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“En las zonas centrales y
periféricas de Hialeah, Kendall, Miami y Doral, la noche se convierte
en un hervidero de autos que hacen las veces de dormitorios, agrega el diario. Moraima subraya que son cientos de personas que pernoctan en el
mismo sitio que ella lo hace, como varias madres con hijas pequeñas y sus juguetes que viven en camionetas y autos prácticamente
en desuso. “Estoy expuesta al calor, al sol, a
los mosquitos, muchas veces me siento insegura, por eso intento dormir cerca de
algún lugar que abra las 24 horas, pero ni así”,
asegura. Su rutina, consiste en conseguir en un mismo centro comercial lo
necesario para sobrevivir el día a día. Todo hace indicar que el llamado “sueño americano” se ha convertido en una enorme pesadilla para muchos miamenses.
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MIAMI,
SUEÑOS CONVERTIDOS EN PESADILLAS.
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Por Hedelberto López Blanch | 29/04/2023 | Economía
Fuente. Rebelión sábado 29 de abril del
2023.
Muchas personas de América Latina abandonan familiares y hogares en sus
países para buscar en Estados Unidos el propagandeado
“sueño americano”, que para muchos resulta muy
difícil de encontrar.
Varios reportajes publicados en los
periódicos de derecha anclados en Miami, como El Diario de las Américas y El Nuevo Herald, están
reportando sobre la realidad de muchas personas que viven en esa localidad.
Por las calles, lugares
baldíos,
debajo de majestuosos puentes que circunvalan la
ciudad, cada día aparecen más personas desamparadas, sin
trabajo, con hambre que en la mayoría de los casos tratan de mitigar sus
frustraciones mediante cualquier tipo de droga barata o
el alcohol menos calificado.
En un reportaje realizado por el libelo El Nuevo Herald, (ENH) aparece la ciudadana Liseth Guerra quien lleva seis
años viviendo en la calle, desde que su primer
esposo murió y ella no puede pagar el apartamento donde vivían. Por estar discapacitada recibe una pensión de 850 dólares mensuales que no le alcanza para costear un alquiler que, aunque sea un pequeño cuarto,
(efficiency) vale entre 1 500 y 1 700 dólares.
Guerra, cubana de nacimiento, relató que en dos
ocasiones ha aplicado al Plan 8
(viviendas que sufraga el Estado) pero
no ha quedado seleccionada.
“Algunas veces paso la noche
en casa de mi mamá que vive en un apartamento de este tipo, pero no me puedo
quedar más de una semana porque las leyes extremas en este país no lo
permiten”.
A la
pregunta de cuántos indigentes hay
en Hialeah,
la oficina de la Secretaría de la
municipalidad respondió que
“no
tiene estadísticas sobre la cantidad de gente sin hogar, aunque tienen
reportes en los vecindarios de personas durmiendo en la grama, entre dos
viviendas, y el problema va en aumento constante.
La pobreza en la ciudad de Miami, lleva a los pobres y pobres extremos, unos a vivir en la Calle, en Parques u otros bajo los puentes, como la fotografía.
***
Esteban Bovo Jr., alcalde de Hialeah,
durante una sesión parlamentaria declaró
que
“el tema de la indigencia se está incrementando con todos los
requisitos que se necesitan para alquilar: primer mes, último mes, algunas personas
no lo pueden cubrir y terminan en los carros o en trailers”.
Ismare Monreal, jefe del gabinete de
Bovo, indicó al diario que ha aumentado el número de reportes policiales sobre
personas durmiendo
en las calles de la ciudad y ven numerosos desamparados en parques y en centros comerciales. Cuando reciben los
reportes policiales los trasladan al
Homeless Trust, a la Iglesia
Rescate, y a otras organizaciones sin fines de lucro. O sea, como no pueden resolver nada envían los miles de casos a otras
instituciones las cuales podrán ayudar
a cinco o seis personas.
El pastor David
Monduy de la Iglesia Rescate,
ubicada en la Cuatro Avenida del este de
Hialeah, advirtió que las personas sin techo se ven con mayor frecuencia en los alrededores de ferreterías, en Palm Avenue y en las avenidas del este de la ciudad. Entre la Tercera avenida del oeste y la calle 23 un
grupo de personas indigentes se reúnen con frecuencia en un área con muchos galpones donde la iglesia suele
llevar su “camión
ducha” para que se aseen dos veces por semana.
Allí, se ubica Arturo
Báez, cubano de 59 años, visiblemente afectado con quemaduras por la exposición al sol y llagas en la piel
por picaduras de mosquito, quien
dice haber vivido en la calle desde hace
años.
Otro libelo, el Diario
las Américas, que al igual que El Nuevo Herald,
se
han dedicado durante décadas a tratar de
denigrar a la Revolución cubana con
falsas noticias, ahora no le ha quedado otro remedio que exponer
en una serie de reportajes, las verdades que
ocurren en Miami Dade.
En uno de esos escritos, informa que Moraima Salgado, como otros cientos
de ciudadanos, vive en su auto desde hace
nueve meses. Tiene una rutina que la lleva a recorrer solo unos metros cada día en busca de un poco
de sombra, comida y agua con hielo.
«Solo voy dos o tres veces a
la semana a casa de una amiga que vive a dos millas de aquí para darme una
ducha.
Moraima llegó muy joven a Estados Unidos. Después de pasar una temporada en California y otra en Puerto
Rico, su madre consiguió trabajo en una
de las factorías que existían en Miami, para sacar adelante a cuatro hijos. Ella, por su parte tuvo que laborar a los 15
años, primero en un cine, después en una
farmacia de la compañía Walgreens, y más tarde
obtuvo la licencia para laborar en antiguas casas de
apuestas, que sucumbieron ante los casinos
actuales.
La extrema pobreza en el centro de la Ciudad de Los Ángeles.
***
Al fallecer su madre, no pudo pagar más
la renta y alquiló un efficiency del campo de
trailers University Lakes por el que pagaba 850 dólares,
hasta que el propietario decidió subir la renta a 1 050
en febrero.
Ella es solo una entre los cientos de
personas no contabilizadas en Miami que viven en
sus deteriorados automóviles. Recibe 841 dólares mensuales
por el programa de Seguridad de Ingreso Suplementario
(SSI) que brinda asistencia a las personas con discapacidades pues tiene
la columna deformada y sufre depresiones.
En las zonas centrales y periféricas de Hialeah, Kendall, Miami y Doral, la noche se convierte
en un hervidero de autos que hacen las veces de dormitorios, agrega el diario. Moraima subraya que son cientos de personas que pernoctan en el
mismo sitio que ella lo hace, como varias madres con hijas pequeñas y sus juguetes que viven en camionetas y autos prácticamente
en desuso.
“Estoy
expuesta al calor, al sol, a los mosquitos, muchas veces me siento insegura,
por eso intento dormir cerca de algún lugar que abra las 24 horas, pero ni así”, asegura. Su rutina, consiste
en conseguir en un mismo centro comercial lo necesario para sobrevivir el día a
día.
Todo hace indicar que el llamado “sueño americano” se ha convertido en una enorme
pesadilla para muchos miamenses.
Hedelberto
López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
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