RUSIA Y UCRANIA, MÁS CERCA DE LA GUERRA TOTAL. Extremismo, radicalismo e intransigencia, enemigos de la estabilidad política, escenario improductivo para construir la paz. No podemos forjar un proceso complejo en relación a la paz en un escenario de violencia extrema, injusticia social e inhumana y profunda desigualdad económico-social. Es levantar la paz encima de un conglomerado o amasijo de bombas de guerra que en cualquier momento explosionan. Además las acusaciones mutuas y violentas – pura anti-política - entre Kiev y Moscú. La beligerancia del Presidente Ucraniano de responsabilizar políticamente, todo a Rusia, está conduciendo el conflicto político hacia un terreno acaso inexorable de guerra total entre Rusia y Ucrania. Los graves y complejos problemas económico-sociales y políticos internos que hoy existen en Ucrania - en especial el político, con la separación e independencia de la República de Crimea y la Ciudad de Sebastopol a la Federación Rusa, sumado a ello los movimientos independentistas de la Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk al sudeste de Kiev, en la coyuntura actual el epicentro de todo el conflicto político.
La situación se radicalizó cuando metió
sus narices – intervención directa de la Unión Europea y Estados Unidos
– apoyando la caída
del Presidente, Víktor Yanukóvich – golpe de estado de la extrema
derecha pro-europea -, posteriormente se eligió al actual Presidente –el multimillonario chocolatero – Petro
Poroshenko – sin embargo por su total dependencia política de la Unión Europea, del Fondo Monetario
Internacional – incluso de la Troika – en los asuntos internos de financiar
sus alicaído presupuesto nacional. La situación real y objetiva, es que esta
nueva ofensiva política así como la radicalización de la guerra militar interna – las mutuas acusaciones, responsabilidades
políticas, cientos de muertos entre militares y ciudadanos, debe llevarlos a
reflexionar profundamente de que una guerra interna con situación real de
transformarse en un conflicto militar
transcontinental, solo los conducirá hacia la destrucción de ambos países y
los únicos y verdaderos ganadores, serán como siempre las corporaciones de las industrias
militares, hoy las incitadoras del conflicto desde los poderes fácticos
globales que son los que gobiernan el sistema mundo.
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RUSIA Y UCRANIA, MÁS CERCA DE LA GUERRA
TOTAL.
Mientras combaten con armas pesadas en
territorio rebelde. Moscú y Kiev se culpan mutuamente.
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El presidente ucraniano acusó a Rusia de mantener 9000
soldados dentro del territorio ucraniano y de impulsar la ofensiva rebelde en
el este del país. Pero el canciller ruso dijo que la culpa es de la
intransigencia del gobierno ucraniano.
Página /12 viernes
5 de junio del 2015.
Los
tanques vuelven a rodar por la volátil zona de Donbás, en el este de Ucrania.
Decenas de personas murieron en las últimas horas cerca de la ciudad de
Marinka, al oeste de Donetsk. Los enfrentamientos, de cuyo inicio se acusan
ambas partes, son los más sangrientos desde el arranque de la tregua acordada
hace cuatro meses en Minsk, Bielorrusia. “Estuvimos en el sótano todo el día de
ayer”, dijo Svetlana Mokraya, de 49 años, vecina de Marinka, que pudo
refugiarse en la localidad vecina de Gueoguivka con la ayuda de una ambulancia.
Los rebeldes trataron de “encontrar puntos débiles pero repelimos el ataque.
Regresaron a Donetsk”, dijo Serguei, un soldado ucraniano de 30 años.
Mientras Kiev
responsabilizó a los rebeldes de interrumpir el alto el fuego, Moscú
responsabilizó al gobierno ucraniano. “Los terroristas dañaron brutalmente el
acuerdo de Minsk”, afirmó el ministro ucraniano de Exteriores, Pavel Klimkin,
según el cual los soldados ucranianos “no cedieron ni un centímetro de
terreno”. La réplica de Serguei Lavrov, el ministro de Exteriores ruso, no se
hizo esperar: “Los acuerdos de Minsk se encuentran bajo una amenaza constante
de ruptura por la actuación de las autoridades de Kiev, que intentan obviar su
obligación para establecer un diálogo directo con Donbás”. Por su parte el
secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, confirmó la gravedad de la
situación. “Lo que hemos observado estas últimas 24 horas en Ucrania es un
recordatorio que muestra que la tregua es muy frágil”, declaró .
El presidente ucraniano,
Petro Poroshenko, justificó ayer la mayor ofensiva militar desde hace meses
como acto de defensa frente a los separatistas prorrusos. “Existe la amenaza
colosal de que se reanuden las acciones militares a gran escala por parte de
los grupos terroristas rusos”, dijo. “El ejército ucraniano debe estar
preparado para una nueva ofensiva por parte del enemigo. Catorce batallones
tácticos rusos, integrados por más de 9000 efectivos, permanecen en territorio
de Ucrania”, denunció. Los rebeldes amenazaron una y otra vez con ampliar su
zona de influencia en Donbás, pero ese intento fue derrotado, anunció el
gobierno de Kiev, orgulloso. Con el telón de fondo de esta escalada de
violencia, Poroshenko anunció ayer un nuevo aumento del presupuesto militar del
país. “El peligro de fuertes combates en Donbás persiste”, afirmó el presidente
en su discurso sobre el Estado de la Nación. Ahora hay 50.000 soldados
desplegados en la zona y Poroshenko quiere aumentar el número de efectivos de
las fuerzas armadas hasta 250.000 antes de finales de año. Poroshenko preparó a
la población de su país para tiempos difíciles y advirtió que persiste la
amenaza de un ataque por parte de Rusia en cualquier momento.
