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“El ascenso tecnológico de
China. El hito fundamental de la disputa por la hegemonía se sitúa en el campo
tecnológico. Y pareciera que la competencia
va a ser fuerte. Dice James Kynge, del Financial Times
de Londres, “(En) la carrera china hacia
la supremacía tecnológica” (4/7/2024), las
innovaciones chinas están en camino de sobrepasar a las de EEUU y convertirse en las mejores
del mundo”.
Kynge
visita
Shenzhen, en China,
que se ha convertido en el nuevo Silicon Valley.
Ahora, en China no solamente se copia la
tecnología de EEUU, sino que desarrolla la suya propia. Eso se ve en la empresa de telefonía Huawei, en la empresa DJI que fabrica Drones
y en BYD, la empresa de vehículos
eléctricos (Brasil se ha convertido en
uno de sus principales compradores). Agrega Kynge que
China ya no es competitiva solo por la mano de obra barata, sino porque se ha constituido en “el ecosistema
manufacturero más sofisticado e intrincado del mundo”. El Instituto Australiano de Política Estratégica dice que China está adelantado en 37
de las 44 áreas de acceso crítico a la tecnología. En su reportaje cita a Matt Sheahan: “No
se puede saber si China estará por encima de EEUU dentro de poco tiempo. Pero EEUU tampoco puede asumir que mantendrá su liderazgo de manera permanente”.
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MEGAPUERTO
DE CHANCAY ENTRE DOS VISIONES,
por
Humberto Campodónico.
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Es fundamental conocer qué es lo que se mueve detrás de las discusiones
dentro y fuera del Gobierno acerca de la viabilidad del mega puerto de
Chancay”.
Por Humberto Campodónico. Ingeniero Economista.
Fuente. La República sábado 13 de julio del 2024.
Dos medios de prensa internacionales han publicado sendos artículos sobre la creciente importancia de las empresas chinas en el Perú y también en América Latina. Lo que mueve el escenario no es, en
esencia, el tema de las inversiones y el comercio en el llamado “patio trasero de EEUU”, sino la importancia que
tienen esas fichas en el tablero mundial de la disputa por la hegemonía global en el siglo
XXI entre EEUU y China.
Y el puntero de ese tablero aparece
sumamente disputado, sobre todo en el aspecto de las tecnologías
de la información y el conocimiento, que
abarcan todos los aspectos económicos, sociales y
políticos que están dando forma –potenciando a unos más que a otros– lo
que exacerba la contienda política. Pero antes
de entrar a ese tema, veamos lo que pasa con nosotros.
El periódico South China Morning Post (SCMP) de Hong Kong publicó hace pocos días un
artículo (1) donde dice que el proyecto del Puerto de Chancay ha sido
“una espina en el costado de
EEUU desde que Cosco tomó una
participación mayoritaria en el proyecto en 2019”. Recordemos
que en ese año Cosco (empresa estatal naviera china y una de las más grandes del mundo) le
compró a la minera peruana Volcán el 60% de las acciones del puerto.
Agrega SMCP que
“EEUU ha estado presionando a Lima y, a principios de este año, de manera bastante
inverosímil, la Autoridad Nacional Portuaria peruana declaró que no tenía
autoridad para otorgar a Cosco el derecho a ser
el operador exclusivo de Chancay. Los abogados
del gobierno peruano llevaron a Cosco a los
tribunales e intentaron anular el contrato original”.
Lo que SMCP está diciendo es que hubo “movidas” dentro del Gobierno para “detener” Chancay y “es comprensible que la parte china se opusiera, con el apoyo de grupos industriales peruanos”. Como todos sabemos, dichas iniciativas llegaron al Congreso, que finalmente votó una ley que reafirma todos los derechos de los propietarios del puerto de Chancay.
¿Qué
dice SCMP? Que ahora todo está listo para inaugurar el puerto en noviembre próximo, lo que coincide con la realización
de la cumbre del Consejo Económico del Asia Pacífico (APEC),
donde vendrán los líderes de los países,
entre ellos el presidente chino, Xi Jinping. Y
agrega:
“EEUU está molesto. Es de esperar que el proyecto
portuario vuelva a estar en el punto de mira de Washington”.
Siempre supimos que había
algo raro en esas “movidas” donde, se afirma,
participaron también varios estudios de abogados. Pero
hasta ahora no se sabe quiénes ni por qué. Y tampoco se sabe, a ciencia cierta, cuáles han sido los grupos industriales peruanos a los que alude SCMP. Podrían ser grupos
agroindustriales peruanos que exportan a China.
