viernes, 21 de diciembre de 2012

Crisis del sistema capitalista y alternativas democráticas.

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Izquierda Unida en España está planteando en relación con la crisis estructural global actual, la crisis de la política, la crisis de los partidos políticos y la necesidad de un cambio profundo en Democracia. Su Asamblea, en primera instancia tiene por delante el debate de cuatro cuestiones fundamentales planteadas en las tesis políticas: 1) la rebelión democrática; 2) el proceso constituyente; 3) la construcción del “bloque político y social”; 4) la necesidad de una “revolución interna” en IU como fuerza y como organización política. Todo esto significa un giro radical, sustancial, que nos exigirán cambios profundos en los modos de hacer y practicar la política, nuevas relaciones entre trabajo en las instituciones y los movimientos sociales y, es fundamental, formas de organización diferentes a las tradicionales. No es poca cosa. Una segunda cuestión tiene que ver con la Unión Europea. Nuestra posición es clara en este tema: el federalismo europeo que tradicionalmente hemos defendido tiene que ser sustancialmente revisado. La “Europa alemana” impide cualquier avance democrático y perpetúa las desigualdades sociales y entre países. La cuestión del euro tiene que ser planteada con todo su radicalidad. La tercera cuestión hace referencia a lo que algunos hemos llamado la “crisis orgánica” del capitalismo español. Hablamos de toda una etapa histórica que se ha cerrado: la que va desde los primeros gobiernos socialistas hasta el 2007. Lo básico es entender que esta crisis del patrón de acumulación capitalista español abre una crisis de régimen, de Estado y de la política en sentido fuerte.



Los Paros y Huelgas sindicales, las movilizaciones de millones de ciudadanos en todo Europa, desafían al régimen de austeridad. La barbarie y el salvajismo hecho política de clase dominante.
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Quisiéramos, en esta intervención, hacer referencia a algunas cuestiones no abordadas o insuficientemente analizadas en las tesis políticas. La primera tiene que ver con el análisis y caracterización de la crisis. Se trata, evidentemente, de una crisis capitalista y, más allá, de la crisis de una entera civilización. Seguramente, el aspecto más relevante sea la inaudita acumulación de “crisis en la crisis”, es decir, una crisis económico-financiera que abre una crisis geopolítica y en las relaciones internacionales, que profundiza al límite la crisis ecológico-social del planeta, y, sobre todo, una crisis del “occidentalismo” como predominio político cultural de la modernidad capitalista euro-americana. En las tesis no se tiene suficientemente en cuenta los cambios geopolíticos, destacadamente la decadencia de EEUU (y su aliado subalterno, la Unión Europea) y el ascenso de nuevas potencias. Estamos en plena transición geopolítica mundial y lo decisivo es la tendencia a la multipolaridad. Lo que eso significa es una gigantesca redistribución del poder a nivel mundial. El problema radical es que, históricamente, estas crisis se han resuelto siempre, tarde o temprano, con la guerra, con la expansión del militarismo y con enorme sufrimiento de las poblaciones. La lucha por la paz debería ser una prioridad de nuestro trabajo.
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“Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay otros que luchan un año y son mejores, hay quienes luchan muchos años y son muy buenos, pero hay los que luchan toda la vida esos son los imprescindibles”.

Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena. Ciudadano Mariateguista,  Líder “Generación 68” UNSA, crítico permanente de la globalización neoliberal, la economía del desastre, el capitalismo salvaje. Es partidario de la Democracia Ciudadana, solidaria, participativa, asociacionista, intercultural y Democracia de la Madre Naturaleza.


