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“Lo que intentamos puntualizar
en el presente artículo es la importancia de
cultura andina como un factor
gravitante en el desarrollo de la pequeña y mediana producción nacional.
El mundo de la PYMES no puede entenderse a
cabalidad sin reconocer la importancia de este factor. Por lo general, se le
reconoce y valora como un fenómeno económico y social, en tanto su presencia es inocultable y su
incidencia en la producción, empleo e ingreso no
pueden ser desdeñados. Lo que generalmente se deja de lado son sus
aspectos culturales, éticos y morales, y lo que
ello significa como portador de identidad y
espiritualidad. Reducir la activa presencia de millones peruanos de origen andino a simples entes económicos, una especie de “zombies “, de fuerza de trabajo bruta,
despojada de espiritualidad y cultura, es la “trampa” que
esconden los estudios e investigaciones sobre el mundo
de la micro y pequeña empresa. Este tipo de interpretación aparece de
modo descarnado en los trabajos de Hernando de Soto,
en que se plantea que el problema de nuestra sociedad, y de este sector en
particular, es en esencia una cuestión de legalidad y
formalidad político-administrativa, cuya
solución es que el estado gane eficiencia y los
incluya en la formalidad financiera, económica y social. Si uno lee con cierta
atención y amplitud el mensaje de estos destacados representantes de los
millones de productores, no podrá dejar de advertir que son los aspectos valorativos, espirituales y culturales los que
aparecen como el soporte y motor de sus emprendimientos. Y que éstos configuran
elementos constitutivos de primer orden en la formación y desarrollo de la identidad, en este caso de una identidad peruana moderna, contemporánea. La igualdad primordial, de iguales, de una comunidad no
solo imaginada sino también comunidad de destino compartido. Condición sustantiva de la condición de ciudadanía”.
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EMERGENCIA INDÍGENA, ¿PARA
RETORNAR AL TAQUI ONKOY O PARA FORJAR EL ESTADO DE TODAS LAS SANGRES?
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Por: Vicente Otta R.
Otra Mirada Lima lunes 6 de marzo del 2023.
Bien sabemos
que las identidades nacionales y las propias naciones se construyen tanto como se destruyen. El
énfasis de algunos intelectuales y políticos por exagerar la emergencia del
factor indígena en las luchas actuales, a partir de diciembre último,
distorsiona el proceso social en curso y amenaza con acentuar la crisis política y la polarización social.
Se requiere
un balance mayor y más ponderado, para
entender adecuadamente lo que viene
ocurriendo en nuestro país. Alcanzo la nota siguiente con el compromiso de luego compartir algo más
elaborado.
Entre 1998 y el 2006 con Edmundo Murrugarra y
otros compañeros editamos una revista intercultural que
se llamó Nosotr@s
y luego Ñoqanchik, publicamos cerca de 30 números.
En la tarea de identificar y evaluar
correctamente lo indígena, el mestizaje y el papel de los emprendedores en la economía y la sociedad peruana en general, en síntesis, como actor fundacional principal de la peruanidad moderna.
Realizamos una serie de entrevistas con
personas representativas de este sector.
Publico el resumen de lo que se hizo con los personajes relevantes
de estos diálogos.
En
mi opinión no es una buena idea indigenizar la
lucha actual, menos todavía
exacerbar los nacionalismos indígenas. Esta manera de abordar la lucha actual no solo distorsiona la realidad, sino que tiende a aislar a los protagonistas de la gran mayoría de la sociedad.
Y
presenta el grave peligro de acentuar la polarización
social en curso con discutible probabilidad de salir
triunfante de una confrontación
total. Aunque no parezca a simple
vista, velada por la emoción y el romanticismo, éstas son las cuestiones implicadas en la actual
evaluación.
La
actual lucha social es potente porque la arbitrariedad,
racismo y exclusión ha reabierto la compuerta
de “los viejos y
mortales desencuentros…” De Gregori, dixit. Implicando a amplios sectores populares, gran parte del mundo rural del sur y sur andino. No creo que a eso pueda denominarse naciones aymaras y quechuas, hay demasiada masa social y nacional involucrada en la actual lucha excediendo lo indígena aymara y
quechua.
Insistir
en su indigenización es restringir y empobrecer
el universo social y la potencialidad
de la más formidable movilización anti
sistémica de los últimos 45 años.
