Gobierno Griego, la lucha de un pueblo, de rodillas nunca jamás.
Podrán morir de pie pero siempre el Ciudadano Helénico defenderá su dignidad, su Soberanía Nacional, su derecho al futuro de sus millones de hombres y mujeres de un
pueblo por años atacado cruelmente en su dignidad en sus derechos humanos por una derecha corrupta, vende patria,
que hipotecó y vendió el país a las elites político-empresariales dominantes
mundiales; por eso, ante el ataque
artero, cruel, violento, inhumano y salvaje del neoliberalismo, de los
poderes facticos mundiales (europeos (alemanes) norteamericanos, todos en “santa alianza” hoy se enfrentan
mortalmente contra el gobierno de izquierda del Syriza, del Primer Ministro Griego, Alexis
Tsipras, todas a una sola voz, obedecen ordenes de aplastar este
nuevo movimiento que trae políticas que desafían el poder neoliberal dominante mundial, con plena seguridad no podrán
mientras haya UNIDAD DE LA CIUDADANÍA
HELÉNICA en defensa de su gobierno, su Programa Político de Dignidad
Nacional. En la coyuntura interna y externa se
necesita con suma urgencia, dos tipos de políticas centrales:
Primero.- internamente, básico y fundamental, es la Unidad del pueblo griego, su permanente
movilización
en torno a la defensa de sus derechos fundamentales como seres humanos. La cohesión social y política en el
presente es una tarea social y política principal, con la finalidad de que
el pueblo participe directamente de las
políticas de defensa de su Nación, asuma en forma directa la lucha y movilización de la Ciudadanía, fortaleciendo el Poder Local Popular
– es decir, la nueva sociedad civil
emergente, popular – hoy verdadero bastión de resistencia nacional ante el
ataque cruel y violento de la troika,(la
política del Banco Central Europeo, de la Comisión Económica Europea y del
Fondo Monetario Internacional), los bancos,
las corporaciones, los poderes facticos transnacionales. Cuidado que el problema griego, tienda a mundializarse
y cada vez crezca como un huracán y en su camino se lleve a cuantos supuestos
poderosos encuentre en su camino.
Segundo.- Hoy más que nunca el pueblo
griego, el gobierno de izquierda del Syriza y del Primer Ministro Alexis Tsipras, necesita del apoyo de los jóvenes de los ciudadanos del mundo.
Ante el ataque y práctica persecución a esta nueva política de dignidad
nacional, los poderosos se mueven como
vulgares y asesinos bulldozer, que creen aplastar y matar a quien
encuentren en su camino. Si aún quedan
en Europa algunos gobiernos con algo de dignidad de lo que fue el “socialismo” la “social-democracia”, asuman
ante la historia y ante los millones de ciudadanos de sus países que en algún
momento confiaron en ustedes Políticos
– entre traidores, mafiosos y podridos – ahora es cuando respondan a sus
pueblos apoyando al pueblo griego que por años vivió en la oscuridad
de las políticas crueles y asesinas del neoliberalismo. Pero por ese camino
creo que es difícil encontrar apoyo, pero
la solidaridad, el apoyo está por las grandes vertientes de la juventud, de los desempleados, migrantes,
pobres, sindicalistas y Ciudadanos en general que desde las calles y plazas
públicas – recordando el Ágora griega de
hace 25 siglos – hoy recorre en mundo con su ejemplo y con plena y absoluta
seguridad de un momento a otro nacerá como una esperanza el apoyo y solidaridad
al pueblo griego y todos en el mundo gritaremos a todo pulmón “Ciudadanos del
mundo Uníos, contra los nuevos opresores los bancos, corporaciones y poderes
facticos mundiales”.
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Mejor no lo hubiera visitado, a quién? al Presidente francés, porque su sumisión es total a las políticas de la troika - al gobierno alemán - y a los poderes fácticos europeos. Y además perdió en el camino el último "granito" político que tenía de "socialismo"..
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TSIPRAS RECIBE GESTOS,
PERO NO COMPROMISOS.
El Nuevo Premier Griego choca con los
límites de la “comprensión” de sus socios europeos a la hora de negociar la
deuda.
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El periplo
que concluyó ayer en París resume por sí solo la inocultable realidad a la que
los griegos deberán enfrentarse y la vara inflexible de los jefes de Estado y
de gobierno de la UE, sean de derecha o socialdemócratas.
Eduardo
Febbro
Desde París jueves 5 de febrero del 2015.
