CONSTRUIR ALTERNATIVA POLÍTICA ANTE LA CRISIS “FINAL”
DEL NEOLIBERALISMO.- Frente
a la crisis generalizada del neoliberalismo, a nivel del sistema mundo, lo
importante, central y fundamental - para no quedarse solamente estacionario
en la fácil posición política de la oposición, por la oposición - es como trabajamos
en forma organizada y responsable, inmersos activamente en el proceso complejo,
múltiple, turbulento en un mundo
multipolar - construimos alternativas políticas, con la finalidad estratégica
de darle salida a la crisis. La crisis sistémica, la descomposición social y
política del sistema de opresión y explotación, del capitalismo salvaje, es
Política, y políticamente tenemos que presentar, construir desde las políticas
de la cultura del diálogo, políticas de consenso, procesos horizontales de convivencia, participación y
organización del Poder local de la Sociedad Civil, forjar Ciudadanía
política y construir social y culturalmente nuevos Liderazgos Comunitarios.
La coyuntura mundial nos presenta un escenario en destrucción política,
descomposición social, violencia cultural, devastación ambiental, corrupción
institucionalizada, violencia e inseguridad mundializada. Frente a esta
realidad incontrastable, no cabe posiciones de conciliación contra un enemigo, como
la troika que utiliza la violencia, imposición y verticalismo sordo y ciego de
políticas absolutamente enemigas, opuestas y altamente destructivas de los
derechos de los pueblos, y violación sistemática de los derechos ciudadanos. La salida es Política. “Refundamos la Política”, como
necesidad histórica de compatibilizar con los procesos políticos que rompan con
las ataduras del neoliberalismo, y sus élites
político-financieras-empresariales locales y los intereses de clase dominante
de los poderes facticos mundiales.
En América Latina
en la coyuntura actual – como en Europa hoy el Syriza en Grecia – gobierno de la nueva izquierda radical – y el Podemos en España, en un año
como el principal partido político anti-neoliberal – tenemos procesos
político-sociales, caminando políticamente más allá de las políticas violentas,
salvajes y bárbaras del neoliberalismo. Venezuela, Bolivia, Nicaragua,
Uruguay, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador – hoy son escenarios, centros y
contextos sociales, de un proceso político que progresivamente están rompiendo
las ataduras del modelo neoliberal. Generalmente no sostenidos en los viejos
partidos políticos de la izquierda tradicional, sino políticas
participativas y ciudadanas, fundadas en movimientos sociales
post-neoliberales, centrados básicamente en construir alternativas Políticas,
que funcionen – porque los procesos políticos de
cada país, no son copia ni calco, son creación heroica de sus pueblos-
es hoy, la base social y política de la mayor parte de los procesos políticos
latinoamericanos anti-imperialistas, forjando un “primer piso” social de
reconocimiento y vigencia general de los derechos sociales ciudadanos,
proseguir un camino lleno de arbitrariedades sociales, violencia política desde
la narco-política y los contextos corruptos de la anti-política. Seguir
caminando para construir un “segundo piso” de ruptura total de las ataduras
económicas del neoliberalismo y fortalecimiento autónomo y democrático de
los movimientos sociales anti-globalización, base y centro fundamental de carácter
político del nuevo proceso de izquierda nacional, democrática y revolucionaria. ¿ Y el “tercer piso”?. He ahí en detalle”. Cómo
abordar desde lo local – muy contaminado y violento – el gran desafío: lo
Cultural; la identidad cultural colectiva, las formas de resistencia cultural.
He ahí un nuevo escenario, de escenarios de las
clases y la lucha de clases. El Poder Local Popular de la Nueva Sociedad Civil.
/////
El Maestro Noam Chomsky, opina muy fuerte sobre las políticas neoliberales que han fracasado totalmente y la importancia que hoy tienen las "nuevas" políticas anti-troika y su rompimiento con el neoliberalismo.
***
“SYRIZA Y PODEMOS SON LA REACCIÓN AL ASALTO
NEOLIBERAL QUE APLASTA A LA PERIFERIE”.
