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“Los
abogados de la familia de Nahel llamaron al
asesinato «una ejecución», opinión que comparte la líder del partido Verde, Marine
Tondolier, quien señaló: «Lo que veo en ese video es la ejecución de un
niño de 17 años a manos de un policía, en Francia, en
2023 y a plena luz del día». Inicialmente, la policía dijo que el agente
disparó al adolescente porque éste intentó arrollarlo, pero la versión fue rápidamente desmentida por el video que
circuló en las redes sociales. Éste muestra a dos oficiales junto al auto Mercedes AMG, y uno le dispara a quemarropa al
conductor, cuando éste pone en marcha el vehículo. Nahel
era hijo único, criado por su madre soltera, y
estudiaba para certificarse de electricista. Integraba un proyecto vecinal
para jugar rugby. Cuando Francia parecía
calmarse, tras un invierno de crisis política y manifestaciones contra la reforma de las pensiones, vuelve a tensarse. Y lo hace reabriendo una de esas fracturas que nunca acaban de cerrarse.
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ARDE
FRANCIA TRAS EL ASESINATO POLICIAL DE UN JOVEN DE 17 AÑOS.
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Por Isabella Arria | 01/07/2023 | Europa
Fuente. Rebelión sábado 1 de julio del 2023.
París
y otras varias ciudades de Francia siguen convulsionadas por las protestas por la muerte de un menor de 17 años en Nanterre por un
tiro de policía cuando trataba de huir de un
control el pasado martes , con protestas
que amenazan con encender las barriadas.
En la tercera noche generalizada de disturbios, al menos 667 personas, en su mayoría jóvenes de entre 14 y 18 años, fueron detenidas en todo el
país.
El gobierno francés del derechista Emmanuel Macron desplegó 40.000 agentes para tratar de evitar
que se reprodujeran los disturbios tras
la “marcha blanca” convocada el jueves,
pero no lo consiguió. Gérald
Darmanin, ministro del Interior, destacó que policías, gendarmes y bomberos tuvieron que «afrontar una violencia infrecuente» con escenas de
caos y saqueos en varias ciudades.
La organización France Police, tuiteó el mismo
martes: “Bravo a los colegas que han abierto fuego sobre
un criminal de 17 años”.
En Francia, el gobierno derechista vive con el temor permanente de una repetición de los disturbios de 2005, cuando la muerte por electrocución en una central eléctrica de dos jóvenes perseguidos por la policía desencadenó una ola de protestas y altercados por todo el país.
Pero sobre
todo pusieron en mapa las discriminaciones de los jóvenes de las banlieues –los
barrios
periféricos– y los fallos
en el modelo para integrar a los hijos y nietos de inmigrantes del norte de
África y el África subsahariana.
El impacto de
la muerte de Naël se debe en parte a que fue
grabada en vídeo. En el vídeo se ve a dos agentes de circulación
que ordenan parar a un vehículo Mercedes
AMG de color amarillo en una calle de Nanterre, una localidad en los
alrededores de París.
En el video
se ve que los policías se inclinan
sobre la ventana del conductor, quien,
en apariencia, rechaza obedecerles y
arranca. Uno de los agentes dispara.
Segundos después, el coche se estrella contra una señal de tráfico. Se
le intentó reanimar, pero falleció unos minutos más tarde. En el vehículo viajaban otros dos pasajeros: uno se encuentra en paradero desconocido;
el otro,
también menor de edad, fue detenido.
Tras
conocerse la muerte del adolescente la indignación social ha ido
creciendo y ya a primera hora de la
noche del martes estallaron los disturbios en la ciudad de Nanterre. Las protestas han continuado durante una segunda jornada y se han extendido a ciudades como Toulouse, Evreux o Tourcoing.
El brigadier de la Policía que mató a Nahel, fue imputado este jueves homicidio voluntario y encarcelado, pero eso no ha impedido nuevos disturbios. El oficial reconoció haber hecho el disparo letal, comentó el fiscal, y afirmó haber dicho a investigadores que su intención fue evitar una persecución que pudo haber hecho que él y otras personas resultaran heridas después de que, refirió, el adolescente cometió varias infracciones de tránsito.
En un primer
momento, la Policía denunció un intento de
atropello, pero el vídeo difundido en
redes sociales ha desmentido esta versión.
Cuando Nahel arrancó su auto, un oficial le disparó a
quemarropa a través de la ventanilla del conductor. El joven
murió por el disparo que entró por su brazo izquierdo y también perforó su pecho, indicó el fiscal público
de Nanterre, Pascal Prache, quien
agregó:
«La
fiscalía considera que no se dieron las condiciones legales para justificar el
uso de un arma».
