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“Una nueva dirección. Este
plan para el futuro inmediato del país pretende arbitrar
una nueva dirección para China basada en el
desarrollo de alta calidad, afirmándola como una gran
potencia industrial y tecnológica de nivel mundial. Espera una tarea ingente que exigirá atender al trazo grueso
pero, sobre todo, una gestión al detalle, hilando muy
fino en las medidas a adoptar. Todo ello exigirá de las autoridades una concentración máxima en la
gestión de los desafíos internos aunque tampoco podrán desentenderse de una situación
internacional compleja. Esta China no puede
adoptar una estrategia de “China Primero” y, por
el contrario, necesita tender puentes con otras
potencias y países para gestionar los desafios comunes. El reto climático, los conflictos regionales o incluso el freno de
las tendencias proteccionistas dibujan escenarios que se deben afrontar como China hace a nivel interno. Y de igual forma que
internamente debemos evitar quedar atrapados en las demarcaciones ideológicas
tradicionales, en lo exterior importa explorar la superación de los límites al
uso. Es hora, para todos, de pensar en las soluciones.
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ALGO MÁS QUE UN DESTACADO PASO. Finaliza la tercera sesión plenaria del Comité
Central del PCCh.
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Por Xulio Ríos | 19/07/2024 | Mundo
Fuentes Revista Rebelión, 19 de julio del 2024.
Fuentes: Rebelión
La tercera
sesión plenaria del Comité Central del PCCh ha
llegado a su fin. Del comunicado final se desprenden algunas conclusiones
destacadas.
En
primer lugar, define el periodo crucial que atraviesa China en su proceso de desarrollo. Es un momento
crítico pues de no hallar buenas soluciones para resolver los problemas de la
agenda, será dificil alcanzar el objetivo de la revitalización nacional tal
como ha sido planteado por el liderazgo. Existe,
por tanto, plena conciencia de los retos, hay una diagnosis cabal que los
identifica y un señalamiento claro de donde es preciso actuar sin dilación para
resolver los dilemas estructurales de la reforma. Siguiendo el diagnóstico,
hallaremos la trayectoria que seguirá la profundización de la reforma en los
próximos años.
El comunicado final sugiere un croquis para la reforma integral y un trazado de su perímetro. Hay aspectos que son destacables: desde el ensanchamiento del mercado a la apuesta por la innovación como talismán, la intensificación de lo social y las reformas estructurales en los más diversos campos. Todo ello es indicativo de lo relevante de las medidas que nos aguardan, de diverso grosor, que se verán complementadas con una actualización del marco institucional para que la mejora sistémica de la gobernanza se instituya como un mecanismo impulsor y no trabe las innovaciones.
El
cambio en el sistema económico es el eje de esta profundización integral. Esta es
una clave decisiva. La configuración de un mercado
mejor gobernado con menos restricciones y mayor eficiencia en la
asignación de recursos constituye todo un reto práctico pero también teórico
para conciliar dicho proceso con el signo ideológico de
la orientación política bien presente al señalar
la consolidación y desarrollo de la economía de propiedad
pública como activo irrenunciable. No hay experiencias en las que China
se pueda basar y deberá proseguir en su empeño “cruzando
el río sintiendo cada piedra bajo los pies”.
Las
reformas en profundidad se señalan como la fuerza
motriz para avanzar por la senda del crecimiento
en esta etapa. Esto exigirá habilitar un entorno
empresarial más orientado al mercado, capaz de potenciar el dinamismo
innovador y puliendo las aristas que lo dificultan.
En
el próximo XV plan quinquenal, cuyos
contenidos avanzan en la preparación, deben ultimarse detalles de
alcance para seguir dando pasos en la dirección
acordada en este tercer pleno.
En segundo lugar, cabe destacar también la persistencia en el enfoque de la modernización sobre bases específicamente chinas, es decir, con una reafirmación de los principios, orientaciones y equilibrios que tienen en cuenta la naturaleza peculiar de su proceso, siempre bajo el liderazgo del PCCh, a cuya militancia se le requiere el mayor tesón y confianza.
En
tercer lugar, un énfasis en el carácter
clave del impulso a seguir, apostando a trascender las barreras
ideológicas e institucionales sin por ello afectar a la
estabilidad. La sensación de continuidad debe complementarse con la
determinación del empuje reformista.
La
hoja de ruta así trazada se sustenta en una caracterización de la
contradicción principal en esta fase, la existente
entre la demanda social y un desarrollo
desequilibrado e inadecuado. Se requieren grandes
reformas en numerosos ámbitos para que el bienestar de las personas
acompañe el crecimiento de la riqueza e impere acercándolo al mayor número
posible de hogares. La mejora del nivel de vida de la
población y del estándar de vida en términos de vivienda
y de educación, por ejemplo, son factores
de estímulo de un desarrollo inclusivo y ofrece
un nuevo vector de impulso de la economía.
En
suma, lo que se viene es una etapa
de más reforma, integral y profunda, y más reafirmación de las metas y
objetivos con ese primer horizonte de 2035. No
serán reformas nada fáciles pero la transformación
es, sin duda, posible. Nadie hubiera imaginado hace poco, por ejemplo, que China podría superar a Japón,
como hizo en 2023, como el mayor exportador de automóviles del mundo, o la posición alcanzada en la
transición energética a nivel global que depende
hoy día de los paneles solares, las turbinas
eólicas o las baterías producidas en China.
Una nueva dirección
Este
plan para el futuro inmediato del país pretende arbitrar
una nueva dirección para China basada en el
desarrollo de alta calidad, afirmándola como una gran
potencia industrial y tecnológica de nivel mundial.
Espera una tarea ingente que exigirá atender al trazo grueso
pero, sobre todo, una gestión al detalle, hilando muy
fino en las medidas a adoptar.
Todo
ello exigirá de las autoridades una concentración máxima en la gestión de los
desafíos internos aunque tampoco podrán desentenderse de una situación internacional compleja. Esta China no puede adoptar una estrategia de “China Primero” y, por el contrario, necesita tender
puentes con otras potencias y países para gestionar los desafios comunes. El reto climático,
los conflictos regionales o incluso el freno de
las tendencias proteccionistas dibujan
escenarios que se deben afrontar como China hace
a nivel interno. Y de igual forma que internamente debemos evitar quedar
atrapados en las demarcaciones ideológicas tradicionales, en lo exterior
importa explorar la superación de los límites al uso. Es
hora, para todos, de pensar en las soluciones.
Xulio Ríos es asesor emérito del Observatorio de la
Política China
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