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“Santuario histórico de Machu
Picchu “Ubicado
a 2.430 metros de altura en un paraje de gran
belleza, en medio de un bosque tropical de montaña,
el santuario de Machu Picchu fue probablemente
la realización arquitectónica más asombrosa del Imperio
Inca en su apogeo. Sus murallas, terrazas y
rampas gigantescas dan la impresión de haber sido
esculpidas en las escarpaduras de la roca, como si formaran parte de ésta. El marco natural, situado en la vertiente oriental de
los Andes, forma parte de la cuenca superior del Amazonas,
que posee una flora y fauna muy variadas”.
“El Santuario Histórico de Machu
Picchu se ubica en la provincia de Urubamba,
Región Cusco. Comprende un extenso paisaje
cultural y natural localizado en diversos ecosistemas, en el que también
existen otros sitios arqueológicos conectados
por caminos que conducen a la ciudad inca. Machu Picchu
es el sitio arqueológico inca más
sobresaliente debido a su creativo diseño urbano,
la belleza de su arquitectura y el fino
trabajo en piedra de sus construcciones. En su planificación se aprovechó notablemente la topografía de la cima de la montaña
a la que transformó en una imponente llaqta. Fue
edificada en el siglo XV por el Inca Pachacútec, abandonada en los primeros años de
colonia española y “redescubierta” en el año 1911.
La arquitectura de esta ciudad
inca, plasmada en sus 200 recintos, se
mimetiza excepcionalmente con el maravilloso entorno natural
al que se encuentra estrechamente ligado.
(Documento presentado ante el mundo, sobre la Ciudad Inca Machu Picchu, en la
Región Cusco).
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MACHU
PICCHU, LA MAJESTAD DE PIEDRA QUE DESLUMBRA A LA HUMANIDAD.
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Lima (Prensa Latina) “Madre de
piedra, espuma de los cóndores / Alto arrecife de la aurora humana…”, llamó
el poeta chileno Pablo Neruda a Machu Picchu, fascinado ante la grandiosa ciudad inca
y la energía que parece emanar.
Por Manuel Robles Sosa
Corresponsal jefe en Perú
Prensa Latina. Lima 29 de febrero del 2024.
Los versos forman parte del poema
Alturas de Machu Picchu, el cual refleja la gran impresión que le causó
a Neruda su visita al monumento mayor,
construido piedra sobre piedra y legado a los peruanos por sus ancestros.
Lo que al
parecer fue un centro militar y administrativo, construido antes del siglo XV, se ha convertido en el principal destino
turístico del país y de América del Sur, y en 1983
resultó declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Además, en 2007
fue ungido como una de las Siete Nuevas Maravillas del
Mundo Moderno, oficialmente es considerado Santuario
Histórico y lo recorren a diario miles de visitantes de todo el orbe.
La Llaqta (tierra, ciudad o población en quechua) de Machu Picchu, como la
denomina la gente de la región de Cusco -en cuyo
territorio se ubica, en los Andes del sur de Perú-,
se yergue en las estribaciones tropicales de la cadena montañosa que es una
especie de columna vertebral del país pues
recorre su geografía de sur a norte.
El viaje a Machu Picchu
desde Lima tiene como primera escala a la
ciudad de Cusco, capital regional, en un vuelo
de 90 minutos o una travesía en autobús de 22 horas,
para después continuar cuatro más en tren.
La vía férrea llega hasta Machu Picchu Pueblo, una pequeña población que depende económicamente de la actividad generada por el turismo, a escasos nueve kilómetros del Santuario Histórico.
Tras la
parada del autobús, hay que subir un pequeño
tramo a pie y al llegar a lo alto aparece, a los pies del viajero,
resplandeciente y eterna, lo que algunos llaman el último
refugio de los incas, a donde nunca llegaron los
conquistadores españoles con su codicia por el oro
de los invadidos.
Hay más opciones para
quienes quieren disfrutar de los paisajes y
otros atractivos, como un trayecto de tres días de
viaje en autobús desde Cusco, por arduos caminos
y con varios transbordos y una caminata final hasta Machu
Picchu Pueblo.
Para quienes buscan turismo de montaña o de
aventura, está el recorrido a pie por el Camino Inca,
una red vial creada por aquella civilización,
que requiere de buen estado físico y preparación para una caminata de cuatro días por las alturas.
