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Los años del 2011 y 2012,
primero en la Facultad de Ciencias Sociales y la segunda en la Facultad de
Derecho de la
Universidad Nacional de San Agustín, compartí la
misma Mesa Central de Debates sobre la Realidad
nacional. La Primera en relación a las Elecciones Nacionales, donde la Izquierda Democrática peruana estaba presente en el Movimiento Político Nacionalista que llevaba como presidente al sr. HUMALA y la responsabilidad que
tenía la Izquierda de investigar a fondo la dictadura del señor Fujimori, sobre la Corrupción y la Violación de los Derechos Humanos y
los Crímenes de Lesa Humanidad. Javier como Expositor Central. Tenía valiosa
Información producto de su larga y excelente Investigación.
Igualmente, en su Conferencia, abordó una realidad
latente entonces, la CORRUPCIÓN
durante el segundo Gobierno del Señor Alan García, el
mismo que estaba al final de su Mandato.
Al siguiente año, volvió a visitar los Claustros Universitarios, con su Exposición Central
sobre el Plan de Gobierno del señor Humala, y el
PROGRAMA de la GRAN TRANSFORMACIÓN, donde habían
participado un buen número de Profesionales de
la Izquierda Democrática Nacional. Fue
interesante la participación activa de los Estudiantes y de nuestra parte
la total desconfianza que teníamos en el señor Humala y en todo su “Consejo
Superior” (su Buró Político) de su “partido
político” Nacionalista. Efectivamente esa desconfianza
“insurgió” rápidamente y en menos de 6 meses en
el Gobierno se transformó en el Gran Programa de
“LA GRAN TRAICIÓN”. Era extraordinaria
su consecuencia revolucionaria, su posición clara, concreta y
transparente sobre la Izquierda Peruana y su Mensaje muy claro, humano y democrático para la JUVENTUD y las NUEVAS GENERACIONES. Nuestro Saludo a
un Gran y consecuente Militante de la Izquierda
Democrática Peruana. JAVIER Tu Obra y tu Nombre siempre estarán presentes en las Luchas del Pueblo Peruano. Javier hasta
siempre.
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JAVIER
DIEZ-CANSECO, UN GRANDE DE NUESTRA AMÉRICA EN EL 75 ANIVERSARIO DE SU
NATALICIO.
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Por Sergio Rodríguez Gelfenstein | 22/03/2023
| América Latina y Caribe
Fuentes: Rebelión
miércoles 22 de marzo del 2023.
Por razones
que desconozco, pero seguramente vinculadas a creencias
religiosas, los seres humanos tendemos a venerar
más la muerte que la vida. Por supuesto, eso varía en cada civilización e incluso en cada pueblo.
Muchos
grandes personajes de la historia solo se les reverencia una vez que se han ido
de este mundo, en vez de reconocer
su valía durante
la vida. En muchos casos, cuando
alguien ha fallecido, se le recuerda más en ese día que en el
de su nacimiento.
No comparto
esa práctica. Por eso en mis escritos he referido a algunas
personalidades que he admirado y que han servido de inspiración y soporte de mis preceptos en el día de su cumpleaños, más que en el día de su muerte. Es una forma de sentir que están vivos. Así, recordé
el cumpleaños 90 de Fidel Castro en agosto de 2016,
sin saber que solo 3 meses después partiría para siempre. Igualmente, hice especial rememoración de la vida de Nelson
Mandela, también en su 90
aniversario en 2008.
Ahora quiero recordar a un grande de Nuestra América, prematuramente desaparecido en 2013 cuando apenas tenía 65 años. Dentro de poco, en mayo, recordaremos el 10mo. aniversario de la partida de Javier Diez-Canseco, pero yo prefiero evocarlo hoy aprovechando que, si aún lo tuviéramos entre nosotros, este viernes 24 de marzo, cumpliría 75 años.
Javier se destacó
como escritor, pero su verdadera vocación fue la política. Durante
varias décadas fue el principal referente de la izquierda
peruana, representando a los sectores
populares tres períodos como
congresista, dos como senador y una como diputado. Así mismo fue elegido diputado para la Asamblea
Constituyente de 1978 a 1980.
Desde muy
temprano, cuando era estudiante de derecho de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos adhirió a las ideas socialistas y revolucionarias, posteriormente pasó a estudiar sociología
en la Universidad Católica del Perú llegando a ser elegido presidente de la Federación de Estudiantes de esa casa de estudios.
Desde entonces comenzó su “matrimonio”
con el pueblo más humilde, al que no abandonó jamás.
En 1985 fue elegido senador
por Izquierda Unida, siendo relegido en 1990.
Pero su mandato fue paralizado al entronizarse la dictadura
de Alberto Fujimori en 1992. Entonces, Javier se
convirtió en uno de los más férreos opositores de
la autocracia impuesta a su país. En 1995
nuevamente fue elegido congresista
por Izquierda Unida y reelegido en
2001. En esos años, Javier que
siempre había militado en el Partido Unificado
Mariateguista (PUM), fundo el Partido Socialista
del Perú y fue su candidato presidencial en 2006.
