El siglo XX vio el fracaso de dos proyectos políticos anticapitalistas en Europa, el Socialismo Revolucionario – Partidos Socialistas y Comunistas y el Socialismo Reformistas, es decir, políticamente el fracaso y derrotada “final” de la Social Democracia: en cambio en América Latina, no encontraron camino y alternativa política el “guevarismo”, la exportación de la revolución o la guerra de guerrillas y menos el reformismo revolucionario (Comunistas Ortodoxos). La Social Democracia en general no tuvo espacio social para su implementación política en América latina. Con todas las diferencias tanto de circunstancias internas como externas, prácticas como teóricas, tenían una clave común: la falta de Democracia Real, participativa, comunicativa, laboral. Hubo mucho de exportación de modelos políticos, sociales, económicos, poco de creación, innovación, recreación, etc. No se tuvo la suficiente madurez para ingresar con fuerza, responsabilidad y compromiso en un Proyecto de Desarrollo Nacional, un Nuevo Paradigma Nacional del siglo XXI, como creación heroica de nuestro pueblo.
La Derrota Política del Socialismo Reformista y la Social Democracia.
Una experiencia europea. En tiempos de la globalización neoliberal los Partidos y los Movimientos Sociales tienen que ser internacionalistas.
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Pablo Raúl Fernández Llerena.
Sociólogo. Politólogo.
“NO estoy de acuerdo con tus ideas, pero defiendo tu sagrado derecho a expresarlas”.
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1.- El Socialismo reformista en el siglo XX.
En los años de inicio del nuevo milenio se presenta un Nuevo Movimiento Social en muchas partes del mundo de hoy, una resistencia masiva contra la globalización neoliberal. Nuevas formas y constelaciones dicen lo mismo que muchos de los viejos ya dejaron de decir y se resisten a la transformación de la tierra, del agua, de la fuerza humana laboral, de toda la vida humana en mercancía. Realidad social y política que explica la complejidad del “cambio de época” y advierten que la política tiene que ser movilización, organización y participación. La expansión brutal del capital, en su nuevo proceso de acumulación mundial, conduce a que casi todo intento de detenerlo conduzca a un enfrentamiento directo, y además la polarización será con el capital transnacional. Por eso también se ha hecho más evidente que la línea divisoria entre la izquierda revolucionaria y la reformista no tiene validez menos legitimidad en el centro de un escenario multipolarizado de las Tres Crisis Globales multidimensionales y/o estructurales.
En cambio hoy se afirma, para salir del “atolladero neoliberal” de la crisis ideológica y política que el reformismo tiene que ser revolucionario y viceversa, en Democracia. Las reformas tienen que fortalecer al pueblo, a la Sociedad Civil y socavar las bases del sistema capitalista para lograr la meta de construir una sociedad nueva, solidaria, igualitaria, en armonía con la naturaleza. Por lo cual en la época de la globalización neoliberal, la fase post-crisis y del “cambio de época”, no son simples cambios sociales o políticos, asistimos a tiempos históricos y políticos donde los movimientos sociales y los partidos políticos de base social, conectados y representativos de los trabajadores, los ciudadanos, las comunidades históricas y los pueblos originarios – representatividad que coyunturalmente puede sobrepasar su propia crisis estructural – hoy más que nunca, tienen que ser internacionalistas, romper los muros de aislamiento o de simple orientación local-nacional.
Ingresamos a una nueva etapa diferente y superior del propio capitalismo, el nuevo proceso de acumulación mundial del capitalismo, el del capitalismo por despojo, saqueo y explotación directa de los principales – estratégicos – recursos naturales de los países en desarrollo, nuevo proceso de acumulación del capitalismo por explotación por despojo de las materias primas, hoy estratégicas para el crecimiento de la corporaciones transnacionales, principalmente provenientes en las economías altamente desarrolladas o ubicadas en los países de economías emergentes – Economías BRIChS -, producto básicamente del proceso de “Desterritorialización Empresarial”, desde inicios del 90’ y la protección de las políticas globales del Consenso de Washington.