Con las reservas del caso comparto
la nota sobre los emprendedores, amplísima mayoría en todo el Perú cholo y mestizo.
La nueva peruanidad que nos habita como
nación.
Identidad y
nación en el Perú actual
1.- ENCUENTRO DE
ZORROS
El 3
y 4 de abril del año 2003 la Federación
Departamental del Cuzco promovió un encuentro de
líderes emprendedores del campo y la ciudad. Unos 60 dirigentes campesinos de la sierra
sur-central y sur andino ( Ayacucho,
Huancavelica, Apurímac, Puno y Cuzco) que vienen realizando una valiosa experiencia de gestión productiva,
educativa y social en sus zonas de origen, presentaron sus experiencias y recibieron a su vez la
de tres importantes líderes
emprendedores: Máximo San Román(Ex. Vicepresidente de la República
y representante destacado de la
industria panificadora), Diógenes Alva (presidente del consorcio Gamarra) y Esteban Cabrera (uno de los representantes
del consorcio comercial Unicachi).
Los propios actores hicieron uso de la palabra y, desde su diversa y compleja experiencia presentaron lo que había sido su largo y sacrificado proceso de migración interna, que ha culminado con la reconquista de la ciudad capital. Los tres líderes presentes son de origen campesino andino-amazónico. Diógenes Alva de la actual región del Marañón, Esteban cabrera, Aymara- hablante de Puno y Máximo San Román quechua-hablante del Cusco.
Diógenes Alva dijo
entre otras cosas:
“…Todos en Gamarra
fueron mis maestros,
por eso yo digo que Gamarra no es solamente un conglomerado de las pymes, sino
también es una escuela, una universidad, porque ahí se aprende. Muchas veces,
la gente solo quiere ir a ganar plata; uno tiene que entrar a aprender, no a
ganar. No estar mirando la hora, que yo entro a las 8, yo entro a las 10, no.
Hay que trabajar sin límites. El que quiere triunfar, el que quiere llegar
lejos tiene que trabajar así; porque cuando te pones límites, tú mismo te estas
perjudicando, no estas perjudicando a los demás. Nosotros los provincianos que
realmente queremos a nuestro país luchamos, sembramos, labramos la tierra, nos
levantamos a las 3, 4 de la mañana y a veces ni
dormimos…”
En
otro momento dice:
“…Cuando me ponen de
dirigente de Gamarra, nosotros hacemos la marcha
de protesta contra la importación
de la ropa usada, contra el contrabando, por primera vez se hace la
marcha. Nadie se atrevía a hacerlo, ni la Sociedad de Industrias ni las grandes
industrias porque le tenían miedo a Fujimori. Pero nosotros los cholos, no le tenemos miedo a nadie porque tenemos sangre india, y esa sangre siempre llevamos en nuestra
vena…”
… Por eso, acá nosotros no pensamos que el gobierno nos va a dar. No piensen ustedes que alguien les va dar, sino ustedes mismos únanse, hagan consorcios y trabajen la tierra, así van a tener más frutos que pensando que alguien va a venir y los va a salvar…”
Máximo San Román, dijo lo siguiente:
“…Yo soy de un pueblito
pequeño, está en una laderita, no hay ni carros, se llama Llaucat y pertenece al distrito de Quispicanchi. Entonces, yo vengo de allí, esto es
importante porque lo primero que tenemos que hacer es valorar nuestros
orígenes, yo creo que allí está la clave del éxito personal que tenemos muchos
ciudadanos que hemos venido a Lima…”
“…después, Calca que es la
cuna del desarrollo de nuestros antepasados, me permitió observar, criticar la
labor de nuestros antepasados, de la gran civilización andina que termina con
la civilización inca… Entonces, ahí empiezo a
admirar a los que hacen los andenes, a los que hacen las escaleras para bajar
de un andén a otro y hacen agricultura. Conozco Moray,
que es un laboratorio de alta tecnología, de lo más avanzado del mundo, que
nadie ha alcanzado; eso ha quedado trunco y deberíamos continuarlo nosotros…”
“…Vamos a ver la parte
fundamental para mí. Qué cosa ha primado en el comportamiento, qué cosa ha
primado desde chiquillo, en la universidad, como
profesional, como técnico.