Crisis del sistema capitalista y alternativas democráticas.
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Dr. Pablo Raúl Fernández Llerena.
Sociólogo. Politólogo.
“No estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas”.
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1.- La crisis estructural y sus contradicciones


Para hacer frente a la crisis estructural, multidimensional – transformada en poli-crisis actual - que al parecer se agrava en el año que viene ningún gobierno en las economías centrales se aparta del modelo neoliberal – políticas que  están sepultando el sistema - que es sin duda uno de los factores que explican sus catastróficas dimensiones; tampoco lo hacen las economías de la periferia del sistema que, o mantienen estos mismos lineamientos o - cuando se apartan del neoliberalismo - persisten en lo fundamental en su vocación de exportadoras de materias primas, - se encasillan en el modelo tradicional, extractivista, primario exportador - mano de obra barata y mercancías de escaso valor agregado aunque son bien conocidas las debilidades de tal estrategia, sobre todo en medio de una crisis económica estructural, multidimensional en las economías centrales.

En efecto, casi todos los países antes que revisar las políticas que han agudizado de forma tan dramática la crisis actual, las autoridades optan claramente por mantenerlas y en muchos casos por ampliarlas, todas dentro del esquema, el molde o la “bendición” neoliberal. Nada indica que exista en los centros de poder la menor disposición por enmendar un modelo que les ha dejado tan pingües ganancias, sobre todo porque las clases dominantes en su conjunto (y no solo la pandilla de la banca, los fondos de pensiones y demás especuladores de altos vuelos) no tienen el menor temor a una posible revuelta social en su contra. Inútiles resultan las propuestas de respetables académicos Premios Nobel, como Krugman o Stiglitz, nada sospechosos de izquierdismo o veleidades marxistas; predican en el desierto quienes llaman la atención sobre los riesgos para el orden social vigente de seguir acumulando tensiones (tan poco efecto como el que tienen las recomendaciones científicas sobre los negativos impactos de la actividad económica en el medio ambiente).

Ningún partido burgués o alianzas electorales coyunturales, apuesta hoy por reformas de tipo keynesiano, como no sea una apuesta vigorosa por llamado “keynesianismo de derechas” impulsando una frenética expansión de la inversión bélica como salida de la crisis, tal como lo han hecho los Estados Unidos a lo largo de las últimas décadas. Por su parte los partidos socialdemócratas - que en otras épocas plantearon avanzar hacia el “socialismo” mediante reformas paulatinas del sistema- se debaten entre mantener su entusiasmo por el modelo neoliberal (el llamado “social-liberalismo) o regresar de alguna manera a sus tradiciones reformistas. Lo necesitan con urgencia para salir del limbo electoral que hoy padecen y que en el último proceso electoral europeo – Francia, España, Italia, Gran Bretaña, Portugal, Alemania, – prácticamente han sido barridos de la representación política, acusados directamente de su complacencia, convivencia, colaboracionismo y/o dependencia –servilismo extremo- con las elites neoliberales y los “nuevos” poderes político-financieros, hoy expresados en la Troika Europea.



El terrorífico Club de Bilderberg, el nuevo Amo del Mundo y cabeza invisible de los poderes fácticos globales. Ejerce verdaderamente el poder económico y político mundial.
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2.- Los movimientos de protesta mundial hacia donde se dirigen?

Por su parte los movimientos sociales que actúan por fuera de los partidos - y muchas veces en su contra – al inicio, mantienen y de forma mayoritaria un cierto grado de confianza en el sistema y entienden que la democracia es posible dentro del actual orden, siempre y cuando se recuperen los valores clásicos del estado social de derecho (ahora muy deteriorados y en proceso de destrucción), se combatan a fondo vicios tan detestables como la corrupción generalizada y sobre todo, que los gobiernos puedan establecer controles razonables en el funcionamiento de la economía. Pero, precisamente durante el año que termina 2012, no se evidenció en lo mínimo encontrar o presentar un camino correcto o una alternativa democrática que intente salir del escenario destructivo de la crisis sistémica. Muy por el contrario “todas” sus políticas implementadas hasta ahora han fracasado rotundamente – el ajuste, reajuste, salvataje y al final la austeridad – motivo y razón fundamental por el cual los Movimientos Sociales, especialmente de la Juventud, han radicalizado sus  formas de organización, movilización, representación – Plataformas de lucha – y nuevas formas de hacer política, que al final objetivamente constituyen el “fiel reflejo” de una realidad que cada vez más es un desastre final. Proceso en el cual no sólo han cuestionado las políticas económicas y sociales, sino que la propia Democracia y el Estado liberal, entraron en serio y profundo cuestionamiento, rechazo y en plenas movilizaciones ya se plantearon alternativas: “Lo llaman Democracia, pero no lo es”: “Democracia Real, Ya”. O la propia radicalización del movimiento sindical, que en realidad se “juega su partido final”. Pero las limitaciones políticas, son evidentes, producto de una crisis que comprende décadas en la política, los políticos y las organizaciones: Partidos Políticos.