El siglo XX vio el fracaso de dos proyectos políticos anticapitalistas en Europa, el Socialismo Revolucionario – Partidos Socialistas y Comunistas que terminaron como Euro-comunistas y reformistas - y el Socialismo Reformista, políticamente el fracaso y derrota “final” de la Social Democracia. En cambio en América Latina, no encuentran camino y alternativa política el “guevarismo”, la exportación de la revolución o la guerra de guerrillas y menos el reformismo revolucionario (Comunistas Ortodoxos). La Social Democracia en general no tuvo espacio social para su implementación política en América Latina. Con todas las diferencias tanto de circunstancias internas como externas, prácticas como teóricas, tenían una clave común: la falta de Democracia Real, participativa, comunicativa, laboral. Hubo mucho de exportación de modelos políticos, sociales, económicos, poco de creación, innovación, recreación política, etc. No se tuvo la suficiente madurez para ingresar con fuerza, responsabilidad y compromiso en un Proyecto de Desarrollo Nacional, un Nuevo Paradigma Nacional del siglo XXI, como creación heroica de nuestro pueblo.
Pero sin subestimar el valor universal de los derechos y libertades ciudadanas inscritas en la democracia liberal representativa, hay que ver sus limitaciones y precariedades. Iguales derechos civiles, sociales y políticos y libertades formales para todos, representa la cara positiva y dinámica de la democracia liberal. La falta de oportunidades reales de ejercerlos y el limitado campo de acción, excluyendo el poder sobre la producción, o el sólo crecimiento económico, es la cara negativa, inherente al sistema capitalista para el cual está diseñada, definida como procedimiento, no como esencia o resultado. La democracia como poder del pueblo, con participación popular, forjando consenso y construyendo políticas de concertación e igualdad de oportunidades, abarcando toda la sociedad, es incompatible con la lógica del capitalismo. Y mucho más polarizada con las políticas desde la globalización neoliberal, conjunto de políticas que las dinamita por dentro a la democracia.
El reformismo socialista a los largo del siglo XX – en especial el reformismo socialista de la Europa Nórdica – también se basó sobre este análisis de la democracia liberal representativa y se propuso la construcción de la “democracia socialista” en tres pasos:
*- Primero la democracia política. (Elecciones, derecho al voto, sufragio universal, el parlamentarismo representativo, etc).
*- Segundo la democracia social. (El derecho a una vida decente, pleno empleo y salario digno; la seguridad social, educación, salud, cultura y servicios básicos – agua, luz, aguas negras – seguridad ciudadana, etc)
*- Tercero la democracia económica. ( El Estado garantiza el pleno empleo y estimula la inversión pública, fortalece el mercado interno y consolida el capitalismo de Estado).
2.- La sociedad de bienestar. El caso concreto de Suecia.
La sociedad de bienestar y la economía keynesiana fue la política común de la mayor parte de los países de Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial, independientemente de sí los Partidos en el gobierno durante casi 80 años alcanzó el desarrollo más avanzado. Así el capital permitió la creación de la sociedad de bienestar, entendiendo las ventajas de una clase obrera bien educada y saludable, mientras que el gobierno no amenazara el derecho dictatorial de los empresarios sobre la producción. Había una hegemonía política que favorecía al mundo obrero, pero que también enriquecía a las corporaciones suecas, las que pudieron convertirse en transnacionales y participar de la explotación del tercer mundo.
Otro rasgo del modelo sueco es la política de bienestar generalizada, de todos los ciudadanos, financiada a través de impuestos de manera que todo el mundo contribuye, en cierta medida según su posibilidad, con impuestos progresivos. El Estado y los Municipios organizan y administran las estructuras de la seguridad social. Lo mismo ocurre con la educación y la salud, el seguro sobre enfermedad, el sistema de pensiones, la licencia de maternidad, los círculos infantiles, etc.
El tercer aspecto típico son las alianzas entre el Partido Socialdemócrata, los movimientos sociales y el capital nacional. En los años 50 se estableció la norma de invitar a sectores importantes de la sociedad a resolver problemas a través de deliberaciones informales. Era una manera corporativista en la que participaban la patronal, los sindicatos, las organizaciones de los campesinos y el movimiento cooperativista entre otros. El movimiento obrero poco a poco fue dominado y convertido en instrumento leal al partido socialdemócrata.
La democracia económica amenazaba el poder capitalista – y esto constituyó el inicio del desmontaje del modelo -. En la década del 60’ el modelo fue desafiado desde la izquierda a raíz de la radicalización de la juventud – despertada por la guerra contra Vietnam – y los obreros educados dentro de una ideología de igualdad y solidaridad ya no aceptaban formas autoritarias y tampoco que la democracia se quedara fuera de las puertas de los centros laborales y educativos.
