&&&&
“DM. En lo que refiere a alternativas, has propuesto alguna vez
una suerte de sistema de billetera virtual del banco central con dividendos
mensuales. ¿Cómo funcionaría?
“YV. Bueno, técnicamente es muy fácil. Se puede hacer
en una semana porque es muy sencillo. Imagina algo así como un archivo Excel, guardado por la Reserva
Federal, en el que en cada fila haya un único residente en Estados Unidos. Y cuando se realiza un pago, el valor correspondiente se transfiere de una celda a otra, representando al pagador y al beneficiario. Sería
gratuito, instantáneo y anónimo. Creando
una separación entre los operadores del software y
las identidades de los individuos,
identificados solo por códigos similares a
las direcciones de Bitcoin, podría
garantizarse la privacidad. Y
podrían establecerse controles y equilibrios para garantizar que el Estado no está vigilando lo que hace todo el mundo.
Y como el
dinero se distribuirá a través de la
misma hoja de cálculo, nada impide que el
banco central añada la misma cifra a todos cada mes. Se trata de una renta básica universal,
que no se financia con impuestos, y esto es crucial.
Porque el problema de la idea de la
renta básica es que está sujeta a
quejas como: «¿De qué estás hablando? ¿Vas a cobrarme impuestos, vas a gravar los dólares que gano, para dárselos a un vagabundo o a un surfista en California o a un drogadicto o a un rico?». Pero esta propuesta aprovecha la capacidad del banco central para generar fondos.
Y no debemos dejar que nadie nos diga
que sería inflacionista o que sería un problema, porque están imprimiendo
billones en nombre de los inversores.
¿Por qué no imprimirlos en nombre de
la gente corriente?
Ahora bien, la razón por la que no tienen este sistema en Estados Unidos y por la que están muy
lejos del dólar digital es porque si alguien en la Reserva Federal se atreve a avanzar
en esa dirección, será asesinado por Wall
Street. Wall Street nunca lo permitirá porque significaría el fin de Wall Street. ¿Por qué
querrías tener una cuenta bancaria en el Bank of America si puedes tener un
monedero digital en la Fed? Bank of America se
vería obligado a justificar sus
servicios y comisiones. Tendrían que venir
a convencerte de que tienes que tener una cuenta con ellos porque quieren darte algo a un precio decente -como un préstamo- sin estafarte. Y no pueden hacerlo
porque el objetivo central del Bank of America o del
Citigroup
es extorsionar mediante el monopolio
de los sistemas de pago y la retención
de depósitos. Mantén tu dinero alejado de ellos porque, por el momento, no hay otra solución.
/////
***
EL
AUGE DEL TECNOFEUDALISMO.
Entrevista
a Yanis Varoufakis.
*****
Por David Moscrop | 30/07/2024 | Economía
Fuentes. Revista rebelión martes 30 de
julio del 2024.
El
capitalismo tal como lo conocíamos, afirma Yanis Varoufakis, ha mutado
tanto que ha dado lugar a un nuevo sistema. En el tecnofeudalismo,
los usuarios contribuyen a la formación de capital con solo interactuar con las
plataformas, y la burguesía de antaño está al servicio de una nueva clase dominante, aquella que es dueña de la nube.
El controvertido concepto de tecnofeudalismo sugiere que hemos pasado del capitalismo a algo aún peor: una nueva era con inquietantes características feudales. Desde esta perspectiva, los capitalistas dependen ahora principalmente del poder político establecido y de las rentas para extraer capital. De confirmarse, esta forma de extracción feudal representaría un drástico alejamiento de los mecanismos convencionales del capitalismo. Y, lo que es más importante, marcaría un alejamiento de los atributos fundacionales del capitalismo, como la competencia y la innovación.
Yanis
Varoufakis, exministro de Finanzas de Grecia, publicó recientemente Tecnofeudalismo.
El sigiloso sucesor del capitalismo, un libro en el que ofrece agudas reflexiones sobre
el auge del «capital en la nube» y las transformaciones
más recientes del capitalismo.
