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Los líderes del
Senado de Estados Unidos habían reanudado ayer las negociaciones a puerta cerrada para llegar a un acuerdo que evite el “abismo fiscal”
mañana, pero esa perspectiva corría
peligro ante las exigencias republicanas de recortes al gasto público. “Estábamos
acercando posiciones, pero nos hemos topado con un gran punto muerto. Hubo avances para incrementar el tope de
los ingresos salariales sujetos a los recortes tributarios y concesiones
demócratas sobre los recortes de impuestos al patrimonio”, explicó una fuente
legislativa, que pidió el anonimato debido a la sensibilidad de las
negociaciones. Los
líderes demócrata y republicano del Senado, Reid y McConnell, respectivamente,
tratan de ponerse de acuerdo sobre un plan que, entre otros puntos, permita evitar una subida generalizada de
impuestos a partir del 1º de enero, cuando está previsto que venzan
exenciones aprobadas hace una década bajo la presidencia de George W. Bush. Además, las negociaciones incluyen
otras cuestiones en disputa, como el
futuro de los impuestos sobre el patrimonio, la prórroga o no de los subsidios
extraordinarios por desempleo, y cómo evitar que entren en vigor recortes automáticos del gasto público en ámbitos como
la Defensa o la Sanidad. “La gran
traba hoy es que los demócratas insisten en extender los subsidios de desempleo,
pero los republicanos quieren cambiar la fórmula que se utiliza para los
beneficios del Seguro Social (pensiones),
reduciéndolos de
hecho, para financiar esos subsidios”, agregó la misma fuente.
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Presidente Obama, advierte que las consecuencias económicas negativas del "abismo fiscal".
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ESTADOS UNIDOS: Furiosa negociación para evitar el
abismo fiscal.
Gobierno y oposición no lograban consensuar un
proyecto impositivo en Estados Unidos.
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Los líderes demócrata y republicano del Senado tratan de ponerse de
acuerdo sobre un plan que, entre otros puntos, permita evitar una subida
generalizada de impuestos a partir del 1º de enero.
Página /12
lunes 31 de diciembre del 2012.
La jornada del domingo finalizó en Washington sin un acuerdo para evitar
el denominado “abismo fiscal”, mientras demócratas y republicanos se acusaban
mutuamente por el estancamiento de las negociaciones. “Todavía hay una brecha
importante entre ambas partes. Las negociaciones continúan. “Retomaremos las
conversaciones a las 11 de la mañana del lunes (por hoy). Tendremos –eso
espero– nuevos anuncios”, dijo anoche Harry Reid, jefe de la mayoría demócrata
en el Senado y quien lidera las negociaciones con el representante de la
minoría republicana en la Cámara alta Mitch McConnell “Todavía tenemos tiempo
de lograr un acuerdo y tenemos la intención de seguir negociando”, declaró tras
el final de la sesión Reid.
Los líderes del Senado de Estados Unidos habían reanudado ayer las
negociaciones a puerta cerrada para llegar a un acuerdo que evite el “abismo
fiscal” mañana, pero esa perspectiva corría peligro ante las exigencias
republicanas de recortes al gasto público.
“Estábamos acercando posiciones, pero nos hemos topado con un gran punto
muerto. Hubo avances para incrementar el tope de los ingresos salariales
sujetos a los recortes tributarios y concesiones demócratas sobre los recortes
de impuestos al patrimonio”, explicó una fuente legislativa, que pidió el anonimato
debido a la sensibilidad de las negociaciones.
Los líderes demócrata y republicano del Senado, Reid y McConnell,
respectivamente, tratan de ponerse de acuerdo sobre un plan que, entre otros
puntos, permita evitar una subida generalizada de impuestos a partir del 1º de
enero, cuando está previsto que venzan exenciones aprobadas hace una década
bajo la presidencia de George W. Bush.
Además, las negociaciones incluyen otras cuestiones en disputa, como el
futuro de los impuestos sobre el patrimonio, la prórroga o no de los subsidios
extraordinarios por desempleo, y cómo evitar que entren en vigor recortes
automáticos del gasto público en ámbitos como la Defensa o la Sanidad. “La gran
traba hoy es que los demócratas insisten en extender los subsidios de desempleo,
pero los republicanos quieren cambiar la fórmula que se utiliza para los
beneficios del Seguro Social (pensiones), reduciéndolos de hecho, para
financiar esos subsidios”, agregó la misma fuente.
Ante la postura de los republicanos respecto del alcance y financiación
de los recortes tributarios, existe la amenaza “real” de que, incluso, los
congresistas no tengan ningún acuerdo que anunciar a lo largo de la jornada y
se “descarrilen las negociaciones”, dijeron fuentes que mantuvieron el
anonimato. Si no hubiera hoy un plan bipartidista, el presidente Barack Obama
ha pedido a Reid que someta a voto, al menos, el plan demócrata. El futuro de
los recortes de impuestos al patrimonio, incluidos en el paquete de recortes
impositivos instituidos durante la presidencia de Bush hijo y que vencen
mañana, tiene una alta carga política en Washington. Esos gravámenes al
patrimonio han bajado de una tasa del 55 por ciento en 2001 a la tasa actual
del 35 por ciento para inmuebles, acciones y otros bienes obtenidos en
herencia, con exenciones tributarias que han subido de un millón a 5,2 millones
de dólares.