En términos de la democracia de las tres etapas quedaba por resolverse la democracia económica. Un hecho decisivo fue la exigencia del movimiento sindical, primero la cooptación en los centros laborales y después de la construcción de fondos de asalariados en los que los sindicatos iban a tener participación de las ganancias y en su calidad de copropietarios ejercer cierto poder sobre las empresas. Esto significaba una ruptura con el consenso que había reinado entre sindicato y patronal desde décadas. Los dueños del capital se dieron cuenta. Se asustaron y fueron capaces de movilizar masivamente por las calles a los pequeños empresarios. Después no hubo tampoco resistencia cuando se impuso la globalización neoliberal. Este cambio de hegemonía ideológica expresa un cambio en el balance de poder entre capital y trabajo y una ofensiva fuerte por parte de la patronal nacional. Esta actuó en el marco de una ofensiva internacional para poder expandir el capital en terrenos antes cerrados, como los países del este de Europa y los sectores públicos del oeste, tanto de Europa como de algunos países del tercer mundo.
3.- Grecia. Un caso emblemático de la crisis multidimensional.
Grecia, no es una isla en la Unión Europea, Grecia se desangra e ingresa en su fase final de crisis-recesión, producto del “extraordinario” trabajo que hicieron y siguen realizando banqueros, empresarios, administradores, corporaciones transnacionales, la irresponsable intervención directa del Fondo Monetario Internacional, la Unión Europea, el Banco Central Europeo y por supuesto políticos corruptos e incompetentes, dicen bancarrota final, salvar al euro, salvar a la Unión Europea, pero lo cierto de todo este desmadre multidimensional, gigantesca deuda externa, producto de la pésima gestión político-financiera, acumulación de intereses, compra de armamento a Francia, Alemania y Estados Unidos – por supuesto la corrupción generalizada- hacen que hoy pague el pueblo helénico esta crisis estructural. Las clases dominantes y los grupos de poder interno, con la complacencia de las autoridades mundiales, llegaron al extremo de tener una deuda de más del 166% del PBI. Inmanejable. Pero ahora viene la intervención directa, las políticas de privatización, el saqueo de los recursos naturales del país y el nuevo paquete de rescate financiero.
No solamente se han contentado, con liquidar en los primeros meses del año en curso, la mayor parte de los derechos laborales y derechos sociales – sindicalización, jubilación – 58 años han pasado a 68 años – miles de despidos de funcionarios estatales – empleados – baja de salarios y despido de trabajadores, eliminación de los derechos de salud, sino que hoy en este segundo programa de rescate, van mucho más allá este trío que gobierna a Grecia con la obediencia del Primer Ministro y el Parlamento votaron contra los intereses más sagrados del pueblo y la ciudadanía y entregaron Grecia al poder de los organismos financieros supranacionales y el poder de los bancos europeos y norteamericanos.
Mayor profundización de las políticas de corte social – educación, salud, trabajo, salarios, servicios sociales – nuevos impuestos y privatización entre el 2011 y el 2015 de las principales empresas estatales, propiedades del país – como Islas, Puertos, Aeropuertos, etc-. La crisis política que sacude el mundo helénico, intervención de las fuerzas policiales, violencia contra las organizaciones sindicales, contra la movilización y huelgas de los trabajadores, hoy revive el fantasma del contagio en Europa, recelosa ante la eventual participación de inversores privados en el segundo rescate de la nación helena.
Pero los ciudadanos, los trabajadores, el pueblo helénico, jamás serán vencidos, y su lucha contra la crisis, los empresarios, políticos mediocres y el propio sistema capitalista – no únicamente contra el modelo financiero-especulativo que se cae en pedazos, producto de la incapacidad manifiesta de todos estos actores económicos, sociales y políticos-. Las huelgas, movilizaciones, toma de las plazas, y otras formas de lucha diarias y permanentes nos están dando una lección al mundo, donde Sindicatos, organizaciones democráticas de la juventud, mujeres, desempleados, subempleados, jubilados, víctimas de la crisis y en general el pueblo y ciudadanía helénica hoy como verdaderos titanes históricos luchan a diario contra el sistema de barbarie y salvajismo que quiere destruirlos y transformarlos en simples “esclavos” del capitalismo sin derecho a reclamo y defensa alguna. El Olimpo arde. La lucha del pueblo griego, es la lucha de todos los pueblos del mundo. Otro Mundo si es posible. Un mundo Socialista, democrático, participativo, dialogante y solidario.
4.- La crisis del modelo en tiempos de la globalización neoliberal.
