miércoles, 2 de marzo de 2011

“NUEVAS FORMAS DE DOMINACION COLONIAL”. Estados Unidos y Europa presentes en el Oriente Medio y el Golfo Pérsico.

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Los comités, dice Le Monde, han desechado la propuesta de marchar sobre Trípoli debido a la carencia de armamento adecuado para hacer frente a los tanques del gobierno. Asimismo, se encuentran discutiendo la formación de un gobierno regional, el cual serviría para unir a los comités pero que podría provocar la escisión territorial de Libia; un ex ministro de Khadafi, que abandonó el gobierno en los primeros días de la insurgencia, ha comenzado las gestiones para formar gobierno, probablemente en función de un reconocimiento internacional. Según el diario francés, los comités, en cambio, defienden con firmeza la unidad nacional y se oponen a formar gobierno. Al cabo de 40 años, la unidad burocrática de Libia, desarrollada por el nacionalismo tercermundista, se disuelve bajo la presión de una división nacional que se! ha acentuado.

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!! Que hermosos y felices aquellos tiempos de extraña "amistad política". Hoy negros nubarrones se extienden por territorios nor-africanos y del mundo árabe. Las corporaciones transnacionales ganan miles de millones y sus Mandatarios "proponen" una Democracia al estilo y copia de occidente¡¡.
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“NUEVAS FORMAS DE DOMINACION COLONIAL”.

Estados Unidos y Europa presentes en el Oriente Medio

y el Golfo Pérsico.

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La emergente y democrática sociedad civil es la gran protagonista del destino final de la Revolución Popular en el mundo Árabe.



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Occidente es el gran responsable. La Misión de la CIA es establecer nuevas formas de dominación colonial en base al chantaje, la mentira y la complicidad de algunos sectores sociales del entorno de los sátrapas y dictadores. Todos sabemos que el objetico económico y político del mundo occidental – corporaciones transnacionales estadounidenses y europeas – es apoderarse directamente de la explotación, comercialización y control en el mercado internacional del petróleo y otros recursos naturales que hoy son principales para la economía de los países desarrollados. Al igual que en la década de los 80’ en especial Estados Unidos “amamantó y ayudó a crecer” al dictador de Iraq, en la década del 90’ y la primera década del siglo XXI, igualmente fue su socio y referente político el dictador libio, al final, como ya no le sirve a sus intereses monopólicos globales, hoy se suma desenfrenadamente a la justa lucha de los pueblos árabes.

Cuidado que hoy la poderosa propaganda occidental, de los poderes fácticos mundiales, como parte central del nuevo proceso de acumulación mundial del capitalismo – modelo que con violencia y con nuevas formas de “neo-colonialismo” total – así como la “acumulación por despojo” de las riquezas naturales de los pueblos, directamente es parte interesada de nuevas formas de intervencionismo político, crea, construye y difunde, psico-sociales, cortinas de humo político, nuevas “jugarretas” políticas en base a las mentiras, calumnias y chantajes.


Denunciemos ante los pueblos del mundo libre, emergente y democrático, la existencia en primer lugar de una fragmentada situación interna de control vertical, autoritario, de crisis y violencia; así como fuertes poderes internos descentralizados y articulados al poder central del dictador; en segundo lugar la múltiple acción política primero de apoyo y condena a la dictadura y segundo, disfrazar el apoyo, mediante una intervención disfrazada aparentemente democrática, situación y cálculo político global, que nos conduce hacia nuevas formas de dominación, intervencionismo y neo-colonización; Iraq, Afganistan y otros países del norte africano y del mundo árabe son el resultado del conjunto de nuevas formas de agresión y ocupación político-militar.


Pero la fuerza, fortaleza y capacidad de lucha de la juventud árabe, la emergente, plural y democrática nueva Sociedad Civil hoy tienen la gran responsabilidad de conducir la lucha final de sus pueblos por el camino de una Nueva Democracia Directa, Participativa, Solidaria, Dialogante, consolidar y fortalecer las pequeñas pero fuertes asociaciones locales, donde realmente radica el nuevo poder popular de los pueblos. Una democracia que de la esperanza política den un paso político gigantesco y consoliden las aspiraciones e ilusiones de la juventud, el motor central de la Revolución Popular del mundo árabe.

Que el derecho a la educación, la asistencia en salud, el trabajo decente, los salarios dignos, los servicios de agua, luz, transporte, comunicación, así como el reconocimiento y vigencia de los Derechos Humanos constituyan la base principal de la nueva democracia que se fundamente en la solidaridad, el dialogo, el respeto a la diversidad cultural, étnica, religiosa, y sean capaces de reconocer los derechos laborales y tengan plena vigencia en general los derechos sociales, porque hoy constituyen la columna vertebral de la “nueva” Democracia del siglo XXI; forjar una nueva mirada hacia la integración global, recuperando el mundo que nos pertenece y que nos fue arrebatado por el neoliberalismo y sus cómplices y serviles internos.

