&&&&&
“Con
esto, surge la pregunta. ¿Es acaso el capitalismo
ruso o chino mejor o peor que el
capitalismo surgido históricamente en el llamado mundo
Occidental? Obviamente el Modo de Producción Capitalista, así como el
Sistema Global del Imperialismo, capitalista y neoliberal actual, son conceptos
y categorías abstractas que contienen una realidad histórica concreta a las que
NO se les puede aplicar nociones morales. Y
si bien, para Latinoamericana y el Caribe la
presencia histórica de Rusia y China no ha sido nunca
comparable, ni por un instante, con la presencia sangrienta, genocida y
saqueadora de los imperios hegemónicos coloniales estudiados por Arrighi (mencionados arriba), NO por eso Rusia y China dejan de ser potencias capitalistas en
ascenso y consolidación, que están en lucha con otras potencias rivales por sus
intereses nacionales concretos. Y así,
los marxistas que por principio luchan por la
emancipación de la clase obrera, es decir por la
liberación de los obreros
de la explotación, opresión y alienación capitalistas, deben tener en
cuenta esta consideración en el momento de tomar su decisión
política, y de guiar a los obreros y a
los pueblos que dicen guiar con sus
declaraciones, y no dejarse llevar por el principio
oportunista de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
/////
EL ENEMIGO DE MI ENEMIGO O EL
CAPITALISMO DEL SIGLO XXI.
*****
Por 20/07/2023 |
América Latina y Caribe
Fuentes:
Rebelión jueves 20 de julio
del 2023.
La tercera
cumbre de Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), con los dirigentes de la Unión Europea, que se realiza este 17-18 de julio en Bruselas, finalmente ha puesto de manifiesto hacia
dónde se dirige el nuevo ciclo de acumulación del Capital en el siglo
XXI; tendencias que fueron expresadas en los principales punto de la
agenda discutida (donde hubo acuerdo global entre
mandatarios): La inflación. La seguridad alimentaria (¿aumento del hambre?) La salud. Las migraciones. Las energías
limpias y, la “transición” social verde y digital, con sociedades sostenibles
y equitativas (¿revoluciones progresistas de
color verde?).
Aunque también hubo una ligera contradicción en torno a la caracterización de la guerra en Ucrania y el apoyo latinoamericano y caribeño a este país. Apoyo, que se puso en salmuera mientras se convence a los “escépticos”, como se llama en Europa a los mandatarios latinoamericanos que han expresado el principio colectivo de que Latinoamérica y el Caribe es (y debe seguir siendo) una Región de paz sin pertenencia a ningún bloque militar. Por ejemplo, es de extrañar la ninguna discusión o referencia de la enorme y peligrosa contradicción que representa para toda la Región, el hecho de que actualmente Colombia (donde el ejército estadounidense posee 7 bases militares) es el único socio latinoamericano de la OTAN, en una extraña sociedad con la que el Estado colombiano todavía pretende resolver el conflicto interno que agobia a su población desde el inicio de la Guerra Fría.
La Unión Europea, aislada por la guerra Rusia Ucrania y su papel de servilismo al imperio decadente norteamericano, ahora "posan su felicidad y su mirada" hacia América Latina y el Caribe. "Hacia donde se dirige el nuevo ciclo de acumulación del capital del siglo XXI". ¿Cuidado con la Voracidad?
***
Pero, fuera
del gran espectáculo mediático y
propagandístico que conlleva una cumbre
de ese tipo, la reunión ha dejado
ver un poco más en profundidad las varias contradicciones que subyacen en
la esencia de esta nueva acomodación
generadas por el Capital Global en
su movimiento de acumulación actual,
el que finalmente empieza a entender lo que la guerra de Ucrania ha demostrado con hechos concretos:
Primero: Que por errores
de cálculo la economía rusa y su
dirigencia no
colapsaron, en el corto tiempo, como
creía la dirigencia Imperial global,
sino que logró sobreponerse, reforzar su
ejército y conducir su operación
militar hacia una guerra de posiciones, trincheras y de desgaste, que ha metido a la OTAN en un pantano
difícil de salir, con la amenaza de
prolongarse y escalar peligrosamente
hacia una situación impredecible.