ENTREVISTA/ NOAM CHOMSKY.
*****
Miguel Mora.
Boston domingo 8 de
febrero del 2015.
Ha
caído la nevada del siglo en Boston, el termómetro marca 15 bajo cero, los
autobuses no circulan y los coches patinan. A las once de la mañana, como un
clavo, el profesor emérito Noam Chomsky, lingüista y filósofo, de 86 años, está
ya en la brecha, dando una entrevista a un periodista francés en su despacho
del departamento de Lingüística del Massachussets Institute of Technology
(MIT).
Estamos en el legendario Stata Center, construido por Frank Gehry en acero y
ladrillo. La facultad de Ciencias de la Información, Inteligencia e Informática
está abarrotada de estudiantes, con abrumadora mayoría asiática. En la octava
planta, junto a un ascensor, la guarida de Chomsky y sus secuaces huele a café
recién hecho, y se respira calma y camaradería.
En
un despacho contiguo al de Chomsky está el nonagenario Morris Halle, un barbudo
diminuto de ojos vivos, con la chaqueta llena de migas y pinta de haber
compartido vodka y revoluciones con Bakunin. The New Yorker ha comparado a la
pareja de lingüistas con Dante y Virgilio, con Sherlock Holmes y Watson. Halle,
un lingüista egregio, fue quien llevó a Chomsky al MIT en 1955, cuando nadie se
atrevía a contratar a aquel joven judío, brillante y airado recién doctorado en
Harvard. En 1968, los dos escribieron a cuatro manos el libro más importante de
la historia de la Lingüística, The Sound
Pattern of English, que hizo por la fonología –el estudio del
sonido de las palabras- lo que Chomsky había hecho antes –a los 29 años- por la
sintaxis: le dio forma y la convirtió en una ciencia.
Otro
personaje clave en la vida de Chomsky es su secretaria, Bev Stohl, una mujer
encantadora que en un aparte bromea sobre los venerables maestros: “Ahí los
tienes, entre los dos suman más de 200 años”. El despacho de Chomsky, forrado
de libros sobre anarquía, guerra, historia y lingüística, es luminoso y amplio,
y está presidido por dos grandes fotos de Bertrand Russell, ídolo y referencia
del pensador ateo y pacifista. Chomsky sale a recibir al segundo entrevistador
del día con gesto afable y sonriente. Se nota enseguida que ha perdido energía
y oído y que tiene la voz queda. Pero escucharlo sigue siendo toda una
experiencia: tras abrazar todas las causas justas y perdidas, el viejo azote
del imperialismo yanqui sigue siendo un Quijote incurable y un analista
implacable. Guarda memoria prodigiosa de fechas, hechos, libros y discursos, no
pierde el hilo en ningún momento y mantiene la cabeza clara, ágil y potente.
Además
de dar sus clases, escribir sus artículos y atender a sus alumnos, Chomsky
imparte conferencias allá donde le invitan –“tengo la agenda llena hasta 2016”,
dice- y contesta personalmente a las docenas de mensajes y cartas que recibe
cada día. Según su secretaria, “el hombre no dice nunca que no, simplemente no
sabe”. La prueba llega al final de los 45 minutos de entrevista, cuando el
periodista le invita a ser presidente de honor del comité editorial de CTXT.
Chomsky responde: “Bueno, no participo en comités... ¡Pero si es honorario,
podría!”.
-Se
le ve sonriente. ¿Todavía encuentra razones para ser optimista?
-Bueno,
algunas hay. Aunque no faltan tampoco para ser pesimista. La Humanidad tendrá
que decidir, y no a largo plazo, si quiere sobrevivir u olvidar dos enormes e
inminentes amenazas: una es las catástrofes medioambientales, la otra es la
guerra nuclear. El Boletín de los Científicos Atómicos,
que ha sido el principal monitor de cuestiones nucleares y estratégicas durante
muchos años, publica un famoso reloj del “Juicio Final”. Determina la distancia
a la que las manecillas del reloj deberían estar de la medianoche. Y acaban de
adelantarlo a tres minutos del final. Es lo más cerca que hemos estado desde la
Crisis de los Misiles de Cuba. La amenaza nuclear sigue aumentando; siempre ha
sido significativa, y es casi un milagro que escapáramos de ella. En este
momento, EEUU está dedicando un billón de dólares a modernizar y poner al día
su arsenal nuclear. El Tratado de No Proliferación Nuclear nos obliga a
comprometernos a eliminar estas armas, a mostrar signos de querer eliminarlas.
