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"El peligro de las olas de calor continuadas. Durante las olas de calor aumenta el potencial desecante de la atmósfera y nos encontramos con que muchas plantas se secan, por lo que liberan más energía al quemar. Disminuye también la humedad en la hojarasca, facilitando la ignición y propagación del incendio. Aquellas zonas más húmedas que normalmente actuarían de cortafuegos, tales como los fondos de valle, se vuelven tan secas como las de su alrededor. Es decir, el paisaje se torna uniformemente seco. La atmósfera desecante aumenta también el arrojo de los incendios forestales, lo que de nuevo intensifica su comportamiento. Esto es, la columna de convectiva del incendio puede ascender hasta grandes alturas por la atmósfera, lo que puede aumentar las corrientes y el transporte de pavesas. Las plantas se secan durante olas de calor, como vemos en las jaras (derecha) o pinos (izquierda). Víctor Resco, Author provided"
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OLA
DE INCENDIOS EN EUROPA, LA ANOMALÍA QUE SERÁ LA NORMA.
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Por Víctor
Resco de Dios. |19/07/2022| Ecología Social.
Fuente
Rebelión jueves 21 de julio dl 2022.
Desde Faro hasta Marsella, una nueva oleada de incendios se está ensañando
con el suroeste de Europa. Estamos frente a lo que los bomberos llaman incendios
de quinta generación: una simultaneidad de grandes incendios que
ponen en jaque a los sistemas de
extinción, llegando en algunos casos a amenazar a núcleos urbanos.
Lo que está
pasando estos días en Europa es algo extremadamente inusual. Lo preocupante es que apenas estamos viviendo un
previo de lo que ocurrirá en unos años. Lo que ahora consideramos anómalo, en breve será la nueva normalidad. Cuando dentro de dos o tres lustros
recordemos a la campaña actual, seguramente nos parecerá leve por
comparación.
Por qué es una campaña inusual
El año pasado
publicamos un
estudio donde
caracterizamos, por primera vez, las
diferencias entre las pirorregiones europeas. Esto es, estudiamos cómo y
por qué varía espacial y temporalmente la temporada de incendios en la Europa mediterránea. Los resultados que obtuvimos
nos permiten determinar por qué la
campaña actual de incendios es extremadamente anómala:
– Incendios fuera de estación. Ni en Portugal ni en muchas zonas del sur de
Francia es habitual observar grandes incendios en la primera quincena de julio. El estrés hídrico estival alcanza
su máximo a finales de agosto, por lo que los incendios al principio del verano no eran frecuentes ni extremos.
Hasta ahora,
los grandes incendios en la primera quincena de julio solo eran comunes en el
levante peninsular: zonas más áridas
donde la vegetación
se vuelve antes inflamable.
Europa
se está aridificando, a raíz del cambio
climático y del abandono rural, lo que homogeneiza el paisaje y lo
vuelve uniformemente
seco, enrasando por abajo. Esta es la causa del avance en la
estación de incendios.
– Intensidad creciente de los
incendios. Los
incendios actuales ya no
se pueden extinguir. Mueren por inanición (han quemado todo lo que
había por quemar) o porque llueve. Son incendios que liberan
la misma energía que una, o más, bombas atómicas y toda la
tecnología de extinción se queda corta frente a ellos.
Los
grandes incendios son cada vez mayores. Es decir, el tamaño medio de los incendios que
escapan a la contención aumenta, y eso pasa porque está aumentando la
intensidad de los incendios.
En el momento de escribir este artículo, se estima que uno de los incendios en Gironda (Francia) rondaría las 8 000 ha. Estaríamos hablando del incendio de mayor extensión de los últimos 30 años en Francia y el tercero desde que empezó el registro galo en 1973. Algo parecido ocurría en el incendio en la sierra de la Culebra (Zamora) hace unas semanas: rozó el tamaño de los incendios más extensos registrados en España.
El número de
grandes incendios (los de más de 500
hectáreas) ha disminuido con respecto de la década de los 80 porque se invierte más en medios de extinción. Sin embargo, el tamaño medio de los grandes incendios
va en aumento, lo que indica que aumenta la intensidad y, por tanto, la virulencia de estos grandes incendios. Víctor
Resco, a partir de la Estadística
General de Incendios Forestales del MITECO., Author provided
– Simultaneidad de incendios de alta
intensidad. No es la primera vez que nos encontramos frente a un escenario de fuegos de quinta
generación. En los años 1978 y 1985,
por ejemplo, se sucedieron más de 150
grandes incendios en España. Lo inusual de la temporada actual no es el número de grandes incendios, sino la simultaneidad de
incendios muy intensos.
Además, la
simultaneidad de incendios no se está dando a escala nacional, sino subcontinental:
el suroeste de Europa está en esa
situación. Y se espera que el
Reino Unido entre en ola de calor, lo que podría llevar los grandes incendios
también a las lluviosas islas
británicas.
Un problema de salud pública
Por
desgracia, sabemos que la frecuencia y la fiereza de las olas de calor aumentará con el cambio climático. Durante estos episodios, la
mortalidad aumenta porque el organismo se descompensa, afectando sobre todo a personas mayores o con patología previas.
Durante
las olas de calor empeora también la calidad del aire notablemente
debido a los incendios forestales. Las
imágenes del Meteosat nos mostraban, por ejemplo, cómo el humo de los incendios en las Landas francesas llegaba hasta la
costa cantábrica española.
La
inhalación de humos es otro factor que contribuye al exceso de
mortalidad en olas de calor; se le considera responsable de 417
muertes en los incendios de Sídney de 2019.
Imagen
del 15 de julio de 2022 del satélite Meteosat donde se aprecia al humo de
los incendios en las Landas (Francia) llegar hasta la costa cantábrica
española. Meteosat.
El peligro de las olas de calor
continuadas
Durante
las olas de calor aumenta
el potencial desecante de la atmósfera y nos encontramos con que muchas
plantas se secan, por lo que liberan más energía al quemar.
Disminuye
también la humedad en la hojarasca, facilitando la ignición y propagación
del incendio. Aquellas zonas más húmedas que normalmente actuarían de
cortafuegos, tales como los fondos de valle, se vuelven tan secas como las de su alrededor. Es decir, el paisaje se torna uniformemente seco.
La atmósfera
desecante aumenta
también el arrojo de los incendios forestales,
lo que de nuevo intensifica su comportamiento. Esto es, la columna de
convectiva del incendio puede ascender hasta grandes alturas por la atmósfera,
lo que puede aumentar las corrientes y
el transporte de pavesas.
Las plantas
se secan durante olas de calor, como vemos en
las jaras (derecha) o pinos (izquierda). Víctor Resco, Author
provided
Qué cabe esperar en el futuro
El cinturón
de los incendios se está expandiendo en latitud y en altitud. Los grandes incendios en zonas de Europa donde
hasta ahora eran raros, como el Reino Unido y Escandinavia, son cada vez más
comunes. Las zonas de montaña, como los
Alpes y los Pirineos, son cada
vez más inflamables.
La época en
la que los incendios se
apagaban con agua se ha acabado. Estamos viendo el resultado de
décadas de dejadez en la gestión del territorio y de inacción climática. Estamos viendo el tráiler de la película del futuro que les
estamos dejando a nuestros hijos y a nuestros nietos.
Víctor
Resco de Dios. Pofesor de ingeniería forestal y cambio global en
PVCF-Agrotecnio, Universitat de Lleida
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