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“UN MODERNO Y ACTUALIZADO CABALLO DE TROYA" FRANCIA ha querido participar en la Cumbre. En el
camino, también han aparecido algunos países que, en su búsqueda de alianzas e
incorporaciones, han generado todo tipo de sospechas y suspicacias. En junio se conoció el interés del gobierno de Francia por participar de la cumbre en Johannesburgo en calidad de “observador”.
El pedido se justificaría en el interés por comenzar
a des dolarizar las transacciones internacionales. Los antecedentes no son pocos. En marzo, para pagar un
contrato de gas natural licuado con Emiratos Árabes Unidos, Francia
utilizó yuanes. Y en abril Emmanuel Macron fortaleció
su relación con China con una visita
presidencial. A fines de junio, el mandatario presidió un encuentro
internacional en París sobre desarrollo y
medioambiente al que asistieron los
presidentes Lula da Silva, Gustavo Petro y Miguel
Díaz-Canel. Macron también es crítico de
los intereses comerciales de EE.UU. en el
conflicto en Ucrania.
Sin embargo, las
pretensiones de Francia de asistir la cumbre
fueron rechazadas en conjunto por su participación en la guerra contra Rusia y por la aplicación de sanciones unilaterales.
Además, se percibió como negativa la intervención de una nación europea
perteneciente a la OTAN y al G7, en un evento
vinculado al Sur Global. Por último, no fueron
pocos quienes temieron que la participación de Macron,
como un nuevo Caballo de Troya, escondiese
intereses ocultos. Tal como seguramente ocurra en Johannesburgo
en los próximos días, y aun frente al creciente asedio
de las potencias occidentales, los BRICS
conseguirán una vez más constituirse en un especial centro
de atención dentro de un escenario geopolítico
marcado por la decadencia de las tradicionales
potencias, pero también por el ascenso del Sur Global y
del multilateralismo. En tanto que, si concreta
su incorporación a los BRICS, Argentina tendrá
una valiosa oportunidad para evolucionar hacia un
futuro promisorio y dejar atrás esté presente tan incierto.
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La reunión de los BRICS, una caja de resonancia mundial. Imagen: AFP
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LOS
BRICS REUNIDOS EN JOHANNESBURGO.
ENTRE
EL ASEDIO DE EE.UU. Y LA ESPERANZA.
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Por Daniel Kersffeld.
Fuente. Página
/12 miércoles 23 de agosto del 2023.
Las altas
expectativas por la cumbre presidencial de los países que conforman los BRICS en Johannesburgo, Sudáfrica,
entre el 22 y el 24 de agosto se conjugan con
una situación de asedio por parte de Estados Unidos y
de las principales potencias occidentales, como nunca había sucedido en la
historia de este bloque multilateral.
Los cinco países de los BRICS
--Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-- cubren el 26% de la superficie del planeta y tienen una
población combinada de 3240 millones de personas,
o sea más del 40% de todo el mundo. El bloque
contribuye con el 31,5% del PIB mundial, mientras que la participación del G7 ha caído al 30%.
El interés de Washington por lo que pueda suceder en los próximos días no es casual. Como si fuera poco, al encuentro han sido invitados alrededor de 70 jefes de Estado, entre los cuales no estarán los mandatarios de EE.UU. ni Reino Unido. Y desde el año pasado, 19 países han enviado pedidos de membrecía al bloque, lo que refleja su creciente importancia y su papel cada vez más importante en el mercado global. El gobierno argentino también espera señales positivas por lo que pueda definirse en la cumbre.
El despliegue generado por los BRICS
en tan poco tiempo ha motivado la reacción negativa de
las potencias occidentales, ya sea de manera directa o a través de entidades que responden a sus intereses, como es el caso de la Corte Penal Internacional (CPI), la que en marzo
último acusó formalmente a Vladimir Putin como “criminal de guerra” por la supuesta deportación ilegal de niños
de Ucrania a Rusia en medio del conflicto entre ambas naciones.
El resultado de la maniobra de la CPI
sólo tuvo un éxito parcial. Si bien impidió el viaje del gobernante ahora a Sudáfrica, no consiguió abortar su participación en el
cónclave: Rusia estará representada por su canciller, Serguéi Lavrov, pero Putin intervendrá por videoconferencia.
Con Rusia soportando el
asedio de la OTAN en términos militares y
económicos, China ha asumido el motor del bloque
y ha delineado una estrategia expansiva por la
que se estrecharán los vínculos entre los BRICS y
su propia Iniciativa de la Franja y la Ruta, un
gran mercado que atravesará Asia y que incluirá
a África y buena parte de Europa Occidental.