Hoy un nuevo fantasma recorre Europa. Millones de jóvenes indignados y anti-sistema reclaman y luchan por la Democracia Real, Ya. Como ayer lo hicieron miles en Egipto, Túnez y otros países del norte de África, nuevo movimiento social que hoy ya toca las puertas de América latina, indignados, descontentos, resentidos con el modelo. Hoy millones de jóvenes en todo Europa pierden la credibilidad y legitimidad en la Democracia, coyuntura donde el propio sistema político es profundamente cuestionado. Además de una visión más política, hay necesidad de un pensamiento económico más claro. La tendencia a ignorar la importancia del crecimiento económico en la generación de ingresos públicos debería ser un asunto importante de análisis. La sólida conexión entre crecimiento e ingresos públicos es cosa observada en muchos países, desde China y la India a los EE.UU. y Brasil.
“El temor de una amenaza a la democracia no se aplica, por supuesto, a Gran Bretaña, ya que estas medidas políticas han sido las escogidas por un gobierno investido por el poder de las elecciones democráticas”. A pesar de que el desarrollo de una estrategia no revelada en el momento de las elecciones puede ser razón para una cierta pausa, este es el tipo de libertad que un sistema democrático permite a los que salen vencedores en las elecciones. Pero con ello no se elimina la necesidad de una mayor discusión pública, hasta en Gran Bretaña. También existe la necesidad de reconocer de qué modo las políticas restrictivas por propia elección en Gran Bretaña parecen dar verosimilitud a las medidas políticas aún más drásticas que se imponen a Grecia.
En cambio, objetivamente, que hemos recibido a finales del 2008, la más grande y profunda crisis global multidimensional, de tiempos de la globalización neoliberal – presentada por sus defensores, como simple explosión de la burbuja hipotecaria, o hipoteca subprime –pero, posterior por la dimensión de la crisis no solamente del modelo del capitalismo salvaje y el fin de las políticas neoliberales del Consenso de Washington, sino porque en el
”camino” fueron apareciendo otras dos crisis mundiales sistémicas. La crisis del cambio climático global – crisis del agua, nuevas formas de apropiación de las tierras de cultivo, crisis e la salud, crisis alimentaria, etc. Y la crisis de la Confianza producto del fundamentalismo, el consumismo extremo, la voracidad de los empresarios y banqueros, el deseo irrefrenable de la ganancia fácil, la usura, la codicia, el robo, la corrupción, la sobre-explotación de millones de jóvenes – especialmente mujeres - en el Sudeste Asiático – China, India, Singapur, Tailandia, Taiwán, Corea del Sur, así como en Centro América y todo el norte de México en las llamadas Maquilas, hoy a conducido a que los propios países capitalistas sean el epicentro de la más profunda y extensa crisis multidimensional.
El Socialismo Parlamentario, el reformismo político y la propia Social Democracia han fracasado absolutamente en países como Grecia, España, Portugal, Irlanda, en su mayor dimensión se hacen pedazos y la crisis en la coyuntura no tiene salida por el lado de los responsables, en cambio la están aplicando autoritaria y violentamente por el lado de los trabajadores, de sus derechos constitucionales. Inglaterra, Italia, Francia, es otro escenario plagado de polarizaciones y turbulencias donde el fracaso de la social democracia es también evidente, aunque su impacto es menor, pero sectores sociales como la juventud, los sindicatos, migrantes, desempleados, hoy constituyen y representan la vanguardia de la organización y lucha en defensa y protección de sus derechos.
Hoy Europa, la euro-zona – la Unión Europea, en varios de sus 24 países miembros y otros que están fuera, el Estado de Bienestar, el Modelo Social Europeo, la contribución social más grande e importante que Europa ha aportado al mundo: Democracia, Derechos ciudadanos, - derechos laborales, derechos humanos, derechos sociales y derechos políticos – derechos políticos, están siendo triturados por una derecha neoliberal que se juega “sus minutos finales” en el propio sistema capitalista y la destrucción de la civilización humana. No sólo es el euro, el motivo central de la crisis, las movilizaciones y la rebelión generalizada, es la propia democracia la que está en juego. Detener la marginación de la tradición democrática de Europa conlleva una urgencia que es difícil de exagerar. La democracia europea es importante para Europa… y para el mundo. He ahí el extraordinario contenido social y político de la Democracia como su gran aporte al mundo.
Arequipa, patrimonio cultural de la Humanidad.
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