&&&&&
Se trata de un golpe para implementar un
neoliberalismo mafioso. Esa característica es la que se resume en la denominación “capitalismo de amigotes”. Para hacer negocios, en gran parte de
los casos, con este capitalismo salvaje, hay que tener amigos en el poder de
turno. La rentabilidad no está determinada por la competitividad de los
factores de producción sino por las relaciones que se tengan con el poder. La renta política se convierte así en un
factor clave de los negocios. El tránsito de la dictadura a la democracia
en el 2000 no terminó con esta relación entre los negocios y el poder. Por el
contrario, cualquier gobierno elegido
que haya osado, aunque sea parecer, que no era un aplicado seguidor de las
reglas del cinco de abril, ha sido rápidamente disciplinado por los poderes
fácticos. El recurso más socorrido han sido las campañas de los oligopolios mediáticos que, ante la
ausencia de partidos fuertes, asumen la mediación entre la sociedad y la
política. El método: los periodicazos.
Unos más otros menos, parece que nadie aguanta los periodicazos. Ya no son los
diarios chicha de la época fujimontesinista, aceitados con la plata de todos, sino directamente
el poder económico que usa a medios adictos para mantener su rentabilidad.
/////
El "Dúo" anti-político que destruyó el Estado. 1990-2000. La corrupción en todos los niveles del Estado fue su gran consigna. Fueron derrotados el 2000, en calles y plazas y el Movimiento Social de los "4 Suyos", pero fracasamos al no ampliar y fortalecer la "Transición Democrática" durante todo el gobierno del Dr. Paniagua. Prueba. Viene Toledo levanta el segundo piso del capitalismo salvaje - el neoliberalismo - entra García - consolida el Tercer Piso del capitalismo del desastre, llega Humala y convive con el mismo modelo de la economía del casino, el neoliberalismo. Nuestra Democracia secuestrada por la elite de empresarios y políticos corruptos y la gobernabilidad, transformada en la política de las corporaciones transnacionales del pillaje, el saqueo y la desposesión de nuestros recursos naturales.
*****
NICOLÁS LYNCH: VIVIMOS EN EL CINCO DE ABRIL.
*****
Por
Nicolás Lynch.
OtraMirada.-
Lunes 7 de abril del 2014.
La sentencia de un juez
constitucional librando a Alan García de las investigaciones parlamentarias
sobre su gobierno es contundente. Nos hace ver que seguimos viviendo las
consecuencias del golpe del cinco de abril de 1992 y, quizás, si la más
importante de ellas: la impunidad. El auge del sicariato y, peor todavía, su
reinado en varios gobiernos regionales corruptos que parecen haber asumido como
método de lucha política matar a sus adversarios, nos hace ver que las
lecciones del “todo vale”, que vienen del golpe del cinco de abril, han echado
raíces.
Por ello digo que las
consecuencias del golpe siguen determinando la vida social y política del Perú.
En esa fecha un grupo criminal asaltó el poder del Estado con el objetivo de
convertirlo en un aparato al servicio del delito. Si bien los principales
responsables están presos, Alberto Fujimori y Vladimiro Montesinos, cumpliendo
sentencias del Poder Judicial, los procesos que pusieron en marcha no cesan de
causar daño e impedir el desarrollo del país. Incluso, nos enfrentamos a la
paradoja de un ex dictador que pide constantemente que lo saquen de la cárcel y
convierte ese reclamo, la impunidad, en la principal bandera de la organización
política que lo respalda.
Desde el punto de vista
de la coalición de poder que impulsó el golpe: grandes empresarios, tecnócratas
y organismos financieros internacionales, no había otra forma de llevar
adelante el modelo de capitalismo salvaje que buscaban implementar. Debían
romper las reglas de la convivencia civilizada y volver a romperlas cuando las
nuevas pudieran significar un obstáculo para sus fines. Eso fue lo que hizo la
dictadura de los noventas para beneficiar a sus promotores y beneficiarse a si
misma.
Todos los pretextos del
golpe han sido desmontados. Que terminó con el terrorismo, nada más falso.
Carlos Tapia ha demostrado con datos y fechas que el senderismo ya estaba
derrotado cuando el golpe se produjo. Que había necesidad de las reformas
neoliberales y no se podían hacer con la Constitución de 1979. Falso también.
El parlamento que cerró Fujimori en abril de 1992 ya había aprobado las leyes
necesarias –más allá de lo que pudiera pensarse sobre ellas– para el cambio
económico. Lo que no querían era control democrático para poder llevar adelante
su desorden criminal. De ahí que la causa inmediata del golpe fuera una ley de
desarrollo constitucional que había aprobado el Congreso de la época sobre el
control parlamentario de los actos normativos (decretos legislativos y decretos
de urgencia) del Presidente de la República, que pretendía limitar los
desbordes de Fujimori en materia de inteligencia y criminalización de la
protesta.
No se trata entonces de
un golpe para implementar un neoliberalismo a secas. No. Se trata de un golpe
para implementar un neoliberalismo mafioso. Esa característica es la que se
resume en la denominación “capitalismo de amigotes”. Para hacer negocios, en gran
parte de los casos, con este capitalismo salvaje, hay que tener amigos en el
poder de turno. La rentabilidad no está determinada por la competitividad de
los factores de producción sino por las relaciones que se tengan con el poder.
La renta política se convierte así en un factor clave de los negocios.
El tránsito de la
dictadura a la democracia en el 2000 no terminó con esta relación entre los
negocios y el poder. Por el contrario, cualquier gobierno elegido que haya
osado, aunque sea parecer, que no era un aplicado seguidor de las reglas del
cinco de abril, ha sido rápidamente disciplinado por los poderes fácticos. El
recurso más socorrido han sido las campañas de los oligopolios mediáticos que,
ante la ausencia de partidos fuertes, asumen la mediación entre la sociedad y
la política. El método: los periodicazos. Unos más otros menos, parece que
nadie aguanta los periodicazos. Ya no son los diarios chicha de la época
fujimontesinista, aceitados con la plata de todos, sino directamente el poder
económico que usa a medios adictos para mantener su rentabilidad.
La situación es difícil
porque la fantasía del país exitoso y el salir adelante por cuenta propia para
poder pagar el mundo privatizado en el que vivimos, están muy arraigadas en la
población, pero tienen precisamente su matriz en el cinco de abril. Intentar
una versión distinta que revele lo sucedido tiene por ello poco prestigio y
menos tribuna. De ahí la circunstancia horrorosa de que 22 años después los
defensores del golpe puedan tener espacio para defender sus acciones y que, a
lo sumo, se permitan versiones descafeinadas que condenan “la ruptura del orden
constitucional”, pero señalan la necesidad de continuar con el orden presente
sin fijarse siquiera que vivimos con la constitución y las leyes de los
golpistas.
Debemos atrevernos a más.
La impunidad, los sicarios y el manejo mafioso del poder no pueden ser la
manera de relacionarnos entre los peruanos ni constituyen ningún proyecto de
futuro para el país. Cualquier alternativa debe también ser la negación de este
golpe nefasto.
*****
No hay comentarios:
Publicar un comentario