Lo que ha primado es la decisión, la actitud, ser proactivo, de mentalidad positiva, abierta. Decir sí podemos y saben qué, yo
tengo el concepto, que deberíamos tener todos, que somos herederos de una gran cultura, de la cultura inteligente, más avanzada,
más hábil, la más ingeniosa del mundo. Nosotros tenemos en nuestra sangre, en
nuestros genes, en nuestro llulla, esa habilidad…”
“…Entonces, esa habilidad
que tenemos yo la he querido despertar, la estoy 4 intentando despertar, creo
que eso ha sido fundamental porque en nuestra cultura las normas de
comportamiento no han estado sustentados en la imposición del ama llulla, ama sua Ama q`ella, como nos han hecho
creer, éstos eran aspectos de moral, como antivalores más bien…Los preceptos
fundamentales eran cuando menos siete, y tres
valorativos, de crecimiento, de realización: : el munay, el
llachay y el ruhay. Revalorar
estos preceptos sería para mí el punto de quiebre, como dicen ahora, esto sería
el punto de reencuentro con nuestra cultura.
Porque el allinta
munay, quiere bien; engloba en una sola palabra todo lo que
son los valores, la moral, el principio de integridad. No
nos podemos dividir, no podemos servir a dos reyes al mismo tiempo. La moral
como principio, el alto sentido de autoestima personal, la confianza en uno…la
moral como principio básico, la integridad y el deseo de superación. Nuestros
antepasados, hace mil años ya lo tenían.
El allinta llachay, el conocimiento. Todo lo que engloba conocimiento: aprende bien, aprende lo bueno, capacítate bien, prepárate para conocer el mundo…
Y después vine el allinta ruhay, que es el hacer.
Engloba todo lo que es el hacer. Lo que hagas hazlo bien, hazlo con amor, amor al trabajo, el amor al
trabajo es fundamental, también el ahorro, que tiene que estar conectado al
trabajo. No podemos trabajar por trabajar, como en nuestro Puno, en nuestra Huancavelica;
en la mamacha Candelaria
somos grandes consumidores de cerveza…entonces nosotros confundimos el ahorro
con el dispendio, nos sacamos la mugre todo el año, y para hacer el cargo de
nuestro pueblo hasta nos empeñamos, ¿para qué?, para
comerlo y chuparlo…”
“…Entonces verán, si
nosotros rescatásemos estos principios y también practicásemos el ama llulla, ama sua, ama
q’ella, el país sería diferente…” Finalmente, Esteban
Cabrera, uno de los representantes del consorcio comercial Unicachi dijo, entre otras cosas lo siguiente:
“Yo sé
que el curso de la historia nos dice que fuimos
un país poderoso, los testimonios de la conquista nos dicen que aquí había un gran imperio, donde el hombre y la mujer beben y comen
en utensilios de oro y plata. Que era un pueblo totalmente organizado donde
había riqueza, donde no había pobreza, donde
había cultura, donde había sentimiento nacional, donde había honradez. El
ingeniero San Román nos ha hablado de siete principios que significaron el desarrollo del imperio incaico…Debemos tener la satisfacción de unirnos
entre peruanos, entre campesinos, entre gente de esta raza cobriza que alguna
vez colocamos a nuestro país, nuestro imperio, como uno de los ejemplos más
grandes del mundo…hoy ni el capitalismo ni el imperialismo pueden hacer lo que
nuestros ancestros hicieron desde ese Cusco querido…”
“…Desde el año 1950 que se inicia la migración de los unicachinos, poco a poco nos hemos desarrollado, hasta que en los ochentas llegaron más migrantes unicachinos, más unidad hemos acumulado, una gran cantidad de gente entusiasta. Hemos procurado iniciar la unidad económica, que es la parte más difícil. El ingeniero San Román nos ha logrado una elevada posición industrial personal; pero hacer lo mismo colectivamente, es más difícil porque hay que unir criterios, hay que unir mentalidad, hay que ganarse la confianza, hay que tener identidad y disciplina propia, requisitos indispensables para poder hacer estos avances sociales… …Cuantos campesinos del Perú hoy miran con expectativa esta iniciativa de la gente de Unicachi…
Vamos a
pasar estos malos momentos, estamos en épocas cruciales, que pasan cada cinco, diez años, luego va a reventar la capital
hermanos. Hay voluntad de trabajo, hay honradez. Hasta la inteligencia
tributaria se ha infiltrado en nuestras razones sociales para ver “qué hacen 5 estos indios”. No saben que el indio