La prueba de fuego para que China
pudiera consolidar su proyecto económico hacia Occidente
fue su aporte a la pacificación en las relaciones entre los principales
gobiernos de Medio Oriente, Irán y Arabia Saudita,
cuya rivalidad política fue explotada al máximo por los Estados Unidos para conservar sus posiciones y promover sus
intereses en esta conflictiva región. De hecho,
uno de los más relevantes ejes económico y político se
está desarrollando ahora entre China y Arabia con
una importante cooperación en tecnología, energía e infraestructura.
Más allá del obvio rechazo de Washington
a la iniciativa de China amplificada por los BRICS --avanzando en territorios que hasta hace poco
estaban bajo fuerte influencia norteamericana-- hay otro factor vinculado al
bloque que genera una preocupación todavía mayor a la Casa
Blanca: los países de los BRICS están
comenzando a comerciar entre ellos sin usar el dólar.
Bajo la idea de que EE.UU. utiliza su moneda como arma política e instrumento de presión económica para desestabilizar gobiernos y naciones, los BRICS avanzan en una política de desdolarización.
Por ahora, y además de monedas basadas en oro y en materias primas, utilizan el sistema digital “BRICS pay”. Y están trabajando en el “R5”, una canasta de todas las monedas BRICS que, casualmente, comienzan con “R”: renminbi (yuan), rublo, real, rupia y rand.
Pero el camino de la desdolarización
no sólo incluye a los ejercicios comerciales y financieros globales: también
apunta a generar un cambio profundo en el Nuevo Banco
de Desarrollo (NBD) de los BRICS. Si bien las operaciones de esta
entidad tienen respaldo en oro, dos tercios de
sus préstamos fueron ejecutados en dólares por razones de liquidez, por lo que,
en medio de las sanciones aplicadas por EE.UU., se
les dificultó el apoyo a Rusia en su conflicto
con los países de la OTAN.
El Banco NBD tiene ocho
miembros: además de los cinco originales del bloque, desde 2021 se han incorporado Bangladés,
Emiratos Árabes Unidos y Egipto, los que también están en lista de
espera para sumarse a los BRICS. También el
gobierno argentino ha expresado su interés en incorporarse a este heterogéneo
conjunto de países, en búsqueda de un financiamiento alternativo al que ofrecen el FMI y otras entidades occidentales. Pese al
crecimiento del NBD, Estados Unidos busca frenar
la desdolarización, principalmente, obstaculizando el proyecto de creación de
una moneda propia a nivel de los BRICS.
En el camino, también han aparecido algunos países que, en
su búsqueda de alianzas e incorporaciones, han generado todo tipo de sospechas
y suspicacias. En junio se conoció el interés del gobierno de Francia por participar de la cumbre en Johannesburgo en calidad de “observador”.
El pedido se justificaría en el interés por comenzar
a des dolarizar las transacciones internacionales.
Los antecedentes no son pocos. En marzo, para pagar un contrato de gas natural licuado con Emiratos Árabes Unidos, Francia utilizó yuanes. Y en abril Emmanuel Macron fortaleció su relación con China con una visita presidencial. A fines de junio, el mandatario presidió un encuentro internacional en París sobre desarrollo y medioambiente al que asistieron los presidentes Lula da Silva, Gustavo Petro y Miguel Díaz-Canel. Macron también es crítico de los intereses comerciales de EE.UU. en el conflicto en Ucrania.
Sin embargo, las pretensiones de Francia
de asistir la cumbre fueron rechazadas en conjunto por su participación en la
guerra contra Rusia y por la aplicación de
sanciones unilaterales. Además, se percibió como negativa la intervención de
una nación europea perteneciente a la OTAN y al G7,
en un evento vinculado al Sur Global. Por
último, no fueron pocos quienes temieron que la participación de Macron, como un nuevo Caballo
de Troya, escondiese intereses ocultos.
Tal como seguramente ocurra en Johannesburgo
en los próximos días, y aun frente al creciente asedio
de las potencias occidentales, los BRICS
conseguirán una vez más constituirse en un especial centro
de atención dentro de un escenario geopolítico
marcado por la decadencia de las tradicionales
potencias, pero también por el ascenso del Sur Global y
del multilateralismo. En tanto que, si concreta
su incorporación a los BRICS, Argentina tendrá
una valiosa oportunidad para evolucionar hacia un
futuro promisorio y dejar atrás esté presente tan incierto.
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