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En 1984, … el Perú incurrió en mora
respecto a las deudas que había contraído con varios organismos
multinacionales, naciones
extranjeras y prestamistas comerciales extranjeros. El 10
de marzo de 1989, el secretario del Tesoro de los Estados Unidos de América,
Nicholas Brady, modificó la política de este país respecto a la deuda
internacional. Bajo la nueva política,
conocida como “el Plan Brady”,
se instó a los prestamistas para que, de manera voluntaria, condonaran parte de la deuda no atendida por los países
menos desarrollados, reestructuraran el saldo de la deuda que quedaba pendiente
de pago y otorgaran préstamos adicionales a esos países. A partir del mes de marzo de 1990, los
acreedores comerciales del Perú
entablaron varias demandas en cinco países. … En diciembre de 1994, todos los acreedores que habían
enjuiciado al Perú, con excepción de Pravin Banker Associates Ltd.
(al que en lo sucesivo se denominará “Pravin Banker”) desestimaron sus demandas
como contraprestación de la Declaración de
Suspensión formulada por el Perú en noviembre de 1992. El 27 de octubre de 1995, el Perú y el CAB anunciaron públicamente un acuerdo en
principio destinado a establecer un plan de reestructuración de la deuda acorde
con el Plan Brady .… Fue solo después
de concretarse el acuerdo en principio, en enero de 1996, que Elliott comenzó a
acumular la deuda materia de esta acción judicial. Entre
enero y junio de 1996 se negoció la hoja de términos sobre la
reestructuración de la deuda peruana, … De
los aproximadamente 180 acreedores elegibles para participar en la
reestructuración de la deuda peruana, solo Elliott y Pravin Banker se rehusaron
a hacerlo.
En el informe, los especialistas coinciden en la
"necesidad" de crear mecanismos de control para estas agencias, de aumentar la transparencia en su proceso
evaluador y de conseguir un acceso "igualitario" a la información por
parte de cualquier inversor. Según pone de relieve el estudio, que se centra en las
agencias Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch, estas
entidades emiten opiniones "disfrazadas con ropajes y pseudoavales
científicos que luego tienen un
peso decisivo a la hora de facilitar o dificultar que las empresas,
instituciones y organismos puedan financiarse en los mercados de
capitales". Entre las
principales críticas que vierte el informe a las tres principales agencias
de calificación destaca la creación de "un
oligopolio que impide la entrada en el mercado de nuevas agencias". "Sólo el 4% del mercado de
las calificaciones está en manos de otras agencias", señala el estudio.
"Hay muchas agencias por el mundo, pero el oligopolio que ejercen estas
tres les está dificultando entrar en este mercado y que éstas, a su vez, tengan
competencia", ha afirmado el
profesor de la Udima Juan Alfonso Lara durante la presentación del informe. Para
el experto, esto puede estar causado por las personas "tan poderosas e
influyentes que están detrás de ellas, que son sus accionistas". En
concreto, Lara ha expuesto que Warren Buffet
está detrás del accionariado de Moody's, Bill Gates es miembro de su
consejo de administración y que también cuenta con el apoyo de la
"poderosa" familia Rockefeller.
/////
Los fondos buitres juegan sucio hasta en el capitolio.
***
Los fondos buitres: quiénes son y cómo se
juntan.
“Conozca cómo desde los años 1984 a 1996, saquearon
al Perú con el pago de la deuda externa”.
*****
Raúl de
Sagastizabal.
Rebelión. Jueves
6 de diciembre del 2012.
Es curioso, pero para algunos los fondos buitres
son fondos de inversión o bonistas que no ingresaron al canje, pese a que a
esta altura nadie puede desconocer las prácticas deshonestas e ilegales de
estos depredadores financiero, que se dedican a la compra de deudas soberanas
con el único fin de litigar contra ellas.
Elliott Associates y sus colegas
del rubro buitres, tienen un largo historial a ese respecto: la compra de
deudas con el propósito de entablar juicios contra ellas.
