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“Los
impuestos del multimillonario. A Sunak lo persigue otro fantasma del que no puede librarse
ante una sociedad que está atravesando una profunda
crisis del costo de la vida. El primer ministro es un multimillonario, casado con una multimillonaria, la india Akshata Murky,
que comparte con su marido
su inclinación por las inversiones en el extranjero y los dudosos arreglos fiscales. Una
investigación de la Tax Justice Network (TJN) en el Reino Unido halló que Sunak obtuvo ganancias de
más de dos millones de
libras el año pasado, pero solo pagó un 23%
de impuestos, equivalente a lo que se le descuenta a un maestro
automáticamente de su salario. La investigación fue reproducida por
más de 900 periódicos y webs,
entre ellas los más importantes del país, y expuso en toda su crudeza
la apabullante desigualdad económica y fiscal que impuso en el Reino
Unido en los 80 el ídolo de Javier Milei, la "dama de
hierro" Margaret Thatcher.
“Desde
ya que Sunak no es
un caso aislado. Como reveló la TJN,
el sistema impositivo británico favorece
la inversión financiera: los beneficios de la venta de acciones,
por ejemplo, pagan solo un 20% de impuestos. Según la TJN
se podrían recaudar unos 15 mil millones de libras por
año si se cerraran esta y otras brechas fiscales. Mientras el NHS y el transporte y la educación languidecen
por falta de financiamiento, la tasa corporativa es del 25%,
la más baja entre los países del G7. Jeremy
Hunt, ministro de finanzas de Sunak, anunció el año
pasado una reducción
adicional impositiva de 50 mil millones de libras en los próximos cinco años.
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REINO
UNIDO: SUNAK, CADA VEZ MÁS CONTRA LAS CUERDAS. El País se
encuentra Oficialmente en Recesión.
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El resultado
electoral en la renovación de dos escaños confirma el hartazgo de los votantes
luego de 14 años
consecutivos de ajuste conservador.
Deterioro de los servicios públicos, alquileres e hipotecas por las nubes, rezago
salarial, niveles récord de pobreza.
Por Marcelo
Justo.
Fuente.
Página /12/ lunes 19 de febrero del 2024.
Desde Londres
Rishi
Sunak sigue cuesta abajo en la rodada. En pleno año
electoral acaba de perder dos elecciones de renovación
de escaño que dan una acabada idea de lo que les
espera a los conservadores en los comicios generales. Como si esto fuera poco, el Reino Unido se encuentra desde
el jueves pasado oficialmente en recesión luego de que los datos económicos de la
autárquica Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS en inglés)
mostraran que la economía había caído dos trimestres consecutivos entre
julio y diciembre (0,1 y 0,3%). Así
las cosas, hay una extraordinaria confluencia de voces que piden la cabeza de Sunak
en bandeja, sea por llamado anticipado a elecciones (la
oposición) o por
defenestración interna (los conservadores)
Vayamos
por partes. En Wellingborough,
localidad de unas 56 mil habitantes en el centro de Inglaterra, los laboristas les ganaron el escaño a los conservadores con un viraje del voto del 28
%, el segundo más grande desde la Segunda Guerra Mundial. En Kingwood, sudoeste del país, hubo
un traspaso del 16,1% del electorado de los tories
a los laboristas.
El
jueves la autárquica Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS
en inglés) no les dio ninguna mano a los conservadores publicando los datos que confirmaban
que técnicamente el país
está en recesión. El descenso fue en todos los sectores
de la economía, pero especialmente en el comercio
que tuvo un brutal descenso en
las ventas del trimestre navideño,
caracterizado normalmente por el fuerte aumento del
consumo.
Si todavía faltara algo a este panorama poco alentador, súmele el invierno inglés – frío, oscuridad, lluvia, viento – y va a tener un combo completo del estado de ánimo de la población en estas islas que alguna vez fueron el imperio donde nunca se ponía el sol.
Basta
ya
El
resultado electoral confirma lo que vienen vaticinando las
encuestas desde hace más de un año: el hartazgo
de los votantes luego de 14 años consecutivos de ajuste conservador. Si se extrapola a las otras 648
zonas electorales, los laboristas tendrían
una mayoría absoluta parlamentaria de más de 60 diputados
en los comicios de este año.
“Hace un año que los laboristas tienen 17 puntos de ventaja sobre los conservadores. Incluso
después de una semana difícil políticamente, el líder laborista Keir Starmer
está en camino de convertirse en el próximo primer ministro”, analizó
para la BBC el pope de las encuestas en el Reino
Unido, John Curtice.
El
líder laborista es un abogado insípido que no ha presentado casi ninguna
propuesta concreta desde que sucedió a Jeremy Corbyn en 2020.
