Objetivamente la
iglesia con el papa Francisco, es hoy el centro de una “revolución social”
interna, para unos dicen, está logrando entrar a sus orígenes, para ello ha
tomado en cuerpo y alma los problemas estructurales de los pobres, migrantes,
desempleados, campesinos sin derechos sociales; en cambio para otros el Papa
está asumiendo un Nuevo Tipo de Liderazgo Mundial en una sociedad
carente de Valores personales y colectivos, en una sociedad donde el consumismo
fundamentalista, conduce a beneficiar al 1% de la población mundial,
mientras el 99 % simplemente es hoy mero espectador, otros beneficiados –
con los programas de inclusión social,
que el capitalismo actual intenta darle otra dirección, otro contenido en la
era Moderna. El Papa asume hoy con mucha entrega, jerarquía y valores el
problema de los miles de desempleados, producto de la crisis del modelo financiero-especulativo
de la primera era de la globalización, la de los millones de hambrientos en el mundo, de los miles migrantes
ilegales que a diario llegan a las
costas de la Europa del siglo XXI, o de los pobres extremos –producto de
la propia crisis del capitalismo en la Ciudad Global -. Sin embargo ha ido
más allá, con su preocupación y su voz de protesta de la situación injusta de
distintas formas de explotación del campesino, falta de agua, tierras
expropiadas por las transnacionales, para copar con sus productos la producción
en el mercado global o en tiempos nuestros, con relación a los conflictos sociales, en fin su preocupación es hoy
con los grandes e inhumanos problemas que genera en el mundo la mundialización
de la Desigualdad económico social. En este escenario global hoy se le
ve junto a los movimientos sociales, populares, campesinos, etc, Parte
del surgimiento de la lucha con los trabajadores en miles y millones que en sus derechos sociales y laborales, han sido absolutamente borrados
del sistema.
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EL PAPA FRANCISCO Y LOS
MOVIMIENTOS POPULARES:
La importancia de una aproximación histórica.
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Joao
Pedro Stedile.
ALAI.
América latina en Movimiento.
Jueves
25 de junio del 2015.
Con
sus posturas y pronunciamientos referidos a las injusticias en la humanidad y
su posicionamiento a favor de los más pobres, de los trabajadores y, en
general, de los excluidos, el Papa Francisco, desde el inicio de su
Pontificado, sorprendió gratamente a los militantes de movimientos populares de
todo el mundo, por contraste con sus dos antecesores.
El
mismo hecho de haber elegido el nombre de Francisco, con toda la carga
simbólica que tiene San Francisco de Asís, sea para el comportamiento de las
personas o incluso al interior de la Iglesia, representa en sí mismo un hecho
histórico y revolucionario. Ningún otro pontífice ha tenido el coraje de
honrar a Francisco de Asís.
En
todos los asuntos sobre los que se ha pronunciado –la guerra en Siria, el hambre,
la migración de africanos a Europa, la cuestión del desempleo, las personas sin
hogar, etc.–, lo ha hecho siempre con una posición clara y firme; sin temor a
señalar culpabilidades, abandonando la postura diplomática anterior, que
justificaba la postura del Vaticano de estar siempre al lado de los poderosos y
de organismos internacionales.
Por
otra parte, desde un primer momento también viene impulsando cambios
conducentes a un proceso de democracia interna dentro de los organismos del
Vaticano, que se han convertido en verdaderas monarquías centralizadas, al
tiempo que con valentía ha establecido sanciones contra aquellos miembros de la
Iglesia comprometidos en actos criminales, pero que antes se los escondía bajo
la alfombra.
El diálogo con los
movimientos populares.
Con
estos vientos de cambio, desde el segundo semestre de 2013 comenzamos a recibir
señales de que le gustaría tender puentes con movimientos populares de todo el
mundo. Como tenía lazos históricos con movimientos de trabajadores
precarios de Argentina, a través de ellos iniciamos los primeros diálogos
respecto a cómo organizar una reunión mundial de movimientos populares.
A
finales de 2013, en el Vaticano, con la participación de la Pontificia Academia
de Ciencias y de la Comisión de Justicia y Paz, tuvimos diversas conversaciones
para hacer realidad la voluntad del Papa Francisco. Realizamos un primer
seminario para debatir las razones de las desigualdades sociales en el mundo, y
cómo las veíamos desde los movimientos populares.
Después,
propusimos y entregamos un documento elaborado por nueve científicos de todo el
mundo, vinculados a Vía Campesina internacional, que trata de explicar al Papa
las razones de por qué las semillas transgénicas y los agrotóxicos son un
peligro para la humanidad y la naturaleza.
En
esta secuencia de nuestro diálogo permanente, realizamos un Encuentro Mundial de Movimientos
Populares con el Papa
Francisco en octubre de 2014. En la preparación del encuentro, por
consenso se estableció que la representación debía ser de movimientos populares
que se organizan y luchan por resolver tres derechos fundamentales de las
personas: tierra para sembrar,
techo para vivir y trabajo digno. También quedó explícito en nuestras
articulaciones que deberíamos evitar tanto representaciones viciadas de
mecanismos internacionales, como representaciones de la Iglesia, porque ya
tienen otros espacios para articularse a nivel internacional.
De
modo que nos encontramos más de 180 representantes de movimientos de
trabajadores de todo el mundo, con una amplia pluralidad de credos religiosos,
etnias, género, juventud, orientación sexual y representación geográfica, de
todos los continentes. No hubo de parte del Papa Francisco o del Vaticano
ningún condicionamiento.
El
encuentro fue histórico. Por primera vez en la historia del Vaticano, el
Papa se encontró con representantes de movimientos populares. Nos
reunimos en el salón del Sínodo viejo, utilizado por siglos solamente por
cardenales. Él mismo reveló que nunca antes había estado en ese lugar.
Y ahí analizamos los problemas que enfrentan los trabajadores/as, sus
causas y las propuestas para encontrar salidas.
Y
en su exposición, el Papa Francisco defendió un programa síntesis de toda
nuestra lucha, en la cual debemos perseverar, para que no haya más en la
humanidad: ¡ninguno campesino
sin tierra, ningún trabajador sin trabajo digno y ninguna familia sin vivienda
digna!
Ahora,
nuevamente vamos a encontrarnos en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia (9 julio
2015), con ocasión de su visita a ese país. La representación de los
movimientos populares será más grande, con cerca de 1.500 compañeros y
compañeras, principalmente de América del Sur, con los mismos objetivos:
reflexionar sobre nuestra realidad y buscar las verdaderas soluciones
que puedan contribuir para construir una sociedad más igualitaria, justa y
fraterna.
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João Pedro Stedile es
miembro de la Coordinación Nacional del Movimiento
Sin
Tierra -MST- y de la Vía Campesina Brasil.
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