Según la legislación de Nueva
York, jurisdicción en que se dirime el juicio de los fondos buitres contra
Argentina, es ilícito comprar deuda con la intención y el propósito de litigar
contra ella (N.Y. JUD. LAW § 489: NY Code – Section 489: Purchase of claims by
corporations or collection agencies); sin embargo, hasta ahora, de un modo u
otro, los fondos buitres han logrado evadir la condena prevista en la norma.
Estas prácticas no son nuevas; en
realidad son tan viejas como el fraude y la avaricia, pero durante mucho tiempo
estuvieron confinadas a negociados con deudas privadas (compra de empresas en
quiebra o acciones en baja, pagarés, etc.); hasta la década de la deuda del
mundo en desarrollo y los programas posteriores de reestructuración.
Fue entonces que un grupo de pillos
de la peor especie encontró la manera de hacer un negocio sumamente reprobable
–e ilícito si se aplicara correctamente la ley– pero muy rentable y de bajo
riesgo: comprar por unos pocos peniques bonos soberanos de países que estaban
en crisis de la deuda o reestructurando esta última, y litigar contra esas
tenencias, para cobrarse luego capital e intereses, más honorarios de abogados
y costas y costos, cuando esos países recibieran nuevos préstamos o programas
de asistencia financiera, o bien chantajeando al país a la hora en que este
tuviera que pagar a los acreedores que sí participaron en las
reestructuraciones.
Esto último es lo que está
ocurriendo hoy contra Argentina; no es el primer caso, ni será el último; por
el contrario, el endeudamiento insostenible de la periferia europea preanuncia
litigios en aumento, a menos que en Nueva York los jueces y los políticos resuelvan
finalmente poner coto a estas prácticas perversas.
A mediados de los noventa, Elliott Associates compró deuda peruana
luego que el país entrara en proceso de reestructuración en el marco del Plan
Brady, demandó al Perú ante los tribunales de Nueva York, perdió en primera
instancia pero ganó en segunda, y en el momento en que el Perú tenía que pagar
a los tenedores de Bonos Brady consiguió una orden de embargo contra el dinero
del pago peruano, de tal suerte que el Perú, sin tiempo para apelar, tuvo que
pagarle primero a los fondos buitres para no incurrir en incumplimiento
soberano.
Quiénes son
y cómo se juntaron.
En el caso peruano ante
tribunales neoyorquinos (Elliott Associates contra Perú), el Juez Robert W.
Sweet, del Juzgado Federal de Primera Instancia de los Estados Unidos para el
Distrito Sur de Nueva York, que falló en 1998 a favor de Perú , relata en
detalle en su sentencia como se juntaron, Paul Singer, dueño de Elliott y
financista del fondo, con Jay Newman, experto en la compra de deuda soberana
del tercer mundo, que venía nada menos que de Lehman Brothers y Morgan Stanley,
y abogados especialistas en litigar contra Estados.
En la sentencia, en lo
pertinente, el Juez Sweet relata lo siguiente:
II. Elliott compró la deuda peruana con la
intención y el propósito de entablar acción judicial.
Elliott compró la deuda peruana
con la intención y el propósito de entablar un juicio. Tal intención y tal
propósito pueden inferirse de la estrategia de inversión utilizada por Elliott
, los antecedentes profesionales de las personas que se juntaron para
materializar el proyecto de la deuda peruana, la dilatación, por parte de
Elliott, del cierre de las operaciones de adquisición de la deuda peruana hasta
que el Segundo Circuito esclareciera los riesgos post-litigio en el caso Pravin
Banker, la carencia de credibilidad de las alternativas propuestas por Elliott
y la conducta del antedicho con posterioridad a las compras .
A. Los asesores de Elliott en
materia de deuda de los mercados emergentes tenían experiencia con la compra de
deuda garantizada por el Estado y la interposición de demandas con respecto a
la misma.
