La guerra entre las multinacionales farmacéuticas, de quienes se
dice que mueven dinero en el mundo en cantidad de más
de 10 veces lo que moviliza la industria petrolera. Las corporaciones
farmacéuticas constituyen y representan hoy un poder mundial, invisible NO, ahí están asesinando a
los pueblos del mundo. Han logrado sistematizar y concentrar un mercado único
global, donde el poder de cada corporación transnacional en forma definitiva
atenta directamente contra los derechos
a la salud y la vida de millones de seres humanos. Mientras estos poderes
corporativos mundiales se pelean en una guerra sin cuartel, donde los muertos y
heridos representan millones de seres humanos, pero lo grandes y
únicos ganadores son las elites
financiero-empresariales del capital corporativo global en el área de las
industrias farmacéuticas. Inocentes ciudadanos
del mundo, víctimas inocentes del enfrentamiento por el control del mercado global y como responsables de
esta guerra con millones de muertos y heridos los empresarios, deberían ser
sometidos directamente a un juicio sumario
y enviados directamente a la cárcel y condenados a cadena perpetua – si un
niño que roba un pan para saciar, su hambre, fue condenado a morir de hambre – porque estos “delincuentes” de cuello y
corbata, de Hotel de 5 estrellas, de viaje en clase especial, etc, si verdaderamente
tuviéramos en el sistema mundo una democracia – como gobierno del pueblo, para
el pueblo y por el pueblo – simplemente las
cárceles no estarían llenas de inocentes, sino estos que negocian – y hacen
guerras – con la salud y la vida de los pueblos, directamente deberían ser condenados a cadena
perpetua, mientras tienen en su poder la condena de los pueblos del mundo.
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"Guerra Mundial" de las corporaciones transnacionales farmacéuticas, con millones de muertos y heridos, pero solamente con unos cuantos beneficiados - la élite de las industrias farmacéuticas mundiales - Y la Democracia, - la democracia mediática, novelada, delegativa - Sí - y muy rápido - condena a los niños al hambre perpetuo, por robar un pan, pero a estos dinosaurios de la muerte, a estos buitres del dinero, OH ocupan los mejores lugares sociales del mundo. Que grande y sabia es la democracia del neoliberalismo mundial¡¡¡.
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La guerra de las multinacionales farmacéuticas las paga la ciudadanía.
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Por Manuel Martín García |.
La Unión Europea está apoyando los intereses empresariales de las
multinacionales farmacéuticas europeas en contra de la salud de la población
mundial.
Nuevatribuna.es | Domingo
01 Febrero del 2015 -
La reciente decisión de
la Agencia Europea del Medicamento (EMA) retirar más de
700 medicamentos genéricos de venta en Europa fabricados por la empresa
india GVK Biosciences in Hyderabad (seguida a pies
juntillas por la Agencia Española del Medicamento que
ha suspendido 29 de estos medicamentos en nuestro país) ha sido valorada desde
diferentes foros sanitarios como una represalia comercial por la decisión de
las instituciones de la India de negar a la multinacional Gilead el
monopolio de la patente del sofosbuvir (para tratar la
hepatitis C) por entender que los “cambios menores” introducidos en la
molécula por este laboratorio no justifican la exclusividad de comercialización
que reclama. Esta decisión ha abierto la posibilidad de fabricar y distribuir
el medicamento Sovaldi como genérico en los países que habían
sido excluidos por la farmacéutica por no poder pagar el astronómico precio que
el laboratorio fijó unilateralmente.
Esta medida resulta muy
sospechosa dado que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha
revisado a la ‘baja’ sus criterios para decidir si un miembro o empleado del
órgano cae en conflicto de intereses con la industria farmacéutica (los propios
responsables de la institución reconocieron recientemente que el enfoque que
había hasta ahora respecto a esta cuestión era “demasiado rígido”) y
su financiación corre en un 80% a cargo de multinacionales farmacéuticas,
potenciales beneficiarias de sus decisiones. Reforzando estas sospechas el
propio Comité de Medicamentos de Uso Humano de la EMA (que
integra a representantes de todas las agencias nacionales y europeas) revisó
todos los fármacos autorizados en la UE de la compañía india GVK y no encontró
pruebas de que los medicamentos retirados pueda causar daño o resultar
ineficaz, pese a lo cual recomendó la suspensión de la autorización para
comercializarlos.