La simpatía
puede ser peligrosa. Alexis Tsipras, el nuevo primer ministro griego, saboreó
en París los contratiempos y los límites de la “simpatía” y de la “comprensión”
de sus socios europeos cuando se trata de abordar el tema de la gigantesca
deuda griega. La babosa retórica de los dirigentes de la Unión Europea (UE) se
repitió en cada una de las capitales que Tsipras visitó esta semana. El periplo
que concluyó ayer en París resume por sí solo la inocultable realidad a la que
los griegos deberán enfrentarse y la vara inflexible de los jefes de Estado y
de gobierno de la UE, sean de derecha o socialdemócratas (hoy esto es más o
menos lo mismo). Al cabo del encuentro que mantuvieron en París Alexis Tsipras
y el presidente francés, François Hollande, recordó que Atenas debía respetar
tanto las reglas europeas como sus compromisos. París abogó por un diálogo
“transparente” con Atenas pero sin hacer extensiva ninguna fórmula de
solidaridad real, más allá de la “simpatía”. En lo concreto, no habrá ninguna
anulación de la deuda griega, ni tampoco renegociación, ni menos un respiro
para la ahogada economía de Atenas.
En apenas
una semana, Tsipras midió el hiato insalvable que separa la verborragia de la
disciplina militar de las cuentas bancarias. La decepción ha sido grande: fuera
de Chipre, y contrariamente a lo que esperaba, el flamante premier no cuenta
con ningún aliado en el seno de la Unión Europea. Su país está solo frente a la
jauría de bancos y Estados que no piensan aflojar la soga que pusieron en el
cuello de Grecia. Todos han invertido mucho y no se trata de perder un euro,
sea cual fuere la voluntad política del pueblo griego.
Los
balbuceos solidarios de Hollande y de otros eurodirigentes no alcanzan para
disimular las tijeras con que Europa espera a Tsipras para cortarle las alas.
El mandatario francés calcula posicionarse como un mediador entre el Sur de
Europa y los acreedores del Norte, sin que esa postura tenga todavía perfiles
definidos. Hollande jugó más bien a ser una suerte de simpático hombre
invisible que interpretó la misma canción: “Grecia debe pagar”. Lo que se viene
es una ofensiva poderosa contra los rebeldes de la izquierda radical griega
orquestada por Alemania. La prensa filtró en estos días un documento terrible
elaborado por el Eurogrupo (los ministros de Finanzas de la Zona Euro) con
vistas a la reunión que mantendrán el próximo 11 de febrero. En ese texto, el
ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, exige pura y llanamente la
“rendición” de Tsipras.
Según el
responsable alemán, el Ejecutivo griego y su partido deben olvidarse de las
promesas que hicieron durante la campaña electoral y anular de inmediato las
medidas adoptadas cuando fueron electos, es decir, el fin de la austeridad, el
aumento del salario mínimo o de la jubilación. Para Wolfgang Schäuble sólo hay
un camino: la aplicación estricta del memorándum donde están todas las reformas
que Grecia debe aún implementar. Entre éstas figura un amplio programa de
privatizaciones que Atenas suspendió, una no menos ambiciosa reforma del
sistema de pensiones y el despido suplementario de unos 150 mil funcionarios
públicos. El margen de maniobra de Syriza es tanto más estrecho cuanto que sin
la ayuda de Europa y del FMI el navío griego se irá a pique.
Pese a los repetidos niets que sembraron la gira europea de los nuevos
dirigentes griegos, Tsipras no pierde su optimismo. “Sé que la historia de la
Unión Europea es una historia de desacuerdos que terminan en compromisos”, dice
el dirigente de la izquierda radical griega, quien también advierte que “no
somos una amenaza para Europa. La deuda griega tiene que convertirse en algo
viable y estoy seguro de que podemos trabajar en común”. La mayoría
parlamentaria conquistada por Syriza depende de ese acuerdo, pero no es nada
seguro que los socios europeos de Atenas permitan que un rebelde les cambie el
libreto que ya recitaron de memoria países como España, Portugal o Chipre. La salida, si hay
salida, hoy se insinúa más por un retoque del memorándum de las reformas antes
que por una renegociación de la deuda (340 mil millones de euros).
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Alexis Tsipras Primer Ministro de Grecia y Matteo Renzi Primer Ministro de Italia, se explicaron simplemente actos de cooperación y abrir el diálogo político con la Unión Europea. Nada?.
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ITALIA, ABIERTA A LAS PROPUESTAS
GRIEGAS.
Renzo dijo que su Gobierno, está
dispuesto a cooperar y dialogar con el Gobierno de Tsipras.
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Atenas tiene cuestiones
comunes con Roma, como una consistente deuda pública, elevados niveles de
desempleo y escaso o nulo crecimiento a causa de la profunda crisis económica.
El flamante premier Alexis Tsipras sigue su gira por Europa.
Elena Llorente
Página/12
En Italia
Desde Roma Página /12
miércoles 4 de febrero del 2015.