Elliott conformó un equipo de
inversión para la compra de deuda en los mercados emergentes, cuyos miembros
fueron principalmente, Jay Newman (a quien en lo sucesivo se denominará
“Newman”), Andrew Kurtz (a quien en lo sucesivo se denominará “Kurtz”),
experimentado analista y administrador de cartera de Elliott, Paul Singer (a
quien en lo sucesivo se denominará “Singer”), fundador y presidente ejecutivo
de Elliott, y Ralph Dellacamera (a quien en lo sucesivo se denominará
“Dellacamera”), jefe de negociación de Elliott. Adicionalmente el equipo
contrató los servicios de Michael Strauss, en calidad de asesor externo.
Antes de su primer encuentro con
Newman, Elliott jamás había invertido en deuda de mercados emergentes. Elliott
es un fondo de inversión que, en la época en que se conformó el equipo de
negociación de deuda garantizada por el Estado, se dedicada a la compra de
activos afectados que en su opinión habían sido subvaluados en el mercado.
Entre estos activos se incluían empresas deudoras en quiebra, empresas recién
salidas de una situación de quiebra o empresas que tenían que declararse
formalmente en quiebra.
Singer, Kurtz y Dellacamera no
tenían experiencia con la deuda de mercados emergentes. Por lo tanto, Elliott
confió en la experiencia y recomendaciones de Newman al comprar instrumentos de
deuda de estos mercados.
Jay Newman , quien anteriormente
había ejercido la abogacía , ingresó al mundo de la inversión en deuda
garantizada por el Estado, en el año 1983, época de la crisis de la deuda
latinoamericana, al empezar a prestar servicios para Lehman Brothers . En 1987
o 1988, Newman se convirtió en director gerente de Lehman Brothers para la
deuda tercermundista, con la responsabilidad de expandir el negocio de
transacciones e inversión de Lehman Brothers en esa área.
En 1989, Newman pasó a formar
parte de Dillon Reed, donde continuó actuando como negociador e intermediario
de instrumentos de deuda de los mercados emergentes y administraba un fondo de
inversión de deuda tercermundista. Un año después, pasó a Morgan Stanley,
nuevamente para dedicarse a las inversiones en deuda de los mercados emergentes
.
En 1993, Newman dejó Morgan
Stanley para establecer el Percheron Fund, un fondo de inversión en paraísos
fiscales que se concentró en la deuda de los mercados emergentes. Administró
este fondo hasta 1995. También en 1993, se encargó de captar inversionistas
para Water Street Bank & Trust Limited (al que en lo sucesivo se denominará
“Water Street”), otro fondo de inversión en paraísos fiscales orientado a la deuda
de los mercados emergentes. Casi simultáneamente, Newman puso en contacto a los
inversionistas de Water Street con Michael Strauss, a quien había conocido en
1992 o 1993, cuando este último representaba a Banque de Gestion Privee-SIB en
el juicio sobre deuda garantizada por el Estado entablado contra la República de
Paraguay. Newman se enteró de la existencia de Strauss por su desempeño como
apoderado judicial de clientes implicados en juicios sobre deuda garantizada
por el Estado, dado que Strauss ha participado en por lo menos otros trece
litigios sobre deuda interpuestos en los Estados Unidos de América contra
Estados extranjeros.
Últimamente, Strauss ha invertido
directamente en instrumentos de deuda de mercados emergentes y ha enjuiciado en
nombre propio a un Estado. En 1996, Strauss y Newman constituyeron la empresa
Red Mountain Finance Company (a la que en lo sucesivo se denominará “Red
Mountain”) en Alabama, la misma que posteriormente compró instrumentos de deuda
de la República Democrática del Congo (ex República de Zaire) garantizada por
el Estado. En diciembre de 1997, Red Mountain entabló ante este juzgado una
demanda contra el Congo sobre pago de deuda.
Newman y Strauss asesoraron a
Water Street en lo concerniente a las compras de instrumentos de deuda de
Polonia, Ecuador, Costa de Marfil, Panamá y Congo garantizadas por los respectivos
Estados. Posteriormente, Water Street entabló demandas contra cada uno de esos
Estados con el objeto de obtener el pago íntegro de la deuda que había comprado.