Construyamos con fe el futuro que nos pertenece. !! Otro mundo, si es posible¡¡. Un mundo Socialista que descanse en los cuatro pilares o fortalezas de la Modernidad: plena libertad de nuestros pueblos, construir desde abajo la igualdad social, como ciudadanos seamos verdaderos actores de forjar y construir la justicia social en el objetivo supremo de hacer de la dignidad de nuestros trabajadores, ciudadanos, pueblos y comunidades el compromiso y responsabilidad social y democrática, para revalorar nuestra cultura, actores centrales de nuestra propia identidad social y cultural, con nuevos liderazgos abran nuevos caminos de comunicación intercultural en la defensa de nuestra soberanía nacional.
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Berlusconi y Gadafi. En Italia, Gadafi es recibido por Berlusconi, con honores marciales. "Gran parecido político entre ambos personajes". Uno es acusado de violar jovencitas y otro de masacrar y asesinar a su pueblo.

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LAS CULPAS DE OCCIDENTE.


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Martes 1 de marzo del 2011.

Álvaro Cuadra (especial para ARGENPRESS.info)

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Llama la atención cómo la prensa occidental ha construido un relato mitológico en torno a los países árabes. Lo primero que sorprende es el escándalo por la presencia de fuerzas políticas islámicas en naciones, predominantemente, islámicas. Esto es tan absurdo como poner el grito en el cielo porque existe una organización llamada Democracia Cristiana en una cultura, precisamente, cristiana. Para decirlo con toda franqueza, lo anómalo en las naciones del Oriente Medio y el Golfo Pérsico no es la presencia islámica, sino la presencia extranjera. La única pregunta que debiera ser planteada es qué hacen militares y civiles de los Estados Unidos y de potencias europeas en tales países.


La respuesta a tal interrogante es casi una obviedad. Las naciones desarrolladas tienen enormes intereses en la región. En primer lugar, desde luego, el crudo que alimenta a la industria norteamericana y europea. Esta riqueza diseminada bajo las arenas del desierto ha sido desde hace décadas el factor fundamental que orienta las luchas políticas en muchos de estos países. La riqueza petrolera ha determinado golpes de estado, asesinatos, guerras, invasiones extranjeras, acciones terroristas y, hoy, insurrecciones populares. En segundo lugar, no podemos olvidar el valor estratégico de toda la región, desde el Estrecho de Gibraltar al canal de Suez, desde el Mar Rojo al Estrecho de Ormuz. El panorama político de aquellos países del norte africano ha sido la presencia invariable de sistemas autocráticos, sea bajo la forma de monarquías, pseudo democracias o, explícitamente, dictaduras militares. Todo ello convirtió a las sociedades árabes en un mundo fosilizado, atrasado, una sociedad altamente desigual, con elites tan ricas como corruptas, y amplias mayorías de analfabetos y pobres.


Este estado de cosas fue no solo legitimado sino sustentado por los gobiernos occidentales, más interesados en facilitar gigantescos contratos para grandes corporaciones petroleras y millonarias ventas de equipos y armamentos a regímenes reñidos con el más mínimo principio democrático. El mismo coronel Gadafi, demonizado en la actualidad por la prensa de todo el mundo, había “hecho las paces” con occidente en nombre del pragmatismo. Las declaraciones de los gobiernos occidentales en torno a los derechos humanos y la democracia resultan ser no sólo de una hipocresía sin límites sino un grotesco. Las corporaciones petroleras y la banca occidental han sido cómplices del coronel libio y su clan, especialmente los gobiernos de Italia, España y Alemania.


Más allá del discurso del presidente Barack Obama en el Cairo, lo cierto es que los Estados Unidos y sus socios europeos están cosechando las culpas de occidente, aquella política que fue sembrada en la era Bush, la intervención militar descarada o el apoyo a regímenes autocráticos serviles a sus intereses. La mecha sigue encendida en diversos países, ya que se trata de una insurrección regional en tiempos de globalización. Occidente está jugando con fuego al pie de un estanque de petróleo. La crisis del Medio Oriente no presagia nada bueno para el mundo: alza en los precios del petróleo y sus derivados, aumento de los flujos migratorios hacia las costas europeas, un clima de violencia generalizado en la región con insospechadas consecuencias en todo el planeta. Cualquiera sea el destino de este proceso histórico, es indudable que el mundo ya no será más lo que solía ser.

