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--¿Cuál es el estadio del cannabis para uso
medicinal, hoy? --El cannabis medicinal se
encuentra en uso y en investigación, y la legislación comienza a modificarse en
función de esta realidad, porque se trata nada más y nada menos que de aliviar sufrimientos vinculados a las enfermedades del
ser humano.
--Hablabas de dos químicos más, además de los
cannabinoides, y ahí había quedado la respuesta ¿Volvés? --Ah, sí. Además de
los cannabinoides están los flavonoides, que configuran otro grupo menos conocido,
más vinculado a los colores de las plantas, las hojas y
las flores, porque cumplen funciones metabólicas
muy importantes en ellas, aunque también se consumen y tienen propiedades anticancerígenas y antimicriobianas,
por lo que están siendo investigados científicamente. Y finalmente están los mismísimos terpenos, que son los que le dan el aroma,
y a los que ya me he referido. Y me sigo refiriendo ahora porque, como decía
antes, los terpenos no son psicoactivos en sí,
pero se descubrió y está muy comprobado a través de papers y esas
cosas, lo que se llama el efecto séquito, algo recontra interesante.
--¿Qué es?, ¿Qué implica esto? --Que, si bien los terpenos no pegan por sí mismos, sí modifican la
acción de los cannabinoides. Es decir, el THC, que como decíamos es el cannabinoide
más conocido, cuando entra en sinergia con algunos terpenos, produce un efecto
sedante. Y en sinergia con otros terpenos, produce un efecto euforizante. Esto es lo
interesante, porque cuando se aprende a detectar y
conocer los terpenos se puede saber, solamente sintiendo el aroma, qué efecto va a tener una planta. Esto permite saber,
dicho de otro modo, si al consumir tal planta te vas a ir a dormir una siesta, o te vas a poner a pintar
una pared.
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LOS
AROMAS DEL CANNABIS. Federico Benítez, desarrollador de alimentos con perfiles aromáticos
de la marihuana.
*****
En su emprendimiento llamado “La
Terpenoteca”, utiliza los terpenos --compuestos orgánicos que producen
las fragancias en las plantas--, para incorporarlos a productos alimenticios. Aquí
explica el desarrollo y sus próximos pasos: un chocolate gourmet con terpenos
cannábicos elaborados en Bariloche.
Por:
Diálogos Temas Cannabis.
Fuente
Página /12 lunes 3 de julio del 2023.
Federico Benítez,
tenaz militante de la causa cannábica y creador de un singular emprendimiento
llamado “La Terpenoteca”, puso un desahogado
grito en el cielo cuando se enteró de que el Instituto Nacional de Alimentos
(INAL), había aprobado su proyecto de utilizar terpenos en alimentos. “Somos el primer emprendimiento argentino
en obtener un permiso de esta naturaleza”, manifiesta él, con natural
entusiasmo. El otro grito en los aires
cordilleranos de la bella San Carlos de Bariloche --donde reside hace unos años--, devino cuando el experimentado cultivador firmó un acuerdo
con la Universidad del Centro de Buenos
Aires, la UNICEN, que le permitirá estudiar --aun con más profundidad de la que lo
viene haciendo-- diferentes plantas de cannabis,
bajo el propósito de conocer perfiles
aromáticos y reproducirlos en su laboratorio.
“Nuestra
idea matriz, por dar un ejemplo concreto, es que un productor de cerveza, de
vino o de chocolate venga con una flor de cannabis, y nosotros podamos
devolverle un perfil aromático muy similar al de
ella, completamente inocuo, aprobado a nivel nacional y en grado alimenticio
para usar en cualquier preparación”, ejemplifica Benítez que, por supuesto
envalentonado por el permiso del INAL y el
convenio con la Unicen, dio nuevos bríos a su
“Terpenoteca”.
“El proyecto consiste en diseñar y fabricar perfiles aromáticos de cannabis en alimentos. ¿Cómo lo
hacemos?, pues bien, lo hacemos a través de una base de datos de perfiles
aromáticos que fuimos confeccionando a través de muchos años de laburo, con el
énfasis siempre puesto en los aromas a cannabis.