Strauss actuó como apoderado judicial de Water Street en cada uno de estos
litigios. Sin embargo, ni Newman ni Strauss tenían la última palabra en cuanto
a las decisiones de Water Street respecto a las compras de deudas de los
mercados emergentes o la cobranza judicial a los respectivos Estados. En mayo
de 1995, los inversionistas de Water Street decidieron liquidar el fondo y
Newman “colaboró activamente en la liquidación de Water Street”.
Strauss se había familiarizado
con los elementos de la práctica de champerty (mediación interesada de parte
indebida en litigio). Los clientes de Strauss fueron culpados de champerty en
los casos Banque de Gestion Privee-SIB contra la República de Paraguay,
Suplemento de Fallos Federales, Vol. 787, pág. 53 (Distrito Sur de Nueva York);
Water St. Bank and Trust Ltd. contra la República del Congo, acción civil 94-1894
(juez SS) (Distrito Sur de Nueva York); y Water St. Bank and Trust Ltd. contra
la República de Polonia, acción civil 95-0042 (juez LAP) (Distrito Sur de Nueva
York). Adicionalmente, Strauss conocía el caso de CIBC Bank and Trust Company
(Cayman) Ltd., contra Banco Central do Brasil, Suplemento de Fallos Federales,
Volumen 886, pág. 1105 (Distrito Sur de Nueva York) en que el demandado adujo la existencia de la práctica de champerty.
Los fondos rapaces o fondos buitres son especuladores que compran por centavos deuda de países pobres en problemas con el propósito ilícito de entablar procedimientos judiciales a su respecto para obtener sumas considerablemente mayores, de hasta el 400% de lo que pagaron por ellas.
***
B. Inversiones de Elliott en la deuda de
los mercados emergentes
Durante la liquidación de Water
Street y Percheron, Newman “quiso participar en el negocio de la deuda
tercermundista”. En consecuencia, cuando se presentó ante Elliott en agosto o
septiembre de 1995, Newman “ andaba básicamente en busca de una relación con un
fondo de inversión que le permitiera continuar trabajando en esa área”. Al
llegar el mes de octubre de 1995, Newman fue contratado como asesor de Elliott
y comenzó a hacer recomendaciones sobre la compra de la deuda de los mercados
emergentes en el mercado secundario.
Según manifiesta Strauss, en diciembre de 1995, fue Newman quien lo presentó a Elliott para que fuera contratado como asesor en el caso relativo a la deuda de los mercados emergentes. Strauss fue contratado por Elliott para intervenir como apoderado judicial en este caso y el juicio sobre deuda garantizada por el Estado que Elliott entabló contra la República de Panamá.
Las compras
de instrumentos de la deuda panameña
En primer lugar, Newman recomendó
a Elliott que comprara la deuda de la República de Panamá garantizada por el
Estado, la misma deuda por la que Water Street había interpuesto una demanda.
Cuando Elliott compró la deuda panameña, Panamá estaba en la última fase de la
reestructuración de su deuda. Newman y Singer sabían que Panamá había anunciado
los términos de dicha reestructuración y Newman informó a Elliott sobre el
estado en que se encontraban las negociaciones de reestructuración de esa
deuda.
El juicio fue desestimado
posteriormente debido a que Water Street no cumplió con revelar al juzgado la
identidad de sus inversionistas. Véase Water St. Bank & Trust Ltd. contra
la República de Panamá, LEXIS 1444, Juzgados Federales de Primera Instancia de
los E.U.A 1995; acción civil 94-2609, WL 1995, 51160 (Distrito Sur de Nueva
York, 08 de febrero de 1995). …
Elliott se rehusó a participar en
la reestructuración de la deuda panameña y, en julio de 1996, entabló una
demanda contra Panamá procurando el pago íntegro de la deuda que había
adquirido. En este litigio, Strauss actuó como apoderado judicial de Elliott.
