miércoles, 9 de marzo de 2011

En el mundo de hoy: "También los jóvenes existen". Saben leer y escribir, pero aún no completan su formación en Desarrollo Humano.

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Los jóvenes de hoy tienen grandes desafíos por delante. Tendrán que enfrentarse a las terribles consecuencias de las Tres Crisis Globales y multidimensionales: la crisis económico-financiera y el "fin" del modelo financiero especulativo, explosión de la burbuja hipotecaria - crisis inmobiliaria - bancaria, industrial- financiera, seguros, aerea, automotriz, petróleo: crisis del cambio climático global, la crisis hidríca, crisis en la salud. crisis alimentaria, crisis en las tierras de cultivo; crisis de la Confianza que genera crisis social, política, cultural, moral, ambiental e institucional. La crisis global sobre el envejecimiento del planeta. Y como si fuera poco, deberá enfrentar el nuevo modelo de acumulación mundial del capitalismo, dirigido exclusivamente hacia la llamada "segunda" revolución conservadora en los servicios públicas de las mega ciudades y el capitalismo de apropiación por despojo en el mundo andino en tierras de cultivo, agua y grandes proyectos. Finalmente todo su poder - inversión masiva - dirigido absolutamente hacia el mundo original Amazónico y la apropiación de la energía, la biodiversidad y los conocimientos tradicionales.
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En el mundo de hoy: "También los jóvenes existen".

Saben leer y escribir, pero aún no completan su formación en Desarrollo Humano.
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Ana Muñoz Álvarez.

La Jornada. Martes 8 de marzo del 2011.

Los jóvenes de hoy tienen grandes desafíos por delante. Tendrán que enfrentarse al cambio climático, a la globalización neoliberal y sus políticas asimétricas y desiguales, al envejecimiento del planeta, etc.

Más de 1.200 millones de los habitantes de la Tierra son adolescentes, entre 15 y 19 años. Nueve de cada diez vive en países empobrecidos del Sur, según el Informe Mundial de la Infancia 2011, publicado por Unicef. Tan sólo un 12% de los jóvenes del mundo viven en los países del Norte. El mundo ha hecho grandes esfuerzos para mejorar la situación de los niños en los últimos años. Se ha conseguido, por ejemplo, reducir en un 33% la mortalidad en los niños menores de cinco años, se han realizado grandes avances en la escolaridad primaria, sobre todo, en países de Latinoamérica y también ha mejorado los calendarios de vacunaciones y el acceso a la salud. Sin embargo, los grandes logros no han seguido para nuestros jóvenes.

Más de 70 millones de adolescentes en edad de cursar estudios secundarios no asisten a clase. Estos jóvenes saben leer y escribir, pero aún no han concluido una formación que complete su desarrollo humano. Esta situación de abandono escolar está relacionada con la pobreza y la necesidad de las familias de que estos jóvenes trabajen. La manera más apropiada de interrumpir ese círculo vicioso de la pobreza es tener un enfoque del desarrollo infantil basado en el ciclo vital, que conceda más importancia a la atención, la protección y la promoción de la autonomía de los adolescentes. Estos jóvenes pobres se ven engañados, explotados y agredidos por aquellos que les emplean. Con una mayor formación, estas situaciones podrían evitarse. En Brasil, por ejemplo, en los últimos diez años han muerto asesinados más de 80.000 adolescentes. Cifra que contrasta con los más de 26.000 menores de un año que sobrevivieron en ese mismo periodo.

La crisis económica también ha hecho mella en nuestros jóvenes. En 2009, señala Unicef, había más de 80 millones de jóvenes en situación de desempleo en todo el mundo. Con ello, estamos perdiendo la energía y le talento de la juventud. La mayoría está deseosa de tener una oportunidad y de demostrar su valía. “Quiero participar en el desarrollo de mi país y en la promoción de los derechos humanos”, explica a Unicef una joven egipcia, Amira, de 17 años.

Además de todos estos peligros, ser mujer adolescente entraña unos riesgos de género nada buenos para el futuro. Estas jóvenes pueden caer en manos de mafias que trafican con ellas y convertirse en esclavas sexuales, pueden ser explotadas como empleadas domésticas, pueden sufrir agresiones de género o pueden contraer matrimonio de manera prematura. Estas jóvenes son carne de cañón para caer “atrapadas en el ciclo de la maternidad, las altas tasas de mortalidad materna y la violencia sexual”, afirma el informe. La mujer es el motor de desarrollo de las comunidades menos avanzadas. Una mujer que estudia se casará más tarde, tendrá hijos más tarde, cuando decida tenerlos irán a al escuela, mejorará la salud y la higiene de su familia, participará en la toma de decisiones familiares y comunitarias, mejorará su autoestima, trabajará y conocerá sus derechos… El sida es otro de las grandes amenazas para los adolescentes. Es una de las causas de muerte más grave para los jóvenes, junto con los conflictos armados, los accidentes y las causas directas de la pobreza.

Los jóvenes de hoy tienen grandes desafíos por delante. Tendrán que enfrentarse al cambio climático, a la globalización, al envejecimiento del planeta, a los problemas de un mundo urbano, a crisis humanitarias y desastres naturales más profundas, a desigualdades mayores… Para forjar una economía más humana y sostenible, necesitan que los adultos de hoy hagamos un esfuerzo e invirtamos en ellos. Es necesario que les ofrezcamos herramientas para poder manejarse en un futuro incierto, pero que está en sus manos.

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