Actualmente, tenemos el foco puesto en desarrollar aromas únicos y específicos
para la industria alimenticia y también asesorar a las empresas en el
desarrollo de nuevos productos de impronta cannábica”, asegura
el investigador, cuyo metier profesional en investigación y desarrollo
de perfiles cannábicos de terpenos empezó a desarrollarse a partir de 2015.
En efecto, Benítez, también
socio fundador del primer buscador cannábico argentino (www.marimba.com.ar), brindó múltiples talleres sobre terpenos en diferentes espacios y asociaciones a lo largo del país,
además de darle forma a la Expo-Hierba, evento anual, gratuito, autogestivo e
independiente que organiza junto a
varios emprendedores. Tal nació como
una alternativa a la famosa “Expo Cannabis” que
se desarrolla en La Rural.
“Lo que ocurrió es que vimos en ese contexto un montón de emprendedores que viene remándola hace muchos años, pero que por cuestiones de infraestructura o de costos, se les torna imposible acceder a La Rural con un stand. Por eso arrancamos con otro expo gratuito que no nació en contra de la Expo Cannabis, porque nada tenemos en contra de ella, pero sí como un evento satélite, bajo la idea de que se amolde más a la gente con la que venimos trabajando”.
Lo antedicho, sumado a los lazos que el cultivador tejió durante años con diferentes agrupaciones cannábicas, colectivos de pacientes, profesionales de la salud --su hermano Sergio, entre ellos--, tiendas de cultivo, universidades y demás instituciones lo colocan en
un lugar de privilegio para referirse entonces a ese mundo de olores, acciones sugerencias y sabores en pleno desarrollo que implica su trabajo puntual con los terpenos.
“Los
terpenos son los componentes principales de los aceites esenciales que producen
las plantas aromáticas. Son los que le dan a cada flor,
hierba, fruta o extracto su propio aroma, sabor y efecto. Dicho de otra
manera, se trata de moléculas que están muy
presentes en la naturaleza... todos los días,
dondequiera que vayas, encontrarás terpenos”, cuenta él.
--Son omnipresentes.
--Exacto. Pero lo que nos interesa en particular a quienes
trabajamos en la alimentación son algunos terpenos aromáticos
que, como decía, son
las moléculas que dan aromas a las flores, a las plantas y hasta a ciertos
hongos. A ver, cuando uno huele el lúpulo, el jazmín, el romero, la marihuana o la menta lo que huele es una gran cantidad de terpenos presentes en cada planta. Y lo mismo pasa cuando uno corta un limón o
cuando huele una rosa. Bueno, nuestro trabajo,
ampliando lo que decía antes, pasa por
lograr que los terpenos se puedan agregar a hierbas,
extractos, comidas, bebidas y productos manufacturados, antes de su uso,
para mejorar el aroma o el sabor, y dotarlo de efectos terapéuticos.
Mientras que la naturaleza tiene sus
propios usos para los terpenos, los seres
humanos hemos encontrado muchas aplicaciones
diversas para ellos, tanto de forma
aislada como de parte de mezclas complejas,
que se utilizan en el desarrollo de
aromas alimentarios, inciensos,
productos cosméticos, productos de jardinería orgánicos, productos de limpieza para el hogar,
medicamentos naturales y perfumes.
--¿Qué es lo hacen puntualmente con los
terpenos?
--Los mezclamos en un laboratorio en idénticas
proporciones a las que se encuentran en distintas cepas
de marihuana. Hablo de terpenos aislados, en grado alimenticio,
orgánicos, y no genéticamente modificados.
--¿Son psicoactivos los terpenos?
--No. Por sí mismos, no. Explico: en el cannabis hay tres grupos químicos principales. Los cannabinoides, que son los que en ciertos casos sí son psicoactivos, porque se trata de moléculas más medicinales... son compuestos químicos que actúan sobre receptores ya presentes en el cerebro humano y en el sistema nervioso, y tienen un efecto directo sobre la liberación de neurotransmisores en el cerebro.
--El THC…
--El más conocido, sí.
Pero también está gravitando mucho el CBD, en boga por sus propiedades terapéuticas.
Hago un paréntesis y luego vuelvo: un
proyecto al que le pusimos por nombre Vapos Brisa plantea un equipo de vaporización que permite,
mediante la modulación de la temperatura, evaporar cannabinoides de los que hablamos en forma selectiva y evitar así la exposición a los solventes utilizados para extraer los principios activos de la planta
y el humo desprendido de la combustión.