Las compras
de deuda peruana
Lo siguiente que hizo Newman fue
recomendar a Elliott la compra de instrumentos de deuda peruana garantizada por
el Estado. Según Singer, Newman jugó un papel decisivo al recomendar la deuda
peruana a Elliott y “por ello fue que compramos la deuda”.
Al igual que Panamá, el Perú
estaba en el proceso final de reestructuración cuando Elliott compró su deuda.
En marzo de 1983, el Perú determinó que contaba con insuficientes reservas de
divisas para atender el servicio de su deuda externa, por lo que entró en
negociaciones con el Comité Asesor de Bancos para el Perú (al que en lo
sucesivo se denominará “CAB”), un órgano constituido por representantes de los
principales acreedores comerciales del Perú.
En 1984, … el Perú incurrió en mora respecto a las
deudas que había contraído con varios organismos multinacionales, naciones
extranjeras y prestamistas comerciales extranjeros.
El 10 de marzo de 1989, el secretario del Tesoro de los
Estados Unidos de América, Nicholas Brady, modificó la política de este país
respecto a la deuda internacional. Bajo la nueva política, conocida como “el Plan Brady”, se instó a los
prestamistas para que, de manera voluntaria, condonaran parte de la deuda no
atendida por los países menos desarrollados, reestructuraran el saldo de la
deuda que quedaba pendiente de pago y otorgaran préstamos adicionales a esos
países.
A partir del mes de marzo de
1990, los acreedores comerciales del Perú entablaron varias demandas en cinco
países. …
En diciembre de 1994, todos los acreedores que habían
enjuiciado al Perú, con excepción de Pravin Banker Associates Ltd. (al que en
lo sucesivo se denominará “Pravin Banker”) desestimaron sus demandas como
contraprestación de la Declaración de Suspensión formulada por el Perú en
noviembre de 1992.
El 27 de octubre de 1995, el Perú y el CAB anunciaron
públicamente un acuerdo en principio destinado a establecer un plan de
reestructuración de la deuda acorde con el Plan Brady .… Fue solo después de
concretarse el acuerdo en principio, en enero de 1996, que Elliott comenzó a
acumular la deuda materia de esta acción judicial.
Entre enero y junio de 1996 se negoció la hoja de términos
sobre la reestructuración de la deuda peruana, … De los aproximadamente 180
acreedores elegibles para participar en la reestructuración de la deuda
peruana, solo Elliott y Pravin Banker se rehusaron a hacerlo.
Elliott tenía la intención de interponer una acción
judicial
a. Desde su inicio en octubre de 1995, la estrategia
de Elliott en materia de deuda garantizada por el Estado se orientó a la
interposición de litigios.
Tal como lo manifestó de manera
sucinta el presidente de Elliott, Paul Singer: “el Perú… nos pagaría el íntegro
de la deuda o sería enjuiciado”. Dadas las circunstancias existentes en enero
de 1996, cuando Elliott comenzó a
acumular instrumentos de deuda peruana, la única forma creíble en que Elliott
podía alcanzar su cometido de que se le pagara el íntegro de la deuda era por
la vía judicial….
b. Newman y Strauss tienen un largo historial de
litigios contra Estados Extranjeros
Tanto Newman, en cuyas
recomendaciones Elliott se basó al decidirse por invertir en deuda peruana,
como Strauss , con quien Elliott entró en contacto en diciembre de 1995, antes
de que comenzara a invertir en la deuda, tienen experiencia con la estrategia
de inversión consistente en comprar deuda de mercados emergentes y entablar
juicios con respecto a la misma. Su participación con Elliott constituye una
prueba bastante sólida sobre la intención que tuvo Elliott al comprar la deuda.