La más tangible de ellas – invertir 28 mil millones de libras anuales
en energía verde – fue dejada a un lado hace 10 días porque era demasiado audaz
y temía abrir flancos de ataque a los conservadores. En vísperas de las dos elecciones, Starmer
se vio obligado a separar al candidato a la renovación de escaño a fin de mes en otro
distrito, Rochdale, por acusaciones de antisemitismo
que le han complicado la vida al partido desde la época de su anterior líder
Jeremy Corbyn. Ni así, Sunak consiguió achicar diferencias para
impedir que votantes conservadores o centristas se inclinaran en masa por el laborismo.
De las cinco promesas que hizo Sunak hace un año solo una se ha
cumplido:
reducir a la mitad la
inflación (alrededor
del 5%). Esto que para un argentino
puede parecer razón necesaria y suficiente para la reelección, empalidece frente a todos los otros
indicadores: brutal
deterioro de los
servicios públicos, altísimas tasas de interés, alquileres e hipotecas por las
nubes, rezago salarial, niveles récord de pobreza y gente sin techo.
Súmele a esto que a nivel político Sunak es un paracaidista en su propio partido, sin base propia, tironeado como un arlequín por los distintos sectores, en especial las tres tribus de ultra derecha que se disputan su cetro y que le exigen más antieuropeísmo, más política anti-inmigratoria, más mano dura.
Corriéndose
hacia la derecha
A Sunak lo corre no solo su propia
ultraderecha sino la que emergió fuera de
las filas conservadoras de las manos del genio maligno del Brexit,
Nigel Farrage. El "Reform UK" de Farrage
obtuvo el 13 % en el comicio de Wellingborough y el 10,1%
en el de Kingwood, en su mayoría a expensas de los conservadores.
En las encuestas del año pasado dio un promedio de un 10%
de apoyo.
“Esto favorece a los laboristas. Pero si podemos reunificar a la
derecha tenemos una verdadera oportunidad”, intentó inyectar fe en las filas de
la ultraderecha
anti-europeísta el diputado conservador Jacob Rees-Mogg.
La
agenda de las tribus
ultraconservadoras es previsible: recortar impuestos para
las corporaciones y las personas, reducir
la inmigración y limitar al máximo posible los
compromisos con la Unión Europea (UE). El
primer ministro dio una primera indicación de que está dispuesto a adoptar esta
agenda al reaccionar a los resultados.
“Vamos a seguir nuestro camino. Reducimos
la inflación, reduciremos los impuestos”, dijo Sunak.
La
expectativa está puesta en el presupuesto
que anunciará el gobierno en marzo, pero el margen de maniobra para avanzar es
reducido. La deuda pública
se disparó al 100% del PBI, los intereses mensuales rondan las 10
mil millones de libras y los servicios públicos están haciendo agua. La única manera de
hacer un recorte significativo a nivel impositivo sería cortar el gasto público en momentos en que el deterioro del Servicio
Nacional de Salud, la educación y el transporte figuran
entre los temas que más preocupan al electorado.
Los
impuestos del multimillonario
A Sunak lo persigue otro fantasma del que no puede librarse
ante una sociedad que está atravesando una profunda
crisis del costo de la vida. El primer ministro es un multimillonario, casado con una multimillonaria, la india Akshata Murky,
que comparte con su marido
su inclinación por las inversiones en el extranjero y los dudosos arreglos fiscales.
Una
investigación de la Tax Justice Network (TJN) en el Reino Unido halló que Sunak obtuvo ganancias de
más de dos millones de
libras el año pasado, pero solo pagó un 23%
de impuestos, equivalente a lo que se le descuenta a un maestro
automáticamente de su salario. La investigación fue reproducida por
más de 900 periódicos y webs,
entre ellas los más importantes del país, y expuso en toda su crudeza
la apabullante desigualdad económica y fiscal que impuso en el Reino
Unido en los 80 el ídolo de Javier Milei, la "dama de
hierro" Margaret Thatcher.
Desde
ya que Sunak no es
un caso aislado. Como reveló la TJN,
el sistema impositivo británico favorece
la inversión financiera: los beneficios de la venta de acciones,
por ejemplo, pagan solo un 20% de impuestos. Según la TJN
se podrían recaudar unos 15 mil millones de libras por
año si se cerraran esta y otras brechas fiscales.
Mientras
el NHS y el transporte y la educación languidecen
por falta de financiamiento, la tasa corporativa es del 25%,
la más baja entre los países del G7. Jeremy
Hunt, ministro de finanzas de Sunak, anunció el año
pasado una reducción
adicional impositiva de 50 mil millones de libras en los próximos cinco años.
Y
no es que a las grandes empresas les
faltasen beneficios con los conservadores. Según la Auditoría Nacional, las
exenciones impositivas corporativas superaron
los 200 mil millones el año pasado. Sumando estas cifras de un sistema impositivo que favorece claramente
a las empresas, se
podrían recomponer los servicios
públicos británicos que sobreviven como pueden a la anoréxica inversión de
los conservadores
desde que asumieron en 2010. Con estos datos a mano, ¿sorprende
que el gobierno y su primer ministro sean percibidos como distantes, ajenos y
solo interesados en sus propios bolsillos?
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