Esa es la posibilidad más cara, pues puede
sobrepasar los mil dólares, aparte de otros
gastos y sin contar el viaje de regreso a Cusco en tren.
ANTE LA GRANDEZA INCA
Ninguna fotografía ni ningún
video pueden dar una idea cabal de esa especie
de deslumbramiento que se produce cuando uno
queda, cara a cara, frente a la grandeza de la Llaqta
de Machu Picchu.
Y más cuando se inicia un recorrido por cuestas y escaleras, andenes y
edificaciones de piedras superpuestas
diestramente, sin argamasa y sin que pueda caber un alfiler entre una y otra.
La ciudad inca está dividida en dos sectores principales, el urbano y el agrícola. Separados por un foso, el sector Alto o Hanan y el Bajo o Hurin contienen 19 conjuntos urbanos, las viviendas de la nobleza y los especialistas, los templos y las huacas (ídolos, sitios sagrados, tumbas y otros), 13 zonas agrícolas (andenes), la plaza central, dos plazas menores y ocho senderos.
Al Sector Sagrado se accede por el Camino
Inca que da ingreso a la denominada Portada
de esa parte de la ciudad, la cual alberga el Templo
del Sol, el Mausoleo
Real, la Residencia o Palacio Real, el Templo de las Tres Ventanas, el Templo Principal y el grupo Intihuatana.
Intihuatana toma su
nombre de una especie de reloj o calendario solar. Se trata de un monumento lítico en forma de polígono, cuyos lados proyectan
sombras relacionadas con el movimiento del sol y
las diferentes estaciones.
En el 2000, durante
la grabación de una pieza publicitaria de la transnacional Walther Thompson para una
marca de cerveza,
debido al uso ilegal
de una enorme grúa,
el sacro Intihuatana sufrió una rajadura, atentado
por negligencia que quedó impune.
Se estima que Machu
Picchu fue construida a mediados del siglo XV
bajo el gobierno del Inca Pachacútec, guerrero y constructor,
y permaneció aislada después, tras la llegada de los conquistadores españoles a
Perú, cuando tomaron Cusco.
Hubo que esperar hasta el siglo
XX para que en 1911 el arqueólogo y
aventurero norteamericano Hiram
Bingham (inspirador del personaje protagónico de las películas de Indiana Jones) se bañara
de gloria al “descubrir”
Machu Picchu.
En el diario de viaje de su periplo latinoamericano juvenil, el revolucionario argentino-cubano
Ernesto Che Guevara consignó que Bingham se llevó de Machu Picchu 200 grandes cajones y otras fuentes
precisan que contenían cinco
mil piezas arqueológicas, las cuales en
su mayoría siguen en manos de coleccionistas privados o en museos oficiales de Estados Unidos.
El entrecomillado de “descubridor” asignado a Bingham se basa en la
existencia de documentos coloniales que
mencionan a la Llaqta de Machu Picchu como “Asiento de los Incas” o “Pueblo
Antiguo del Inga Nombrado Guaynapicchu”.
Un documento cartográfico elaborado en 1874 por el ingeniero alemán Herman
Göhring señaló el topónimo
y viejas generaciones de
cusqueños dieron fe de que sus padres o abuelos hacían excursiones a Machu Picchu. Por lo demás, Bingham fue conducido hasta la Llaqta por
un guía que conocía
perfectamente adonde lo llevaba.
De
cualquier manera, la pétrea ciudad es un emblema
de la cultura, de la identidad
pluricultural de los peruanos y, además de ello, el Santuario Histórico de Machu Picchu forma parte del Parque Arqueológico Nacional del mismo nombre, uno de
los de mayor biodiversidad del Perú.
En el parque hay 24
ecosistemas andinos y amazónicos, desde bosques
húmedos a mil 900 metros sobre el nivel
del mar hasta cumbres de más de esos mil metros de
altitud, lo que atrae también a los turistas
amantes de la naturaleza.
Esa geografía brinda
condiciones ideales para la fauna silvestre, por
lo que alberga a 75 especies de mamíferos, 444 de aves, 14 de
anfibios, 24 de reptiles y 377 de mariposas, además de 423
especies de orquídeas y 332
de árboles.
Machu
Picchu: La maravilla de piedra que deslumbra a la humanidad
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