Pero, sin embargo, no parece que tales peticiones tengan eco en los grupos minoritarios que detentan el poder real,  y menos aún de los que dicen ejercer el poder político nacional: Gobiernos-Presidentes o regional-global: la Troika Europea, en realidad se muestran, escasamente preocupados porque calles y plazas se llenen de multitudes protestando por los dramáticos impactos en su vida cotidiana de una crisis que parece ir mucho más allá de los acostumbrados ciclos de auge y recesión propios del capitalismo. El programa de reformas que propone una buena parte de estos movimientos ciudadanos no rebasa entonces los límites del sistema y en lo fundamental coincide con las tradicionales reivindicaciones de sindicatos y partidos de izquierda. Como creen en el marco democrático actual resulta lógico que confíen aún en las instancias parlamentarias, aunque exista plena conciencia sobre la responsabilidad de éstas en la actual encrucijada.

Pero, solicitar los cambios a quienes son los responsables directos del estropicio neoliberal, resulta un tanto contradictorio; y, bastante ingenuo pedir comedidamente a los centros del poder real (banqueros y especuladores sobre todo) cordura y moderación en su desaforada tendencia a priorizar el beneficio a cualquier precio. Aquí reside probablemente una de las mayores limitaciones del actual movimiento de descontento ciudadano, pues no basta con llenarse de razones y sustentar la indignación con todo tipo de razonamientos por sólidos que resulten pues la experiencia enseña que es aún más importante disponer de formas adecuadas y eficaces mediante las cuales es posible alcanzar la satisfacción de esas demandas. Las elites de poder están plenamente convencidos de que estas formas de reclamaciones, son simplemente protestas y movilizaciones que al final – está plenamente demostrado – quienes radicalizan las políticas salvajes y llenas de barbarie son ellos mismos: La Gran Burguesía Transnacional GBTn y sus distintas “instituciones” que “oficializan” el oscuro poder fáctico, de los  “Amos del Mundo”, El Club de Bilderberg”, la sociedad secreta que dirige el mundo. Este gobierno mundial es el llamado “Nuevo Orden Mundial”.

No basta con tener razón. Ni las formas más civilizadas de solución de los conflictos sociales pueden desentenderse de las pautas que rigen una dinámica de correlación de fuerzas. Además de un hábil manejo del proceso, por lo general en la mesa de negociaciones – el Dialogo, alturado, democrático, respetuoso, horizontal y con políticas de consenso en la Mesa - cada cual obtiene aquello que su fuerza le permite respaldar. Aquí reside sin duda uno de los dilemas mayores del actual movimiento de protesta ciudadana en su conjunto. En efecto, quienes aún confían en una salida dentro del orden actual deben armarse previamente de instrumentos políticos confiables (no, por supuesto los actuales partidos políticos ni menos aún unos parlamentos corruptos, castrados políticamente e inútiles para sus representados). De lo contrario, en ausencia de una fuerza popular contundente y organizada que utilice derroteros realmente nuevos, el sistema sobrevive reordenando sus instituciones políticas y económicas, tal como ya ha sucedido en otras ocasiones. No será la primera vez que el capitalismo consiga sortear sus contradicciones saliendo airoso (aunque el coste material y humano resulte inmenso).

