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“En
síntesis, la defensora de derechos
humanos de Oaxaca cree que los desafíos para Sheinbaum
son enormes: mantener y profundizar los avances sociales y la estabilidad económica;
atender temas esenciales pendientes, como la reforma de la justicia y
la lucha contra la corrupción,
el nepotismo, el crimen organizado (todos fenómenos muy anclados en
la vida nacional), así como la migración. Mejorando cuestiones esenciales como
las tensiones y los desencuentros de su predecesor con la sociedad
civil, priorizando los sectores populares
y los movimientos sociales y dándole un lugar privilegiado,
ahora, también a las mujeres. ¿Cómo se va a posicionar ante
la nueva etapa esa sociedad civil que
acompaña y sostiene, pero que también espera pasos firmes para concretar las tareas
pendientes?, preguntamos. Méndez
no duda y sostiene enfáticamente:
“Seguiremos
siendo críticas, señalaremos lo que hay que mejorar,
y no callaremos ante los ataques a territorios indígenas
con megaproyectos sobre los que no fueron consultados, como es el caso del Corredor
Interoceánico entre Oaxaca y Veracruz. Pero
también saludaremos las medidas positivas. Nos alienta que Claudia
haya avanzado una agenda propia con temas desafiantes y esperamos que la
respete: mejorar la educación y
la salud pública, salarios justos,
empleo y vivienda dignas, priorizar la cultura y promover un medio
ambiente sano”. Una hoja de ruta y expectativas sociales muy amplias y
exigentes para los próximos seis años. Y una responsabilidad tácita
inmensa, como lo reconoce Sara Méndez,
en un continente atravesado por nuevas aventuras de extrema derecha que
proponen desmantelar el Estado y
desconocer principios sociales elementales. El éxito de la nueva presidenta sería un espaldarazo
para todas las mujeres progresistas y
los movimientos sociales latinoamericanos. Su fracaso, por el
contrario, podría significar un retroceso significativo y
un golpe muy fuerte para aquellos que apuestan a la vigencia del Estado
social en América Latina.
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LATINOAMÉRICA MIRA EXPECTANTE HACIA MÉXICO.
Entrevista
con Sara Méndez, defensora mexicana de Derechos Humanos.
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Por Sergio Ferrari | 23/07/2024 | América Latina y Caribe
Fuentes
Revista Rebelión martes 23 de julio del 2024.
Fuentes: Rebelión
A
poco más de dos meses del 1
de octubre, cuando asuma la nueva
presidenta de México,
Claudia Sheinbaum, los ojos de la sociedad
civil de ese país se enfocan en los desafíos y las
prioridades futuras. Para mirar ese horizonte, sin embargo, parece
imprescindible el balance del sexenio pasado,
compleja tarea que asume Sara Méndez, defensora
de derechos humanos y fundadora de la organización CODIGO
DH.
CODIGO
DH (Comité de Defensa Integral de Derechos Humanos
Gobixha) trabaja a favor de la defensa integral de
los derechos humanos en el Estado de Oaxaca:
a nivel legal, médico y psicológico de víctimas y sobrevivientes de violaciones
a sus derechos esenciales. Gobixha, en lengua zapoteca,
significa Sol. (https://codigodh.org/).
“Se está cerrando un sexenio del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) que promovió un fuerte enfoque social, aunque su gestión tuvo muy diversos claros oscuros, entre ellos una tensa relación con la sociedad civil mexicana”, expresa la antropóloga y militante social Sara Méndez en esta entrevista exclusiva durante su reciente visita a Suiza. Y concluye: “Esperamos con mucha ansiedad que la nueva etapa de Claudia Sheinbaum permita profundizar los logros sociales y avance con los aspectos pendientes heredados de la gestión de López Obrador”.
De
Lopez Obrador a Claudia Scheinbaum_ Una continuidad con mayores desafíos ante
los ojos expectantes de América Latina Foto FB de Claudia Scheinbaum
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La reflexión de Méndez se nutre de su práctica político-social de inserción en los territorios y entre los sectores más excluidos del sur oriental Estado de Oaxaca. Su organización, además del trabajo de derechos humanos, se ocupa del fortalecimiento comunitario y de iniciativas de cabildeo y sensibilización a favor de políticas públicas y del cumplimiento y el impulso de legislación en materia de derechos humanos, integrando diversas redes y plataformas nacionales. El espectro es amplio, señala Méndez, al enumerar los ejes de la tarea de CODIGO DH: la atención de víctimas de tortura, la prevención de la violencia de género, el apoyo a los pueblos indígenas, así como la mirada crítica a la siempre compleja relación entre empresas y derechos humanos.