La discordia entre ambos partidos sobre este tema particular tiene que
ver con el nuevo nivel impositivo que debería aplicarse a esos bienes: los
demócratas quieren regresar a los niveles del 45 por ciento de 2009, con
exenciones de 3,5 millones, mientras que los republicanos quieren que se
mantengan en la tasa actual.
Ayer mismo, en una entrevista en el programa Meet the Press, de la
cadena televisiva NBC, el presidente Obama se quejó de la intransigencia de los
republicanos y sugirió que su conducta en las negociaciones indica que sólo
velan por los intereses de los más ricos. El presidente de la Cámara de
Representantes, el republicano John Boehner, replicó que Obama fue elegido para
“liderar” y no para “echar culpas”, por lo que lo instó a que presione a los
demócratas para que negocien de forma bipartidista con la oposición.
Las negociaciones entre el Congreso y la Casa Blanca han estado marcadas
por agrias recriminaciones sobre la falta de voluntad política para llegar a un
acuerdo que evite que el país caiga en el despeñadero fiscal dentro de dos
días. En general, los demócratas se oponen a que se incluya en el paquete
fiscal la nueva fórmula para calcular las pensiones, por considerar que ya
hicieron suficientes concesiones en otros asuntos. Señalan como ejemplo de esa
“flexibilidad” que están dispuestos a elevar el techo para la prórroga de los
recortes tributarios hasta un nivel de ingresos de 400.000 dólares y que,
además, harían concesiones respecto de los recortes tributarios al patrimonio.
El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el líder de la minoría
republicana en el Senado, Mitch McConnell, trataron anoche de destrabar las
negociaciones, después de que éstas tropezaran con serias dificultades. Sin un
acuerdo de última hora, el país afrontaría un total de cerca de 500.000
millones de dólares en aumentos de impuestos y recortes al gasto público. Esa
medida súbita de austeridad, aunque necesaria para reducir el déficit, podría
sumir al país en nueva recesión en 2013, según los expertos.
La “rueda a auxilio” como le llaman algunos demócratas, es que Reid
someta a votación hoy una propuesta exclusivamente demócrata que prorrogue los
recortes tributarios pero sólo para quienes ganan hasta 250.000 dólares, se
extiendan los subsidios de desempleo para unos dos millones de personas y se
establezcan las bases para futuras negociaciones para reducir el déficit.
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ESTADOS UNIDOS: Votación para evitar
el “abismo fiscal” se aplaza hasta el 2013.
Si
el Congreso no llega a un acuerdo en las próximas horas, cuando baje la bola en
Times Square esta noche los impuestos de todos los contribuyentes en Estados
Unidos subirán y el país se deslizará hacia una NUEVA RECESIÓN. Demócratas y Republicanos se vuelven a reunir este
lunes después del último intento fallido del domingo para evitar el llamado “abismo fiscal”. El Senado de
mayoría Demócrata y la Cámara de Representantes, republicana, siguen divididos
en esta Nochevieja en la que caducan todas las bajadas de impuestos y
desgravaciones de la Administración Bush.
Para que no expiren las dos cámaras deben aprobar el texto legislativo por mayoría.
Las
negociaciones entre el vice-presidente Joe
Biden y su viejo amigo del Senado el republicano y líder de la minoría Mitch McConnell han acercado
posiciones. Ambos dicen llevarse bien, se conocen desde hace más de dos décadas
y ya han forjado antes compromisos de última hora, pero cada uno ahora tiene
que convencer a los suyos en particular sobre la definición de que es
exactamente ser rico en Estados Unidos. Los
Republicanos ya se han resignado a que para evitar la subida masiva de los impuestos
tendrán que aceptar alzas para una minoría de adinerados. Obama propone que
sólo los más ricos vuelvan a pagar a Hacienda tanto como de los años 90’. Pese a su beligerante oposición a
cualquier subida de impuestos, los republicanos parecen dispuestos a aceptar
que el IRPF suba de 35 a 39.6% para
los más ricos o que aumente la presión fiscal para las herencias.
Pero
la cuestión que sigue bloqueando las charlas es la definición de quienes son
los más ricos. La propuesta inicial de los demócratas era subir los impuestos a
quienes ganen más de 250.000 dólares al
año (unos 190 mil euros). Después ofrecieron el umbral de 400,000 mil dólares (300 mil euros)
para quienes tuvieran trabajo de contrato o vigencia anual, algo también
inaceptable para una parte de los republicanos. La última cifra sugerida por Biden es de 450 mil dólares (unos 340 mil euros) para ingresos familiares. Los
republicanos aún se aferran a 100 mil
dólares más. La Sesión del Senado se suspendió ayer sin acuerdo, pero esta
noche el vice.-presidente Joe Biden
y los líderes republicanos de las cámaras han seguido negociando por teléfono
en busca de un texto que puedan aceptar sus miembros (con intereses a menudo
contradictorios dentro del mismo partido). El Presidente Barack Obama ayudó poco al atacar a los republicanos en
una entrevista en la NBC que pretendía
meter presión, pero que al final irritó algunos congresistas. Los republicanos según el Presidente “se comportan como si su única prioridad
fuera asegurarse de que las desgravaciones de impuestos para los americanos más
ricos están protegidas. Éste parece ser el único tema que los une”.
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