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La OPEP es una de las pocas formas de confrontar con éxito los grandes mercados integrados por las grandes potencias, que son los países altamente desarrollados. Frente a esta globalización apabullante, que a su vez constituye tanto desafíos como amenazas, los países emergentes productores y exportadores de petróleo tienen la imperiosa y vital necesidad hoy más que nunca de integrarse como un todo, y nada mejor que la OPEP para agrupar, armonizar e interpretar el mercado petrolero.
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LA OPEP: Fuerte frente a las presiones del mercado global.
La OPEP no es un cartel, porque no define ni determina precios.
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Miércoles 15 de septiembre del 2010.
La OPEP confronta con éxito los grandes mercados globales dominados por las potencias. Hoy su capacidad ociosa de producción es el 60% de las exportaciones totales de petróleo en el mundo
Miércoles 15 de septiembre del 2010.
La OPEP confronta con éxito los grandes mercados globales dominados por las potencias. Hoy su capacidad ociosa de producción es el 60% de las exportaciones totales de petróleo en el mundo
Por: Rafael Quiroz Serrano
Además de Venezuela y Arabia Saudita como países promotores, también conformaron la lista de miembros fundadores Irak, Irán y Kuwait. Posteriormente se adhirieron otros miembros como Qatar (1961), Libia (1962), Indonesia (1962), Emiratos Árabes Unidos (1967), Argelia (1969), Nigeria (1971), Ecuador (1973) y Gabón (1975), estos dos últimos abandonaron la Organización en 1992 y 2003, respectivamente, para luego Ecuador reingresar en 2008, mientras que Indonesia se fue en el 2009; vale acotar que Gabón e Indonesia en el momento de irse de la OPEP estaban produciendo alrededor de 400.000 barriles diarios (b/d), es decir, menos de lo que hoy producen Brasil y Colombia individualmente. En el 2008 ingresa Angola, por lo que actualmente son doce los miembros.
Además de Venezuela y Arabia Saudita como países promotores, también conformaron la lista de miembros fundadores Irak, Irán y Kuwait. Posteriormente se adhirieron otros miembros como Qatar (1961), Libia (1962), Indonesia (1962), Emiratos Árabes Unidos (1967), Argelia (1969), Nigeria (1971), Ecuador (1973) y Gabón (1975), estos dos últimos abandonaron la Organización en 1992 y 2003, respectivamente, para luego Ecuador reingresar en 2008, mientras que Indonesia se fue en el 2009; vale acotar que Gabón e Indonesia en el momento de irse de la OPEP estaban produciendo alrededor de 400.000 barriles diarios (b/d), es decir, menos de lo que hoy producen Brasil y Colombia individualmente. En el 2008 ingresa Angola, por lo que actualmente son doce los miembros.
A 50 años de fundada la OPEP, su vigencia, potencialidad e importancia vienen dadas debido a que posee una producción petrolera real de 28,5 mmb/d (34% de la producción mundial), capacidad de producción de 35 millones de b/d, por lo que su capacidad ociosa de producción es de 6.5 mmb/d, 60% de las exportaciones totales de petróleo y sus reservas probadas son el 80% de las mundiales.
Todo esto le asigna un papel primordial en el mercado, no sólo en defensa de los intereses nacionales de sus países miembros, sino también como cierta "garantía", a través del control parcial de la producción, para tratar de equilibrar y llevar cierta estabilidad en un mercado tan inestable, volátil e impredecible, como lo es el mercado de los hidrocarburos.
¿OLIGOPOLIO O CARTEL? .
No son pocos los términos, acee.uuciones y códigos a los cuales se ha recurrido durante 50 años para descalificar, desprestigiar y acee.uur a la OPEP de prácticas condenables, ilegales, inmorales y de cuanta distorsión o fenómeno ocurre en la economía mundial.
A la OPEP se le ha señalado de ser un oligopolio, y esto si es admisible, en tanto que la estrategia de un oligopolio consiste en vender a un precio por encima del punto de equilibrio, en el que el costo y el ingreso marginal se igualan en un mercado de competencia perfecta.
Como ciertamente en esto consiste el poder de un oligopolio, entonces este concepto es aplicable a la OPEP, y la mejor demostración es que el precio petrolero siempre se ha situado por encima del que tendría en un mercado de competencia perfecta; no obstante que la Organización no se haya manifestado como el más eficiente de los oligopolios, entre otras cosas por las imperfecciones del mercado petrolero que van mucho más allá de la inelasticidad de la oferta y de la demanda.
Ahora bien, de allí a aceptar que la OPEP es un Cartel, eso es otra cosa. La OPEP no es un Cartel porque simplemente la Organización no define ni determina precios; sólo regula parcialmente la producción y, por tanto, también la oferta petrolera, pero no llega a fijar ni determinar precios, aunque si coadyuve ligeramente a la tendencia final del mismo, lo cual es otra cosa.