Conversamos con él sobre su arriesgada teoría y sobre qué podemos esperar en el
futuro inmediato.
DM.
En Tecnofeudalismo (Deusto, 2023), sostienes que
el capitalismo provocó su propia desaparición, pero no en las formas que había
esperado Marx. El capitalismo tiene sus
contradicciones —fundamentalmente en el antagonismo entre capital y trabajo— y,
sin embargo, esas contradicciones parecen haber producido una mutación quizá
peor de lo que cabría esperar. ¿Cómo se suicidó el
capitalismo y qué lo está sustituyendo?
YV. Este libro encaja perfectamente en la
tradición político-económica marxista. Lo escribí como parte de la erudición
marxista. Así que, desde mi perspectiva marxista, es un libro trágico de
escribir.
Las
contradicciones del capitalismo no condujeron a la resolución esperada en la que, tras todos estos siglos de
estratificación de clases, la sociedad quedaría destilada en dos clases, listas
para un duelo a muerte. Este
enfrentamiento decisivo entre opresores y oprimidos debería haber
desembocado en la liberación de la humanidad, en la emancipación de la
humanidad de todo conflicto de clases. En lugar de ello, este enfrentamiento
entre el capitalista —la burguesía—
y el proletariado terminó en la victoria completa de la burguesía, especialmente después de 1991.
En ausencia de un contendiente como el sindicato —la clase obrera organizada—, el capitalismo entró en una evolución dinámica omnipresente que
provocó esta transformación en lo que yo llamo «capital-nube».
Esta transformación representa efectivamente el fin del capitalismo tradicional. Ha matado al capitalismo, una evolución que encarna una contradicción marxista-hegeliana, pero
no el tipo de contradicción que hubiéramos esperado.
El capital-nube ha matado a los mercados y
los ha sustituido por una especie de feudo digital en el
que no solo los proletarios sino
también los burgueses producen plusvalía para los capitalistas vasallos. Están produciendo rentas. Están produciendo rentas en la nube, porque el feudo
es ahora un feudo en la nube,
para los propietarios del capital en la
nube.
El capital-nube ha creado un tipo de poder que los marxistas debemos reconocer como estructural y cualitativamente diferente del poder monopolista de gente como Henry Ford, Thomas Edison o los grandes barones merodeadores. Porque esas personas concentraban el capital, concentraban el poder, compraban gobiernos y mataban a sus competidores para vender sus cosas. Los capitalistas de la nube actuales ni siquiera se molestan en producir nada y vender sus cosas. Esto se debe a que han sustituido a los mercados, no solo los han monopolizado.
Si el
capitalismo, por definición,
se basa en el mercado
y en los beneficios, esto ya no es
capitalismo, porque no se basa en el mercado. Se basa en
plataformas digitales más próximas a los feudos tecnológicos o feudos en la nube, impulsados por dos formas de liquidez. Una es la renta de la nube, que es lo contrario del beneficio, y la otra es el dinero del banco
central, que financió la
construcción del capital de la nube. Y eso no es capitalismo.
Puedes
decidir llamarlo capitalismo si quieres,
si redefines el concepto de capitalismo
y si dices que todo lo que procede del
poder del capital es capitalismo, pero no es el capitalismo
tal como
lo hemos conocido. Parafraseando a Spock
en Star Trek: «Es la
vida, pero no la vida tal como la hemos conocido».
Creo que es
importante pasar de la palabra «capitalismo» a otra cosa, lo cual es muy difícil de hacer, porque todos estamos apegados a la idea de que luchamos contra el
capitalismo. Después de todas esas décadas sintiendo que hemos venido a este planeta para derrocar al capitalismo,
es realmente muy difícil para un idiota
como yo venir y decir: «Pero esto ya no es capitalismo». Me responden: «Vete. Claro que es capitalismo. Si no es socialismo, debe ser capitalismo». Esto es lo que me dijo un compañero marxista. Y me morí de risa porque recuerdo lo que dijo Rosa Luxemburgo. Si no es socialismo, es barbarie.
DM.