Durante el tiempo en que Newman y
Strauss estuvieron asociados a Water Street, esta última entabló ante este
juzgado por lo menos seis juicios sobre cobro de deuda contra Estados . Strauss
también asesoró a Water Street en la compra de deuda ecuatoriana, panameña y
polaca garantizada por los respectivos Estados y Water Street posteriormente
entabló juicios contra cada uno de esos países en Londres. Adicionalmente a su
papel de apoderado judicial de Elliott en esta causa, Strauss ha participado
como asesor legal en por lo menos otros seis juicios sobre deuda garantizada
por el Estado entablados contra países de los mercados emergentes. En diciembre
de 1997 Red Mountain Finance, empresa de Strauss, entabló una demanda contra el
Congo tras haber comprado en el mercado secundario instrumentos de deuda de ese
país garantizados por el Estado, sujetos a descuento.
Más adelante, en su sentencia, el
Juez Sweet sostiene:
Elliott no consideró seriamente
alternativas diferentes al enjuiciamiento
Durante el proceso, Elliott
propuso varias alternativas distintas a la interposición de una demanda, en un
esfuerzo por reconfigurar la intención que tenía cuando decidió comprar la
deuda peruana. …
No obstante, las pruebas
ofrecidas en el proceso demostraron clara y convincentemente que Elliott no
consideró ninguna de estas alternativas de manera realista cuando compró la
deuda peruana. Desde un comienzo Elliott tuvo la intención de demandar
judicialmente y el testimonio en contrario no tuvo credibilidad.…
Esto nos lleva a la cuestión
planteada respecto a si la práctica de Elliott de comprar deuda con la
intención de enjuiciar después que todos los demás acreedores habían desistido
de sus pretensiones y habían llegado a un acuerdo de transacción con el Perú
para la reestructuración de prácticamente toda la deuda comercial externa del
país está prohibida por la sección 489, con lo cual se configuraría como una
compra “con la intención y el propósito” de entablar una acción con respecto a
dicha deuda. Si bien en ningún caso ventilado en Nueva York se sostiene
directamente que tal práctica está prohibida, es indudable que se encuentra
dentro de los alcances del texto de la ley y la conducta ilícita que la ley
pretendió remediar .
El Juez Sweet menciona no menos
de una decena de juicios en los que participaran los “asesores” contratados por
Singer, Newman y Strauss, con lo cual, ante tal reiteración, el fin y el
propósito de estos fondos no requieren de mucha prueba.
En la sentencia del Juez Sweet se
cita, entre mucha otra jurisprudencia y doctrina relativa a la industria del
juicio contra deudas, el caso Brown contra Bigne (1891) (Compilación de Fallos
de Oregon):
“Tan grande era la maldad de
señores ricos y poderosos que compraban reclamos y que por intermedio de sus
altas e influyente s posiciones, infundían temor en los tribunales y con ello
garantizaban sentencias injustas y sin fundamento, que se hizo necesario,
tempranamente en Inglaterra, promulgar leyes para impedir tales prácticas”
(citando Slywright contra Pages, Eng. Rep., 1587)
Curiosamente, hace cinco siglos
se condenaba a nivel local “la maldad” de los poderosos que compraban reclamos
y usaban su poder para salirse tramposamente con la suya; hoy, que la
especulación no tiene fronteras y las prácticas de estos depredadores financieros
se desparraman por todos los rincones del planeta, no hay mecanismos
concertados a nivel
internacional para impedirlas, y todavía consiguen, como antaño, sentencias que
los amparan, o lobistas que los defienden.
*****
Diez son las principales agencias
calificadoras de riesgos: Fitch, Moody’s, Standard & Poor’s, Japan Credit
Rating Agency, A.M. Best, DBRS, Egan-Jones, Kroll Bond Rating Agency,
Morningstar Credit Ratings y Ratings and Investment Information (R&I).
***
"Las agencias de calificación son
como el timo de la estampita".
*****
Público.es Jueves 6 de diciembre del 2012.