Además, la economía
rusa pudo estrechar sus lazos con las potentes economías china e hindú, así como con otras
potencias menores emergentes, lo que le ha permitido sostener el reto a la OTAN, no solo
en Ucrania, sino en toda Europa y en el mundo mostrando al mundo una
nueva realidad multipolar.
EEUU que durante la Guerra Fría, tuvo por obsesión encontrar aliados contra la URSS, incluyendo a la China a la que logró atraer durante la reacción capitalista de Deng Xiaoping, bajo el lema burdo de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo; hoy ante el surgimiento de una fuerte y potente alianza capitalista rival que se ha dado en llamar EURASIA, el Hegemón imperialista global se encuentra que ese mismo principio se ha generalizado y lo están aplicando a discreción la mayoría de sus antiguos aliados que pretenden librarse o emanciparse de su coyunda explotadora y saqueadora.
Segundo: Así mismo, la guerra en Ucrania ha mostrado con contundencia dentro de una nueva realidad universal
que estamos presenciando, varios hechos
globales concretos:
a) La
emergencia de un mundo multicéntrico, multipolar, o multilateral, o como se
prefiera.
b) El declive
convulso y caótico del Hegemón estadounidense
que reemplazó al inglés a finales del siglo XIX
y se convirtió en ÚNICO después de la
destrucción de la URSS 1991 (lo que los
filósofos socialdemócratas en su relato
“progresista verde” han simbolizado con el derrumbe del muro de Berlín en 1989).
c) Los
intentos descontrolados incluso desesperados, tanto económicos, como militares
y diplomáticos (por ejemplo,
la realización de una cumbre como
esta para recabar apoyos diplomáticos
con retórica inversionista, con el
fin de lograr legitimidad y continuar
con la ofensiva militar).
d) Que definitivamente, querámoslo o no, estamos en un periodo de “transición hegemónica” como las analizadas por ese gran intelectual italiano Giovanni Arrighi, en su conocido libro “El Largo Siglo XX. Ed Akal. 1999, donde enraizando la categoría sociopolítica Gramsciana de hegemonía, con la madre de todas las ciencias sociales, la Historia; nos pone frente a un proceso complejo y caótico de cambio sistémico (¿remplazo de Hegemón ?) que en todos los ciclos de acumulación permanente de capital descritos hasta la actualidad; el hispano portugués, seguido del ciclo holandés, luego inglés, y finalmente hasta la actualidad el estadounidense; implicó 4 cuatro características persistentes que Arrighi describe en las páginas 53 -56 op citada, y que deseo rescatar:
1)
Construcción del Estado y conducción de la guerra,
2)
Equilibrio de poder entre las potencias dominantes
3) Costes
industriales de la protección, es decir conseguir que la guerra se pague por sí
misma.
4)
establecimiento de redes amplias de diplomacia residencial y comercial, para el
desarrollo del comercio a larga distancia durante el llamado “capitalismo
comercial” en los inicios del capitalismo, el que luego de la terrible y sangrienta
acumulación de capital que
produjo el saqueo de continentes enteros,
primero el americano en la hegemonía hispano portuguesa. Luego el sur asiático de la hegemonía holandesa. Seguido por el capitalismo industrial basado en el saqueo de los subcontinentes indio, chino y del continente
africano durante la hegemonía británica, y por último, la Relación de Producción globalizada
del saqueo de TODOS
los continentes anteriores durante la hegemonía
estadounidense.