--¿Cuál es el propósito, en este sentido?
--Preservar y ampliar la población potencialmente tratable
con derivados del cannabis. Se sabe que en la actualidad existe un gran número de padecimientos como la epilepsia
refractaria, el Parkinson o el cáncer, entre
otros, que encuentran un alivio
comprobado en el tratamiento con cannabis. Los usuarios
medicinales de esta hierba y los profesionales
de la salud necesitan entonces disponer de vaporizadores
para uso medicinal, porque los que
hay en el mercado argentino no tienen controles
sanitarios, no están estandarizados,
son difíciles de conseguir, son extremadamente
caros, no poseen servicios
técnicos oficiales y no se consiguen consumibles y repuestos. Por otro lado, las personas que no tienen
la capacidad de aspirar a ellos por
sus propios medios no disponen de equipos
adaptados a
mascarillas. Además, los
equipos disponibles no están
adaptados para personas con problemas cognitivos y suelen ser difíciles de
usar. En suma, se trata un poco de contribuir
al desarrollo de la industria nacional vinculada al creciente uso de cannabis en formato medicinal, además de permitir un formato
inclusivo para todas las personas que requieran
el uso de cannabis medicinal en hospitales,
centros oncológicos, hogares de ancianos, centros de salud, centros de
investigación y laboratorios.
--¿Cuál es el estadio del cannabis para uso
medicinal, hoy?
--El cannabis medicinal se
encuentra en uso y en investigación, y la legislación comienza a modificarse en
función de esta realidad, porque se trata nada más y nada menos que de aliviar sufrimientos vinculados a las enfermedades del
ser humano.
--Hablabas de dos químicos más, además de los
cannabinoides, y ahí había quedado la respuesta ¿Volvés?
--Ah, sí. Además de los cannabinoides
están los flavonoides, que configuran otro grupo
menos conocido, más vinculado a los colores de
las plantas, las hojas
y las flores, porque cumplen funciones
metabólicas muy importantes en ellas, aunque
también se consumen y tienen propiedades anticancerígenas
y antimicriobianas,
por lo que están siendo investigados
científicamente. Y finalmente están los mismísimos
terpenos, que son los que le
dan el aroma, y a los que ya me he
referido. Y me sigo refiriendo ahora
porque, como decía antes, los terpenos no son psicoactivos en sí, pero se descubrió y está muy comprobado a través de papers y esas cosas, lo que se llama el efecto séquito, algo recontra
interesante.
--¿Qué es?, ¿qué implica esto?
--Que, si bien los terpenos
no pegan por sí mismos, sí modifican la acción de los cannabinoides. Es decir, el THC, que como decíamos
es el cannabinoide más conocido, cuando entra en sinergia
con algunos terpenos, produce un efecto sedante. Y en sinergia con otros terpenos, produce un efecto euforizante. Esto es lo interesante, porque cuando se
aprende a detectar y conocer los terpenos se
puede saber, solamente sintiendo el aroma, qué
efecto va a tener una planta. Esto permite saber, dicho de otro modo, si al consumir tal planta te
vas a ir a dormir una
siesta, o te vas a poner a pintar una pared.
--¿El estado de cuestión legislativo actual
“ayuda” en la tarea?
--Estamos empezando a tejer lazos para poder empezar a trabajar con terpenos directamente extraídos de cannabis, algo que, en la actualidad, con la legislación vigente, no se puede utilizar aún en la industria alimenticia. Sin embargo, para nosotros esto es parte de la investigación y el desarrollo, porque estamos en una industria que requiere de una indagación permanente, dada su dinámica intrínseca, y dado el crecimiento exponencial que está teniendo en la actualidad.
--¿Cómo es la tarea de laboratorio que
mencionabas palabras atrás, en concreto?
--Básicamente, lo que hacemos en el
laboratorio es volver a mezclar terpenos en
las proporciones exactas, que están en diferentes plantas. Al trabajar con moléculas puras, botánicas,
obtenemos como resultado un perfil aromático reproducible en el tiempo, que tiene cero THC. Por lo tanto, a la hora de desarrollar un producto alimenticio trabajamos con una materia prima muy estable, de muy alta calidad, que te permite hacer ese desarrollo, y reproducir el
resultado en el tiempo.