Si el tecnofeudalismo ha sustituido al capitalismo, como afirmas, también
ha dado lugar a la aparición de «siervos de la nube» y «proletarios
de la nube», equivalentes modernos de los siervos
y proletarios de los que se habla en otros contextos históricos. ¿En qué
se diferencian estas clases contemporáneas de sus homólogas en el modelo
capitalista tradicional?
YV. Desde una perspectiva
marxista, la respuesta sencilla es que los siervos de la nube producen directamente capital
con su trabajo gratuito. Esto no ha ocurrido nunca antes. Los siervos del feudalismo producían mercancías agrícolas. No producían capital: este dependía de los artesanos que producían herramientas, aperos, arados y similares. En cambio, los usuarios modernos contribuyen a la formación de capital simplemente interactuando con las plataformas, ofreciendo mano de obra gratuita para aumentar
el capital en nube del capitalista. Esto nunca ha ocurrido bajo el capitalismo.
El
tecnofeudalismo sigue dependiendo
profundamente del sector capitalista,
reflejando la dependencia del
capitalismo de los sectores agrícola y feudal
para su sustento. Y al igual que el capitalismo
necesitaba al feudalismo para asegurarse el suministro de alimentos,
el tecnofeudalismo es parasitario
y obtiene un apoyo esencial del sector
capitalista para mantenerse.
Así pues, el
sector capitalista sigue siendo
esencial. Produce todo el valor: por
eso este análisis es decididamente marxista. Toda la plusvalía se produce en el sector capitalista, pero luego es usurpada. Se la apropia este capital mutante — la capital nube
—la mayor parte del cual no es
reproducido por los proletarios.
Lo reproducen personas que trabajan sin remuneración en su tiempo libre. Esto nunca ha ocurrido. Por eso digo que esto no es capitalismo. Y no ayuda pensar en
ello como capitalismo, porque si te
aferras a la palabra capitalismo, la
mente no puede comprender la gran transformación.
DM. Has dicho
que el auge del tecnofeudalismo se debe a dos causas
principales: el «cercamiento» y la privatización de Internet, similar
a los pastos en la Inglaterra
de los siglos XVIII y XIX, y un flujo constante
y abundante de dinero de los bancos centrales, sobre todo después de 2008. ¿Podrían haber sido diferentes las cosas?
YV. Todo podría haber sido diferente. Eso es lo que nos enseñó David Graeber, ¿verdad? Y como
personas de izquierdas tenemos que
creer que nada estaba planeado. De
lo contrario, no creemos en la acción humana, y entonces, ¿qué sentido tiene
vivir? Mejor nos convertimos en mariquitas y vemos pasar el mundo. Así que todo puede ser
siempre diferente. El contrafactual
histórico siempre es interesante,
pero no puedo hacerlo. Realmente no
puedo hacerlo. Es decir, intenté
hacerlo mucho en mi libro anterior, que era una novela de ciencia ficción política llamada Otra realidad (2021). De
hecho, creé otra línea temporal en
la que, en 2008, con Occupy Wall Street,
hicimos las cosas de otra manera y logramos
la transformación socialista. Es un bonito juego mental, pero no creo que sea históricamente
relevante.
¿Cómo podrían haber cambiado las cosas? Podrías decir que la privatización de Internet era inevitable porque vivimos en el capitalismo. Y que el capitalismo tiene esa capacidad de devorar e infectar toda zona libre de capitalismo. Por eso nunca podría alinearme con el socialismo utópico, como el de Robert Owen en el siglo XIX. A pesar de sus esfuerzos por crear zonas libres de capitalismo, la historia demuestra que el capitalismo inevitablemente invade y corrompe estos espacios. No es posible que bolsones de socialismo sobrevivan mucho tiempo dentro del capitalismo.
DM.
Dices que el tecnofeudalismo parasita al capitalismo. Si es así, el tecnofeudalismo seguirá necesitando la existencia de
la producción capitalista clásica. Amazon sigue
necesitando fabricantes para construir bienes que vender en su plataforma. Uber y Tesla necesitan
vehículos físicos. ¿Cómo funcionará esta relación a largo plazo en un orden tecnofeudal?
