmentado lleno de novatos y de outsiders
que, básicamente, buscarían ganar plata. Eso es muy parecido a lo que hay
ahora y a lo que hubo antes. No veo ninguna razón por la cual llegarían mejores
congresistas o, al menos, diferentes.
¿Y en el caso del Ejecutivo?
Podría llegar
un presidente un poco menos inepto que Castillo. También podríamos enfrentarnos a una segunda
vuelta, quizás no como la última que fue trágica incluso para los estándares
peruanos, pero con candidatos que no sean mejores que los que ya vimos. Por
ejemplo, es posible que haya alguien de extrema
izquierda o extrema derecha, o un outsider más corrupto y peligroso. Castillo
es inepto, parece contaminado por
las pequeñas corrupciones que predominan en la política peruana; sin embargo,
no tiene el talento para ser ni un gran autoritario ni un gran criminal. Lo
bueno —si hay algo bueno— es que
Castillo no es muy peligroso. El que venga podría serlo, alguien más
carismático, con más apoyo popular.
¿Qué lo hace a Castillo menos peligroso
que sus posibles reemplazos?
La ineptitud,
la inexperiencia, el aislamiento, la fragmentación, el hecho de que no tenga un movimiento o partido u
organización detrás. Está solo, es muy débil. Es posible que la situación
evolucione hasta un punto en el que las nuevas elecciones sean necesarias, en
el que sea imposible gobernar un día más. Sí,
es posible. Sin embargo, no tengo mucha confianza en que el nuevo
presidente y el nuevo Congreso sean diferentes a lo que hoy vemos.
Incluso, podrían repetirse las mismas
dinámicas.
Claro, podría
llegar un outsider extremista, a la izquierda o la derecha, sin mayoría en el
Congreso, por lo que podría haber más
conflicto entre poderes. Mire, creo que, lamentablemente, los peruanos van a
tener que aprender a vivir con lo que hay.
¿En qué sentido vivir con lo que hay? ¿No
ve opciones de mejoras?
Es que, en el
corto o mediano plazo, dada la fragmentación política, la inexistencia de la
carrera política, la debilidad de las instituciones y la penetración de actores
corruptos en el Estado, las
elecciones seguirán ofreciendo alternativas y resultados más o menos como los
que hemos visto. En vez de la ilusión de
imaginar que con un nuevo Congreso todo será distinto, o con otro
presidente, la prensa, la sociedad, los empresarios, los ciudadanos en general
van a tener que aprender a convivir con el Gobierno y el Parlamento que haya. Claro, como dijo Alberto Vergara hace
algunos meses, tendrían que establecerse normas mínimas de relación: no vacar y no cerrar. La oposición solo
piensa en sacar al presidente, desde el primer día lo pensaba...
En realidad, lo pensaba desde antes de
que asumiera.
Cuando la
actitud debería ser: “Tenemos que llegar hasta el 2026 y avanzar en lo que se
pueda”. Obviamente, el presidente
también tendría que ser capaz de construir coaliciones para sobrevivir los
cinco años, algo que Castillo no ha sido capaz de hacer.
En resumen, más allá de lo que pueda ocurrir en los meses que
vienen, el mejor escenario sería que el Ejecutivo y el Legislativo lleguen a
acuerdos mínimos para llegar hasta el 2026.
Sí. Se
tendría que pensar en que el Gobierno acaba el 2026, no antes, y por lo tanto
se tendría que trabajar en esa perspectiva.
Pleito. Si
los políticos no se contienen, la democracia peruana no dará para mucho más,
advierte el entrevistado. Foto: difusión
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¿No pide demasiado?
Mire, la
democracia peruana tiene varias
cosas a su favor. Tiene ya 20 años de
edad, lo que representa el periodo más largo democrático en la historia peruana. Además, la economía, a pesar de los últimos dos años, ha transitado por dos
décadas positivas.
Desde lo macroeconómico, sí. Es correcto.
No hay
movimientos armados, no hay una crisis de seguridad. A pesar de todo, uno no ve una gran polarización o conflicto. Pero, a
pesar de que las condiciones que matan a una democracia —crisis
económica, violencia, inseguridad,
extrema polarización— no existen en el Perú,
la democracia peruana poco a poco se está matando y se está destruyendo.
Bueno, no habrá enfrentamientos armados
con terroristas como en los ochenta, pero problemas serios de inseguridad sí
hay.
Bueno, claro,
Perú no es Suecia; no obstante, un cientista social que estudia el colapso de las democracias no vería en
el caso peruano condiciones para algo así. Ni siquiera es que el Perú tenga índices de inseguridad y criminalidad tan altos
para el promedio latinoamericano. El
Perú no presenta una crisis como para que muera la democracia y, a pesar de
eso, el sistema está colapsando, está cada vez peor. ¿Podemos seguir así? ¿Cinco
presidentes en seis años? ¿Y quieren ir por el sexto? Si seguimos vacando
presidentes, rompiendo normas y llevando al límite las reglas, convirtiendo a
las instituciones en armas, la democracia peruana no
va a dar para mucho más. Los políticos tendrían que dar un paso hacia atrás y
ver qué pueden hacer para protegerla.
