El
proceso social y político que garantice por un lado la continuidad del proceso
democrático, así como los
cambios sociales necesarios, reajustes institucionales, innovaciones tecnológicas
y transformaciones políticas – en realidad sí, hay que cambiar y transformar la
política neoliberal hegemónica en muchos países y en otros fortalecer y
consolidar lo emergente, por una nueva
política de renovación, nacionalista, progresista, democrática y ello
produce cambios muy importantes en el proceso político de cómo debemos forjar y
construir Gobernabilidad
Democrática. Miramos en su horizontalidad e integridad los problemas
nacionales, su complejidad múltiple descentralizados (mirada regional y local),
escenario donde radica la verdadera fuerza social: el Poder Popular Local. La Nueva Sociedad Civil, Real, emergente,
plural, democrática, escenario donde están en su totalidad los problemas desde
los locales en su mirada y proyección nacional-mundial. Hogar histórico del Don
extraordinario que nos entrega nuestro pueblo: La Confianza, como estructura
dialéctica personal, social e institucional. Esta es la fuerza social de la Ciudadanía – fortaleza social,
cultural y política –, garantía y
valoración un nuevo escenario, columna vertebral social y política, de mirar el
futuro con grandes cambios y transformaciones
- aquí están sus problemas, reivindicaciones, derechos de la vida
cotidiana como los derechos Constitucionales – el fundamento para forjar un proceso de concatenación, unidad y
cohesión social y política con las
dirigencias nacionales y regionales, estancia (enlace
y gabinete) de la más fecunda, rica y productiva de todo el proceso político –
movilización y participación de la ciudadanía
como motor principal y eje central - proceso
de forja y construcción de Gobernabilidad Democrática, fortaleza básica para
garantizar, viabilizar y asegurar la
continuidad y/o los cambios principales en el sistema vigente y generar compromiso y responsabilidad en los
cambios sociales y políticos del sistema Democrático de una Ciudadanía con derecho
al futuro y un país en condiciones de competir en los grandes escenarios del
Mundo Multipolar.
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“Ningún Ciudadano, adhiera o no al oficialismo,
puede ser ajeno al grado de decadencia que tiene nuestra clase política”. Clase política argentina NO garantiza continuidad
del sistema democrático y menos tiene las capacidades, confianza, honestidad y
reconocimiento para forjar Gobernabilidad democrática.
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ARGENTINA:
GARANTIZAR GOBERNABILIDAD.
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El vértigo de las PASO acrecienta la angustia de propios y ajenos. Las
campañas se hacen cada vez más duras y la polémica gira en torno a la
continuidad y profundización del "modelo K".
INFO/news Martes 09 de
Junio del 2015.
Alí Mustafá.
El vértigo de las PASO
acrecienta la angustia de propios y ajenos. Las campañas se hacen cada vez más
duras y la polémica gira en torno a la continuidad y profundización del
"modelo K". La pregunta es quién será el mejor representante en cada
rincón de la Argentina, desde el más remoto municipio hasta el sillón de
Rivadavia. Mientras tanto, la oposición se trasviste de peronista y juega por
derecha y por izquierda a ser el villano más perverso en este proceso de
emancipación e igualdad que se inició en mayo de 2003.
Tal vez sea que el
verdadero y más intenso debate se dé dentro de las filas del propio Frente para
la Victoria. No hay dudas de que todos los candidatos del kirchnerismo expresan
desde su espacialidad y especialidad con mayor profundidad algún aspecto del
modelo en cuestión. Son la capacidad de gestión, las ideas, las propuestas, la
posibilidad de lograr consensos con los diferentes sectores de la sociedad los
matices que los diferencian y hacen únicos a los pre-candidatos enrolados en el
oficialismo.
Sería ingenuo no reconocer
que la gestión política le dio a los hombres de Estado mayor exposición y
visibilidad en los medios y por lo tanto "raiting" en las encuestas.
Este es un plus con el que corren los funcionarios que están en carrera para
los cargos electivos de agosto próximo, pero no es suficiente para ganar una
elección. Ya lo dijo la presidenta Cristina Fernández hace unos días atrás en
un acto por la estatización de los ferrocarriles "no se puede gobernar con
encuestas, ni pantomimas, hay que gobernar con acciones y pensando en el pueblo
y la patria".
Para los animales
políticos siempre un cargo público de envergadura es la plataforma para dar el
salto hacia otro. No digo ni mejor ni peor porque todos serían funcionales al
proyecto de país encarado, y cualquier espacio de realización colectiva por más
pequeño que sea es importante para cumplir los más altos objetivos.