YV. Una vez más, debo aclarar este punto. El
capitalismo de los siglos XVIII y XIX,
cuando surgió, derrocó al feudalismo,
pero necesitaba al sector feudal
para seguir produciendo alimentos
porque, de lo contrario, todos
moriríamos. Por eso digo que el capital era parasitario del
sector agrícola feudal. Por tanto, no es que uno muera y el otro viva. Lo que ocurre es que el capital asume la hegemonía del sistema, pero es parasitario del sistema anterior. Este es un análisis marxista, histórico y materialista estándar.
Ahora bien, lo que ocurre es que en el centro del tecnofeudalismo hay un sector
del capital que es absolutamente necesario. El sector del capital es el único que produce valor
—valor de cambio en términos marxistas—, pero los propietarios de ese capital, del capital a la antigua usanza, son vasallos de los capitalistas de la nube. Sus beneficios
son esquilmados. Así que la plusvalía
es sustraída del flujo circular de
ingresos por los capitalistas de la nube.
Esto hace que
el sistema sea aún más inestable, aún más propenso a las crisis, y aún más
contradictorio e incluso menos viable de lo que era el capitalismo. Esto es lo que digo en el libro: que la toma
del poder del capital-nube —la sustitución
del capitalismo por el tecnofeudalismo— está haciendo que nuestras sociedades sean más conflictivas. Se están volviendo más estúpidas, más conflictivas, más envenenadas y menos capaces
de dejar espacio en ellas a la socialdemocracia,
al individuo liberal, a los valores que incluso la derecha amaba bajo el capitalismo.
La
izquierda nunca ha estado en contra de la idea de libertad; nuestra crítica radica en la restricción de la libertad a unos pocos elegidos. Pero ahora
incluso esta forma limitada de libertad
está amenazada, por lo que las contradicciones se agravan. Sigo esperando que
quizá estas tensiones crecientes empujen
a la humanidad
hacia un enfrentamiento decisivo
entre el bien y
el mal, entre los opresores y los oprimidos. Pero la catástrofe climática que se aproxima rápidamente conlleva
el riesgo de alcanzar el punto de no
retorno antes de que se produzca tal
resolución. Así pues, tenemos mucho
trabajo por delante, y la humanidad se enfrenta a
la extinción a menos que nos arremanguemos.
DM. Dedicas
mucho tiempo a argumentar que la renta usurpa el beneficio. Pero, ¿no es el
sueño de todo «capitalista» vivir de rentas?
¿Qué capitalista quiere realmente ser capitalista? A mí me parece que todo capitalista quiere ser rentista.
YV. Bueno, la época en que los capitalistas querían
ser capitalistas terminó hace mucho tiempo. Confío en que a Henry Ford le
gustara ser capitalista de la misma manera que, de un modo extraño y
completamente distorsionado, a Rupert
Murdoch le gusta ser periodista,
aunque haya hecho tanto por destruir los
periódicos. Pero estas personas están muertas
o van a ir al infierno. Así que sí, los capitalistas no quieren ser
capitalistas, especialmente aquí en Europa, especialmente en mi país. Todos los capitalistas,
y he conocido a bastantes, han dejado de
ser capitalistas; se han convertido en rentistas.
La diferencia
es que los capitalistas que se
estaban convirtiendo en rentistas, hasta la aparición del capital en nube, estaban esencialmente transfiriendo su capital social a otros o
posiblemente a capital privado.
Estos antiguos capitalistas obtenían
rentas de los beneficios monopolísticos
de estas empresas capitalistas altamente concentradas.
Pero gente como Jeff Bezos y Elon Musk,
realmente quieren hacer lo que están haciendo. Quieren ser capitalistas de la nube o cloudalists, como yo los llamo. Eso les gusta mucho.
