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El Título es muy sugerente. La globalización en retirada. Porque se retiran o trasladan o simplemente retornan unos cuantos millones de capitales y unas cuantas empresas, multinacionales o porque el comercio este en proceso de relantización, o se produzcan la llamada “guerra de las divisas” o porque algunos países en su desesperación recurran al “proteccionismo”, o en fin porque suban los salarios unos cuantos centavos de dólar en algunas economías emergentes, puede ser un argumento valedero para afirmar categóricamente que la globalización está en retirada. NO. Al contrario para nosotros la globalización “ingresa” a una nueva fase, más expansionista, de mayor y nuevas formas de explotación mundial, la era de la transnacionalización los monopolios imperialistas. Pensemos en los miles de millones (billones de dólares y/o euros) que representa el volumen diario que solamente moviliza el capital financiero en el mundo, en especial en las bolsas, bancos, aseguradoras y corporaciones – mega - transnacionales.
Cómo vemos en forma diaria dentro de este proceso cada vez más se consolida las políticas neoliberales asimétricas, desiguales en todo el sistema y cómo van dejando huellas de hambre, explotación, desempleo, miseria, exclusión en todo el mundo, hoy incluso con mayor fuerza en los propios países “globalizadores” – en crisis estructural multidimensional, para otros poli-crisis sistémica – donde las políticas brutales y salvajes del ajuste, reajuste, salvataje y ahora austeridad aplicadas no por los gobernantes en forma autónoma o independiente, sino que estas políticas hoy son el resultado de la deformación brutal de la democracia, la “bancocracia” o el gobierno político-financiero, el gobierno de los bancos – la troika europea – es el mejor ejemplo del absoluto fracaso. Todas las políticas aplicadas hasta hoy favorecen absolutamente a los banqueros, financieros, inversionistas, prestamistas y nuevas oligarquías globales comercial-exportadoras.
Este es el cuadro mundial de pobreza extrema en la niñez que la globalización ha originado con sus políticas asimétricas, desiguales, injustas, salvajes y brutales. Hoy con la crisis estructural, la realidad es muy compleja, extensa y más profunda.
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Como que no existe otro modelo de sustitución al modelo financiero especulativo actual que juega “sus minutos finales – su crisis es irreversible y el propio sistema capitalista, desde su interior en crisis sistémica, está generando un nuevo modelo mucho más brutal y salvaje que el que hoy está “muriendo” – o no recordamos la conferencia de prensa a inicios del 2011, cuando el entonces Director General del FMI, el señor D.S.K. expresó con transparencia – las políticas del Consenso de Washington, han muerto, el modelo actual de la globalización para sobrevivir debe cobrar nuevos impuestos a los más ricos, para darle un carácter más social y finalmente debe haber una nueva conducción, dirección y gobierno de la globalización: El Estado, la Política debe gobernar la globalización, en sustitución de los mercados, de los empresarios – conferencia que sin duda le costó el puesto con la denuncia de intentos de violación.
Hoy vemos como los, empresarios y gobernantes de los países capitalistas desarrollados envueltos en crisis estructurales, creadas por los propios empresarios producto de su voracidad salvaje, de su codicia infernal, “voltean la página de la historia” y América latina, (in)surge como la “Corona de la reina”, ahí están encontrando las “Minas del Rey Salomón”, países hoy con “gran” crecimiento económico – pero con una deuda histórica con sus pueblos, la desigualdad económico-social y con gobernantes – en su mayoría – ciegos y sordos, que ofrecen, ponen a sus países en la vitrina mundial de la Inversión Corporativa mundial, desprovistos por lo general de Políticas de Estado que protejan los recursos naturales – materias primas – el agua, las tierras de cultivo, la biodiversidad, los conocimientos ancestrales – básicamente dentro de los territorios de contenido cultural – y en lo fundamental que garanticen y defiendan la Soberanía Nacional.
La juventud - en especial la mujer - es la más grande esperanza en la lucha de los pueblos del mundo contra la dictadura de los medios, la crisis estructural del capitalismo y la bancocracia, como la anti-política mundial.