No hay nada de eso. Rusia sigue su carrera, y algunas potencias menores también.
-Pero
casi nadie habla de ello.
-No
se habla mucho, salvo algunos analistas estratégicos, expertos económicos y
otra gente preocupada por estas cuestiones. Pero hay amenazas muy serias. Una
es el conflicto en Ucrania. Uno confía en que las potencias se frenarán, pero
viendo los antecedentes no es en absoluto seguro. Sólo un ejemplo: a principios
de los años 80, la Administración Reagan decidió sondear las defensas rusas.
Así que simularon ataques por tierra y aire, incluyendo armas nucleares. No
dijeron a los rusos lo que estaban haciendo porque querían provocar no un
simulacro sino una alerta real. Fue un momento de extrema tensión. Reagan
acababa de anunciar iniciativas estratégicas de defensa como la guerra de las galaxias, pero los analistas de ambos bandos
lo interpretaron como un arma de primer ataque. No es un misil defensivo, si en
algún momento llega a funcionar, sino una garantía para lanzar el primer
ataque. Ahora, conforme los archivos rusos se han ido haciendo públicos, la
Inteligencia de EEUU ha reconocido que la amenaza fue extremadamente seria. De
hecho, un informe reciente asegura que casi estalla la guerra.
-Así
que estamos vivos de milagro.
-Vuelvo
a su pregunta inicial… ¿Optimismo? Es siempre la misma historia. Siempre, no
importa cómo juzgues lo que está pasando en el mundo, tienes, básicamente, dos
opciones. Puedes decidir ser pesimista, decir que no hay esperanza y abandonar
todo esfuerzo, en cuyo caso contribuyes a asegurar que suceda lo peor. O puedes
agarrarte a cualquier esperanza –siempre hay alguna– e intentar hacer lo que
puedas –y quizás así seas capaz de evitar un desastre, o incluso, de abrir el
camino a un mundo mejor.
-Usted
cambió la lingüística cuando tenía 29 años, y luego intentó cambiar el mundo.
Todavía sigue en ello. Imagino que lo segundo ha sido más duro que lo primero.
¿Ha valido la pena?
-¡Cambiar
la lingüística también fue bastante duro! Tiene un poco de ciencia, aspectos de
filosofía contemporánea… Creo que he estado en el lado adecuado, aunque formo
parte de una pequeña minoría.
-¿Y
diría que el balance ha sido positivo?
-Ha
habido éxitos, no sólo míos, sino de la oposición popular a la violencia, a la
guerra, a la desigualdad. El movimiento por los derechos civiles –en el que yo
no fui una figura de referencia pero estuve involucrado, como tantos otros–,
consiguió objetivos significativos, aunque no todos los que perseguía, ni mucho
menos. Si hacemos caso a la retórica oficial, la lucha de Martin Luther King
acaba en 1963 con su famoso discurso Yo tengo
un sueño, que condujo a la legislación de los derechos civiles y
a una mejora significativa de los derechos de voto y de otros derechos en el
Sur. Pero King no se detuvo en ese punto. Continuó luchando contra el racismo
del Norte, y también intentó generar un movimiento por los pobres, no sólo
negros, sino los pobres en general. King fue asesinado en Memphis (Tennessee)
mientras apoyaba una huelga de funcionarios. Luego, su mujer, su viuda, lideró
la Marcha por el Sur, por todas las zonas donde había habido disturbios, llegó
a Washington y montó una acampada, Resurrection
City. Aquel era el Congreso
más liberal de la historia: les permitieron quedarse un tiempo, y luego
mandaron a la policía de noche, destruyeron el campamento y desalojaron a todo
el mundo. Ese fue el final del movimiento para atajar la pobreza. Hoy sabemos
que gran parte del problema no ha sido erradicado.