Una
ley de 2017 precisa las
circunstancias en las que policías
pueden hacer uso de sus armas: sólo
“en caso de absoluta necesidad y de manera
estrictamente proporcionada”. La norma añade: “Cuando [los agentes] no logran
inmovilizar salvo a través del uso de las armas, vehículos, embarcaciones u
otros medios de transporte, cuyos conductores no acatan la orden de detenerse y
cuyos ocupantes son susceptibles de perpetrar, en la huida, atentados contra su
vida o integridad física o la de los demás”.
El futbolista Kylian Mbappé
escribió en Twitter:
“Me duele Francia. Una situación inaceptable. Todos mis pensamientos
para la familia y los allegados de Naël, este
pequeño ángel que se ha marchado demasiado pronto”. “Que una justicia digna de
este nombre honre la memoria de este niño”, señaló el cineasta Omar Sy.
Las imágenes
de los disturbios han provocado estupefacción y
cólera en un país donde,
repetidamente, la policía es señalada por su uso excesivo de la fuerza. Son habituales los incidentes en
los controles policiales de carretera
por desobediencia a la orden de detenerse. Cada año se registran en torno a
150 casos de uso de arma por parte
de los agentes contra vehículos en
movimiento.
La violencia ante este nuevo asesinato policial se extendió por todo el país. En la región de Île-de-France, la más importante del país y en la que está ubicada París, hubo 242 detenidos. En Marsella, en la costa mediterránea, cientos de personas saquearon comercios en el centro y en el puerto viejo de la ciudad
El asesinato
del martes fue el tercer homicidio por disparos en controles de tránsito en
Francia durante 2023. El año pasado se alcanzó el récord de 13 muertes en incidentes
similares, dijo un vocero de la policía
nacional. Esta cifra apareció en algunas pancartas de la marcha. Hubo tres
homicidios así en 2021 y dos
en 2020: la
mayoría de las víctimas, desde 2017,
han sido afrodescendientes o de origen
árabe.
El presidente
Macron llamó «imperdonable»
el asesinato, pero en una reunión de emergencia convocada para
discutir la crisis calificó los ataques
a edificios públicos y otros actos de violencia de «totalmente injustificables».
Desde la
oposición, el fundador de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, exigió justicia y criticó las palabras de Macron:
«Los
perros guardianes nos ordenan llamar a la calma. Pedimos justicia, retirar la
acción legal contra el pobre Naël y suspender al policía asesino y a su
cómplice que le ordenó disparar». “¡Basta! ¡Estos
asesinatos comprometen la autoridad del Estado! Esta policía debe ser refundada
totalmente. Sus asesinos, castigados”, añadió
Por su parte,
la líder de la extrema derecha, Marine Le
Pen, opinó que
“detrás de este acontecimiento dramático, está el problema de la autoridad de la policía: los policías ya no son respetados, no se les obedece, y vemos cómo se multiplica este tipo de indisciplinas que pueden tener consecuencias muy graves”.
La Madre del Joven asesinado en Nanterre, hoy lidera las marchas de protesta en París.
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Los abogados
de la familia de Nahel llamaron al asesinato
«una ejecución», opinión que comparte la
líder del partido Verde, Marine Tondolier, quien señaló:
«Lo
que veo en ese video es la ejecución de un niño de 17 años a manos de un
policía, en Francia, en 2023 y a plena luz del día».
Inicialmente,
la policía dijo que el agente disparó al adolescente porque éste
intentó arrollarlo, pero la versión fue rápidamente desmentida por el video que circuló en las redes sociales. Éste muestra a dos oficiales junto al auto Mercedes
AMG, y uno le dispara a quemarropa al conductor, cuando éste pone en marcha el
vehículo.
Nahel era hijo
único, criado por su madre soltera, y estudiaba
para certificarse de electricista. Integraba un proyecto vecinal para
jugar rugby.
Cuando
Francia parecía calmarse, tras un invierno de crisis
política y manifestaciones contra la reforma de las
pensiones, vuelve a tensarse. Y lo hace
reabriendo una de esas fracturas que nunca acaban de cerrarse.
Es la fractura de la banlieue, los extrarradios multiculturales y empobrecidos, poblados por hijos y nietos de
inmigrantes del Magreb y el África subsahariana
que, en muchos casos, se sienten ciudadanos de segunda y albergan un
resentimiento persistente hacia sus instituciones y en
particular hacia la policía. Razón no les falta.
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*Periodista chilena residenciada en Europa, analista asociada al Centro Latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)
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