Los reformistas – social-demócratas, liberales, socialistas, etc. podrían encontrar una solución a su dilema volviendo a depositar su confianza en partidos renovados. No por azar algunos partidos socialistas europeos (en particular en Francia y Alemania) cambian ahora de discurso y aspiran a convertirse en voceros del actual descontento. (Es el caso concreto de los socialistas en Francia y su triunfo electoral con el actual Presidente Hollande, pero han transcurrido unos meses, y ya comienzan a sentir el peso de sus ofrecimientos que no funcionan y menos caminan en un sistema absolutamente dominado por las políticas neoliberales. Su propuesta central de campaña: Crecimiento económico, con empleo, simplemente hoy refleja la crisis de un ofrecimiento que no funciona, porque Francia no es una “isla de pacíficos Delfines” teniendo alrededor un “mar de tiburones”, como son las políticas de la Sra Merkel y la Troika). 



Los movimientos sociales europeos, de jóvenes, sindicalistas, migrantes, desempleados y el poderoso movimiento Ciudadano consideran que la propia democracia liberal-representativa se encuentra en su crisis final de representación de confianza y legitimidad.
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No les resultará fácil ciertamente, habida cuenta de su directa responsabilidad en el avance y consolidación del modelo neoliberal, pero pensar que el capitalismo ha llegado a su fin – el capitalismo será “viejo”, pero es mañoso y nunca se duerme - simplemente porque las condiciones objetivas lo hacen necesario es desconocer el papel decisivo que juegan la conciencia y la organización de las fuerzas sociales partidarias del cambio. La experiencia enseña que a falta de un grado suficiente de madurez política y de organización de las fuerzas que lo opositan, el capitalismo tiene todas las de ganar. El sistema ha demostrado en varias ocasiones que es capaz de asimilar toxinas y reaparecer de entre las cenizas como el ave Fénix. Por eso como todos sabemos, que  dentro del propio epicentro de la crisis global, estructural, el capitalismo está hoy “trabajando” por un nuevo modelo, como es el proceso de acumulación mundial del capitalismo: el capitalismo por despojo, saqueo, pillaje de los recursos naturales – materias primas – la explotación de la energía, la biodiversidad y los conocimientos ancestrales, riqueza, “tesoro escondido” de los países en Desarrollo y que por falta, ausencia o corrupción de políticas de Estado en relación a esta nueva realidad – en especial de América Latina – nuestra propia Soberanía Nacional está en “serio peligro” en una Sociedad mundial de inminente riesgo global.

El asunto adquiere mayor relevancia para los grupos que manifiestan una abierta hostilidad y desconfianza hacia la acción política y sostienen que los cambios pueden alcanzarse sin considerar siquiera el control del poder. Algunos de ellos asumen claras posiciones y manifestaciones anarquistas, radicales, nacionalistas – muchas con fuerte influencia y presencia étnica y religiosa -. Su reto consiste en demostrar cómo es posible coronar con éxito la iniciativa, indicar cuál es el camino y cuál el método. No basta con encontrar el candidato valiente que se ofrezca a poner el cascabel al gato; es indispensable tener clara la manera eficaz de conseguirlo. Tal como se ha visto y producto de la experiencia política electoral, donde han participado precisamente estos grupos radicales – caso Francia o México -. Simplemente han fracasado, porque siguen ofreciendo más de lo mismo, aunque con otro rostro y con un lenguaje más radical e insurgente. Distinto sería por ejemplo, que esas posiciones políticas, logren tener audiencia, sintonía, convivencia política en el Foro de la Calle, de La Plaza Pública, hoy escenario de escenarios de las clases y la lucha de clases, es decir, la Nueva Sociedad Civil, Real, popular, emergente, plural, autónoma y Democrática.



