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"Hasta la modesta propuesta de Pollin y Chomsky, está siendo resistida por los intereses creados: ven en ella “una amenaza para el sistema”. La clase capitalista está tan comprometida con el capital fósil que es incapaz de imaginar una estrategia de transformación climática. Lo que hacen es seguir arrastrando los pies, mientras construyen fortalezas para salvaguardar sus fortunas, intensificando el saqueo del planeta. Los ilustres, Chomsky y McPherson, aunque realistas en muchos puntos, parecen haberse dado por vencidos. Sin embargo, la humanidad aún no se ha rendido ni creo que se rendirá. Como dijo Karl Marx, con bastante realismo, al denunciar la destrucción ambiental que los británicos provocaron en Irlanda la alternativa es: “ruina o revolución”. Ahora sabemos que incluso en el escenario más optimista, constelaciones enteras de catástrofes ecológicas están sobre nosotros en las próximas décadas. Esto significa que las comunidades y poblaciones humanas necesitan organizarse en la base para sobrevivir a nivel local, regional, nacional y mundial".
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RUINA
O REVOLUCIÓN, SÉ MODERADO… ¡SOLO QUEREMOS SALVAR LA TIERRA!
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Por John Bellamy Foster | 30/07/2022 | Ecología social
Fuentes: Rebelión sábado 30 de julio del 2022.
En esta
emergencia planetaria el consenso científico
mundial está siendo sacrificado a lo que la ecologista Rachel Carson llama “los
dioses de la producción y el beneficio”. La única respuesta, como en el
pasado, es un terremoto social desde
abajo…
Mucho de lo
que dicen Noam Chomsky, Miguel Fuentes y Guy McPherson me parece bien, pero no estoy completamente de
acuerdo con ninguno de ellos. Mi visión
de la emergencia ecológica planetaria comienza con el consenso científico mundial y se basa en una crítica
de larga data del capitalismo, desarrollada de manera central por el materialismo histórico.
En cuanto al consenso científico sobre el cambio
climático, los informes del Panel
Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas son los más importantes. Sin embargo, la emergencia planetaria no se limita al cambio climático, mi concepción abarca
el conjunto de las fronteras planetarias
que se están sobrepasando peligrosamente.
Tal como vamos la tierra en un futuro
dejará de ser un hogar seguro para la
humanidad.
Ahora, en
este artículo mis comentarios se centrarán en el cambio
climático que hoy nos afecta a todos.
Según el Sexto
Informe de Evaluación del IPCC (publicado en el transcurso de 2021-2022) ya no es posible
que el mundo evite un aumento de 1,5° C en la temperatura promedio global. Puesto en
el escenario más optimista Informe del IPCC, señala que
las temperaturas promedio globales
aumentarán una décima de grado más
para mediados de siglo y aumentarán en 1,4°C
para finales de siglo.
Por lo tanto,
tenemos una ventana de tiempo muy
pequeña para actuar. Básicamente, necesitamos
reducir al máximo las emisiones globales de carbono para 2030 y alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050. Todo esto fue
definido en detalle por el informe “Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad”, el
documento sobre Mitigación de abril de
2022 y el informe «AR6,»
redactado sobre la base de la ciencia
física.
Cambios en la temperatura global de la superficie en relación con 1850-1900 (IPCC, 2021)
Veamos, cada
informe de evaluación del IPCC
(AR1-AR6) tiene tres partes, cada
una de las cuales se publica por separado y se presenta con un «Resumen para los
responsables políticos». En el
proceso, los científicos, por
consenso, escriben un borrador completo del informe.
Pero, en el “Resumen para los responsables políticos”, la
única sección del informe general difundida por la prensa, es reescrita línea
por línea por las autoridades
gubernamentales. Consecuentemente, el «Resumen para los responsables políticos» publicado no representa el consenso científico real, sino el consenso gubernamental, Este significa que el documento que es
publicado ha desplazado y transformado
el informe científico. Esto ocurre,
especialmente con los temas de mitigación y
con las políticas
sociales, en estos casos los gobiernos han decidido borrar la casi totalidad de lo que determinaron
los científicos.
Los gobiernos del mundo capitalista estaban particularmente preocupados por la parte 3 del AR6 que habla sobre Mitigación, ya que es, con mucho, un tratamiento radical, ya que los científicos proponen transformaciones a escala revolucionaria en producción, consumo y uso de energía (tanto en términos de escalas físicas como temporales).
Plan de mitigación del cambio climático, desde la Academia.
***
El informe
plantea que la temperatura media mundial
no debe aumentar de ninguna manera en más 1.5 grados para
que la humanidad evite un cambio
climático fuera de control e irreversible.
Si no logramos este objetivo vital, probablemente, la temperatura media global subiría para finales de siglo en 4,4 °C (estimación óptima) lo que llevaría al colapso de la civilización industrial.
Al respecto, el Capítulo I del informe de Mitigación AR6 llegó
a cuestionar el capitalismo como un
sistema sostenible.