También parte del empresariado minero que tiene
en China al principal
cliente de sus exportaciones de cobre. Y
no se puede descartar tampoco a los importadores de manufacturas
chinas, desde lavadoras y televisores, pasando por maquinaria industrial
de gran escala. Interesante tema para el periodismo de
investigación.
El
otro artículo fue publicado por The
Economist (2), reconocida revista inglesa.
Dice que la expansión china alarma a políticos
de EEUU como Marco Rubio:
(mi país)
“no puede darse el lujo de permitir que el Partido Comunista Chino expanda su influencia y absorba a América Latina y el Caribe hacia su bloque político-económico privado”.
La posición de Rubio se sitúa
claramente en el planteamiento de EEUU de que
los países deben diferenciar claramente sus opciones
políticas: o están con la democracia o
están con el autoritarismo,
tema que hemos discutido hace poco en esta columna. Luego, The Economist hace una larga alusión al planteamiento
del no alineamiento activo planteado por el
exembajador de Chile Jorge Heine:
“La adopción del proteccionismo por parte de EEUU
bajo Donald Trump (que ha continuado con el
Presidente Biden) y el ascenso del grupo BRICS, que incluye a Brasil y
China, equivalen a un cambio irreversible en el orden
mundial”. Eso exige que los países no tienen por qué alinearse con uno o
con otro.
El ascenso tecnológico de
China
El hito fundamental de la disputa por la hegemonía se sitúa en el campo
tecnológico. Y pareciera que la competencia
va a ser fuerte. Dice James Kynge, del Financial Times
de Londres,
“(En)
la carrera china hacia la supremacía tecnológica” (4/7/2024), las innovaciones chinas están
en camino de sobrepasar a las de EEUU y
convertirse en las mejores del mundo”.
Kynge visita Shenzhen, en China, que se ha convertido en el nuevo Silicon Valley. Ahora, en China
no solamente se copia la tecnología de EEUU,
sino que desarrolla la suya propia. Eso se ve en
la empresa de telefonía Huawei, en la empresa DJI que fabrica Drones
y en BYD, la empresa de vehículos
eléctricos (Brasil se ha convertido en
uno de sus principales compradores).
Agrega
Kynge que China ya no es competitiva solo por
la mano de obra barata, sino porque se ha
constituido en
“el ecosistema manufacturero más sofisticado e intrincado del mundo”. El Instituto Australiano de Política Estratégica dice que China está adelantado en 37 de las 44 áreas de acceso crítico a la tecnología. En su reportaje cita a Matt Sheahan: “No se puede saber si China estará por encima de EEUU dentro de poco tiempo. Pero EEUU tampoco puede asumir que mantendrá su liderazgo de manera permanente”.
El
colofón político más importante de Kynge
es que
“hay
esta idea de que la innovación tecnológica solo
puede salir adelante si es que hay libertad de prensa, libertades políticas, internet y democracia porque
están unidas intrínsecamente. Eso se había convertido en un artículo de fe.
Pero lo que se ve aquí es que casi todos los días hay
una nueva empresa y un proyecto
nuevo”. Esto es, sin duda, un cambio radical de
paradigma.
Las
implicancias que plantea Kynge son un tema mayor
y es importante decir que no las asume. Ello significaría que las sociedades pueden tener avances
tecnológicos de primera línea (como aquellos del garaje de Steve Jobs para Apple) en regímenes distintos al de la
democracia parlamentaria. Un amplio debate sobre
este tema es de la más alta importancia.
Conclusión
La discusión sobre la construcción del puerto de Chancay parece haber terminado. Pero nunca se sabe porque el telón de fondo no es peruano sino de la hegemonía global. Es clave saber por qué hubo todas
estas discusiones dentro del Gobierno acerca de la viabilidad de Chancay.
Pero lo más importante es la discusión sobre el enfoque económico que significa Chancay para el Perú, lo cual está aún en pañales. Y también sobre la política exterior peruana, tema que comienza en Torre Tagle, pero no termina allí. Aquí la sociedad civil, los partidos políticos, la academia y el periodismo tienen un rol clave que cumplir. Se piensa que el viaje a China de la presidenta Boluarte tuvo como objetivo “ganar tiempo” para asegurar su presidencia. Puede ser. Pero el viaje mismo marca una opción de política exterior de la más alta importancia, pues los intereses de las grandes potencias van a continuar con sus posiciones. Dicho de otra manera, trasciende a la política de la coyuntura, a la “política politiquera”.
Los intereses permanentes del país están en juego. ❖
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