Tercero: Pero la guerra en la estepa ucraniana, también ha mostrado la profunda crisis conceptual en la que se debate la llamada Izquierda Marxista (en sus múltiples versiones europeas o latinoamericanas), desde la destrucción de la URSS y el triunfo del relato socialdemócrata de la caída del muro de Berlín y el fin de la historia. Prácticamente no hay dos versiones parecidas o creíbles. Los corazones, para no decir las mentes, de los Marxistas de hoy están partidos no por el análisis concreto de la situación concreta, sino por la nostalgia. Si apoyar a Rusia a la que todavía se asocia con la añorada Unión Soviética. O apoyar a Ucrania, que según la versión estadounidense astutamente muy difundida y lo peor aceptada; lucha por su derecho a la autodeterminación, principio defendido por Lenin. Claro que obviando la historia de ese país, el régimen nacionalsocialista de los seguidores de Bandera que actualmente dirige la guerra y sobre todo, la lucha por la autodeterminación del Donbass, de Crimea y demás regiones de habla rusa bajo jurisdicción ucraniana apoyada militarmente por Rusia.
Otro tanto
sucede con China; que sigue en nuestros
corazones como aquella heroica
revolución guiada por el genial Mao Zedong.
Y es obvio que ese reencuentro entre
Rusia y China que corrigió la
desgraciada ruptura de fines de los
años 50, y que ha gestado la potente figura de Eurasia
es algo para considerar muy
positivamente y con esperanza. De
igual manera se deben ver los espectaculares
avances de la economía y los logros
sociales de todo el pueblo chino, la fortaleza del Estado chino guiado por el partido comunista más grande del
mundo, y su emergencia incuestionable como potencia mundial
junto con su presencia en todos los
continentes rivalizando con el Hegemón imperialista global
en decadencia.
Pero hay
varios hechos más que se deben considerar: Que tanto la Rusia como la China actuales,
y la emergente potencia Euroasiática que se ha conformado (hasta que no se
demuestre lo contrario) son grandes potencias capitalistas en ascenso que están
luchando por sus intereses nacionales, en donde predomina el trabajo asalariado, se produce plusvalía, se acumula capital en
grandes volúmenes y hay una intensa lucha de clases
reflejada en huelgas y movimientos reivindicativos
salariales.
Y sobre
todo, que el Hegemón imperialista global en
decadencia, por más debilitado que esté luchando por todos los medios que tiene a
su alcance que son gigantescos, ilimitados y pavorosos, y aunque esté en decadencia
o en vías de ser reemplazada,
mientras pueda (ojo, mientras pueda), seguirá actuando como la pavorosa potencia
capitalista que es. Por lo tanto, no se
le puede alegremente mandar al cuarto de los trastos viejos. Hay que seguir considerándola
como lo que es.
Con esto,
surge la pregunta. ¿Es acaso el capitalismo
ruso o chino mejor o peor que el
capitalismo surgido históricamente en el llamado mundo Occidental? Obviamente el Modo de Producción Capitalista, así como el Sistema Global del Imperialismo, capitalista y neoliberal actual, son
conceptos y categorías abstractas
que contienen una realidad histórica
concreta a las que NO se les puede aplicar nociones morales. Y
si bien, para Latinoamericana
y el Caribe la presencia histórica de Rusia y China no ha
sido nunca comparable, ni por un
instante, con la presencia
sangrienta, genocida y saqueadora de los imperios hegemónicos coloniales estudiados por Arrighi (mencionados arriba), NO por eso Rusia y China dejan de ser potencias
capitalistas en ascenso y consolidación, que están en lucha con otras potencias rivales por sus intereses nacionales concretos.
Y así, los marxistas que por principio luchan por la emancipación
de la clase obrera, es decir por la liberación de los obreros de
la explotación, opresión y alienación capitalistas, deben tener en
cuenta esta consideración en el momento de tomar su decisión
política, y de guiar a los obreros y a
los pueblos que dicen guiar con sus
declaraciones, y no dejarse llevar por el principio
oportunista de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario