Para emprender esas Reformas en un escenario
de violencia policía, el Nuevo Primer Ministro Alexis Tsipras, cuenta con el apoyo, movilización y consecuencia
política de la Ciudadanía Griega. Si mantienes tu consecuencia, incrementas la Confianza social y política de la
ciudadanía, si aplicas Tú Programa con el cual fuiste electo, sigue
creciendo la Confianza. Si el pueblo ve que te enfrentas a los tiburones del
imperialismo como es la Troika, sigue creciendo al Confianza. El Gobierno que
recupera con trabajo político y social al Confianza de su pueblo es un Gobierno
exitoso, al final no tendrá miedo de ponerse al frente de ninguno de los
tiburones y buitres del capitalismo salvaje. El 99% de la población mundial espera de Usted la forja y
construcción de un Nuevo Liderazgo Comunitario, que lleve adelante una nueva
conducción, un nuevo Programa de
Gobierno, una Nueva Alternativa Política de clase, que el neoliberalismo
vea que si los pobres, los explotados, los marginados, los desempleados, los
migrantes, los jóvenes sin derecho al futuro, es decir los Ciudadanos del Mundo, Si tenemos una Nueva Alternativa
Política. Otro Mundo Socialista, si es posible.
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EL EFECTO SYRIZA.
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Christophe Ventura.
Medelu.org.
Rebelión martes 17 de febrero del 2015.
Traducido del francés para Rebelión por
Susana Merino.
¿Desencadenará un tornado
político en Europa el batir de alas de Syriza? Cualquiera que sea la evolución,
la lista de efectos que en pocos días ha producido la clara victoria de la
organización conducida por Alexis Tsipras asombra.
En Grecia el bipartidismo
político cimentado en la aplicación del liberalismo ha explotado. Es el primero
en Europa. La socialdemocracia (Pasok), cómplice destruido de la derecha en su
aplicación de la hoja de ruta la austeridad, se ha empequeñecido electoralmente
en favor de la nueva fuerza de izquierda, Syriza (1). Las posiciones del
movimiento europeo antiausteridad se han visto fortalecidas y las fuerzas
políticas que la reclaman aumentan su influencia en los países de la periferia
continental (Grecia, España. Irlanda).
En toda Europa –y hasta en
Estados Unidos– muchos debates entre las élites económicas, políticas y
mediáticas sobre qué conviene hacer se posicionan a favor del acontecimiento
Syriza; ¿Son sostenibles y legítimas las deudas soberanas de los Estados?
¿Realmente son necesarias las políticas rigurosas o no lo son, como parece que
desea el presidente Barack Obama en la actualidad cuando afirma “no es posible
seguir presionando a los países que se hallan en plena depresión” y llama a una
“estrategia de crecimiento”? ¿Qué hacer con el euro y con la Unión Europea?
Es imposible no imaginar el
alivio del pueblo griego, ultrajado durante cinco largos años de
superausteridad, luego del anuncio de las primeras medidas sociales
–“humanitarias”– tomadas por el nuevo Gobierno: aumento del salario mínimo,
revaloración de las jubilaciones y supresión de las disposiciones referentes a
la edad jubilatoria, reconsideración de las medidas de austeridad en materia de
salud pública (derecho de asistencia en los hospitales y pago de recetas
médicas), reincorporación de miles de empleados y personal técnico que habían
sido despedidos, detención de las privatizaciones y puesta en marcha de nuevo
de los marcos legales de las negociaciones colectivas de trabajo (2).
Al decidir razonablemente
oponerse a las nuevas sanciones de la UE contra Rusia en el expediente
ucraniano, el gobierno de Tsipras se muestra al mismo tiempo como un país
voluntarioso independientemente de su peso económico, político y militar y
puede introducir tensiones en todo el edificio institucional de la UE. En todos
los campos en los que la toma de decisiones europea reina la unanimidad Grecia
tiene un enorme poder. Puede bloquear e imponer una inédita relación de fuerzas
sobre los temas que le interesan, como acaba de demostrar en las negociaciones
del Tratado Transatlántico (3). Fue famosa la frase “lo que quiero, señor
Palmer (nombre del periodista del The Guardian, John Palmer), es muy
sencillo: quiero que me devuelvan mi dinero” (I want my money back) de
Margaret Thatcher en 1979. Hoy la Grecia de Alexis Tsipras podría decir al
periodista del The Guardian: “lo que quiero, señor Palmer, es muy
simple: quiero que me devuelvan mi soberanía democrática” (I want my
democracy back).