Estas personas, un poco como Thomas
Edison, aman lo que hacen. No son como los rentistas ordinarios. No son como los
feudalistas del pasado. No son como los capitalistas que ya no quieren ser capitalistas. Estas personas son entusiastas, tienen mucho talento y, por desgracia, son muy inteligentes. La combinación de
su empuje y el poder exorbitante del
capital en la nube que poseen crea una forma muy poderosa y concentrada de poder en la nube,
que debemos tomarnos muy en serio.
DM.
El fin del sistema de Bretton Woods transformó el capitalismo
global y, en última instancia, hizo posible el tecnofeudalismo,
entre otras cosas. ¿Podríamos imaginar un Bretton
Woods contemporáneo modelado según el molde de un multilateralismo
profundamente igualitario y un sistema financiero socialista?
YV. Claro que sí. Por eso escribí mi libro anterior. Otra realidad imagina exactamente eso. Presenta un nuevo sistema de Bretton Woods inspirado en la propuesta original de John Maynard Keynes —rechazada por Harry Dexter White y la administración Roosevelt— fusionado con un marco socialista democrático. Este marco se diseñó para la redistribución continua de la renta y la riqueza del Norte al Sur, principalmente en forma de inversiones ecológicas. Así pues, he trazado todo esto y puedo responder a tu pregunta sobre cómo podrían funcionar las cosas hoy en día, con las tecnologías que tenemos, si los derechos de propiedad estuvieran distribuidos equitativamente, que es a lo que creo que deberían aspirar los socialistas. Pero esa era mi fantasía-política. En cambio, este libro trata de lo que nos ocupa.
DM. En lo que
refiere a alternativas, has propuesto alguna vez
una suerte de sistema de billetera virtual del
banco central con dividendos mensuales. ¿Cómo funcionaría?
YV. Bueno, técnicamente es muy fácil. Se puede hacer
en una semana porque es muy sencillo. Imagina algo así como un archivo Excel, guardado por la Reserva
Federal, en el que en cada fila haya un único residente en Estados Unidos. Y cuando se realiza un pago, el valor correspondiente se transfiere de una celda a otra, representando al pagador y al beneficiario. Sería
gratuito, instantáneo y anónimo. Creando
una separación entre los operadores del software y
las identidades de los individuos,
identificados solo por códigos similares a
las direcciones de Bitcoin, podría
garantizarse la privacidad. Y
podrían establecerse controles y equilibrios para garantizar que el Estado no está vigilando lo que hace todo el mundo.
Y como el
dinero se distribuirá a través de la
misma hoja de cálculo, nada impide que el
banco central añada la misma cifra a todos cada mes. Se trata de una renta básica universal,
que no se financia con impuestos, y esto es crucial.
Porque el problema de la idea de la
renta básica es que está sujeta a
quejas como: «¿De qué estás hablando? ¿Vas a cobrarme impuestos, vas a gravar los dólares que gano, para dárselos a un vagabundo o a un surfista en California o a un drogadicto o a un rico?». Pero esta propuesta aprovecha la capacidad del banco central para generar fondos.
Y no debemos dejar que nadie nos diga
que sería inflacionista o que sería un problema, porque están imprimiendo
billones en nombre de los inversores.
¿Por qué no imprimirlos en nombre de
la gente corriente?
Ahora bien, la razón por la que no tienen este sistema en Estados Unidos y por la que están muy
lejos del dólar digital es porque si alguien en la Reserva Federal se atreve a avanzar
en esa dirección, será asesinado por Wall
Street. Wall Street nunca lo permitirá porque significaría el fin de Wall Street. ¿Por qué
querrías tener una cuenta bancaria en el Bank of America si puedes tener un
monedero digital en la Fed?
Bank of America se vería obligado a justificar
sus servicios y comisiones. Tendrían que venir a convencerte de que tienes que tener una cuenta con ellos porque quieren darte algo a un precio decente -como un préstamo- sin estafarte. Y no pueden hacerlo
porque el objetivo central del Bank of America o del
Citigroup
es extorsionar mediante el monopolio
de los sistemas de pago y la retención
de depósitos. Mantén tu dinero alejado de ellos porque, por el momento, no hay otra solución.
Traducción:
Florencia Oroz
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