--¿A qué te referís cuando hablás de “moléculas
puras”, en relación al trabajo que realizan?
--A que, si bien los terpenos se pueden mezclar bien con
otros extractos de plantas, concentrados, aceites como el de
coco o alcoholes, nosotros no lo hacemos. Adherimos a rigurosos
procedimientos de procesamiento, y los
productos son ciento por ciento
puros. Nuestros terpenos y perfiles de cepas de
terpenos no contienen metales pesados, ni solventes ni pesticidas, por
lo tanto, son aptos para uso alimentario.
--¿Cuál es el terpeno más “famoso”?
--Hay como treinta mil en la naturaleza, pero el más
prevalente se llama limoneno, que se puede
encontrar en miles de plantas diferentes.
--¿Cómo te metiste en este mundo mágico y
misterioso de los terpenos?
--Yo vengo del mundo de la marihuana
desde hace mucho tiempo, pero hace unos diez años empecé
a investigar más seria o sistemáticamente, digamos, la vaporización
de hierbas. Esto consiste
básicamente en calentar la hierba sin quemarla, lo que permite inhalar el vapor de
la hierba sin el daño asociado al humo. Esto me permitió descubrir los sabores increíbles que emanan de las diferentes cepas de la marihuana, y me voló tanto la cabeza que empecé a investigar mucho, hasta que llegué a los terpenos. Por este camino, descubrí que cada cepa de marihuana tiene un
blend de terpenos particular, por eso hay tantas... las índicas, las sativas, y muchos híbridos. Cada flor
tiene un patrón aromático, quiero decir,
y eso fue lo que me puse a investigar en Oregón
donde viajaba regularmente. De hecho, fue
allí donde me obsesioné con los
aromas del cannabis. Las frecuentes visitas a los cultivares de esa región me llevaron a especializarme en
los terpenos.
--Te llevo un paso más hacia atrás, aún ¿Cómo
empezó tu conexión con el universo del cannabis?
--Fue a fines de la década del noventa, y de la mano de amigos del barrio de Lanús, donde nací. La verdad es que se trató de un amor a primera vista, porque poco tiempo después ya estaba plantando mis primeras semillas. Luego, en 2001, me fui a Europa, estuve un tiempito en Paris, hasta que me instalé durante varios años en Barcelona, donde empecé a militar la causa cannábica. Con el tiempo se fueron sumando proyectos como Marimba, que en realidad es de un amigo mío, y mi rol específico ahí fue ayudarlo a armar el mapa cannábico, para que se sume a la base de datos. Después están los talleres, que no son solo charlas, sino también catas.
--¿Cómo funcionan las catas?
--Lo que hace la gente en ellas es oler los terpenos aislados, y también algunos blends nuestros.
Los talleres son bastante largos, suelen durar dos horas o más, y
son para poca cantidad de gente
porque, como hacemos
catas, es difícil hacerlos muy extendidos.
En general, los organizo cuando
viajo a Buenos Aires en alguna
asociación o agrupación cannábica, como “Cogollos del Oeste”. Pero el último
fue en la Expo “Córdoba Cannabis”, donde
vinieron unas cien personas, aproximadamente.
--El minuto cero de la Terpenoteca no fue
Oregón, entonces.
--En Oregón lo que pasó fue
que aprendí de vaporizadores y terpenos, y
empecé a meterme en ese mundo más concretamente, pero la cosa viene de lejos,
como dije. Bueno, luego ocurrió que decidí radicarme nuevamente en la Argentina,
en Bariloche, puntualmente, donde
finalmente terminé especializándome
en la vaporización
de cannabis, brindé algunos
talleres más, y fundé la primera tienda online de vaporizadores
en el país, al mismo tiempo que comencé un proyecto que al día de hoy no se ha
concluido.
--¿Qué depara el futuro, entonces?
--Por lo pronto, estamos
próximos a lanzar una marca de chocolates gourmet con terpenos
elaborados en Bariloche. También nos
encontramos desarrollando helados, cervezas y gin tonic con terpenos.
Ah, y hasta gomitas del kiosco, esas que comíamos de
chicos.
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1 comentario:
Muy buena lectura muchas gracias!!
A mi tambien me gusta mucho el olor a gomitas de thc.
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