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“Después
de la primera conexión a Internet en la isla allá por
1996, de superar con holgura los 190 mil cubanos que podían acceder al servicio en 2008 y de la pandemia
que profundizó la demanda de conectividad en
pleno aislamiento, Cuba dio pasos clave para su
desarrollo en este campo. A enero de 2022 el 68% de los habitantes
estaba conectado a la red global. Aunque todavía
la velocidad de navegación es lenta y la isla ocupa
el puesto 202 entre 220
países – según
la página https://www.cable.co.uk/broadband/speed/worldwide-speed-league/ -
el tráfico de datos aumento el 63% en 2022.
“Aún en un escenario desfavorable que
no cesa hace poco más de seis décadas por el bloqueo,
de campañas contra Cuba que empezaron en 1960 con Radio Cuba Libre, de Radio
Martí en 1986 durante los años de Ronald Reagan y de TV Martí en
1990 con George H.W Bush en la Casa Blanca, de
la creación en 2018 durante el gobierno de Donald Trump de una Internet
Task Force para operar contra la isla y
otras usinas de descrédito en el mundo analógico y digital, la revolución cubana llegó hasta acá. Conectándose con el
mundo pese a la hostilidad de la principal potencia
militar del planeta.
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CUBA ES UN LABORATORIO DE
INGENIO EN LA RED GLOBAL.
La Isla Transforma las Limitaciones
en Respuestas de Supervivencia.
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A pesar del deprimido sistema de telecomunicaciones y de
los ataques virtuales masivos desde plataformas en EE.UU., el 68% de los cubanos está conectado a internet. Las páginas de YouTube,
Google y Facebook son de las más visitadas.
Por Gustavo Veiga.
Fuente. Página / 12 martes 11 de abril del 2023.
En un
mundo hiperconectado, ni el extenso bloqueo
de Estados Unidos ni su condición insular,
pudieron convertir a Cuba en
un paria de la red global, Internet. Aun cuando su
situación está lejos de ser ideal, de su deprimido sistema de telecomunicaciones
y de ataques virtuales en masa que recibe desde plataformas en EE.UU. el país es un
laboratorio que transforma las
agresiones en ingeniosas respuestas de sobrevivencia.
El arquitecto Rodolfo
Livingston tituló su recordado libro
allá por 1992: “Cuba existe, es socialista y no está en coma”. El pensamiento de
este urbanista argentino que murió
el 6 de enero pasado a los 91 años,
todavía explica a la isla casi tres décadas después.
En noviembre pasado, el gobierno de Joe Biden se negó a que los cubanos accedieran a más conectividad mediante el cable submarinoARCOS-1 USA, que vincula a Estados Unidos con catorce países en el Caribe, Centro y Sudamérica. El Departamento de Justicia le recomendó a la Comisión Federal de Comunicaciones que desaprobara el permiso porque la isla representa una “amenaza de contrainteligencia” para Washington.
La Habana respondió con la firma de un contrato entre la Empresa de
Telecomunicaciones de Cuba SA (ETECSA) y la compañía francesa
Orange para desplegar otro cable submarino entre la isla caribeña de Martinica
y la provincia cubana de Cienfuegos.
La obra estará lista este año y
según la sociedad estatal
“dotará
al país de una nueva ruta para servicios internacionales, diversificando
geográficamente la conectividad actual”.
Es la segunda inversión de este tipo en la historia. En 2011 terminó la obra del tendido de fibra
óptica entre Venezuela y Cuba que
comenzó a utilizarse en enero de 2013.
Este cable submarino conectó a Cuba a través de La Guaira – ubicada a 30 kilómetros de
Caracas - con países como Jamaica, Haití y Trinidad y Tobago.
El asedio planificado y constante de EE.UU. acercó a Cuba
con la Unión Soviética en las primeras décadas de
su revolución y ahora pasa algo semejante con China. Una delegación del gobierno visitó Beijing a fines de marzo. La integraba la ministra de Comunicaciones
Mayra Arevich Marín que firmó un Acuerdo
de Actualización sobre Ciberseguridad con la mayor potencia tecnológica mundial. Además, los cubanos fortalecieron
vínculos en telecomunicaciones, televisión digital y biotecnología.