El
sexenio de López Obrador
El
triunfo de Sheinbaum en las urnas el pasado 2 de junio,
con el 59% de los votos, es el resultado de una
serie de factores, varios de los cuales se originan en el sexenio
que está por concluir. Elemento esencial: la economía mexicana se
fortaleció, como afirma Sara
Méndez, quien en representación de un sector de la sociedad
civil de su país participó como “testigo”
en el cuarto Examen Periódico Universal,
mecanismo de control de los Derechos Humanos,
que acaba de realizarse a inicios de julio en el Consejo de Derechos Humanos de
la ONU en Ginebra, Suiza.
Las madres siguen buscando a sus familiares desaparecidos en México con el apoyo de organismos de derechos humanos_ Foto Centro de Estudios Ecuménicos
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Partiendo
de algunos datos ilustrativos y
a manera de ejemplo, la militante social realiza un balance
del actual Gobierno.
“Hoy el país cuenta con una moneda fuerte.
En estos últimos años se logró una clara recuperación del salario
mínimo, que pasó de 4 dólares diarios a casi 13. Lo que habla de un
paso importante, aunque todavía insuficiente, en la recuperación del poder
adquisitivo y constituye una buena
señal, si se considera, además, la preocupación oficial
por tematizar y mejorar el respeto de los derechos laborales, casi
olvidados por completo en los gobiernos neoliberales anteriores a López
Obrador”.
Los
programas sociales, agrega, permitieron que, según datos oficiales, cerca de 5
millones de personas hayan podido
salir de la situación de pobreza en la que vivían al asumir López
Obrador. Tres han sido los principales: el
que beneficia a la juventud (Jóvenes Construyendo el Futuro),
que promueve oportunidades laborales; las becas escolares para
niñas y niños de sectores priorizados según los niveles de marginación
definidos por la Secretaría de Educación Pública,
y el apoyo a adultos mayores a
partir de los 65 años.
La
violencia de género un tema pendiente y desafío para el nuevo gobierno de
Claudia Schienbaum Foto ONU.
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Es
llamativo, señala Méndez,
que, a pesar de esa creciente inversión social,
la deuda no haya aumentado y siga siendo
estable. Situación macro que va de la mano de los esfuerzos del Gobierno por
priorizar al empresariado nacional
y el fortalecimiento de empresas como PEMEX, que recuperó en casi un 34%
su capacidad de refinamiento de petróleo, y la Comisión Federal de Electricidad,
que aseguró precios estables, e incluso menores, de la electricidad y el gas
de uso domésticos, con el correspondiente impacto
positivo en la calidad de vida de la gente. Ambas entidades habían sido
prácticamente desarticuladas en las administraciones precedentes a López
Obrador.
La coordinadora de CODIGO DH cierra este rápido balance con dos
aspectos que le parecen centrales. El esfuerzo por una nueva
política de comunicación
promovida por el propio presidente López Obrador, con
su programa diario las “mañaneras” de
diálogo con la prensa y transmitido abiertamente, al igual que su resumen vespertino.
Paradójicamente, sectores de la oposición critican este
espacio por considerarlo un mecanismo de control de la opinión
pública –más que un ejercicio de
transparencia–, en un país en el que algunas pocas empresas
de medios, como Televisa,
ejercen un control casi monopólico de la prensa.
La
desaparición de personas es un sensible tema sin resolución de parte de los
gobiernos mexicanos_ Desafío importante para Claudia Schinbaum Foto ICRC
Afilms_ONU
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Por
otra parte,
“la mayor participación de las mujeres, a nivel general, y en particular en
la vida política, constituye un elemento muy positivo, aunque perfectible, en
un país en el que las mismas representamos el 52% de la población”.
Tras su afirmación, Méndez esgrime datos que la sostienen, como
la paridad de género, resultado de recientes cambios
legislativos tanto en la Cámara de Diputados como
de Senadores, aunque reconoce que dicha relación
se debilita a nivel de base, en instancias regionales y municipales.
“En este siglo, al que denominamos ‘el
de las mujeres’, empezamos bien en México
y esperamos que siga mejorando”, afirma la coordinadora del área de
fortalecimiento de CODIGO DH.
Desafíos
pendientes
Sin
embargo, para Méndez
“no todo ha sido lineal y positivo. Ha habido desencuentros. Se dieron ataques desde el Gobierno a organizaciones de la sociedad civil”. Una sociedad civil donde, como ella misma lo reconoce, conviven sectores de derecha y de izquierda, de incidencia territorial y del gran empresariado. Y esto será uno de los principales desafíos de la nueva presidenta, que se verá, además, confrontada a dar respuestas y resolver temas pendientes del gobierno de su predecesor y “padre político”.