-Europa
vive también el periodo más sombrío de los últimos 50 años.
-Ha
habido mejoras importantes, pero toparon con una barrera. Y esa barrera empeoró
con el asalto neoliberal contra la población mundial, que empezó a finales de
los años 70 y despegó con Reagan y Thatcher. Europa es hoy una de las mayores
víctimas de esas políticas económicas de locos, que suman austeridad a la
recesión. Incluso el FMI dice que ya no tienen sentido. Pero sí tienen sentido
desde un punto de vista: están desmantelando el Estado del Bienestar,
debilitando a los trabajadores para aumentar el poder de los ricos y los
privilegiados. Visto así, es todo un éxito; el resultado es destruir las
sociedades, pero eso es una especie de pie de página que no tienes en cuenta si
estás sentado en las oficinas del Bundesbank.
-La
sociedad ha empezado a moverse. ¿Cree que cambiarán las cosas?
-Hay
una resistencia muy significativa contra el asalto neoliberal. La más
importante se da en Sudamérica, es espectacular. Durante 500 años, Sudamérica
sufrió la dominación de las potencias imperiales occidentales, la última de
ellas, EEUU. Pero en los últimos 10 o 15 años ha empezado a romper con eso.
Esto tiene mucha relevancia. Latinoamérica fue uno de los socios más leales de
los consensos de Washington, de las políticas oficiales.
-El
patio trasero...
-Pero
ha dejado de serlo; no del todo, pero por primera vez en medio milenio, los
países se están moviendo hacia la integración, que es un requisito para la
independencia. Estuvieron separados en el pasado, están empezando a unirse. El
símbolo de esto es que EEUU ha perdido sus bases militares en América Latina,
la última se cerró en Ecuador. Y otra ilustración llamativa es lo que está
pasando en las conferencias continentales. En la última, que se celebró en
Colombia, no pudieron realizar una declaración conjunta. El motivo es que hubo
dos países que se opusieron: EEUU y Canadá. Esto era inimaginable en el pasado.
-Guantánamo sigue ahí. ¿Cree que Cuba intentará recuperar la
base en las conversaciones de La Habana?
-Estoy
seguro de que lo intentarán, pero dudo que EEUU acepte.
-He
leído un artículo
suyo reciente en el
que decía que Obama es un liberal conservador, un republicano moderado, y que
la de Nixon fue la Administración más izquierdista de la historia.
-Nixon
era un buen tipo...; hoy los estándares han cambiado. Ahora Nixon parece un
izquierdista, y Eisenhower un radical incendiario. Eisenhower, al fin y al
cabo, dijo que aquel que calificara de locura la legislación del New Deal no
podía formar parte del sistema político americano. Ahora, todo eso ha
desaparecido.
En Estados Unidos solamente los miembros de alguno de
los grupos más extremistas de derecha creen que Obama es comunista, socialista
o algo similarmente reprobable. Unos porque no tienen la más mínima idea de lo
que encierran los términos “socialismo”, “comunismo” y tan sólo les queda recuerdos
propios o trans-generacionales de los estereotipos de la época del Temor Rojo y
la Guerra Fría.
***
-
¿Obama no es de izquierdas?
-El
término izquierda en EEUU se utiliza ahora para los moderados de centro, porque
el espectro se ha movido. Un viejo chiste decía que EEUU es un Estado de un
solo partido (el Partido de los Negocios) con dos facciones (Demócratas y
Republicanos); era bastante acertado. Ahora ya no sirve. Sigue siendo un país
de un solo partido, pero sólo hay una facción: los republicanos moderados. Ése
es el único partido operativo. Se llaman demócratas, pero son similares a lo
que solían ser los republicanos moderados. El otro partido, el de los
republicanos, se ha salido de ese marco. Ha abandonado cualquier pretensión de
ser un partido parlamentario. Y lo ha reconocido. Uno de los líderes de opinión
conservadores más respetados, Norman Ornstein, ha descrito a los republicanos
como una insurgencia radical que ha abandonado todo deseo de participar en la
política parlamentaria.