En estos años quien mejor
interpretó el horizonte que planteo la presidenta CFK en todos sus discursos y
acciones, tal vez, fue Julián Domínguez. Desde su carrera a la presidencia de
la nación hasta ahora como potencial sucesor de Daniel Scioli en Buenos Aires
sabe que el modelo se sostiene únicamente con la organización de sus bases y sus
cuadros técnico-políticos. El instrumento que utiliza es el Movimiento San
Martín orientado a la construcción horizontal y colectiva de diferentes fuerzas
políticas y sociales del país. La heterogeneidad de la economía, de la
producción, del trabajo y el empleo, la diversidad cultural y la complejidad
que se asume a la hora de gobernar tanto un país como cualquier provincia sobre
todo la más grande y diversa de la Argentina, como lo es la provincia de Buenos
Aires, se refleja en las discusiones que en el seno de su Movimiento se vienen
dando desde hace más de dos años. La regionalización y sectorización de las
políticas trae implícito el concepto de gestionar la heterogeneidad.
En tal sentido, se logrará
buscar una síntesis que no es fácil dado que los intereses hacia adentro de
cada sector en particular son diferentes. Por ejemplo, cuando hablamos del
campo no podemos generalizar porque entre ellos se encuentran los medianos y
pequeños productores, los que arriendan campos para cultivo, los latifundistas,
etc., todos ellos con intereses de distinto calibre. De este modo, hablar de la
industrialización del campo será un proceso que deberá tener en cuenta los
desafíos que plantean esos sectores. Lo mismo si nos referimos a la industria,
al ámbito laboral o al sector económico financiero. Para cada uno se deberían
tomar políticas fragmentadas, diferenciadas lo que supone que gobernar en el
futuro inmediato será materia de especialistas y de políticos con una mirada
holística pero que a su vez pueda atender las demandas y gobernar para todos.
La provincia de Buenos
Aires, desde su fundación y dentro de sus límites, tiene la complejidad de un
país, por eso los bonaerenses la llamamos la Patria Chica. Entonces, será desde
las instituciones del Estado, en el sentido más weberiano, que se deberá tener
en cuenta el aggiornamiento de los sistemas de reglas que definan la estructura
social y el accionar del futuro gobierno. En unas pocas semanas de campaña en
el territorio bonaerense el precandidato a gobernador Julián Domínguez, rápido
de reflejos, supo transformar en práctica política la interpretación de los
tiempos venideros. El instrumento de construcción política para él no es
novedoso porque lo ha desarrollado y perfeccionado a lo largo de su gestión
como presidente de la Cámara de Diputados logrando los consensos necesarios
para la aprobación de las leyes más importantes de la década ganada. De esta
manera organizó un plenario en la localidad de Tigre, enclave del massismo, con
los rectores y más de 300 académicos de todas las disciplinas del conurbano
bonaerense. También, se reunió junto a Daniel Scioli con 500 concejales,
diferentes agrupaciones políticas; y participó acompañado por el intendente
Francisco "Barba" Gutierrez del Encuentro Provincial por la Agenda Legislativa
de las Organizaciones Sociales de la Provincia de Buenos Aires que tuvo lugar
en la Universidad Nacional de Quilmes. El sábado último en el acto, quizás el
más importante de el inicio de campaña, dejó conformada la mesa sindical de
apoyo a su candidatura de la que participaron cerca de los 40 gremios más
importantes de la provincia y 45 intendentes. El acto se nutrió con más de 4000
militantes y dirigentes gremiales.
A diferencia de otros
precandidatos, frente a un escenario de incertidumbre en 2016, no caben dudas
que Julián Domínguez, lejos de las chicanas discursivas de algunos y de las
pantomimas del debate mediático, apuesta a garantizar la gobernabilidad
democrática de la provincia estableciendo acuerdos y consensos con todos y cada
uno de los sectores que hacen a la vida política en ese territorio. La
participación de este abanico de sectores evitaría, por un lado la autocracia
y, por otro lado, expandiría aún más los derechos de los ciudadanos de la
provincia, o sea, ampliaría las posibilidades de desarrollo de todos los
bonaereneses.
Haciendo eje en el
peronismo la columna vertebral del proyecto nacional y popular que lidera la
presidenta Cristina Fernández de Kirchner y en el movimiento obrero como
columna vertebral del peronismo, Domínguez asegura que a los argentinos nos fue
mal con las recetas del liberalismo, "por eso siempre vamos a defender un modelo de concertación
social y de ampliación de derechos para nuestros trabajadores".
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