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“La
declaración de Blinken se produjo sólo un día después de que ABC News informara de que Estados Unidos
proporcionaría los [misiles tácticos de largo alcance] ATACMS
al régimen de Kiev. El alcance de estos misiles, aunque escasamente
innovador, es suficiente para poner en peligro no sólo las líneas de suministro
rusas, sino también la infraestructura civil a
cientos de kilómetros detrás de las líneas del frente. Y, sin embargo, éste no
es el único peligro que Lavrov ha señalado hasta
ahora, ya que a principios de junio advirtió de que los cazas F-16 con capacidad nuclear podrían provocar una escalada
incontrolable que Rusia no tolerará en absoluto.
Subrayó que Moscú se vería obligado a responder
militarmente, lo que significa que la OTAN también sería directamente responsable en ese caso.
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¿ES
UNA EXAGERACIÓN AFIRMAR QUE ESTADOS UNIDOS ESTÁ EN GUERRA CON RUSIA?
Declaraciones del ministro de Exteriores
ruso.
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Por Drago Bosnic | 28/09/2023 | Mundo
Fuentes
Rebelión jueves 28 de septiembre del 2023.
Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo
Desde
el inicio de la operación militar especial de Rusia
contra el cerco de la OTAN a sus fronteras, Estados Unidos ha insistido en que “no es parte del conflicto” y que supuestamente “no desea una escalada bélica con Moscú”.
No obstante,
el tiempo ha demostrado que ambas afirmaciones son claramente falsas. Según
declaraciones de la propia junta ucraniana, Estados
Unidos controla los objetivos contra los que emplear el armamento de
largo alcance utilizado por las fuerzas del régimen de Kiev.
Por otro lado, la falsedad de la irrisoria afirmación de que Washington “no desea la
guerra” es dolorosamente obvia para cualquiera que esté remotamente
familiarizado con su interminable escalada contra Rusia.
El ministro de asuntos exteriores ruso Sergei Lavrov es consciente de todo esto, aunque la etiqueta diplomática más elemental le impidió en el pasado expresar lo que es obvio. No obstante, después de más de un año y medio de estar expuesto a la flagrante hipocresía del Occidente político, parece que incluso el habitualmente reservado Lavrov ha dejado de contenerse, ya que tratar de seguir los protocolos diplomáticos cuando se trata con alguien que los rompe abiertamente es simplemente inútil y, en última instancia, contraproducente. Concretamente, en recientes declaraciones a la prensa, el ministro ruso de asuntos exteriores afirmó que Estados Unidos está librando una guerra contra Rusia. Una afirmación contundente, podría decirse, pero ¿quién podría refutarla dados los acontecimientos en curso?
Lavrov. Ministro de Exteriores ruso.
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Incluso si no
contamos las declaraciones hechas por funcionarios estadounidenses de alto
nivel, incluyendo la admisión del Secretario de Defensa
Lloyd J. Austin de que Washington DC quiere
ver una «derrota estratégica» infligida a Rusia y
el desliz freudiano del Presidente Joe Biden de
que «Putin no puede permanecer en el poder», la
evidencia que apoya la afirmación de Lavrov es
simplemente abrumadora y la estamos viendo todos los días. También señaló el
hecho de que EE.UU. no sólo está transfiriendo
enormes cantidades de la llamada «ayuda letal» a
la junta neonazi (por valor de cientos de miles
de millones en este momento), sino que en realidad está controlando estas armas
a través de la toma directa de decisiones
mientras mantiene una negación plausible.
El
propio Lavrov también reiteró la admisión del secretario de
defensa estadounidense Austin de que esto se debe a que la talasocracia
beligerante quiere infligir una «derrota estratégica» a
Rusia. Las declaraciones sobre la beligerancia de EE.UU. se produjeron mientras hablaba al margen del Foro Económico Oriental en la mañana del 17 de
septiembre, donde señaló que
«diga
lo que diga, [EE.UU.] controla esta guerra,
suministra armas, municiones, información de inteligencia, datos de satélites,
está librando una guerra contra nosotros».
Lavrov también
afirmó que Ucrania está siendo utilizada
simplemente como trampolín para alcanzar los
objetivos estratégicos estadounidenses, ya que se llevaba años preparándose
para el conflicto actual.
«Hay un verdadero complot en torno al tema de las llamadas negociaciones (de
paz), así como intentos de ponerlo todo patas arriba mediante una pseudodiplomacia», declaró apenas dos días antes, y
añadió: «Occidente lleva meses diciendo que esta
‘fórmula de paz’ es la única base para las
negociaciones. Se parte de temas inocentes… y luego se llega al propósito para
el que fue urdida: infligir una derrota estratégica a
Rusia, restablecer las fronteras de Ucrania tal y como estaban en 1991,
someter a un consejo de guerra a los dirigentes rusos, obligar a Rusia a pagar reparaciones y, después, ‘misericordiosamente’ acceder a firmar un acuerdo de
paz».
Lavrov hizo estos
comentarios el 15 de septiembre, refiriéndose a las frustradas
«conversaciones de paz» auspiciadas por Arabia
Saudí, y añadió que este modelo de doble rasero e
hipocresía también se utiliza en las relaciones con la mayoría de los demás
países.
«Estos son exactamente los métodos sucios que Occidente utiliza no sólo en relación con Ucrania, sino en muchos otros ámbitos de la política mundial», declaró.
Anthony Blinken, secretario de Estado estadounidense.
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El reciente
apoyo directo del secretario de Estado estadounidense Antony
Blinken a los ataques de largo alcance del régimen de Kiev contra objetivos en Rusia
es una prueba más de las afirmaciones de Lavrov.
Concretamente, durante una entrevista con ABC News el
10 de septiembre, Blinken declaró que
supuestamente «Ucrania es quien decidía» si
debía o no atacar a Rusia propiamente dicha con
armas de largo alcance de fabricación estadounidense. La idea de que el régimen
de Kiev pudiera tomar una decisión así por su
cuenta es más que irrisoria, lo que significa que es la propia talasocracia
beligerante la que ordenó a la junta neonazi apuntar
a zonas más profundas del interior de Rusia con
el fin de infligir el máximo daño con la mínima inversión o riesgo para sí
misma.
La
declaración de Blinken se produjo sólo un día después de que ABC News informara de que Estados Unidos
proporcionaría los [misiles tácticos de largo alcance] ATACMS
al régimen de Kiev. El alcance de estos misiles, aunque escasamente
innovador, es suficiente para poner en peligro no sólo las líneas de suministro
rusas, sino también la infraestructura civil a cientos de kilómetros detrás de
las líneas del frente. Y, sin embargo, éste no es el único peligro que Lavrov ha señalado hasta ahora, ya que a principios de
junio advirtió de que los cazas F-16 con
capacidad nuclear podrían provocar una escalada incontrolable que Rusia no tolerará en absoluto. Subrayó que Moscú se vería obligado a responder militarmente, lo
que significa que la OTAN también sería directamente responsable en ese caso.
Drago Bosnic es una analista geopolítico y militar independiente
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