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INVITACION. Amigo y Amigas Ciudadanos lectores que me acompañan por varios años. Una simple reflexión. Una lectura bien reflexiva, análisis y opinión, NOS jugamos el futuro de la Humanidad, en especial para las Nuevas Generaciones. El año 2015 la ONU, acordó trabajar, desarrollar los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible ODS. Hacia el año 2030, Estamos a 5 años. Que piensa, es cierto que se avanzó en lo que las Autoridades Informan o nos solidarizamos con la Coordinadora, la Voz de la Sociedad Civil, que CRITICÓ profunda y extensamente el Informe Final presentado en la Ciudad de Sevilla España, en el presente mes de julio. Gracias tenemos y exigimos el Derecho al Futuro diferente, superior y como base en el Desarrollo Sostenible. Saludos con el cariño y respeto de siempre. Pablo Raúl.
“En
su balance final de la Conferencia
de Sevilla, La Coordinadora criticó, en tanto eco de la voz mayoritaria de la sociedad civil internacional, que
no se trata de una falta de recursos sino de un problema de prioridades.
“Dinero
hay, como demuestra el
aumento sin control del gasto militar que en 2024 superó los 2.700
millones de dólares; los subsidios
a los combustibles fósiles, o los 25.000 millones de dólares que se calcula están escondidos en
guaridas fiscales sin pagar impuestos”. Mientras tanto, agregó, “millones de personas no tienen acceso a
servicios básicos, como agua potable, alimentos o educación”.
“La
Coordinadora también señaló que más de 60 países –con unos 3.000 millones de habitantes–
dedican más dinero a pagar la deuda externa que a la educación o la salud, situación que afecta a cerca de la mitad de
la población mundial. Mientras tanto, los fondos que especulan
con la vivienda, la salud o la educación
lucran a costa de los derechos de
millones de personas en todo el planeta. Por otra parte, tampoco dan respuesta a la emergencia climática que golpea gravemente a regiones enteras,
especialmente las poblaciones que
menos incidencia tienen en el calentamiento
global. Ya son, por lo menos, 120
millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares. El objetivo de erradicar la pobreza en el mundo hacia el año 2030,
esbozado por la comunidad internacional
hace diez años, parece hoy un sueño postergado o imposible. El letargo y la falta de voluntad política de los que hegemonizan el poder es evidente. La realidad actual prueba que, sin cambios de fondo del actual sistema
internacional, 2030 no será más que el momento donde se
constatará otro gran fracaso humano: el de un sueño que se convirtió en pesadilla.
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PLANETA A LOS TUMBOS.
La
Agenda 2030 no aprueba el examen.
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Por Sergio Ferrari | 22/07/2025 | Economía
Fuentes.
Revista Rebelión martes 22 de julio del 2025.
Balance
planetario para nada optimista. Sólo un tercio de las metas que las Naciones
Unidas (ONU) definieron en 2015 para reducir la pobreza van por buen camino o
progresan moderadamente. Y 2030 está muy cerca.
En
opinión de António Guterres,
secretario general de la ONU, “Hay que ser claros: no estamos donde
tenemos que estar”. Con esta constatación hecha pública el 13 de julio arrancó una quincena
importante para medir la salud (o la
enfermedad) del planeta. Recién
había concluido en Sevilla
la Cuarta Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo (30 de junio-3 de julio) y pocas horas después se aprestaba a comenzar en Nueva York el Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible (14-24 julio). Este Foro constituye
la plataforma central de las Naciones
Unidas para el seguimiento y la revisión de la Agenda 2030 y de
sus 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) aprobados
en 2015. En la actual sesión se está evaluando
el cumplimiento de cinco de estos
objetivos: Buena salud y
bienestar, Igualdad de género, Trabajo decente y crecimiento económico, Vida submarina y las Alianzas para implementar los propios ODS (https://hlpf.un.org/home).
Según el Informe
de la ONU que sirve de referencia para esta evaluación,
casi la mitad de las metas definidas en 2015 avanzan “demasiado despacio” y un 18% camina “a la inversa” (https://dashboards.sdgindex.org/).
Para Guterres, el mundo se confronta con “una emergencia mundial de desarrollo”. Agravada por la
intensificación de los impactos
climáticos y la deuda, la cual “agota los recursos que los países necesitan
para invertir en su gente”.