Con miras a los
enfrentamientos armados en el este, el Parlamento de Ucrania aprobó ayer una
ley que autoriza el despliegue de tropas internacionales en el país. Sin
embargo, tal misión requiere de un mandato de la Unión Europea (UE) o Naciones
Unidas. El gobierno de Poroshenko ha solicitado varias veces a la UE y al
Consejo de Seguridad de la ONU el envío de soldados para que sean desplegados,
por ejemplo, a lo largo de la frontera con Rusia en la región separatista. Sin
embargo, la comunidad internacional está dividida sobre las perspectivas de
éxito de tal misión.
La UE y la Organización
para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) se mostraron ayer
preocupadas por el recrudecimiento de los combates. Se trata de la violación
más grave de la tregua registrada hasta el momento, aseguró la responsable de
Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, que advirtió sobre una nueva
espiral de violencia. La diplomática italiana responsabilizó de forma indirecta
a los separatistas prorrusos de estos últimos combates, por haber trasladado
grandes cantidades de armamento pesado hacia el frente. Los observadores de la
OSCE constataron ayer que los separatistas prorrusos desplegaron artillería
pesada hacia la denominada “línea de contacto”, en contra de lo acordado en el
último alto el fuego, en el que las partes se comprometieron a retirar el
armamento pesado al menos a 50 kilómetros de la línea del frente. La noche del
martes se detectó el movimiento de una decena de tanques y otros vehículos armados
desde la ciudad de Donetsk, antes de que se desataran fuertes combates en torno
de la ciudad de Marinka, informó la OSCE.
A su vez, el asesor
asistente de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, dijo que la
prioridad de Washington para la cumbre del G-7 de principios de la semana que
viene es el mantenimiento de las sanciones contra Rusia, país al que Estados
Unidos acusa de apoyar a las fuerzas rebeldes. “Creo que lo más urgente es
centrarse en el mantenimiento de la unidad sobre las sanciones, que tienen
repercusiones significativas sobre la economía rusa”, dijo Rhodes. “El mensaje
tiene que ser que la presión no cesará a menos que veamos” una solución
diplomática, afirmó.
Por su parte, Poroshenko
defendió el uso de artillería pesada y explicó que el ejército repelió “de
forma adecuada” el ataque de los rebeldes en Marinka. Durante su discurso ante
la Nación, Poroshenko responsabilizó a Rusia de la escalada de violencia. “La
zona de Donbás habría olvidado la guerra como si de un mal sueño se tratase si
Moscú quisiera la paz tanto como Kiev”, advirtió el presidente ucraniano. Según
Poroshenko, en la zona luchan en la actualidad 14 grupos de combate rusos con
más de 9000 soldados apoyando a los rebeldes.
Moscú lo niega y acusa a
Kiev de poner en peligro el plan de paz. El Ministerio de Exteriores de Rusia y
el Kremlin culparon a Kiev del repunte de la violencia. El gobierno ucraniano
quiere presentar a Rusia como agresor ante la cumbre del G-7 y la que la UE
celebrará a finales de mes, apuntan desde Moscú. Según el portavoz del Kremlin,
Dmitri Peskov, es el ejército ucraniano el que desestabiliza conscientemente y
provoca tensiones. Rusia teme que ante estos nuevos enfrentamientos, Occidente
prolongue o endurezca las sanciones impuestas a Moscú por el conflicto
ucraniano.
El gobierno de Kiev
afirma que en los combates por Marinka murieron 80 separatistas y fueron
heridos un centenar. Pero el líder separatista Eduard Bassurin, dice que en los
combates murieron 16 rebeldes y resultaron heridos otros 90. “La situación en
la República Popular de Donetsk se agravó mucho”, afirmó. Según Bassurin, los
rebeldes quieren mantener el alto el fuego y no hay planes para volver a
desplegar armamento pesado en el frente.
En tanto, los analistas
ucranianos creen que todavía está por verse si se trata sólo de un test militar
o de un verdadero regreso de fuertes combates. En Kiev está muy extendida la
opinión de que la zona controlada hasta ahora por los separatistas es demasiado
pequeña como para poder sobrevivir como territorio independiente.
El politólogo Kost
Bondarenko cree que el actual episodio de violencia es más bien una prueba de
fuerza de las partes en conflicto, que quieren fortalecer sus posiciones en las
negociaciones del proceso de paz. Este experto está convencido de que nadie
iniciará un gran ataque. “Ninguna de las partes quiere ser culpable del fracaso
de la tregua”, apunta.
Pero muchos analistas
creen que el proceso de paz está desde hace tiempo en un callejón sin salida
del que sólo puede salirse con nuevos combates.
“Existe
el temor fundado en que vuelva a caerse en una escalada militar”, dijo
Steinmeier, el canciller ucraniano, quien defiende la validez del documento
firmado hace cuatro meses en Minsk, a pesar del evidente fracaso del alto el fuego. “Hoy
por hoy no tenemos otro instrumento”, señaló.
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1 comentario:
Predijo usted lo que ha pasado hace ya siete años, y lo expresó con absoluta claridad.
Saludos desde España.
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