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La Escuela de
Humanidades reúne actualmente una
diversidad de actividades que básicamente se agrupan en Filosofía, Educación,
Letras y una carrera de Historia que terminamos de
aprobar el año pasado. En el área de Educación,
en 2011 hemos suscripto un convenio con las universidades nacionales de
Tres de Febrero y de Lanús para llevar adelante un Programa de Doctorado en Educación, donde la Unsam está presente a
través de Juan Carlos Tedesco. Además,
estamos repensando el rol de las Humanidades. Creamos una comisión,
integrada por Horacio Crespo, Gastón
Burucúa, Elida Lois y personalidades de las diversas disciplinas
concernidas, a efecto de pensar las Humanidades hacia el interior de la Escuela y en el
marco de la Universidad.
El rol fundamental y
regulador de las humanidades. Para nosotros, investigación,
estudio y creación son pilares fundamentales de la vida de la Escuela, entendemos que el diálogo entre
los saberes y las prácticas debe ser un hábito, la experiencia debe ser
fuente de reflexión y la producción ser un objetivo pedagógico central. La Escuela se formó a partir de la
concentración de investigadores y docentes, que no necesariamente eran
equipo, como Elida Lois, Gastón Burucúa,
Hugo Tricárico, Miguel de Azúa, Diego Hurtado de Mendoza, Juan Manuel Palacio,
Héctor Palma, Pablo Semán, entre muchos otros. De aquello que en un
principio no era un equipo, uno de los objetivos institucionales –y desafío a
la vez– fue constituir un conjunto que
trabaje compartiendo sus ideas en humanidades, más allá de sus
procedencias, y eso ha sido siempre y ahora más que nunca el objetivo de la
Escuela. No es casual que esta
universidad haya sido regida desde su creación por actores provenientes de las
Humanidades, tanto el primer rector, Daniel Malcolm, como el actual, Carlos
Ruta. Tiene
mucha vigencia el proyecto Humanidades en la Unsam, también por su ubicación,
en el conurbano bonaerense.
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Dr. Enrique Corti, Decano de la Escuela de Humanidades.
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“LAS HUMANIDADES NO SON
PARA COBARDES”. Universidad Nacional SAN
MARTIN.
Diálogo con Enrique
Corti, Decano de la Escuela de Humanidades, Universidad Nacional de San Martín.
(UNSAM).
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La
Universidad Nacional de San Martín cumple 20 años y su Escuela de Humanidades
consolida su proyecto en el conurbano bonaerense junto a sus líneas de
investigación y producción. Aquí va un repaso de su historia, sus grupos de
trabajo y su incidencia hoy.
Página /12 Miércoles 5 de septiembre del 2012.
Por Leonardo
Moledo
–Aprovechando los veinte años que se cumplen del nacimiento de la Unsam,
me gustaría que repasáramos el contexto en el que nació la Escuela de
Humanidades.
–La
Escuela de Humanidades no formó parte del proyecto inicial de la Universidad.
El proyecto institucional inicial incluía Ciencia y Tecnología, Economía y
Negocios y una Escuela de Posgrado. Claro que ninguna institución se gesta en
el vacío, ajena al contexto histórico y social. La ley de creación data de
1992, las primeras actividades académicas fueron por 1994. Es interesante
recordar que la Universidad Nacional de San Martín se constituyó como un
paraguas para reunir a todas las entidades que estaban en el Polo Tecnológico
Constituyentes por 1997, cuando el gobierno de Menem estaba desarticulando el
Plan Cóndor, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), el Instituto
Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el entonces Centro de Investigaciones
Científicas y Técnicas de las Fuerzas Armadas (Citefa, hoy Citedef) y el
Servicio Geológico Minero Argentino (Segemar), para eso se crea la Escuela de
Ciencia y Tecnología. Por su parte, la Escuela de Economía y Negocios surge
para comenzar a prestar un servicio para las pequeñas y medianas empresas del
partido de San Martín que, como consecuencia de las políticas económicas por
entonces, estaba diezmado...
–...como
el resto del conurbano...
–Y
la Escuela de Posgrado recibe posgrados originados en otras entidades que no
tenían carreras de grado en otra universidad. Ese es el contexto inicial. Luego
sí empezó a desarrollarse la acumulación crítica de recursos humanos que dan
lugar, en el año 1999, a la creación de la Escuela de Humanidades.
–¿Qué
áreas reúne?
–Esta
Escuela reúne actualmente una diversidad de actividades que básicamente se
agrupan en Filosofía, Educación, Letras y una carrera de Historia que
terminamos de aprobar el año pasado. En el área de Educación, en 2011 hemos
suscripto un convenio con las universidades nacionales de Tres de Febrero y de
Lanús para llevar adelante un Programa de Doctorado en Educación, donde la
Unsam está presente a través de Juan Carlos Tedesco. Además, estamos repensando
el rol de las Humanidades. Creamos una comisión, integrada por Horacio Crespo,
Gastón Burucúa, Elida Lois y personalidades de las diversas disciplinas
concernidas, a efecto de pensar las Humanidades hacia el interior de la Escuela
y en el marco de la Universidad.
–¿Qué
quieren repensar?