El poderoso movimiento social de la juventud europea, representa en la coyuntura actual de crisis final del modelo financiero-especulativo, crisis del Estado liberal y de la propia Democracia, la esperanza de millones de ciudadanos de ser la conductora de grandes y significativos cambios económico-sociales y políticos.
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3.- Las reformas en Democracia. ¿Existen posibilidades de salir de la crisis?.

El carácter estructural, multidimensional de la crisis, es cada vez más complejo  el reto para quienes no se contentan con la reforma del sistema y proponen su desmantelamiento radical. Con independencia de los debates que suscite su programa de cambios (empezando por la necesaria reestructuración de los procesos de producción y consumo), reaparece siempre la cuestión de cómo organizar la protesta y sobre todo cómo resolver el problema de las formas de lucha para doblegar la enorme resistencia de los capitalistas. Los poderes institucionales que controlan, como expresión “formal” o legal de los poderes fácticos globales, son “todo-poderosos”, “verdaderos” monstruos de explotación y represión. Unos, para empezar, plantean la neutralización del aparato estatal y sus medios de represión y control. Otros, dicen:  ¿Basta con proclamar la vocación pacífica del movimiento para garantizar una salida sin violentas resistencias por parte de los afectados? ¿Existe la posibilidad real de una transición pacífica en caso de conseguir una movilización social de dimensiones tan considerables que el sistema colapse?.

No está claro en el discurso de los revolucionarios la manera como proponen transformar las relaciones sociales sin sostener una batalla muy dura con el poder, entendido éste no sólo como gobierno y administración política sino como el control efectivo de los resortes de la economía, la cultura y, naturalmente, el monopolio de la violencia, garante último del orden. Obviamente, si consideramos que la Política, los políticos y sus propias organizaciones políticas están atravesando una crisis estructural, producto entre otros considerandos de su falta y ausencia de cambio, innovación y transformación institucional. Se mantienen instituciones creadas, fundadas, en tiempos de la Guerra fría, del capitalismo industrial y de las empresas multinacionales, en tiempos de la Bipolarización mundial: nada de ello hoy existe o está en crisis final. Han transcurrido 30 años de hegemonía del neoliberalismo como ideología y política de la globalización, pero sin embargo, en especial en la Izquierda mundial: “nada ha cambiado” y si cambiaron, fue al contrario del reloj de la historia. Se acomodaron a las ventajas e ilusiones del neoliberalismo. Social demócratas, liberales, reformistas, socialistas, se han sentido cómodos políticamente en las últimas tres décadas en todo el mundo.

Se puede considerar que el diagnóstico de reformistas y radicales sobre la situación es suficiente en líneas generales; se puede afirmar igualmente que unos y otros ofrecen un programa de cambios realistas y a todas luces necesarios; permanece sin embargo sin resolver la incógnita sobre una estrategia para llevar al actual movimiento contestatario hacia sus objetivos, es decir, el problema clave de la organización adecuada y de las formas eficaces de lucha. Su ventaja es la de siempre en los procesos de cambio: solo la práctica social resuelve estas incógnitas; nada está prescrito y las soluciones son siempre el resultado de la infinita creatividad de las masas. Mientras tanto y al parecer sin mayores temores por los riesgos que entraña la dinámica social para un capitalismo que pierde legitimidad cada día que pasa y se muestra cada vez menos capaz de asegurar el bienestar de las mayorías, la clase dominante se entrega a la molicie y el despilfarro, se envanece en una indolencia supina y avanza rauda y veloz, probablemente hacia el abismo de su destrucción o en todo caso hacia la barbarie, el salvajismo y el fascismo como su salida política más práctica y realizable en la coyuntura actual del multilateralismo. Mundial, el Nuevo Orden Global en una Sociedad en claro e inminente riesgo mundial, producto de sus propias contradicciones estructurales.
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Arequipa, patrimonio cultural de la humanidad.
AQP. Viernes  21 de diciembre del 2012.
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