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Hoy en el “Cambio de Época, Histórica”, producto de la crisis estructural sistémica del capitalismo, se presenta a nivel global, nace en su propio epicentro el nuevo modelo del capitalismo mundial, es el del capitalismo por despojo, del saqueo, del pillaje y las nuevas formas de explotación de los trabajadores, comunidades históricas y pueblos originarios. Capitalismo presente en todo el continente, disfrazado, embellecido, a través de las masivas inversiones – nosotros expresamos bienvenidas las inversiones, pero con Empresas de Responsabilidad Social: ERS, - pero las que vienen y ya están presentes en todo A.L. por lo general no tienen nada de “responsabilidad social”, sino de voracidad, saqueo, despojo, extremo pillaje en especial de nuestra biodiversidad y conocimientos ancestrales y como es lógico el “Cambio de Época Histórica”, no llegó sólo con un nuevo modelo del capital, sino también con Nuevos Sujetos Sociales Históricos – nuevos actores sociales, con nuevas formas de organización, lucha, movilización, nuevas plataformas de reclamos, nuevo capital político, nuevas formas de comunicación intercultural, nuevo Liderazgo y nuevas formas de hacer política – hoy en pleno proceso de masivas inversiones y ausencia de políticas de Estado, la respuesta de nuestros pueblos – respuesta aún informal, primaria, casi ancestral – constituyen las nuevas formas de lucha anti-globalización de los Movimientos Sociales, protestas y movilizaciones etiquetadas por la derecha y sus medios de comunicación como los Conflictos Sociales. Pablo Raúl.
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Globalización en retirada.
"0 el pequeño retorno de capitales y empresas a 0ccidente".
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Por ROBERT SAMUELSON.
El DIA. OPINIÓN. Martes 1 de enero del 2013.
Una profética pregunta para 2013 es la siguiente: ¿Qué pasa con la globalización? Durante décadas, crecientes volúmenes de comercio y flujos de dinero a través de las fronteras alimentaron un fuerte crecimiento económico. Pero está ocurriendo algo notable; el comercio y los flujos de dinero internacionales se están ralentizando y, en algunos casos, declinando. David Smick, el perspicaz editor de la revista The International Economy, llama a esa retirada la “desglobalización”. Lo que no está claro es si anuncia un estancamiento económico prolongado y un nacionalismo creciente o, en forma más optimista, si por su causa, la economía mundial se vuelve más estable y políticamente aceptable.
Para los norteamericanos, algunos aspectos de la desglobalización parecerán deliciosos. Tomemos las fabricaciones. La globalización absorbió puestos de trabajo de los Estados Unidos. Ahora, la marea está volviendo. Recientemente, Apple anunció una inversión de 100 millones de dólares para traer de vuelta a casa parte de la producción de las computadoras Mac. Aunque diminuta, la decisión refleja una tendencia.
UN SIMBOLO.
El extenso Appliance Park de General Electric, en Louisville, Kentucky, simbolizó, en una época, la capacidad de fabricación de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial, con un máximo de 23.000 empleados en 1973. Desde entonces, los puestos de trabajo se transfirieron al exterior o sucumbieron a la automatización. Pero ahora GE está transfiriendo la producción de los calentadores de agua, refrigeradores y otros electrodomésticos de vuelta a Appliance Park, desde China y México. A fin de año, se calculó el número de empleados en 3.600, un 90 por ciento más que el año anterior, expresa Charles Fishman en un excelente artículo de la revista Atlantic, en su número de diciembre.
Tampoco GE está sola, señala Fishman. Otis está transfiriendo su producción de ascensores de México a Carolina del Sur. Wham-O está llevando su modelo de Frisbee de China a California.