Un primer efecto colateral
asociado a esta prohibición es la puesta en cuestión, ante la opinión pública y
profesional, de la calidad de los medicamentos genéricos, que son más baratos
que los de marca por tener la patente caducada, y que suponen un ahorro enorme
para los servicios sanitarios y los pacientes que los utilizan, especialmente
en países pobres (como empieza a ser España).
La Unión Europea, a través
de la EMA, está apoyando los intereses empresariales de las multinacionales farmacéuticas
europeas en contra de la salud de la población mundial, especialmente la de los
países en vías de desarrollo de Asia, África o América que
mayoritariamente casos carecen de capacidad para investigar o comercializar
medicamentos. Resulta ilustrativa la represalia comercial contra este
laboratorio de la India, dado que este país, junto a Brasil y Sudáfrica África
del Sur, está desarrollando una potente industria de producción de medicamentos
genéricos (que han perdido la patente) que ponen a disposición de países pobres
medicamentos a precios asequibles. Es indecente poner un precio de 300 euros
por una pastilla que cuesta fabricar 3 euros lo que eleva el precio del
tratamiento básicos a 25.000 euros, o 42.000 si se asocia a otros antivirales
ya que como indica la ficha técnica del producto en los casos
complejos ha de administrarse junto a otros medicamentos como el interferón y
la ribavirina, que son los que se usan ahora y que presentan
importantes reacciones adversas.
Gilead (que más que laboratorio
es un fondo de inversión internacional que adquiere y
comercializa medicamentos y que tiene una importante participación en Bankia,
BBVA, Santander, Inditex o ENDESA), compró al laboratorio Pharmaset por
11.000 millones de euros un molécula que costó 60 millones en investigar ya
que parece ser una modificación de un medicamento antiviral que se
venía utilizando en el tratamiento del VIH (SIDA). Esta importante
inversión explica por qué que se puso un precio tan descabellado al Sovaldi
La retirada de la
comercialización de los 700 genéricos por de las Agencias Europeas y Española
del Medicamento, es una nueva escaramuza de la feroz guerra que libran las
multinacionales farmacéuticas a nivel mundial con el apoyo y complicidad de
gobiernos e instituciones de la Unión Europea, los Estados
Unidos (cuya agencia de medicamentos FDA también
esta fuertemente influenciada por los intereses económicos de las
farmacéuticas) y la Organización Mundial del Comercio que
defiende a ultranza las patentes comerciales en medicina. Las multinacionales
luchan a muerte entre sí por apoderarse de gran parte de los miles de millones
que los países destinan a salud.
En Europa el laboratorio Gilead está
citado ante tribunales del Reino Unido, Francia y Alemania por demandas de otros
laboratorios como Idenix (que alega que patentó un
antiviral cuyo principio activo es similar al sofosbuvir); Merck
Sharp & Domhme que exige a Gilead el 10% de los beneficios por
la venta del Sovaldi basándose en que patentó antes dos medicamentos similares
(y que posteriormente compró Indenix por 3.342 millones de euros para reforzar
su posición en el mercado de la hepatitis C); o Roche que
solicitó un arbitraje para participar en los beneficios del Sovaldi alegando
que había estado asociado a Pharmasset antes de la compra de Sovaldi por
Gilead. Habría que recordar que uno de los pilares del acuerdo entre
la Organización Mundial del Comercio y la Unión
Europea para liberar los servicios públicos en Europa era
reforzar los derechos de las multinacionales sobre las patentes.
La conclusión final es que
en esta nueva “Guerra Mundial” (que también tiene multitud de
muertos y heridos) las víctimas principales son los pacientes a los que se
dificulta el acceso a los tratamientos por motivos económicos; los sistemas
sanitarios públicos que pagan miles de millones de euros por los medicamentos
que ponen en riesgo su sostenibilidad; y los contribuyentes que los sostienen
con sus impuestos. No hay que olvidar que cientos de pacientes con Hepatitis C
están encerrados en hospitales españoles en demanda de un tratamiento que se
les deniega por el Ministerio de Sanidad y algunas CCAA por su elevado precio
(aprobado por el actual gobierno tras negociar con la empresa Gilead).
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Por Manuel Martín García.
Presidente de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad
Pública
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