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Como debemos descartar que algún candidato pueda cuestionar el poder real
de las sectas capitalistas que controlan el poder, habrá que revisar la diferencia entre los dos candidatos
aprobados por estas sectas. Por el momento, lo único que veo es una
aparente contradicción: mientras Trump es el candidato
de los millonarios, por el otro ha dado señales de querer tocar la
estructura de la OTAN de la misma forma que lo
hizo John Kennedy cuando intentó disolver la CIA. La paradoja consiste en que la estructura de la OTAN es parte de los intereses financieros de las
mayores corporaciones estadounidenses. Todo lo
que nos recuerda que aún más allá de los supermillonarios
que se benefician de la dictadura económica, se encuentra un poder aún mayor y
aún más oscuro que opera como mafia global: el poder
internacional de los creadores del dinero,
los promotores de las guerras de todo tipo, en
especial las tres más importantes del actual terremoto
geopolítico: Ucrania, Palestina y Taiwán. Dos de
las tres ya están en curso.
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EL
LOBO SOLITARIO Y EL DUEÑO DEL BOSQUE.
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Por Jorge Majfud | 16/07/2024 | EE.UU.
Fuente. Revista Rebelión martes 16 de julio del 2024.
fuentes: Rebelión - Imagen: AP Foto/Gene J. Puskar
Si algo tienen en común los muchos atentados
contra presidentes y candidatos en Estados Unidos es
que todos son atribuidos a lobos solitarios,
están envueltos de un velo de conspiración y pocos se aclaran. No es extraño, considerando que desde hace más de un
siglo se trata de una de las potencias hegemónicas, representada por una democracia política, gobernada por una dictadura económica y tutelada por organismos y agencias ultrasecretas, desde las
privadas cofradías financieras hasta las mafias gubernamentales como la CIA y la NSA, siempre más allá de las leyes e inmunes
a cualquier control popular.
Por no entrar en el terreno más obvio de una cultura paranoica de las armas de fuego donde, desde
hace tres días y en cinco estados conservadores, se pueden comprar balas en
máquinas dispensadoras si su inteligencia artificial detecta
que el pistolero es mayor de 21 años. Como si
los criminales fuesen todos menores de edad. Un país donde
la mayor proporción de armas por habitantes se da en aquellos estados y condados
donde había mayor proporción de esclavos.
Cuatro presidentes fueron asesinados en
funciones: Lincoln, Garfield, McKinley y Kennedy.
Muchos sufrieron atentados fallidos, como Theodore
Roosevelt quien, al igual que Trump, en
1912 intentaba volver a la Casa Blanca y el maso
de cincuenta hojas dobladas de su discurso evitó que una bala le atravesara un
órgano vital. Teo continuó con su discurso, con
el plomo dentro de su masculinoso cuerpo.
En otros casos, los francotiradores fallaron o las conspiraciones fueron desarticuladas a tiempo. Tres años después del atentado contra Ronald Reagan, en octubre de 1984 el asistente de la Misión de Cuba en la ONU, Néstor García Iturbe, le informó al jefe de seguridad de la delegación de Estados Unidos, Robert Muller, de un plan para matar al presidente en Carolina del Norte. Días después, Muller llamó a García para invitarlo a almorzar, con la noticia de que el servicio de seguridad del presidente había detenido a los conspiradores. El espionaje cubano en Miami había evitado algunos de los múltiples atentados terroristas contra la isla, obra de los exiliados empleados por la CIA y por otros grupos terroristas de Miami desatados del control de la Agencia. La efectividad del servicio secreto de Cuba preocupó a Washington, razón por la cual ni Reagan ni los presidentes posteriores retribuyeron este favor sino todo lo contrario, permitiendo que los grupos terroristas que “luchaban por la libertad” se reorganizaran y, cuando fueron condenados por su afición a los explosivos C4, fueron perdonados por las autoridades políticas de turno o se fugaron hacia alguna dictadura amiga (tema de mi último libro, desde hace meses en el largo purgatorio de los editores).