Balance
mitigado, por no decir pesimista.
En la
planilla del “haber”, Naciones Unidas
incorpora señales positivas a nivel mundial. Por ejemplo, la cantidad de personas que ya
tienen acceso a la electricidad,
aproximadamente un 92%.
Así mismo, desde 2015
hasta ahora el acceso a Internet creció del 40% al 68%, lo cual facilita
que millones de seres humanos aspiren a mejores niveles de educación y empleo.
La protección
social cubre a más de la mitad de la población del planeta; se incrementó la
llegada de más niñas a la
escuela y se redujo el matrimonio
infantil (menos de 18 años de edad),
aunque todavía hay 12 millones de
casamientos de niñas menores cada año.
En la última
década, otros 110 millones de niños, niñas y jóvenes se han matriculado en la escuela y 54 países han eliminado al menos una enfermedad tropical.
Según la ONU, también se ha reducido la tasa de mortalidad de
menores de cinco años, así
como el índice de mortalidad neonatal.
Estos resultados positivos parciales, sin embargo, no pueden “ocultar la realidad de la pobreza persistente, la creciente desigualdad y la crisis climática”. Los 800 millones de personas, incluidos 38 millones de refugiados, que aún viven en situación de pobreza extrema representa una cifra escalofriante. Unos 1.120 millones de personas viven en barrios marginales, sin servicios básicos. Una de cada cuatro personas no tiene acceso a agua potable. En paralelo, según el Banco Mundial, en 2023 los países en desarrollo destinaron la cifra récord de 1,4 billones de dólares a pagos de su deuda externa. Con el agravante que los costos de los intereses aumentaron casi un tercio hasta alcanzar los 406 000 millones de dólares, llegando así al nivel más alto de los últimos 20 años. Lo que redujo los presupuestos de muchos países para áreas críticas como salud, educación y medio ambiente. (https://www.bancomundial.org/es/news/press-release/2024/12/03/developing-countries-paid-record-1-4-trillion-on-foreign-debt-in-2023).
Hace 36 horas Planeta hacia los Tumbos- al suelo, levantarse será más difícil, que comenzar de nuevo. La Agenda 2030 NO aprueba el examen.
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El Informe
reconoce que,
“en promedio, a nivel mundial, los Objetivos de
Desarrollo Sostenible están muy lejos de alcanzarse”. Ninguno
de estos 17 objetivos podrá lograrse
hacia el año 2030. Entre los
principales obstáculos: los conflictos
bélicos, las vulnerabilidades
estructurales y el limitado margen
fiscal. Todo ello impide el progreso
hacia las metas fijadas en muchas partes del mundo.
En síntesis: en el libro contable del “debe” y el “haber”, los logros,
según la propia ONU, son claramente insuficientes si se piensa en las esperanzas cifradas por el consenso
mundial alcanzado en 2015
para eliminar la pobreza en 15 años (https://news.un.org/es/story/2025/07/1540167).
Perspectivas
inciertas sin reformas de fondo.
Para el secretario
general de las Naciones Unidas, “El
progreso es imposible sin un desbloque de la financiación” a gran escala.
De allí que esta organización llame
a una reforma de la arquitectura
financiera internacional (la actual “está
deteriorada”), la adopción de medidas
de alivio de la deuda y la triplicación de la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo.
Según la ONU, aunque el desarrollo sostenible ofrece altos rendimientos,
“El dinero fluye con facilidad hacia los países ricos y no hacia las economías
emergentes y en desarrollo, que
son las que ofrecen mayor potencial de crecimiento y tasas de rentabilidad”. En consecuencia, reclama que el capital fluya hacia los países emergentes y en desarrollo y en condiciones más favorables con el fin de apoyar los bienes
públicos globales y lograr el
desarrollo sostenible.
En plan de
corregir el incumplimiento de la Agenda,
las Naciones Unidas identifican seis
áreas en las que más esfuerzos
podrían producir efectos más significativos: sistemas alimentarios, energía,
digital, educación, empleo y acción
climática. Para Guterres,
“Las
transformaciones estructurales […] son nuestra hoja de ruta … y los avances en
un área pueden multiplicar el progreso en todas ellas”.