Si desde el punto de vista de quienes se
especializan en los colapsos de la democracia no existen en el Perú condiciones
para que eso ocurra, entonces ¿por qué estamos como estamos, por qué la
democracia peruana se encuentra bajo ataque? Dicho de otro modo, ¿cuál es la
variable explicativa? ¿Nuestros políticos?
Es la
pregunta del millón. Tengo una respuesta parcial.
¿Cuál sería?
Para mí tiene
en parte que ver con el colapso de los partidos y con los políticos que en el fondo no lo son. Los peruanos de las últimas generaciones
nunca han convivido con políticos. Hace 40 años que el Perú no tiene carrera política.
Lo que tiene son personas que hacen sus
carreras y hacen dinero en otros campos y saltan a la política por unos años
y luego se van. Son gente sin experiencia, que no están relacionados con las normas democráticas, que no tienen capacidad de negociar ni de
construir coaliciones ni la tolerancia para lidiar con los medios. Muchos están ahí para ganar plata, también.
El hecho de que no haya reelección también
es un desastre porque refuerza el
problema: la política peruana es un mundo de novatos individuales. El
Perú
sufre los costos de carecer de políticos
profesionales y de partidos.
¿Es solamente por la falta de una carrera
política?
No es la
única causa, desde luego. La debilidad estructural del Estado es
también muy importante. Es muy difícil gobernar bien cuando el Estado no funciona. Se gobierna mal, no necesariamente por
ausencia de voluntad, sino de capacidad
estatal. Después de cuatro o cinco
gobiernos en que se gobierna con corrupción, la gente termina diciendo
que todo está mal, que todos son iguales,
y que por eso deberían irse todos. Bueno,
ese es un punto bastante delicado. Entonces, hay una combinación: la debilidad estatal y la ausencia de
carrera política y de los partidos. En los últimos 30 años desaparecieron los políticos. La generación de Javier
Diez Canseco, de Alan García, de Lourdes Flores fue la última.
Y hay que ver en lo que anda Lourdes Flores ahora.
Esa es otra
cosa, no sé cómo explicar su fujimorización.
¿La ausencia de políticos y de partidos
es la herencia que nos persigue del fujimorismo?
Sí. Y también es producto de un Estado débil. Es muy difícil sostener partidos en esas condiciones. Cuando se gobierna mal, la desconfianza crece. ❖
¿Salida? Las
elecciones adelantadas podrían llevarnos de nuevo al mismo lugar, dice
Levitsky. Foto: difusión
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“Era mejor un Castillo inepto que una
Keiko autoritaria”
El Perú no es el único país de la región con partidos
débiles, también hay que decir eso.
En Bolivia,
en Ecuador, en Guatemala, en los
países con los Estados más débiles de
América Latina, los partidos
políticos son muy difíciles de construir y sostener. Sobre su pregunta
anterior: la combinación del discurso antipartidos de Alberto Fujimori, más el
hecho de que tuviera éxito, resultó fatal.
¿Por qué?
Porque el
mundo político vio a Fujimori y dijo “mira, no necesito partidos”. Fujimori dijo que los partidos
eran un desastre y ofreció una solución personalista, autoritaria y le funcionó. Más importante: se reeligió con gran apoyo. Entonces,
la clase política miró a su
alrededor y se dijo a sí misma que no valía la pena quedarse en el APRA, en Acción Popular, en el PPC. ¿Para qué? Si puedo
formar “Yo te amo Perú” o “Perú Adelante” o lo que se le ocurra.
Seguir el modelo de Fujimori aceleró
la destrucción del sistema de partidos.
¿Un sistema de partidos se puede
reconstruir?
¡Ufff! Se
puede, pero es raro. Los partidos
son muy difíciles de construir, sobre todo en una era como esta, con medios electrónicos y sociales. Los
políticos individuales pueden hacerse conocidos, movilizar votos con la ayuda de las redes y de la televisión y sin
organización. Hace unos 60 años uno
sí necesitaba un partido para llegar a la gente. Ya no.
¿Alguna vez tuvo expectativa por
Castillo?
Para mí,
primero, había que respetar los resultados de la elección. Entonces, si la gente votó por un tipo inepto, pues mala suerte, pero había que aceptar
lo que la gente eligió. Ahora bien, en mi opinión, era mejor un Castillo inepto que una Fujimori
autoritaria. Yo siempre imaginé que Castillo
sería alguien débil. Suponía que no sería algo bueno para la gobernabilidad del Perú, aunque tampoco iba a representar un peligro comunista o de revolución chavista o autoritaria. ¿Por qué? Porque el tipo es muy débil,
es demasiado débil. Claro, siempre hay que tener algo de esperanza. Yo deseaba
que se diera cuenta de sus limitaciones,
que encontrara a un primer ministro y gabinete capaces y que los dejara
a ellos gobernar.
¿Que se convirtiera en un presidente
simbólico?
Así es: dar
discursos, acercarse a la gente.
Si hubiera confiado en Mirtha Vásquez, podría
haber sido una salida. Es verdad que
hubiese significado romper con la tradición
presidencialista de América Latina. Sin embargo, era posiblemente una alternativa. Lo otro es que
aprendiera en el camino. Tampoco ha sido así.
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