“Europa se encuentra
ante una encrucijada. Grecia y su nuevo gobierno están convencidos de que es
necesario un cambio político. Necesitamos tiempo para preparar un programa que
incluirá las reformas necesarias. Hasta ahora es la clase media y los pobres
los que han pagado la crisis en Grecia, no ciertamente los ricos. Hemos tenido
un Estado clientelar, un Estado corrupto que queremos cambiar. Nos
comprometeremos ante nuestro pueblo, las autoridades europeas y las futuras
generaciones, a no crear más déficit y a lograr un equilibrio en nuestro
balance económico”, dijo ayer en Roma el flamante primer ministro griego Alexis
Tsipras. El premier griego, del partido de izquierda Syriza, se expresó en
estos términos durante una rueda de prensa en Roma al concluir un encuentro con
su colega italiano Matteo Renzi, del Partido Democrático (centroizquierda).
Tsipras comenzó su primera gira como mandatario ayer por la mañana en Chipre y
por la tarde en Roma para continuar luego a París y a la sede de la Unión
Europea (UE) en Bruselas, a fin de explicar a los gobiernos europeos y
autoridades de la UE los planes que tiene para sacar a su país de la crisis.
Y su frase más
contundente en la rueda de prensa fue para la Unión Europea porque son sus
autoridades las que tienen en jaque a Grecia desde hace tiempo, obligándola a
permanentes recortes y restricciones en el marco de la llamada “política de
austeridad” a la que ha obligado a los países en crisis. En el caso de Grecia
en particular, para afrontar entre otras cosas su deuda –315 mil millones de
euros– y sus desequilibrios financieros, cuando el país, por el contrario,
necesita estimular su crecimiento con inversiones que ayuden la producción y el
empleo. Conseguir más tiempo para un plan que su gobierno está elaborando, es
uno de los objetivos tanto de la gira europea de Tsipras como la de su ministro
de Economía, Yanis Varoufakis, que se ha entrevistado esta semana con sus
colegas de Inglaterra, Francia e Italia y lo hará esta semana además con el de
Alemania y con representantes del Banco Central Europeo.
Con Italia en general,
Grecia tiene cuestiones comunes, como una consistente deuda pública, elevados
niveles de desempleo, escaso o nulo crecimiento a causa de una crisis económica
que no logra ser dominada. Y esto unió los puntos de vista de los dos primeros
ministros. “Debemos llevar a Europa a hablar más de crecimiento y no tanto de
balance. Una batalla nada fácil. Pero creo que lo piensan así la gran mayoría
de los ciudadanos europeos. El mundo pide crecimiento no restricciones”,
enfatizó Renzi, añadiendo que su gobierno está dispuesto a la “cooperación
bilateral” con Grecia y “al diálogo en todas las sedes”, dando a entender que
daría su aporte en la defensa de los objetivos griegos.
“Tenemos la misma edad
–añadió Renzi–, pero hemos tenido experiencias diferentes. Pertenecemos a
familias diferentes, pero tenemos una idea común: restituir a la política la
posibilidad de cambiar las cosas.” A lo que Tsipras agregó: “Hablamos dos
idiomas diferentes, pero sobre estos temas hablamos el mismo lenguaje. Somos
coetáneos y nuestra generación es una de las que más ha sufrido, que ha
emigrado para poder vivir con dignidad. Para defenderla, debemos luchar en el contexto
europeo para que puedan volver a vivir donde nacieron. Estos son valores
comunes. Es necesario un cambio en Europa que estimule la cohesión social, que
permita dejar de lado el miedo y dar lugar a la esperanza”.
Pocas
horas antes de que Tsipras llegara a Roma, lo había hecho el ministro de
Economía Varoufakis, para encontrar a su colega italiano Pier Carlo Padon.
Varoufakis, vestido de modo nada formal, como estilan hacer todos los ministros
del gobierno de Tsipras, con una mochila al hombro porque acababa de
desembarcar en el aeropuerto de Fiumicino viajando en clase turista, aseguró a
los periodistas que “podemos ver el fin de la crisis griega a partir de junio.
Se podrá hacer si en Europa se calman los ánimos. Necesitamos un poco de
tiempo, tal vez un mes o seis semanas, para armar un acuerdo que pondremos en
práctica desde el 1º de junio. Nuestra crisis terminará”. Y refiriéndose a
Italia explicó a los periodistas italianos: “El caso de Italia demuestra que
hay algo equivocado en la Eurozona. La economía italiana es seria, es
productiva, desde el punto de vista de la cultura, de las manufacturas, hace de
todo y lo hace bien. Italia ha administrado bien su economía, ha logrado un
equilibrio de balance. Y pese a todo, tiene una deuda inmensa (poco más de dos
billones de euros). Cuando sucede esto quiere decir que hay algo que no
funciona en la Eurozona. Yo no creo que hay una crisis griega, irlandesa o italiana,
sino una crisis del sistema, que debe ser enfrentada sistemáticamente, cosa que
Europa no ha hecho”.
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