Estos cambios son pre-anuncios, sostiene el Boston Consulting Group (BCG), que pronostican un renacimiento de las fabricaciones. La ventaja de mano de obra en China se ha erosionado, sostiene. En 2000, los jornales en las fábricas de China promediaban 52 centavos por hora; pero los aumentos anuales de porcentajes de dos dígitos llevarán esa cifra a 6 dólares por hora en las industrias de alta especialización, para 2015. Aunque los jornales de los operarios de producción en Estados Unidos promedian 19 dólares por hora, BCG sostiene que otros factores, independientes de los jornales, favorecen a los Estados Unidos. Los trabajadores norteamericanos son más productivos; la automatización ha reducido la porción de mano de obra de los gastos; y el gas natural barato reduce aún más los costos. Finalmente, los precios más altos del petróleo han elevado las tasas de transporte para las importaciones.
PROYECCIONES.
Para 2015, la ventaja general de costos de China se reducirá a un 7 por ciento, pronostica BCG. Lo que es igualmente importante, Estados Unidos mantendrá ventajas significativas de costos con respecto a otros fabricantes de países desarrollados: un 15 por ciento sobre Francia y Alemania; un 21 por ciento sobre Japón; y un 8 por ciento sobre Gran Bretaña. Estados Unidos brindará una plataforma de producción más atractiva. Las importaciones se debilitarán; las exportaciones se fortalecerán. BCG predice entre 2,5 y 5 millones de nuevos puestos de trabajo en fábricas para 2020. (Para ponerlo en perspectiva: Entre 2000 y 2010, desaparecieron 5,7 millones de puestos de trabajos de fabricación.)
Porque Estados Unidos es el mayor importador del mundo, este cambio podría reducir el comercio. En forma similar, los flujos de dinero a través de las fronteras (“flujos de capital”) han disminuido. Los bancos, especialmente en Europa, redujeron sus préstamos extranjeros para “desapalancarse” y fortalecer sus hojas de balance. Entre 2011 y 2012, los préstamos bancarios a 30 países de “mercados emergentes” cayeron en un tercio, expresa el Institute of International Finance, un grupo de la industria. “Es el caso más decisivo de restablecimiento de un ‘sesgo nacional’ [en los préstamos]”, expresa el economista Philip Suttle, del IIF. Los reguladores gubernamentales alientan el viraje, dice, sugiriendo que “si van a cortar créditos, córtenlos allí y no aquí.”
Por supuesto, la globalización no desaparecerá. Es demasiado grande y está demasiado interconectada con las economías nacionales. En 2011, el total de exportaciones mundiales representó casi 18 billones de dólares. Lo mismo se aplica a los flujos de capital. A pesar de la retirada de los bancos, esos mismos 30 países de mercados emergentes en 2012 recibieron lo que se estima en 1 billón de dólares en inversiones de empresas multinacionales, inversores privados, pensiones, compañías de seguros y otras entidades crediticias -un total aún enorme, aunque reducido de su pico máximo. Pero el carácter de la globalización podría cambiar.
Durante años, la economía mundial se ha inclinado hacia un lado: China y otros países tenían grandes excedentes comerciales; Estados Unidos contaba con un perenne déficit comercial. En Europa hubo desequilibrios similares. Ahora, las crisis han reducido el apetito norteamericano y europeo por las importaciones. El resultado final es que “China y otros países están recalibrando sus estrategias económicas impulsadas por la exportación” para concentrarse más en la demanda interna, sostiene el economista Fred Bergsten, del Peterson Institute. Eso es positivo, dice; la economía mundial será más equilibrada. De la misma manera, los irregulares flujos de capital han desencadenado crisis financieras pasadas. Los flujos más lentos podrían promover más estabilidad.
No todos son tan optimistas. Smick, de The Internacional Economy, ve la globalización como “el ganso proverbial que puso los huevos de oro”. La búsqueda de mercados mayores y costes menores impulsó las inversiones, el comercio, el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo en todo el mundo. Eso se ha debilitado y no hay “un modelo nuevo para reemplazarlo”. La demanda interna será un sustituto inadecuado. Los bancos centrales (la Reserva Federal, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón) han intentado llenar el vacío con políticas monetarias súper fáciles. Smick teme resultados perjudiciales: guerras de monedas cuando los países se esfuerzan por captar porciones mayores de los mercados de exportación estancados; y la explosión de “burbujas de bienes” causadas por el dinero fácil.
Estas visiones chocan. Quizás en 2013 veremos cuál es la correcta.
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