-¿Hacia
dónde van los neocons?
-El
partido se ha movilizado para alcanzar dos objetivos: uno, destruir el país y
que parezca culpa de los demócratas, de manera que ellos puedan volver a
gobernar. Su otro objetivo es simplemente servir al rico y al poderoso. Pero
como no puedes hacer de esto un programa político, han hecho una cosa
razonable: han movilizado a grandes sectores de la población que siempre habían
estado ahí pero no se habían organizado como fuerza política. Uno de estos
colectivos es el de los cristianos evangélicos, que forman una parte enorme de
la población. Y ahí tienes al nuevo responsable del Comité Medioambiental del
Senado, James Inhofe, que afirma: “Es arrogante decir que los humanos pueden
hacer cualquier cosa contra la voluntad de Dios, como el cambio climático”.
Esto es antediluviano… No puedes ni llamarlo Edad de Piedra, las tribus
primitivas tenían más criterio. Pero esta es la esencia de la base republicana,
extremista y cristiana evangélica. El otro sector movilizado es la gente
aterrorizada. La sociedad de Estados Unidos es ahora muy mestiza, pero la
población blanca se está convirtiendo en minoría. De forma que hay un gran
sector de la población, y un grupo de políticos, que dice: “Nos están robando
el país”. Es una forma de decir que hay demasiados rostros oscuros.
Hispanos,
sobre todo.
-¿Y
musulmanes?
-También,
pero los hispanos son ahora la principal fuente de miedo.
-El
mito nacional funciona siempre contra la invasión de pueblos “inferiores”.
-Y
así sigue. Puede que no tenga una base histórica o biológica, pero está en la
conciencia colectiva. Y ahora estamos en el punto en el que nuestra herencia
mitológica anglosajona no sólo se ve amenazada, sino desbordada por esos
extranjeros que se están apoderando de nuestro país. Todo esto es parte de lo
que el ex Partido Republicano -tengo que llamarlo ex- ha movilizado como base
de esa política que roza el delirio…
-Europa
lleva un camino parecido...
-Es
delirante la forma en que la Troika está tomando decisiones en Europa. Se puede
calificar de delirante si se tienen en cuenta las consecuencias humanas, pero
desde el punto de vista de los que diseñan la política no es delirante, a ellos
les va estupendamente. Son más ricos y poderosos que nunca, y están acabando
con el enemigo, que es la población en general.
-
Aki Kaurismäki, el cineasta finlandés, lo llama capitalismo sádico.
-Es
que el capitalismo es intrínsecamente sádico; de hecho, Adam Smith reconoció
que cuando se le da rienda suelta y queda liberado de ataduras externas, su
naturaleza sádica se manifiesta porque es intrínsecamente salvaje. ¿Qué es el
capitalismo? Maximizar tus beneficios a expensas del resto del mundo. Un famoso
premio Nobel de Economía, James M. Buchanan, dijo una vez que el ideal de todo
ser humano es ser el amo y que el resto del mundo sea su esclavo. Desde el
punto de vista de la economía neoclásica, por qué no, ése es el ideal.
-¿Un
mundo sin derechos ni responsabilidades?
-Un
mundo sin reglas en el que los poderosos hacen lo que quieren. Y, donde,
milagrosamente, todo sale a la perfección. Es interesante comprobar cómo Adam
Smith planteó esto en la famosa expresión “mano invisible”, que tanto se usa
ahora. (…) Ahora vemos que, cuando el capital carece de cortapisas,
particularmente los mercados financieros, todo salta por los aires. A eso es a
lo que se está enfrentando hoy Europa.