Las perspectivas que se
abren ante esta nueva situación histórica son numerosas. Pero en estemos
momentos nadie puede garantizar a una Grecia antiausteridad, democrática y
rebelde que tendrá éxito.
En el plano externo el
pulso con Alemania apenas ha comenzado. Syriza apuesta por la aplicación de su
programa dentro de un euro que impone a los Estados miembros drásticas
obligaciones en materia presupuestaria y fiscal. El partido de Tsipras pretende
en cambio obtener, en estas condiciones, una reestructuración sustancial
(incluso una anulación) de la deuda pública griega, estimada en más de 320.000
millones de euros (175% del PBI) y una eliminación de los programas de
austeridad. Por su parte Alemania, sintiéndose acorralada por esta estrategia
tan osada como incierta, no parece dispuesta a aceptar una medida que se
convertiría, más allá del impacto sobre ella misma, en una eventual absorción
financiera de la cesación de pagos de Grecia, o sea, abrir una caja de Pandora
de la que inmediatamente surgirían España, Irlanda, Italia y Portugal para
exigir también una reestructuración y especialmente el final de la austeridad y
del dogma monetarista.
Tsipras y su Gobierno saben
que su estrategia conlleva un importante riesgo político. En efecto, si quiere
alcanzar los objetivos anunciados no puede aceptar ninguna concesión frente a
la troika, con la que el nuevo ministro de finanzas Yanis Varufakis ha
declarado que no quiere volver a negociar. Porque sabe que Syriza quemaría sus
naves en esa batalla. No existe una estrategia intermedia. Un retroceso en el asunto
de la deuda o en la eliminación del programa de austeridad y el Gobierno de
Syriza será triturado por la finanza internacional y rechazado por quienes lo
han elegido ampliamente para resolver una aguda crisis económica, política y
social.
En Alemania, por su parte,
que Angela Merkel mantenga su intransigencia –nada de borrar la deuda griega– y
para Atenas el espectro de una forzosa salida del euro volverá a resurgir. Las
consecuencias para Grecia serían muy graves, pero también para la propia
supervivencia de la Eurozona. ¿Realmente es lo que interesa a Alemania?
Syriza está jugando fuerte
y deberá enfrentar internamente numerosos obstáculos. Como nos enseña la
historia de las experiencias de la izquierda en el poder, conquistar el poder
del Estado –el Gobierno, el Parlamento, los gobiernos locales- es esencial…
pero no es suficiente. Las fuerzas de izquierda sufren un handicap
cuando acceden al poder en períodos de graves crisis económicas y sociales
(parcialmente) del poder del Estado. En el Gobierno sufren la acción radical de
las fuerzas del sistema que siguen disponiendo de mucho poder en el Estado y en
la sociedad. Las fuerzas interiores dominantes son capaces por inercia o según
sus históricas configuraciones por la activa hostilidad de la administración
estatal, del sistema mediático, del sector privado y bancario, de debilitar y
hasta de desestabilizar –como sucede en América Latina (Argentina, Bolivia,
Ecuador, Venezuela)– el Gobierno transformador elegido y sus propuestas
programáticas para imponerle un compromiso favorable al mantenimiento del
anterior orden social y político (4).
Para que Syriza pueda tener
la oportunidad de poner en marcha su proyecto y abrir de ese modo un nuevo
camino a Europa, va a necesitar el apoyo solidario de todas las fuerzas
políticas, sociales y ciudadanas progresistas del continente. Estas últimas,
por ejemplo, podrían tomar la iniciativa de convocar una gran reunión ciudadana
europea, incluso internacional, dedicada al tema de la deuda y de la recuperación
democrática. Pero en lo inmediato, se trata de desarrollar en Grecia un
poderoso movimiento del que necesitará Syriza para ayudarla a enfrentar las reiteraciones de la
troika y de las clases dominantes europeas derrotadas en las urnas el 25 de
enero.
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Notas
(1) Leer el análisis de
Fabien Escalona « En Grèce, l’agonie du Pasok et la victoire historique de la
gauche radicale», Mémoire des luttes.
( 2) Conviene agregar a
este primer tramo de medidas económicas y sociales las decisiones anunciadas en
materia de inmigración. Para el nuevo gobierno se tratará de actuar
“facilitando la naturalización de los inmigrantes y especialmente de sus hijos”
nacidos en territorio griego.