PRECIOS ALTOS Hay quienes afirman, con cierta razón, que la OPEP en su objetivo de lograr mejores precios, directamente beneficia a las transnacionales y a los países industrializados, debido a que estos no estarían dispuestos a hacer grandes inversiones en la industria petrolera con precios bajos, además de hacer menos rentables los proyectos de sustitución energética y de petróleo no convencional.
Pues todo bien, si de las políticas acertadas de la OPEP en beneficio de sus miembros, también se favorecen las grandes corporaciones petroleras, bienvenido sea. Lo grave sería que de tales políticas los beneficios no llegaran a quienes conforman la OPEP.
Lo único verdaderamente lamentable de los altos precios, es que debido a ellos, sobre todo en el caso venezolano, nos convencemos de que cada año más dependemos del petróleo, cada día más todo tiende a convertirse, a estar dirigido, determinado, condicionado y creado por el petróleo; porque el petróleo se convirtió para nosotros en todo, menos en crecimiento económico,riqueza constante, salud, educación, seguridad y, sobre todo, en desarrollo sustentable.
GLOBALIZACIÓN En tiempos en que se habla de globalización e internacionalización de la economía, de mercados emergentes y de economías abiertas, de liberalismo o neoliberalismo, tenemos la necesidad imperiosa de agruparnos para enfrentar la competencia y la exigencia de los grandes mercados, por lo que llama la atención que sean ciertos actores, que pregonan tales términos y conceptos, los que precisamente en tiempos pretéritos llegaron a proponer el cierre de la OPEP, y además se hayan atrevido inclusive a proclamar el "fracaso" o la desintegración del cartel cuando ella más se necesita, como fue el caso de la dirigencia petrolera de los ’90.
Lo cierto, lo afortunadamente cierto, es que la OPEP ya no es aquella cenicienta de principio de los años ’60, donde algunos pudieron maliciosamente creer que llevaba dentro de sí la voluntad de EEUU o de otras potencias económicas, pues no son pocos los cambios estructurales dados en la naturaleza de los Estados que integran la Organización; además, el mapa y la comunidad internacionales, y las estructuras y esquemas de las relaciones internacionales, no son las mismas de hace cincuenta años.
El mundo ya no es aquel mundo bipolar donde EEUU y la ex URSS tenían repartido el globo terráqueo y lo manejaban a su antojo. Hoy en día las cosas son distintas, son muchas las aguas que han corrido debajo del puente, y ya todos dentro de la OPEP, a diferencia de hace cinco décadas, disponen de autonomía necesaria para tomar acciones individuales y propiciar las colectivas que beneficien, primero y principal, los intereses de los países miembros, sin importarles que tales acciones pudieran estar en contradicción con el interés nacional de EEUU.
No son pocas las veces en que la OPEP ha acordado recortes drásticos en su producción petrolera, donde precisamente no ha resultado beneficiada la potencia del norte.
ÉXITOS Y RETOS
Tan exitosa ha sido la OPEP, que hoy en día muchos quieren aprender de sus experiencias, lecciones y de la cosecha de sus frutos; no en balde hoy se plantea la OPEP del gas, hierro, azúcar, cobre, etc... Es decir, que toman como referencia exitosa de organización y "gremialización" comercial, para la defensa de sus intereses, a la OPEP.
La OPEP es una de las pocas formas de confrontar con éxito los grandes mercados integrados por las grandes potencias, que son los países altamente desarrollados. Frente a esta globalización apabullante, que a su vez constituye tanto desafíos como amenazas, los países emergentes productores y exportadores de petróleo tienen la imperiosa y vital necesidad hoy más que nunca de integrarse como un todo, y nada mejor que la OPEP para agrupar, armonizar e interpretar el mercado petrolero.
A 50 años de fundada, la OPEP ha entrado ya en una etapa de plena madurez, y son muchos los retos y tareas que tiene por delante. Tiene como desafío demostrar que es una Organización consolidada, capaz de adaptarse plenamente a los nuevos tiempos, sin que por eso deje de velar primordialmente por sus propios intereses. Consciente de poseer una materia prima en creciente demanda, como lo es el petróleo, debe ratificar, una vez más, su exitosa "política de precios", y no dejarse arrastrar por la "política de mercados", con el argumento de que seguirá creciendo la demanda de crudos y que ella está destinada a satisfacer el voraz consumo petrolero del mundo industrializado, y con el argumento de "pulpería" de que el crudo que no se produzca y se venda ahora mismo, quedará en el subsuelo enterrado para siempre, sin importar para nada la justa compensación en los precios.
No hay duda de que la OPEP sigue constituyendo, hoy más que nunca, la mayor organización, y también la más exitosa, que en materia de hidrocarburos hayan fundado los países emergentes, y haya conocido la historia del petróleo.
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