En otros casos, los asesinados fueron
líderes sociales, como Martin Luther King,
Malcolm X y Robert Kennedy. Todos siguieron el mismo patrón del asesinato de John Kennedy: un pistolero aparentemente solitario, en lo posible un miembro de algún grupo que
sirva de distracción o de propaganda contra un adversario ideológico, asesino asesinado a su vez por algún patriota, todo
con la extraña y sistemática ineficiencia de la policía y de los servicios
secretos más poderosos del mundo. Este patrón se aplicó en otros asesinatos de la CIA alrededor del mundo, y fue filtrado sin querer en las memorias de algunos
agentes, como fue el caso del fallido atentado contra
Fidel Castro en Chile, uno entre 638 intentos.
La consistencia del patrón abona las teorías conspiratorias. Unas
pocas se prueban con el tiempo. No pocas son ruido conspiratorio para desprestigiar a las teorías sobre las conspiraciones
reales. Unas muchas permanecerán sin probar, no por falta de pruebas sino por
falta de desclasificación de documentos. Luego sobrarán los indicios, como ahora el video que muestra a dos francotiradores de la guardia
de Trump apuntando al asesino y disparando solo cuando el joven de
veinte años afiliado al partido Republicano comenzó
a disparar con el rifle de su padre.
Queda lo más importante y lo más difícil de probar. Queda desentrañar la motivación detrás del “lobo solitario”.
Por un lado, el incidente funcionará como ocurrió con el atentado contra el candidato brasileño Jair Bolsonaro en 2018. Trump se convertirá en un mártir vivo ante los ojos de sus seguidores. Más considerando que tanto muchos seguidores de Trump, como los de Bolsonaro, se mueven básicamente por impulsos de fe. Si las evidencias los contradicen, peor para las evidencias. ¿Qué mejor prueba de fe que sostener un imposible? Un milagro que se pueda explicar no es tal. Como en las historias medievales, Trump se convertirá en el caballero de la cicatriz, en el cruzado matamoros que exageraba sus matanzas de infieles y hasta se cortaba la cara a sí mismo para exhibir las pruebas de su valentía. Sobrevivir a la batalla no hace al caballero ni santo ni mártir. Lo hace un héroe, un semidios elegido por Zeus o por la divinidad protestante.
Por otro lado, es lícito verlo desde un punto de vista del poder
simple y puro, es decir, del poder económico, financiero y militar. Desde ahí es necesario preguntarse (1) si este poder
quería un mártir o un héroe de su mayor aliado, la derecha política, o (2) si
el hombre concreto, Trump, había dado alguna
señal que tocó sus intereses.
Como debemos descartar que algún candidato pueda cuestionar el poder real
de las sectas capitalistas que controlan el poder, habrá que revisar la diferencia entre los dos candidatos
aprobados por estas sectas. Por el momento, lo único que veo es una
aparente contradicción: mientras Trump es el candidato
de los millonarios, por el otro ha dado señales de querer tocar la
estructura de la OTAN de la misma forma que lo
hizo John Kennedy cuando intentó disolver la CIA. La paradoja consiste en que la estructura de la OTAN es parte de los intereses financieros de las
mayores corporaciones estadounidenses. Todo lo
que nos recuerda que aún más allá de los supermillonarios
que se benefician de la dictadura económica, se encuentra un poder aún mayor y
aún más oscuro que opera como mafia global: el poder
internacional de los creadores del dinero,
los promotores de las guerras de todo tipo, en
especial las tres más importantes del actual terremoto
geopolítico: Ucrania, Palestina y Taiwán. Dos de
las tres ya están en curso.
Imposible ignorar otra coincidencia: este atentado sirvió para una nueva “cobertura mediática” (del verbo cubrir,
encubrir) de la brutalidad decidida para ese mismo día, 13 de julio, en Gaza. Ese día, cien personas murieron
misteriosamente en el campo de refugiados de la ONU en
Al-Mawasi por una lluvia de bombas. En ese mismo campamento de
refugiados, otras decenas de personas murieron el 28 de
mayo y otras decenas más el 21 de junio,
por las mismas misteriosas razones.
Naturalmente, la prensa apenas informó de estos misterios, a
pesar de que fue realizado con armas y municiones estadounidenses. El mundo se
conmocionó por una bala que le rozó la oreja a Trump y
pudo haberlo matado. Porque unos son seres humanos VIP y otros números y variables de una ecuación.
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