(3) El nuevo ministro del
sector público y del área administrativa, Georgios Katrougkalos, ha declarado:
“Les puedo asegurar que un Parlamento en el que Syriza detenta la mayoría no
ratificará jamás el acuerdo de libre comercio. Es un gran favor que se hace no
solo al pueblo griego, sino también al pueblo europeo en su conjunto”. Leer «Le
gouvernement de Syriza veut faire sombrer le TTIP», Euractiv, 3 de febrero de
2015.
4) Ventura, Christophe:
«Considérations et réflexions sur la crise de “la gauche” et sur les nouveaux
mouvements sociaux et citoyens internationaux», Mémoire des luttes.
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El Premier
griego Alexis Tsipras, presentó su programa de gobierno.
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TSIPRAS LANZA REFORMAS.
Ley
de Medios y recorte de gastos en Grecia.
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El
presidente griego, Alexis Tsipras, señaló ayer como una de sus prioridades la
reforma de la administración pública para acabar con la ineficiencia y
clientelismo político. Además, el ministro de Estado griego, Nikos Pappas,
anunció la creación de una nueva ley para la radiotelevisión pública griega
(ERT), cerrada por el gobierno conservador de Samaras, que dejó a miles de
personas sin trabajo.
Durante la
presentación de su programa de gobierno, Tsipras anunció que reducirá en un 30
por ciento el personal de su sede y en un 40 por ciento sus escoltas, para que
dejen de cuidarlo a él y que se encarguen de la seguridad de los ciudadanos.
Además, pretende reducir al personal asesor, que el premier calificó de
“ejércitos de consejeros”, vender la mitad de los coches y uno de los tres
aviones propiedad del gobierno. De los 700 coches que posee el Estado se
venderán 450 que, mediante una ley que se prevé se apruebe en los próximos
meses, pasarán a manos del Ministerio de Reconstrucción Productiva, que los
venderá a través de una subasta electrónica.
Según
adelantó el ministro de Sanidad, Panayotis Kurublís, su departamento recibirá
el dinero que se recaude de la venta del avión y de uno de los coches blindados
de alta gama más caros. Dichos fondos se destinarán a reparar 120 ambulancias
que están paradas por falta de financiación.
El sistema
sanitario público es uno de los más afectados por los recortes de los últimos
cinco años, ya que casi tres millones de griegos han quedado excluidos por
estar más de un año en el paro o tener deudas con Hacienda por un período
superior a doce meses. Grecia tiene a sus espaldas una larga tradición que
agobia sus instituciones y en general un sistema que ha pasado demasiado tiempo
bajo la sombra de las corruptelas diarias, a base de sobres, los llamados
fakelakis, como se conocen en griego, y un sistema clientelar que ha extendido
sus lazos con el sector público.
Por otro
lado, la ley de radiotelevisión griega anunciada por Nikos Pappas busca
reformar completamente el servicio, a partir del establecimiento de nuevos
objetivos y estándares de calidad. “Queremos hacer un nuevo comienzo sobre la
base de la igualdad de trato de los trabajadores, sin crear aristocracias.
Nuestro objetivo es crear una ERT moderna, competitiva, democrática y plural”,
destacó Pappas. Además, afirmó que los trabajadores despedidos podrán formar
parte de la nueva radiotelevisión.
El gobierno
del conservador Antonis Samaras decretó el cierre unilateral de la ERT el 11 de
junio de 2013, bajo el pretexto de que era inviable económicamente, con lo que
sus más de 2600 trabajadores se quedaron sin empleo. Oficialmente, la señal fue
suspendida, pero unos 400 trabajadores de la ERT continúan emitiendo radio y
televisión a través de plataformas de streaming, bajo el nombre ERT Open.
En paralelo, el anterior Ejecutivo abrió en mayo de 2014 la cadena
pública Nerit, en las mismas instalaciones que su predecesora, pero con un
tercio de la plantilla original. Para ellos, según Pa-ppas, habrá una nueva
evaluación de personal. “Seremos objetivos y justos con los empleados. El
gobierno tratará de fortalecer la voz de los trabajadores en los órganos de dirección para aprovechar la valiosa
experiencia de autogestión que han demostrado en ERT Open”, destacó el
ministro.
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