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EL DOBLE PODER EN LIBIA.

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Martes 1 de marzo del 2011.


Jorge Altamira (especial para ARGENPRESS.info)

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La crisis revolucionaria no solamente ha asumido su forma más extrema en Libia con el desencadenamiento de un principio de guerra civil. Es también el lugar donde la descomposición del Estado ha sido más aguda, casi completa, y donde el vacío de poder, en las zonas que escapan al control del gobierno central ha sido cubierto en parte por la formación de comités populares.


De acuerdo al Financial Times (27.2), “en todo el este del país, académicos, funcionarios, soldados y hombres de negocios han unido fuerzas para administrar ciudades y pueblos una vez que el régimen de Mohamad Khadafi hubiera sido expulsado. En Benghazi, la capital de la región, uno de los varios comités que se han establecido asegura la provisión de electricidad. Se conecta con el comité encargado del petróleo para obtener el abastecimiento de combustibles para las plantas eléctricas. Los funcionarios que trabajan en la sucursal local del ministerio de Finanzas, que han adherido a la revolución ‘desde el primer día’, firman los cheques que aseguran el pago de los salarios”; la sucursal local del banco central tendría liquidez para sufragar gastos por tres meses. Grupos armados protegen el funcionamiento de las oficinas del banco central. Se encuentran movilizados incluso los ‘boy scouts’ para la distribución de alimentos. En los bancos que han retomado su trabajo, se permite el retiro diario de hasta 160 dólares. Para los analistas políticos, la formación de comités obedece a la ausencia de instituciones políticas en Libia, con excepción de la camarilla del líder máximo, creando un vacío de poder que es cubierto por los comités. De acuerdo al corresponsal del FT, “El movimiento anti-régimen espera usar el mismo modelo de comités a nivel nacional para impedir el vacío que producirá la expulsión del régimen de Khadafi”.


La corresponsal de Le Monde (1.3) aborda también el tema de los comités, aunque desde otro ángulo. El comité encargado del gobierno de Benghazi realizó su primera conferencia de prensa el 27 de febrero. Señala, sin embargo, que “Entre las ciudades ‘liberadas’ del este, la coordinación entre los comités es casi inexistente”. Ella también explica que “Libia no tiene Constitución, ni partidos políticos, ni asociaciones ni sindicatos, ni el menor tejido político organizado en el cual apoyarse”. Además, “la revolución libia, lanzada por el empuje de la juventud, no tiene por el momento ningún dirigente”. Las caracterizaciones de los corresponsales del FT y de Le Monde contrastan con las de los analistas norteamericanos, que aseguran que el levantamiento en el este es la consecuencia de la desafección de los clanes tribales del este, que no es de ahora, con la camarilla familiar que gobierna desde Trípoli, la capital, en el oeste.


Los comités, dice Le Monde, han desechado la propuesta de marchar sobre Trípoli debido a la carencia de armamento adecuado para hacer frente a los tanques del gobierno. Asimismo, se encuentran discutiendo la formación de un gobierno regional, el cual serviría para unir a los comités pero que podría provocar la escisión territorial de Libia; un ex ministro de Khadafi, que abandonó el gobierno en los primeros días de la insurgencia, ha comenzado las gestiones para formar gobierno, probablemente en función de un reconocimiento internacional. Según el diario francés, los comités, en cambio, defienden con firmeza la unidad nacional y se oponen a formar gobierno. Al cabo de 40 años, la unidad burocrática de Libia, desarrollada por el nacionalismo tercermundista, se disuelve bajo la presión de una división nacional que se! ha acentuado.


Si la información de estos diarios es exacta, el imperialismo intentará pacificar a Libia a través de un arbitraje entre comités que combinan a diferentes clases sociales y la autocracia khadafista. Pero el imperialismo es incapaz de tener una política unificada frente a un país políticamente estratégico por sus recursos petroleros y su ubicación geográfica. El profesor Nouriel Roubini, que cobró fama cuando anticipó en detalle el derrumbe hipotecario en Estados Unidos, ha observado que el mayor problema “sistémico” del momento es el vacío de dirección política a nivel mundial. Quizás se quedó un poco corto, porque no tuvo en cuenta las crisis políticas que han emergido en los estados de Norteamérica, ni el efecto corrosivo de la crisis fiscal de Estados Unidos sobre la crisis mundial y la crisis política interna.

El despropósito de los gobiernos del ALBA al apoyar a Khadafi pone de manifiesto la caracterización deformada que tienen de los acontecimientos internacionales, lo cual es típico del nacionalismo, que los examina desde sus estrechas fronteras nacionales y sus condicionamientos internos.

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