Efectivamente no solo en Chile, sino en gran
parte de América latina,- Perú-como a nivel mundial, continúa – sigue
profundizando y alejando – el divorcio entre lo social y lo político, la crisis
es indetenible, por ser de carácter estructural. Los partidos políticos han perdido confianza, credibilidad social desde
la ciudadanía, no existe legitimidad de las instituciones que sostienen o
fundamentan la Democracia, desde la opinión pública, realidad polarizante y
contradictoria que sigue – continúa – en un proceso de deterioro permanente,
consecuencia de que la población, la
sociedad civil en general, se ha quedado como paralizada en el tiempo,
resultado hoy que más peso e importancia tiene en la sociedad los problemas
personales, los intereses particulares, las aspiraciones hiper-individuales. Esta realidad profundamente contradictoria,
compleja, existente en un mundo Multipolar, es el primer y más “valioso”
resultado de más de tres décadas de vigencia hegemónica del neoliberalismo,
como ideología única, como política única, como economía única en el mercado
globalizado. Simplemente nos hemos
quedado en “un mundo” a nivel de Ciudadanía en general, básicamente
consumista, individualista en la mirada centrada en cuanto a sus problemas, necesidades e incluso a
ausente de sus derechos sociales y políticos. Simplemente nos quedamos conforme con echar toda la responsabilidad de
un hecho, acontecimiento – positivo o negativo – a la “clase política”, a
sus partidos políticos, hoy en plena y absoluta crisis, sistematizados en la
preponderancia de nuestros problemas eminentemente personales, individualistas,
nos contentamos o satisfacemos nuestro ego, nuestro apatía, nuestra rechazo a
la política, con simplemente echarle toda la responsabilidad – desde lo social
a la política – a quienes ya incluso no tienen capacidad de contestación o
respuesta – dada
la magnitud de su crisis, como es a los partidos
políticos.
DR. Mariano Lino Urquieta. Liberal socialista del inicios del
siglo XX, junto a Mostajo, Málaga, Chuquihuanka Ayulo y otros liberales Socialistas en la
Arequipa conservadora, religiosa y agrario-terrateniente dominante, tuvieron la
gran capacidad de forjar los primeros movimientos sociales- ferroviarios,
artesanos, gráficos, textiles, empleados del comercio, estudiantes,
trabajadores del campo - y sobre esa plataforma social, "La Pontezuela" - el Ágora de la Democracia Directa en la Plaza de Armas, construyeron Ciudadanía Política y en forma paralela en el tiempo histórico y político, crear, fundar el Partido Liberal Independiente, con la finalidad no solo de
hacerle frente a la aristocracia agraria local, la iglesia conservadora, al
poder del capital comercial y Casas Comerciales, el poder de los medios de comunicación, sino también participar en
las Elecciones Municipales locales y Elecciones Nacionales para Diputados y
Senadores, objetivos políticos que los cumplieron y durante todo el siglo XX,
el movimiento social siempre estuvo ligado, relacionado y concatenado
políticamente al Partido Político. El Partido Comunista y a la vida política local, regional y nacional.
*****
Obviamente para salir de esta parálisis
social y rechazo político, es necesario pensar, trabajar, mirar la sociedad en su
conjunto, con la finalidad de recuperar nuestra capacidad de acción,
movilización, organización, creatividad y estar en la capacidad de formular un Proyecto Político, (Un
Nuevo Paradigma Histórico para el siglo XXI). Debemos estar en la
capacidad, para dar el gran salto dialéctico, pasar de la Ciudadanía en general
al nivel de la Ciudadanía Política,
con capacidad de opinar, participar, criticar, forjar, construir nuevas
alternativas en un conjunto de contextos sociales nuevos que a diario van
surgiendo, en un escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases. Mientras la derecha utiliza todos sus
mecanismos, está en condiciones de poner en primer lugar el poder de los
medios de comunicación, como parte de los poderes facticos, no sólo para asumir
una crítica a la coyuntura, sino que camina mucho más allá, sabiendo la crisis
de los partidos políticos, el mundo
corrupto de la clase política y como se destroza a diario la Política, en
segundo lugar, entonces utiliza todo su poder mediático para imponer su propia
Agenda de Gobierno, abarca y secuestra un espacio social muy importante, como
es el de ser “agente”, actor e intermediario entre el Estado- Gobierno de turno
– y la sociedad civil, vigente en la coyuntura, profundamente influenciada, mediatizada
por sus propuestas políticas – en nuestra sociedad por los medios concentrados
- para ello impone en las condiciones de la crisis sistémica “la dictadura de los medios” en tiempos de
crisis “final” de la propia democracia liberal representativa,. Transformada
en simple democracia de papel, novelesca, mediática, procedimental, con fuertes
tendencias de
violencia, poder subterráneo, criminal, como es la democracia fallida y la
narco-políticas.
