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URUGUAY-SUSPIRO
EN PRINCIPAL EMBALSE DE AGUA EN LA CAPITAL URUGUAYA. MONTEVIDEO. PRIMERA
CAPITAL DE UN PAÍS QUE PODRÍA QUEDAR SIN AGUA. LA CRISIS ES TOTAL. la ONU en forma reiterada está comunicando que estamos ya
dentro de un tiempo de Crisis del Agua Dulce.
las Ciudades serán las de mayor preocupación.
Montevideo,
9 jul (Prensa Latina) Pese a que no ha vuelto a
llover, las precipitaciones de la semana anterior siguen escurriendo agua a la
principal reserva de esta capital, lo que aleja hoy el
peor escenario de la crisis hídrica aquí.
EL CAUDAL de Paso Severino
subió por tercer día consecutivo y el embalse acumulaba la víspera un millón 565 mil 255 metros
cúbicos, el 2,23% de la capacidad de la represa,
que el viernes cerró con un millón 288 mil 449 metros
cúbicos del vital líquido. El último parte de la
Presidencia de la República indica que los valores de cloruros y sodio
permitidos por el Ministerio de Salud estuvieron por debajo en el agua que
entregó Obras Sanitarias del Estado en sus tres líneas
de bombeo en la capital y la zona metropolitana.
SE TRATA de un territorio
donde viven cerca de dos millones de habitantes, el 60% de la población
del país sudamericano. Continúan vigentes en la emergencia hídrica las
recomendaciones sanitarias ante el aumento de los parámetros de cloruros y sodio en el agua de OSE. Incluyen la
recomendación para personas con enfermedades
renales crónicas, insuficiencia cardíaca, cirrosis o embarazadas a evitar en lo
posible el consumo del agua corriente y beber la
embotellada. lunes 10 de julio del 2023. Fuente. Prensa Latina.
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MONTEVIDEO MUERE DE SED.
El
embalse Paso Severino, la principal fuente de abastecimiento de agua potable de
la capital de Uruguay, tiene sólo el 2% de sus reservas.
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Gabriel Díaz Campanella.
Fuente. El País Montevideo
lunes 10 de julio del 2023.
El agua potable que circula por los grifos de
Montevideo podría tener los días contados. Dejaría de ser apta para beber
durante un periodo determinado, según lo adelantó la semana pasada el Gobierno,
sin precisar cuándo ni por cuánto tiempo. Las autoridades albergan la esperanza
de no llegar a ese extremo y esperan que llueva lo necesario para amortiguar
los efectos de la crisis hídrica que arrastra el país desde hace
tres años. Sin embargo, hasta ahora el clima no ha sido
clemente con los uruguayos. Más bien lo contrario.
El prolongado revés climático ha causado estragos en el campo y ha provocado que la principal fuente de abastecimiento de agua del sur del país, el embalse Paso Severino, esté en sus horas más bajas. El último reporte oficial indica que la reserva no supera los 1,1 millones de metros cúbicos de agua, cuando tiene capacidad para almacenar 67 millones. Le quedan menos del 2% de sus reservas. Junto a este dato, el informe presenta otro, tanto o más elocuente: los habitantes de Montevideo y del área metropolitana, 1,7 millones de personas, consumen aproximadamente 500.000 metros cúbicos de agua por día. Es decir, la mitad de la cantidad que hay disponible en el embalse.
El embalse Paso Severino, que represa agua del río Santa Lucía, no habría sido capaz de sostener esta demanda sin las medidas adoptadas a fines de abril por la estatal OSE (Obras Sanitarias del Estado). Para “estirar” las reservas de Paso Severino, explicaron, sus aguas dulces se mezclaron con otras provenientes del Río de la Plata, que por influencia oceánica son notoriamente salobres. Desde entonces, el agua corriente de la zona es salada y, hasta ahora, apta para el consumo, aunque no para todos.
El Ministerio de Salud permitió, por un lado, duplicar
excepcionalmente los niveles de sodio por litro de agua y pidió, por otro, que
se abstuvieran de consumirla los hipertensos y las embarazadas, entre otros
grupos vulnerables. A ellos les recomendó tomar agua embotellada. Dos meses
después, la empresa Radar Scanntech señala que la venta de agua sin gas
envasada se quintuplicó, no solo por el consumo de la población indicada. Más
del 50% de los montevideanos dejó de beber agua del grifo, según Opción
Consultores, porque no tolera su sabor salado.