trabaja 18 horas, trabajan hombres, mujeres y niños. Ellos saben del ahorro
social y económico. La paloma llena su buche de
grano en grano, así es el pobre, de centavo en centavo tiene que acumular sus
recursos…Los elementos de Unicachi debemos ser
ejemplos para demostrar que sí podemos manejar los mercados de la capital y por
qué no, del Perú…y más allá
2.-LOS MIGRANTES ANDINOS COMO
FORJADORES DE IDENTIDAD Y CULTURA
Los discursos aquí presentados tienen como hecho fundamental el ser portadores de una cosmovisión andina, de una identidad que tiene su raíz en la cultura andina y se expresan en los elementos éticos, morales, y principios de la vida laboral y social, es decir, de factores claves para organizar la vida social y económica en su conjunto. A lo largo de las presentaciones se enfatiza y reitera, que la fuerza, la entereza, laboriosidad y sacrificio han sido alimentados por estos valores y principios: allinta munay, allinta yachay, allinta ruhay(en la versión de San Román).
Que ser herederos de un gran pueblo, de
una gran historia ha sido fundamental
para superar las barreras y obstáculos
que la sociedad
urbana criolla prejuiciosa y hostil les
presentaba. El sentido de pertenencia
a esta heredad supone motivo de orgullo y dignidad,
pero también de compromiso. La persona que quiere ser fiel a esta tradición tiene que mostrar cualidades éticas y
morales que lo hagan digno de ella, por consiguiente, ser capaz de obtener logros y realizaciones en el plano laboral y
social.
El espíritu indomable (Diógenes Alva, cuando dice que ellos organizaron la primera marcha contra el contrabando y la ropa usada, sin miedo a Fujimori); la tenacidad y proactividad que caracteriza al andino, según San Román, les permite encarar desafíos y retos con buen ánimo y perseverancia; el alto sentido del trabajo y del ahorro, espíritu de sacrificio y planificación a largo plazo, además de los ya conocidos factores de fuertes lazos familiares y comunales, de la reciprocidad, etc., son todos principios rectores de la vida social y laboral que fueron fundamentales en la organización social andina y, que según estos líderes siguen vigentes y ha jugado un rol sido decisivo en su itinerario vital, culminados con logros económicos y sociales exitosos.
Lo que intentamos puntualizar en el presente artículo es la importancia de cultura andina como un factor gravitante en el desarrollo de la pequeña y mediana producción nacional. El mundo de la PYMES no puede entenderse a cabalidad sin reconocer la importancia de este factor. Por lo general, se le reconoce y valora como un fenómeno económico y social, en tanto su presencia es inocultable y su incidencia en la producción, empleo e ingreso no pueden ser desdeñados. Lo que generalmente se deja de lado son sus aspectos culturales, éticos y morales, y lo que ello significa como portador de identidad y espiritualidad.
Reducir la activa presencia de millones peruanos de origen andino a simples entes económicos, una especie de “zombies “, de fuerza de trabajo bruta, despojada de espiritualidad y cultura, es la “trampa” que esconden los estudios e investigaciones sobre el mundo de la micro y pequeña empresa. Este tipo de interpretación aparece de modo descarnado en los trabajos de Hernando de Soto, en que se plantea que el problema de nuestra sociedad, y de este sector en particular, es en esencia una cuestión de legalidad y formalidad político-administrativa, cuya solución es que el estado gane eficiencia y los incluya en la formalidad financiera, económica y social.
Si uno lee con cierta atención y amplitud
el mensaje de estos destacados
representantes de los millones de
productores, no podrá dejar de advertir que son los aspectos valorativos, espirituales y
culturales los que aparecen
como el soporte y motor de sus emprendimientos. Y que éstos configuran elementos
constitutivos de primer orden en la formación y desarrollo de la identidad, en este caso de una identidad peruana moderna, contemporánea.
La igualdad
primordial, de iguales, de una comunidad no solo imaginada sino también
comunidad de destino compartido. Condición sustantiva
de la condición de ciudadanía.
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