El Amauta José Carlos Mariátegui, sus compañeros
intelectuales en la lucha política, así como los obreros y sindicalistas, fundadores
de la Confederación General de Trabajadores del Perú. CGTP. Todos
participaron sobre la plataforma de la Ciudadanía Política en la creación
del Partido Socialista del Perú. Partido, ligado, relacionado, concatenado
profundamente al movimiento obrero, minero, campesino sindical y estudiantil de
su tiempo. Teniendo como base social y política un Proyecto Político Nacional.
***
Forjar y construir Ciudadanía Política – el
gran desafío social y político de nuestro tiempo, tiempo de crisis absoluta y
pérdida de la Confianza -. Como estructura
dialéctica, personal, social e institucional – niveles muy bajos de credibilidad social, pérdida de legitimidad de las instituciones, crisis
de la representatividad – concentrada por dos siglos, solo con su vigencia económico-social,
ausencia de una visión cultural, política,
ambiental, geográfico-territorial e institucional. Existe hoy un rompimiento
absoluto entre lo social y político, expreso, manifiesto, presente en el total
distanciamiento de los movimientos sociales con los partidos políticos y los
partidos políticos también inmersos en una
profunda crisis no tienen capacidad de relacionarse, beber directamente de las
fuentes propias, naturales y originarias, donde están los problemas centrales y básicos de la población.
Se encuentran totalmente alejados, distantes de los problemas, derechos y
reivindicaciones de la Ciudadanía, simplemente
porque han sido absolutamente capturados – secuestrados – por el mundo
multi-millonario de la corrupción. Esta realidad se profundiza a diario con la
vieja política, destrozada por la
economía criminal, las tendencias de la democracia fallida y los
estados-fallidos, la narco-política y los narco-estados. Para salir de
este mundo del estiércol de la anti-política, es necesario y fundamental
romper, liquidar las viejas estructuras del sistema –mundo del neoliberalismo – salvaje, inhumano, criminal – y entrar
con decisión desde la Ciudadanía política,
dinamizar la participación ciudadana, activar la forja de nuevos liderazgos
comunitarios, con la finalidad de replantear, recrear, reconstruir el mundo de
la política: refundar la política, mundo
de nueva democracia, de ciudadanos, participativa, directa, solidaria e
inter-cultural. Seguiremos caminando, porque el camino se hace al andar ………los
procesos revolucionarios no son copia ni calco, son creación heroica de cada
pueblo.
/////
Su análisis político es absolutamente correcto, su visión de la Ciudadanía política, así como el divorcio - rompimiento entre lo social y político -Partidos Políticos en crisis "terminal" y movimientos sociales absolutamente alejados - extraños - al quehacer diario de lo que aún queda de los partidos políticos.
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SOCIÓLOGO, MANUEL ANTONIO GARRETÓN.
La situación de la política es también culpa
de la ciudadanía que no convoca.
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Andrés Ojeda | Sábado 21 de febrero 2015 9:47 hrs.
DiarioUchile. Sábado 21 de febrero del 2015.
Para el sociólogo es fundamental que la ciudadanía comience a
tomar el papel necesario para hacer cambios políticos. En ese sentido, pone a
la Asamblea Constituyente como el canal adecuado para lograr que lo social se
reúna, nuevamente, con lo político.
El sociólogo y analista político Manuel Antonio Garretón conversó
con Radio Universidad de Chile sobre la actual situación que vive la política
chilena y también sobre la perspectiva de la ciudadanía respecto de la
actividad política.
Garretón, en ese sentido, expresó una postura crítica al carácter
individualista de la sociedad actual y cómo ésta se ha centrado en buscar el
propio interés en vez de movilizarse, salvo casos excepcionales, por el bien
común.
¿Por qué cree usted que la ciudadanía no está participando en la
política, existe una crisis?
Hay una separación entre política y sociedad que hace que la
política sea vista cada vez más como una actividad que gira en torno a sí misma
y que no responde a los grandes problemas de la sociedad. Y por otro
lado, hay una sociedad conformada por una ciudadanía que es a mi juicio, salvo
ciertos momentos, bastante amorfa, que tiene componentes individualistas y
consumistas que le hacen imposible pensar en la sociedad en su conjunto. Le
hacen rechazar la política, cuando ésta es la actividad en torno al conjunto,
en torno a lo común.