La
Universidad a Distancia de Madrid (Udima) y la Universidad Politécnica de
Madrid (UPM) presentan un informe demoledor sobre Fitch, Moody's y Standard
and Poor's
|
Las agencias de calificación han
constituido "un oligopolio que impide la entrada en el mercado de nuevas
firmas"; además tienden al "catastrofismo y omiten responsabilidades
al defender que sólo emiten opiniones que no deben sustituir al análisis del
inversor".
La crítica, demodelora, proviene
de un informe sobre las agencias de calificación titulado Las hijas de Elena:
La triple A que ha sido elaborado por la Universidad a Distancia de Madrid
(Udima) y la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y que ha sido presentado
esta tarde en Madrid.
Por todo ello, sus autores piden
la constitución de una entidad que evalúe y supervise a las agencias de rating
"para garantizar que el inversor recibe la mejor información
posible".
En el informe, los especialistas
coinciden en la "necesidad" de crear mecanismos de control para estas
agencias, de aumentar la transparencia en su proceso evaluador y de conseguir
un acceso "igualitario" a la información por parte de cualquier
inversor.
Según pone de relieve el estudio,
que se centra en las agencias Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch,
estas entidades emiten opiniones "disfrazadas con ropajes y pseudoavales
científicos que luego tienen un peso decisivo a la hora de facilitar o dificultar
que las empresas, instituciones y organismos puedan financiarse en los mercados
de capitales".
Entre las principales críticas
que vierte el informe a las tres principales agencias de calificación destaca
la creación de "un oligopolio que impide la entrada en el mercado de
nuevas agencias".
"Sólo el 4% del mercado de
las calificaciones está en manos de otras agencias", señala el estudio.
"Hay muchas agencias por el mundo, pero el oligopolio que ejercen estas
tres les está dificultando entrar en este mercado y que éstas, a su vez, tengan
competencia", ha afirmado el profesor de la Udima Juan Alfonso Lara
durante la presentación del informe.
Para el experto, esto puede estar
causado por las personas "tan poderosas e influyentes que están detrás de
ellas, que son sus accionistas".
En concreto, Lara ha expuesto que
Warren Buffet está detrás del accionariado de Moody's, Bill Gates es miembro de
su consejo de administración y que también cuenta con el apoyo de la
"poderosa" familia Rockefeller.
En el caso de S&P, "la
entidad cuenta con el respaldo de un importante 'lobby', McGraw Hill, mientras
que el 60% de Fitch lo tiene el dueño de marcas tan importantes como Renault y
L'Oreal".
"Abusos de poder"
Asimismo, la Udima ha denunciado
"abusos de poder" por parte de estas agencias traducidos en calificaciones
no solicitadas "destinadas a mantener un mercado cautivo", o un
"oscurantismo metodológico, ya que no se conocen los principios, leyes,
parámetros, variables, ecuaciones y datos que utilizan para evaluar".
Otro de los aspectos que resalta
el estudio es que las agencias de 'rating' tienden al "catastrofismo, pues
siempre operan a favor del vaticiador". Además, los especialistas que han
elaborado el informe creen que existe una omisión de responsabilidades por
parte de estas entidades, "ya que defienden que ellas solo emiten
opiniones y que éstas o deben sustituir al análisis del inversor".
"Esto se debe a que las
agencias de 'rating' están inscritas como agencias de información, por eso se
dedican a emitir opiniones de las que no se hacen responsables", ha
indicado Juan Alfonso Lara, quien ha recalcado que estas opiniones "tienen
unos efectos enormes en los mercados".
"Las agencias son como el
timo de la estampita pero de forma más sinvergüenza", ha aseverado el
catedrático de la UPM Juan Pazos, para el que lo único que hacen las agencias
es enunciar la profecía autocumplida, "que por el simple hecho de
enunciarse, se cumple". Según el experto, "esto ya es suficiente para
sospechar de estas entidades".
Para Pazos, lo que hacen las
agencias "es peor de lo que hacían los adivinos en la Antigüedad",
además, considera que "no son muy originales".
El catedrático no entiende "como
alguien no les mete el diente" y por qué los gobiernos "aguantan sus
opiniones sin rechistar".
*****
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