Afiche
contra la violencia de género de CODIGO DH
Méndez subraya que faltaron resultados en
la lucha contra la impunidad, así como respuestas a demandas de
importantes organizaciones sociales críticas
a la militarización; no se resolvieron casos
emblemáticos de violencia como el de los 43
estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa;
no se detuvo el asesinato de numerosas trabajadoras-es de
prensa, así como los constantes feminicidios
que golpean desde años a México. El acceso a la justicia y el propio sistema
de justicia sigue siendo un muy trascendental
tema pendiente. Y en cuanto a la política gubernamental de
información, si bien las mañaneras constituyen un
ejercicio positivo, hay aspectos de ese programa que
deberían ser revisados para evitar aumentar el tono de confrontación en el
país. Y reflexiona:
“es importante desde el Estado combatir las fake news, fortalecer el esfuerzo informativo-pedagógico,
pero sin exagerar en ese ejercicio lo que lleva a antagonismos poco saludables
para el conjunto de la Nación”.
El
punto de arranque, según Méndez,
“es positivo y Claudia representa
una nueva generación de mujeres”. Y enumera una rica biografía:
“Viene de una larga militancia estudiantil y
social; no está atada a fuerzas políticas
tradicionales; cuenta con una sólida formación científica
e incluso ha sido funcionaria
de Naciones Unidas y miembro del Grupo Intergubernamental
de Expertos sobre el Cambio Climático; posee
una amplia experiencia ejecutiva,
entre otras, al frente del Gobierno de la Ciudad de
México”.
Si
bien en esa gestión, recuerda Méndez,
la presidenta electa tuvo algunos desencuentros con
sectores del movimiento de mujeres,
actualmente se define como “feminista social”, (concepto
un tanto vago según Sara Méndez)
y en sus últimos discursos ha dado señales de real apertura hacia
dicho movimiento. La fundadora de CODIGO DH precisa: “tiene la gran
responsabilidad de ser la primera presidenta mujer de
toda la historia de México.
Las capacidades están a la vista. Ahora deberá expresar en su nueva práctica
política como mandataria que está dispuesta a propiciar un paso más adelante en
la promoción del rol y de la paridad
de género”. Todo esto, aclara, en un país
machista donde existen importantes fuerzas de
poder que “no se van a sentir cómodos ante el hecho de que una mujer
mande”.
En
síntesis, la defensora de derechos
humanos de Oaxaca cree que los desafíos para Sheinbaum
son enormes: mantener y profundizar los avances sociales y la estabilidad económica;
atender temas esenciales pendientes, como la reforma de la justicia y
la lucha contra la corrupción,
el nepotismo, el crimen organizado (todos fenómenos muy anclados en
la vida nacional), así como la migración. Mejorando cuestiones esenciales como
las tensiones y los desencuentros de su predecesor con la sociedad
civil, priorizando los sectores populares
y los movimientos sociales y dándole un lugar privilegiado,
ahora, también a las mujeres.
¿Cómo
se va a posicionar ante la nueva etapa esa sociedad
civil que acompaña y sostiene, pero que también espera
pasos firmes para concretar las tareas pendientes?,
preguntamos. Méndez no duda y sostiene enfáticamente:
“Seguiremos siendo críticas, señalaremos lo que hay que mejorar,
y no callaremos ante los ataques a territorios indígenas
con megaproyectos sobre los que no fueron consultados, como es el caso del Corredor
Interoceánico entre Oaxaca y Veracruz. Pero
también saludaremos las medidas positivas. Nos alienta que Claudia
haya avanzado una agenda propia con temas desafiantes y esperamos que la
respete: mejorar la educación y
la salud pública, salarios justos,
empleo y vivienda dignas, priorizar la cultura y promover un medio
ambiente sano”.
Una hoja de ruta y expectativas sociales muy amplias y exigentes para los próximos seis años. Y una responsabilidad tácita inmensa, como lo reconoce Sara Méndez, en un continente atravesado por nuevas aventuras de extrema derecha que proponen desmantelar el Estado y desconocer principios sociales elementales. El éxito de la nueva presidenta sería un espaldarazo para todas las mujeres progresistas y los movimientos sociales latinoamericanos. Su fracaso, por el contrario, podría significar un retroceso significativo y un golpe muy fuerte para aquellos que apuestan a la vigencia del Estado social en América Latina.
La
nueva presidenta afronta grandes desafíos para profundizar los avances del
sexenio anterior y dar respuestas a problemas hasta ahora irresueltos Foto
FB Claudia Scheinbaum
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