Entonces, ¿cómo define las expresiones ciudadanas, las diversas
marchas por el Transantiago, por la molestia con La Polar y por el rechazo a
diversas acciones en que cae la llamada clase política y que se traducen en las
bajas de la confianza de la ciudadanía en las encuestas?
Las expresiones ciudadanas no son la suma de opiniones
individuales que se dan en la encuestas, ni son el alegato contra el
Transantiago o contra La Polar. Las expresiones ciudadanas suponen un proyecto
y para que haya proyecto tiene que haber una visión de conjunto y esa visión de
conjunto no la obtiene, salvo momentos de crisis muy radicales como
guerras o algo así, no vienen de la ciudadanía. Vienen precisamente de la
política, de los partidos políticos cuya función es esa. El gran problema es
que los partidos políticos no presentan proyecto histórico y que la ciudadanía
no se interesa por el tema común y esos proyectos históricos.
Ante esa ausencia de protagonismo de los partidos políticos, ¿cómo
la gente puede recobrar la confianza en la política?
El producto de una Asamblea Constituyente es una nueva
Constitución que supere la heredada de la dictadura, pero también es un proceso
por el cual se reconstituyen relaciones entre partidos políticos, políticos y
ciudadanía, ¿por qué? porque es entorno a un proyecto. Es entorno a proyectos
de sociedad que reconstituyen las relaciones entre política y ciudadanía, que
se resuelve la crisis de la sociedad chilena, que es la crisis de la separación
entre política y sociedad civil, por lo cual la política no cumple su rol y la
ciudadanía tampoco cumple su rol.
¿Podemos decir que el problema entonces es que la ciudadanía no
está “despierta”, no participa?
El problema no es que despierte la ciudadanía. El problema es que
en la ciudadanía, que al igual que la clase política, hay una ausencia o el
déficit de un proyecto histórico. Hay una expresión en lo que llamamos la
ciudadanía, hay una expresión no ciudadana. Si la gente se expresa, la gente
está despierta, pero está despierta por sus intereses; Esta despierta por sí
misma; Esta despierta por lo que le interesa a ellos; Esta despierta porque sus
hijos tengan una buena educación, independientemente que los otros no la tengan.
Entonces tiene ese problema, no es un problema del despertar de la
ciudadanía. A mi juicio, el problema es que no hay movilizaciones o movimientos
sociales que sean capaces de interpelar a la política y, al mismo tiempo, al
apoyo y la movilización ciudadanas, como fueron por ejemplo las movilizaciones
de 2011. Ahí está la importancia crucial, es un hito en la historia de Chile de
ese momento.
Entonces ¿en Chile debiera vivir un periodo de crisis política
para que la ciudadanía participe, cómo sucedió en Grecia?
Ahí se produjo una crisis radical de los partidos. Todos los
partidos perdieron credibilidad, pero -por lo menos- usted tiene si uno se va a
los actos políticos, no digo a las encuestas, a los actos políticos, al menos
un 50 por ciento de la población vota por los partidos políticos, en promedio,
y no hay otras alternativas, no se han planteado otras alternativas. Entonces,
si se buscan otras alternativas, es probable es que no sólo se renueven estos
partidos políticos sino que aparezcan otros. Pero de eso no le eche la culpa a
los actuales partidos políticos, échele la culpa a la ciudadanía o a sectores
de la ciudadanía que no son capaces de convocar en términos políticos. Lo que
hacen es reclamar contra la política. Eso es lo que hace hoy la ciudadanía,
apoyada por El Mercurio y La Tercera. En ese sentido hay una colusión entre la
protesta ciudadana contra la política y lo que quieren los poderes facticos y
los poderes económicos.
¿Qué futuro les espera a los partidos políticos? ¿Podrían
desaparecer?
Mi impresión es que van a seguir existiendo y son de algún modo
insustituibles. No estamos hablando que sean necesariamente estos partidos ni
estas alianzas, pero para eso hay que reconstituir una relación, hay que tener
un espacio. En la sociedad chilena de los treinta para adelante el espacio
político era el espacio de encuentro. El Partido Comunista ¿qué es lo que era?,
era sindicatos más partido político; el Partido Socialista era movimiento
popular más partido político; el Partido Democratacristiano era el movimiento
campesino, el movimiento estudiantil y partido político. Esa relación se rompió
y yo no creo que pueda volver a ser igual. Eso sí que le
aseguraría. Yo creo que van a haber fórmulas distintas de expresión ciudadana. Pero yo insisto,
las expresiones ciudadanas no son la suma de opiniones individuales que se dan
en las encuestas.
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