–El
rol fundamental y regulador de las humanidades. Para nosotros, investigación,
estudio y creación son pilares fundamentales de la vida de la Escuela,
entendemos que el diálogo entre los saberes y las prácticas debe ser un hábito,
la experiencia debe ser fuente de reflexión y la producción ser un objetivo
pedagógico central. La Escuela se formó a partir de la concentración de
investigadores y docentes, que no necesariamente eran equipo, como Elida Lois,
Gastón Burucúa, Hugo Tricárico, Miguel de Azúa, Diego Hurtado de Mendoza, Juan
Manuel Palacio, Héctor Palma, Pablo Semán, entre muchos otros. De aquello que
en un principio no era un equipo, uno de los objetivos institucionales –y
desafío a la vez– fue constituir un conjunto que trabaje compartiendo sus ideas
en humanidades, más allá de sus procedencias, y eso ha sido siempre y ahora más
que nunca el objetivo de la Escuela. No es casual que esta universidad haya
sido regida desde su creación por actores provenientes de las Humanidades,
tanto el primer rector, Daniel Malcolm, como el actual, Carlos Ruta. Tiene
mucha vigencia el proyecto Humanidades en la Unsam, también por su ubicación,
en el conurbano bonaerense.
–¿Por
qué lo dice?
–Las
dos facultades de Filosofía más próximas son Filosofía y Letras, de la UBA, y
Humanidades, de la Universidad de La Plata. En el conurbano no hay otra carrera
de Filosofía de grado en una universidad pública.
–¿Cuántos
alumnos tiene?
–La
Unsam tiene 15 mil alumnos. No es una universidad masiva, nunca lo fue. De esos
alumnos, casi dos mil están matriculados en la Escuela de Humanidades, que
tiene un desarrollo importante en el área de educación virtual. En estos
momentos, el campus virtual de la Unsam tiene prácticamente la misma cantidad
de alumnos que el de la Universidad de Quilmes, que acredita una tradición en
esta área. Originalmente se pensó que el hecho de la virtualidad competía con
calidad de la educación y realmente no sólo no es así, sino que es bastante más
difícil llegar a buen puerto en una carrera a distancia que en una carrera
presencial, porque la presencialidad genera una cierta comodidad que la virtualidad
no tiene y por lo tanto mantiene la vigilia académica de un modo más intenso.
–¿Usted
de qué área proviene?
–De
la filosofía medieval, soy investigador del Conicet desde 1985 y me dedico a la
investigación en hermenéutica textual, especialmente en textos del siglo XI.
–De
la filosofía del siglo XI podemos conversar en otra entrevista, ahora cuénteme
respecto de los proyectos de investigación de la Escuela.
–Actualmente
se desarrollan cerca de 15 proyectos que reúnen más de 50 investigadores,
auxiliares de investigación, becarios y tesistas de posgrado.
–En
distintos centros de estudio, ¿no? Cuénteme a qué se dedican.
–El
Centro de Estudios de Historia de la Ciencia y la Técnica José Babini y el
Centro de Investigaciones Jorge Furt desarrollan su actividad en torno de
valiosos repositorios documentales: la biblioteca de José Babini y el fondo de
la biblioteca de Jorge Furt, uno de cuyos principales tesoros es el archivo
documental de Juan Bautista Alberdi. En ambos casos hay un objetivo común: la
salvaguarda del patrimonio cultural argentino. En el Centro Babini se investiga
el desarrollo institucional de la ciencia en la Argentina y en la historia de
la energía nuclear, desde el punto de vista de los estudios comparativos.
También hay un proyecto en marcha sobre filosofía de la biología.
–Y
el Centro Furt se dedica a...
–A
relevar los manuscritos del archivo documental de Juan Bautista Alberdi. La
figura de Alberdi como estadista, jurisconsulto y escritor es enorme, y la
repercusión de su obra escrita en la formación del Estado argentino es crucial,
por lo tanto se trabaja para dar a conocer los cuantiosos materiales de su
archivo que aún permanecen inéditos, para cuya publicación se han estipulado
los recaudos filológicos e históricos de rigor.
–¿Y
en Filosofía?
–El
Centro de Estudios Filosóficos reúne cerca de una decena de investigadores del
Conicet que desarrollan sus investigaciones allí. Edgardo Castro, Hugo Bauzá,
yo mismo, entre otros. Las áreas con mayor desarrollo son Hermenéutica y
Fenomenología, Filosofía Moderna, Filosofía de las Ciencias.
–¿En
el área de las ciencias de la educación?
–La
Escuela alberga una red de cátedras de didáctica a nivel nacional. El Centro de
Estudios en Didácticas Específicas estudia desde la pedagogía, la didáctica y
la psicología del aprendizaje, la problemática que implica la comunicación de
los saberes propios de cada disciplina, en especial, las condiciones que deben
crearse en las situaciones de enseñanza y de aprendizaje, los comportamientos
de los alumnos ante estímulos específicos, la problemática de la comunicación
intrainstitucional y las formas de gestionar la enseñanza.
–Trabajan
también en la problemática del analfabetismo.
–Sí,
justamente mañana en el Ministerio de Educación comienza el Sexto Seminario Internacional
sobre Alfabetización y Educación Básica de Jóvenes y Adultos, organizado por
nuestra Cátedra Pablo Latapí, que será inaugurado con una conferencia del
experto en políticas educativas doctor Juan Eduardo García-Huidobro, de la
Universidad Alberto Hurtado de Chile. Impulsamos el debate del problema del
analfabetismo y la desigualdad en el acceso al saber como una de las grandes
deudas de la modernidad.
–¿Algo
más que quiera agregar?
–Cuando en el 2006 el poeta español Antonio Gamoneda recibió el Premio
Cervantes con un equipo de documentalistas filmamos un documental producido por
la Escuela de Humanidades y por el Círculo de Bellas Artes de Madrid y editado
en Europa. Fue una entrevista conceptual. En ella, Antonio Gamoneda en un
momento dice: “La
belleza no es para cobardes”. Yo hoy diría: “Las Humanidades no son para
cobardes”. Eso es lo que las hace apasionantes.
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