Sabiendo que
los gobiernos estaban preparados
para alterar el consenso de los
científicos, los especialistas de
Scientific Rebellion filtraron la parte 3 del Informe sobre Mitigación días antes del lanzamiento oficial del Documento de la ONU
Esta acción
permitió conocer las conclusiones sociales radicales de los científicos del Grupo de Trabajo 3, quienes coincidieron en destacar la incapacidad de las tecnologías existentes y futuras para resolver
el problema y en la necesidad de impulsar enormes transformaciones sociales para lograr como mínimo un aumento de un 1,5 grado de aumento de
la temperatura global.
El consenso
científico sobre Mitigación también señaló la
importancia de los movimientos sociales,
que involucran a jóvenes, trabajadores,
mujeres, precarios, racialmente oprimidos y del Sur Global, que tienen poca o ninguna responsabilidad por el cambio climático,
pero, que sufrirán más que todo el occidente
desarrollado. Todas estas conclusiones
fueron eliminadas, y en muchos casos invertidas. Las autoridades gubernamentales hicieron una alteración casi completa de lo que los científicos habían
determinado.
Por ejemplo,
el borrador de consenso científico decía
que las plantas a carbón tenían que eliminarse en esta década, mientras que
el informe de consenso gubernamental
lo cambió a: “la posibilidad de aumentar
las plantas a carbón con avances en la captura y secuestro de carbono”. El consenso científico atacó los “intereses
creados”, pero la versión publicada eliminó cualquier referencia a estos
intereses. Más importante aún, el
informe científico argumentó que se podría alcanzar el 1,5 °C si
se busca soluciones de bajo consumo de
energía, lo que requiere transformaciones
sociales. Esto también fue eliminado el documento gubernamental publicado.
Las censuras
y alteraciones realizadas por los responsables políticos nos dan una idea
clara de dónde está la lucha y lo que tenemos que hacer. Hay un camino para
salvar a la humanidad del desastre
climatológico, pero el sistema mundial
capitalista y los gobiernos,
subordinados a las corporaciones y a los millonarios, están bloqueando ese camino. Lo hacen, simplemente, porque detener el aumento de la temperatura
requiere un cambio
socio-ecológico a escala revolucionaria.
Un
terremoto social desde abajo
En esta emergencia planetaria el consenso científico mundial está siendo sacrificado a lo que la ecologista Rachel Carson llama “los dioses de la producción y el beneficio”. La única respuesta, como en el pasado, es un terremoto social desde abajo con erupciones volcánicas que deberían formar parte de una revuelta de la población mundial, y el surgimiento de un nuevo proletariado ambiental que lo abarque todo.
Hay
obstáculos increíbles ante nosotros, sobre
todo por el intento de movilizar lo que Wright Mills llamó “la retaguardia del sistema capitalista”,
generando una política neofascista. Es
cierto, hoy es imposible decir si
seremos suficientes para salvar la tierra como hogar para la humanidad. Pero
la lucha está comenzando. En esta lucha es posible que la humanidad gane,
pero para ello debemos decidir “cómo nos unimos a la lucha.”
Nos
enfrentamos a una situación históricamente inédita. Mientras tanto, se está gestando una revuelta ecológica mundial: cientos de
millones, incluso miles de millones, participarán activamente en la gran lucha ambiental de nuestro tiempo.
Queda claro, que a partir del consenso
científico mundial plasmado en el informe de Mitigación la estrategia de modernización ecológica capitalista, financiada por impuestos globales al carbono y por la financiarización de la naturaleza, no
sólo es ineficaz
y tardía, sino también, son «soluciones» que
están destruyendo la tierra como hogar
de la humanidad.
Lo que Robert Pollin y Noam Chomsky han
escrito sobre impuestos verdes y un
Green New Deal Global es básicamente una estrategia de modernización ecológica capitalista con algunas
características de transición, pero a la luz de los informes
científicos «estas
soluciones» no suficientes
para hacer frente a la gravedad de la
crisis y, en el mejor de los casos
nos daría un poco más de tiempo antes
del colapso.
Hasta la
modesta propuesta de Pollin y Chomsky,
está siendo resistida por los intereses
creados: ven en ella “una amenaza
para el sistema”. La clase
capitalista está tan comprometida con el capital fósil que es incapaz de imaginar una estrategia de transformación
climática. Lo que hacen es seguir
arrastrando los pies, mientras construyen
fortalezas para salvaguardar sus fortunas, intensificando el saqueo del
planeta.
Los ilustres,
Chomsky y McPherson, aunque realistas en muchos puntos, parecen
haberse dado por vencidos. Sin
embargo, la humanidad
aún no se ha rendido ni creo que se
rendirá. Como dijo Karl Marx, con
bastante realismo, al denunciar la
destrucción ambiental que los británicos provocaron en Irlanda la alternativa es: “ruina o
revolución”.
Ahora sabemos
que incluso en el escenario más optimista, constelaciones
enteras de catástrofes ecológicas
están sobre nosotros en las próximas
décadas. Esto significa que las comunidades y poblaciones humanas necesitan
organizarse en la base para sobrevivir a nivel local,
regional, nacional y mundial.
Los problemas
de supervivencia afectan más a las poblaciones marginadas,
precarias, oprimidas y explotadas, aunque en última instancia amenazan a toda
la humanidad. Es hora de tomar posición. Como
escribió el gran revolucionario irlandés James Connolly: “Se moderado”, “Solo queremos salvar la Tierra”.
John
Bellamy Foster, profesor de Sociología de la Universidad de Oregón, EE.UU.
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