Aunque la cifra no está actualizada, a 2022 se estimaba que había 7.700.000 usuarios con acceso a Internet en la isla sobre casi 11,4 millones de habitantes. Las restricciones que impone el bloqueo, la andanada de ataques a la soberanía del ciberespacio cubano y las limitaciones que aplica el gobierno para responder a campañas desestabilizadoras lanzadas desde Miami, no detuvieron los progresos de Cuba en la informatización de su sociedad y en su transformación digital.
Iroel Sánchez es un bloguero habanero de
continua presencia en foros donde se discute el problema. Entre el
13 y 14 de marzo pasados intervino en el Coloquio Internacional sobre
Comunicación Política Patria, en la Casa de las Américas.
“Estamos en una guerra que es por la mente de las
personas, y hay que hacer que todas esas personas sepan defenderse y participar
en esa guerra, y dotarlas de los instrumentos no sólo para el análisis sino para la participación,
y los que somos gobiernos revolucionarios, los
que estamos en el poder, tenemos la obligación
de ser ejemplares
en eso, y pensar, además, que no se trata de un problema que hoy es de esta manera y ya cumplimos.
Sino porque estamos en un proceso donde la evolución de
las tecnologías es tal, que el aprendizaje tiene que ser constante
y no para nosotros, para creernos que sabemos
mucho, sino para nuestros pueblos”, declaró. Sánchez se pregunta también si
América Latina es el patio trasero digital de Estados Unidos.
La situación de la isla en el espacio virtual es limitativa y no por los argumentos que da Estados Unidos, que acusa a La Habana de negarle el acceso a Internet a su población. En mayo de 2021 la Unión de Informáticos de Cuba señaló que eran más de cincuenta los sitios de información tecnológica y comercio electrónico que estaban bloqueados por el gobierno de Biden. Entre otros, la plataforma Zoom y el acceso a la Nube. Aun con todo eso en contra, las páginas de YouTube, Google y Facebook son de las más visitadas en la isla.
El año pasado, la ministra Arevich
Marín decía que Cuba quería alcanzar
“un 58% de cobertura poblacional móvil 4G, ampliar la red de acceso a la telefonía celular
con 500 mil nuevos usuarios; ampliar la
infraestructura para nuevos usuarios de Nauta hogar e
incrementar la conectividad de las instituciones y entidades”. Nauta Hogar es un servicio que desde 2016 los usuarios contratan de modo temporal o permanente para utilizar en sus casas. También pueden conectarse desde las llamadas Salas de Navegación y los puntos de conexión inalámbrica Wifi.
Después de la primera conexión a Internet
en la isla allá por 1996, de superar con
holgura los 190 mil cubanos que podían acceder
al servicio en 2008 y de la pandemia que profundizó la demanda de conectividad en pleno aislamiento, Cuba dio pasos clave para su desarrollo en este campo.
A enero de 2022 el 68%
de los habitantes estaba conectado a la red global. Aunque todavía la velocidad de navegación es lenta
y la isla ocupa el puesto 202 entre 220 países – según
la página https://www.cable.co.uk/broadband/speed/worldwide-speed-league/ -
el tráfico de datos aumento el 63% en 2022.
Aún en un escenario desfavorable que
no cesa hace poco más de seis décadas por el bloqueo,
de campañas contra Cuba que empezaron en 1960 con Radio Cuba Libre, de Radio
Martí en 1986 durante los años de Ronald Reagan y de TV Martí en
1990 con George H.W Bush en la Casa Blanca, de
la creación en 2018 durante el gobierno de Donald Trump de una Internet
Task Force para operar contra la isla y
otras usinas de descrédito en el mundo analógico y digital, la revolución cubana llegó hasta acá. Conectándose con el mundo pese a la hostilidad de la
principal potencia militar del planeta.
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