Nuevamente, durante los
cinco años restantes la voluntad
política de los Estados estará
en juego en cualquier esfuerzo por avanzar hacia el cumplimiento de la Agenda 2030. Se trata de una coyuntura internacional donde no son pocas las voces que se oponen, que
niegan, o que incluso ridiculizan la Agenda,
fundamentalmente gobiernos de derecha o
sectores reaccionarios de la comunidad
internacional. El 4 de marzo, Edward Heartney, representante estadounidense ante la Asamblea de
la ONU, fue muy explícito:
“Estados Unidos rechaza y denuncia la Agenda 2030 para el desarrollo
sostenible y los objetivos de
desarrollo sostenible y no los
reafirmará más como algo habitual” (https://www.voanews.com/a/at-un-trump-s-domestic-policies-enter-international-arena/7997792.html).
Su más
incondicional aliado latinoamericano,
el presidente argentino Javier Milei,
ya había lanzado sus propias diatribas contra esa propuesta ante la Asamblea de la ONU en setiembre del
año pasado. En esa ocasión afirmó
que,
“aunque bien intencionada en sus metas, la Agenda 2030 no es otra cosa que un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados nación y violentan el derecho a la vida, la libertad y la propiedad de las personas” (https://www.argentina.gob.ar/noticias/javier-milei-en-la-asamblea-de-naciones-unidas-argentina-va-abandonar-la-posicion-de). En noviembre de 2024, durante la Cumbre del Grupo de los 20 en Brasil, Milei se distanció de varios puntos del documento final que reivindican esta hoja de ruta internacional para enfrentar la pobreza.
Mundo. hace 26 horas. La ODS no aprueba el examen. Planeta al tumbo. (al suelo, muy enfermo y contagiado). El Hambre, las Guerras y el Cambio Climático lo está demoliendo.
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Críticas
ciudadanas. Luces y sombras de Sevilla.
Queda muy poco tiempo
para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 y “estamos muy lejos de alcanzar los
compromisos asumidos”, recuerda por su parte La Coordinadora de Organizaciones para el Desarrollo, plataforma española que reúne un centenar
de organizaciones sociales y redes autonómicas dedicadas a la cooperación
internacional, la educación
para la ciudadanía global y la acción humanitaria. Cerca de 1.500 representantes de la sociedad civil de numerosos países
participaron en un evento paralelo previo y siguieron in situ el desarrollo de la Conferencia de Sevilla. Promovieron, incluso, acciones de protesta antes y durante el
propio evento para exigir la cancelación
de la deuda externa, la justicia
económica global, las tasas a ricos
y las empresas contaminantes, así
como la inversión en servicios públicos
y la cooperación internacional.
En su balance
final de la Conferencia de Sevilla, La Coordinadora criticó, en tanto eco de
la voz mayoritaria de la sociedad civil
internacional, que no se trata de una
falta de recursos sino de un problema de prioridades.
“Dinero hay, como demuestra el aumento sin control del
gasto militar que en 2024 superó los
2.700 millones de dólares; los subsidios a los combustibles fósiles,
o los 25.000 millones de
dólares que se calcula están escondidos en guaridas fiscales sin pagar
impuestos”. Mientras tanto, agregó, “millones
de personas no tienen acceso a servicios básicos, como agua potable, alimentos
o educación”.
La
Coordinadora también señaló
que más de 60 países –con unos
3.000 millones de habitantes– dedican más dinero a pagar la deuda externa que a la educación o
la salud, situación que afecta a cerca de la mitad de la población mundial. Mientras tanto, los fondos que especulan
con la vivienda, la salud o la educación
lucran a costa de los derechos de
millones de personas en todo el planeta. Por otra parte, tampoco dan respuesta a la emergencia climática que golpea gravemente a regiones enteras,
especialmente las poblaciones que
menos incidencia tienen en el calentamiento
global. Ya son, por lo menos, 120
millones de personas que se han visto obligadas a abandonar sus hogares (https://coordinadoraongd.org/2025/07/conferencia-de-sevilla-un-balance-con-luces-y-sombras/).
El objetivo
de erradicar la pobreza en el mundo hacia el año 2030, esbozado por la comunidad
internacional hace diez años, parece hoy un sueño postergado o
imposible. El letargo y la falta
de voluntad política de los que hegemonizan el poder es evidente. La realidad actual prueba que, sin cambios de fondo del actual sistema
internacional, 2030 no será más que el momento donde se
constatará otro gran fracaso humano: el de un sueño que se convirtió en pesadilla.
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