Obra de emergencia
“Te pedimos que nos concedas la lluvia necesaria”, imploró el cardenal uruguayo Daniel Sturla vía Twitter hace dos semanas. Lo siguió algún político despistado, que animó a las habitantes de este país, el más laico de América, a rezar por la lluvia anhelada. Las plegarias no fueron atendidas y sin alternativa a Paso Severino, los especialistas dan por hecho que el agua corriente dejará de ser bebible en cuestión de días. Para el Gobierno, si no llueve esa situación durará el tiempo que requieran las obras que permitirán el trasvase de agua dulce desde el río San José al Santa Lucía, encargada contrarreloj la semana pasada.
La
obra fue
anunciada el 19 de junio por el presidente,
Luis Lacalle Pou. Ese día, el Gobierno decretó la emergencia hídrica y aseguró
que el suministro de agua potable estaba garantizado en hospitales, residencias
de ancianos y centros de atención a la infancia. Asimismo, 21.000 beneficiarios
del Ministerio de Desarrollo Social recibirán sin costo dos litros de agua
envasada por día, que por otro lado está exonerada de impuestos. El Gobierno
envió además al Parlamento un proyecto de ley para crear un fondo de emergencia
hídrica y prevé entregar agua embotellada a 500.000 personas de menores
ingresos.
Fuera
de la casa de Gobierno, Montevideo deja escenas que hasta hace pocos meses eran
difíciles de imaginar. Hay cuadrillas de obreros buscando agua subterránea en
los principales parques de la ciudad. Las tiendas de reparación de
electrodomésticos acumulan calefones rotos por la salinidad del agua corriente.
“¡No es sequía, es saqueo!”, exclaman los manifestantes que protestan contra lo
que consideran “extractivismo de los recursos hídricos” practicado por las
empresas multinacionales, en medio de la peor sequía en 70 años.
Falta de previsión
Esta
inusitada crisis de agua potable ha dejado en un lugar incómodo a los políticos
uruguayos, que eluden responsabilidades ante la falta de previsión, enzarzados
en criticar al adversario. Por un lado, la coalición de centroderecha
gobernante le reprocha al Frente Amplio (FA-centroizquierda) no haber
concretado una obra alternativa a Paso Severino mientras gobernó entre 2005 y
2020. Por otro, los frenteamplistas responden que en ese periodo la inversión
en agua y saneamiento llegó a los 1.300 millones de dólares.
En estas semanas críticas, el FA ha recordado que el expresidente Tabaré Vázquez (2015-2020) entregó a su sucesor, Lacalle Pou, el proyecto Casupá, para construir otra represa en el río Santa Lucía y aumentar la reserva de agua dulce. Según el FA, los estudios sobre la viabilidad de esta opción se iniciaron en 2013 y el proceso preparatorio finalizó en 2019 con el préstamo otorgado por CAF- Banco de Desarrollo de América Latina por un monto de 80 millones de dólares. Pero la represa Casupá nunca se construyó.
La actual administración desestimó ese proyecto y priorizó otro que implicará la construcción de la planta potabilizadora Neptuno, en el sur del país. La concreción de esta obra estará en manos privadas y tomará aguas salobres del Río de la Plata para abastecer al área metropolitana. Según lo previsto, su construcción arrancaría a finales de 2023.
“Celebremos que se toma una decisión y que, en poco tiempo, en este o el
próximo Gobierno (2025-2030), vamos a tener capacidad ilimitada de agua
potable”, dijo Lacalle Pou.
Neptuno convence al Gobierno, pero no a la oposición ni a
parte de la sociedad, que ven en esta iniciativa una privatización parcial de
la gestión del agua, contraviniendo lo establecido en la Constitución. Además,
un grupo de científicos de la Universidad de la República asegura que el
proyecto “presenta una serie de problemas ambientales” y que la salinidad del
agua del Río de la Plata “supera ampliamente los valores aceptables para ser
potabilizados”.
La discusión Casupá o Neptuno ha quedado
temporalmente relegada ante la inminencia de que el agua deje de ser apta para
el consumo. Ahora son otras las preguntas que los damnificados plantean: ¿Se
puede cobrar la factura por el servicio de agua no potable?. Otros van más allá
y reclaman, sin éxito, que se cobre un canon por el uso del agua de dominio
público (superficial o subterránea) a las grandes industrias y que lo recaudado
se vuelque en obras públicas. Este canon está previsto en la Ley Nacional de
Aguas de 2009, pero que nunca se reglamentó.
Con un pronóstico de lluvias adverso, el Gobierno
apura las obras de trasvase que llevarán más de un mes, mientras la empresa
estatal OSE adelanta la reparación de las viejas cañerías por donde se pierde
más del 40% del agua potable que produce. “Tendríamos
que haber arrancado antes. Se me van a enojar, nos dormimos todos,
compartamos la responsabilidad”, reconoció ante la
prensa local el expresidente uruguayo José Mujica.
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