-Sorprendentemente,
25 años después de la caída del Muro de Berlín, Syriza, un partido de izquierdas,
ha ganado unas elecciones en Europa. Es como si las políticas de la Troika
hubieran resucitado al enemigo…
-Yo
no lo veo así... Por la sencilla razón de que hay muchos mitos acerca del
enemigo. Rusia estaba más alejada del socialismo de lo que lo está hoy Estados
Unidos; la revolución bolchevique fue un gran fracaso para el socialismo,
provocó una tiranía autocrática en la que los trabajadores eran eso que Lenin
llamó un ejército proletario bajo el control de un líder que no tenía nada que
ver con el socialismo.
La "refundación
de la Política" que viene desde Grecia con el Syriza del Primer Ministro
Alexis Tsipras, Podemos de España con el Politólogo Pablo Iglesias - hoy el
primer partido político - nos proponen una nueva Alternativa Política
anti-neoliberal y anti-troika y sus políticas de austeridad, que ha fracasado
totalmente.
***
-¿Syriza
no es entonces el péndulo de la Historia volviendo atrás?
-Para
los patrones actuales, Syriza es un partido de izquierdas, pero no lo es por su
programa. Es un partido anti-neoliberal. No exigen que los trabajadores
controlen la industria…
-No,
claro, no son revolucionarios.
-Ni
socialistas tradicionales... Y esto no es una crítica, creo que es positivo. Y
lo mismo pasa con Podemos: son partidos que se levantan contra el asalto
neoliberal que está estrangulando y destrozando a los países periféricos.
-Hablemos
sobre la prensa. Usted ha criticado duramente a The New York Times y The
New Yorker en sendos
artículos recientes. ¿La
decadencia de los periódicos tradicionales tiene que ver con su cercanía al
poder o, como aseguran los editores, es culpa de Internet?
-Escribo
sobre The New York Times y The
New Yorker porque lo que me
interesa es ese tipo de límite liberal. Prefiero que otros denuncien a la Fox,
que es una broma. Lo interesante son los periódicos intelectuales, porque
establecen el límite externo de la crítica aceptable. Son una especie de
guardianes. Dicen: “Puedes llegar hasta aquí, pero no más allá”. Y lo hacen por
un interés particular. Desde un punto de vista doctrinal no creo que hayan
cambiado, protegen las estructuras del Estado desde hace mucho. El derrocamiento
de la democracia en Guatemala recibió un gran respaldo de los medios; el del
sistema parlamentario iraní en 1953 fue enormemente respaldado; la Guerra de
Vietnam, igual, gran apoyo todo el tiempo. De hecho, la única crítica que se ha
hecho a la Guerra de Vietnam hasta el momento es que fue un fracaso. Cuando a
Obama se le consideraba un gran héroe moral porque se opuso a la invasión de
Iraq, ¿qué dijo la prensa? Dijo que esa guerra había sido un error garrafal,
claro, porque no salió bien. Si hubiera salido bien, habría sido perfecta...
-¿Guardianes
del poder, pero no de la democracia?
-La
prensa vive un grave declive, pero creo que básicamente se debe al
funcionamiento de los mercados publicitarios. Los grandes medios son grandes
empresas, y viven esencialmente de la publicidad; ahora sus fuentes de capital
se están dispersando, y están en declive. Si cogemos, por ejemplo, The Boston Globe, era un buen periódico, uno de los
mejores del país, pero ahora no tiene noticias independientes en absoluto,
funciona con agencias, apenas tiene corresponsales. Lo mismo está ocurriendo en
el resto del país. No se trata de una actitud doctrinal, creo que está
relacionado con el funcionamiento de la sociedad de mercado: si no ganas
suficiente dinero, caes.
-¿Y
no le parece raro que esos medios sigan defendiendo el modelo que les ha
llevado a la ruina?
-Desde
un punto de vista doctrinal, sencillamente, de una forma abrumadora, no sólo en
los Estados Unidos, los medios defienden al poder. En Estados Unidos ese poder
son los negocios y el Estado. Aunque hay excepciones. The Wall Street Journal, el principal periódico económico, publica muy buenas
historias de delitos empresariales. Por suerte, no estamos en un Estado
fascista.
*****
Transcripción
y traducción del inglés de Palomá Ferrer e Irene García Pérez.
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