En un escrito
publicado en septiembre de 1987, Javier explicaba
que el mariateguismo era
“el
encuentro fecundo de marxismo y nación, afirmando que es el proletariado la
clase dirigente destinada -a la cabeza de un amplio bloque popular- a resolver
los graves problemas nacionales que las clases dominantes nunca han podido solucionar”
En su función
parlamentaria, Diez-Canseco destacó por una
inveterada honestidad y su inquebrantable rectitud en defensa de los intereses populares, en particular de las minorías y de los más excluidos; por su sostenida lucha en contra de la corrupción y el narcotráfico y
por su indomable denuncia de personas
vinculadas tanto a instituciones del Estado
como a organizaciones
terroristas que incurrían en violaciones a los derechos humanos.
Javier valoraba la
importancia de las “elecciones directas” como
mecanismo de la Democracia, pero
no consideraba que fuera esta la
principal forma de participación popular.
Entendía que era la “democracia directa” el principal mecanismo democrático. Al respecto opinaba que
“la decisión política y la elección de los
dirigentes en cada calle y en cada barrio, en cada ciudad y
región importante, en cada fábrica y en cada centro de producción […] y
a niveles mayores, hasta el nacional” … el sufragio
directo debe tener también determinado peso.
Sus
enemigos no descansaron hasta que en 2012 hicieron prosperar la falsa acusación de violación del Código de Ética Parlamentaria, una
patraña
desmentida por el propio informe de la
Secretaría Técnica de la Comisión del Congreso
creada para evaluar dicha acusación. Fraudulentamente
fue suspendido por 90 días de sus funciones,
pero dicha medida fue dejada sin efecto
por la Justicia que resolvió así un amparo
presentado por Javier en defensa de su honor y su dignidad. En el momento de su injusta sanción era presidente de la Comisión de
Relaciones Exteriores del Congreso del Perú.
Hoy, cuando
la derecha y el imperio abaten una vez más al pueblo peruano, el pensamiento y
la acción de Javier Diez-Canseco cobran
plena vigencia. Pareciera estar mirando lo que ocurre
en la actualidad cuando en enero de 1992,
haciendo un análisis de la forma como el
neoliberalismo degradaba al Perú, expresó que:
“El país enfrenta la aplicación más estricta y rígida -que
creo se haya registrado en América Latina- de
los planes del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial. La gestión
del Ministerio de Economía corresponde a la gestión de un cónsul o embajador
del Fondo Monetario o el Banco Mundial. Incluso
las cifras oficiales del país son reajustadas de acuerdo a los cálculos que
hacen los organismos internacionales y no de acuerdo a los cálculos del
Ministerio de Economía y Finanzas o del Banco Central de Reserva …” y agregaba
más adelante
“El programa neoliberal implementado comparte los rasgos de casi todos los
que se ejecutan en América Latina; es un
programa notoriamente dirigido a la privatización de la
economía y a la reducción del rol del Estado
en la economía”. Esto fue enunciado por Javier hace más
de 30 años sin que lastimosamente haya habido cambio alguno. He ahí la causa de las movilizaciones actuales del pueblo peruano demandando democracia y el fin de la constitución neoliberal.
En el
quehacer de su vida, Javier también fue
profundamente internacionalista,
solidario con las luchas por la liberación
de los pueblos de Nuestra América como El Salvador y
Nicaragua, acérrimo enemigo
de las dictaduras de seguridad nacional que afectaron la región en la década de los 70 y los 80 del
siglo pasado y defensor
de la revolución cubana. Diez-Canseco enarboló como pocos la lucha contra el capitalismo, el imperialismo, el colonialismo y la unidad y amistad de los
pueblos, incluso más allá de la región, como lo atestiguan los pueblos palestino
y saharaui que tuvieron en Javier un activo militante en favor de su causa.
Fue
fundador junto a Fidel y Lula del
Foro de Sao Paulo, probablemente uno de sus
legados más importantes y menos conocido, pero desde su primera reunión, sus acuerdos y resoluciones tuvieron la impronta
de las ideas, la visión y la acción de Javier Diez- Canseco.
Así mismo,
fue un activo impulsor en el Perú de comités de solidaridad con Cuba, Vietnam,
Chile, Argentina, Uruguay, Bolivia, Palestina, Nicaragua, El Salvador,
Guatemala y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). De igual manera
presidió las ligas parlamentarias de amistad con Cuba, la RASD y Argelia.
En enero de 2013, Javier enfermó gravemente y falleció el 4 de mayo de ese año. Lo visité
por última vez el día 1° de ese mes en la
clínica donde se encontraba sin saber que no lo volvería a ver. Me preguntó por
la reciente partida del Comandante Chávez y
el impacto que dicha pérdida había
causado en Venezuela.
Continuaba siguiendo de cerca la realidad latinoamericana
y resentía su incapacidad para seguir siendo un actor
político presente, como lo fue toda su vida.
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