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El discurso del Estado de la Unión en Estados Unidos no sólo es una
obligación constitucional del presidente: es también una tradición muy
arraigada en el país, que espera todos los años escuchar a su mandatario dirigirse al Congreso con sus
planes de gobierno, sus demandas y su visión de la nación. Sin duda, la
parte medular de la alocución que el mandatario brindará ante el Congreso reunido en pleno en Washington
estará dedicada a su gran preocupación: reactivar
la economía y crear empleos. “Voy a
hablar de asegurarnos de que estamos enfocados en la creación de empleo en
Estados Unidos”, adelantó Obama el
pasado jueves en Leesburg, Virginia, en una reunión que mantuvo con congresistas demócratas.
Sin embargo, el día del Discurso se centró fundamentalmente en la
Economía. En
la línea de igualdad de oportunidades
para todos, pregonada en su campaña por la reelección, Obama sostuvo que
está pendiente “restaurar el pacto
básico que construyó este país: la
idea de que, si trabajás duro y cumplís tus responsabilidades, podés avanzar,
sin importar de dónde vengas, tu apariencia o a quien ames”. “Una economía en
crecimiento que cree buenos empleos para la clase media: ésa debe ser la
estrella polar que guíe nuestros esfuerzos”, insistió el presidente. Según Obama, “cada día debemos hacernos tres preguntas como país: ¿cómo
atraemos más trabajos a nuestras
costas?, ¿cómo equipamos a nuestra gente
con los conocimientos necesarios para hacer esos trabajos?, ¿cómo nos
aseguramos de que el trabajo duro conduce a una vida decente?”.
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La clave estuvo puesta en su intención de impulsar la
alicaída economía norteamericana.
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Empleo, crecimiento e inmigración.
Los asuntos que
abordará Barack Obama en el discurso del Estado de la Unión.
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La parte medular de la alocución que el mandatario estadounidense brindará
hoy ante el Congreso estará dedicada a tres tópicos: reactivar la economía,
crear puestos de trabajo y aprobar la reforma migratoria.
Página /12 Martes 12 de febrero del 2013.
El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, atacará el desempleo, demandará una profunda reforma
migratoria y exigirá un mayor control de armas. Al menos se espera que haga referencia
a esos temas durante el discurso anual. “Obama es consciente de que el país no
está siquiera cerca del ritmo de crecimiento deseado y, por ello, se centrará
en propuestas necesarias para que la economía funcione para la clase media”,
precisó el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney. “Esta presentación puede ser
la más importante de la carrera de Obama, porque su legado está todavía
incompleto y le queda mucho por hacer”, afirmó Alan Lichtman, profesor de
Historia de la American University, en un foro con la prensa extranjera en
Washington.
El discurso del Estado de la
Unión en Estados Unidos no sólo es una obligación constitucional del
presidente: es también una tradición muy arraigada en el país, que espera todos
los años escuchar a su mandatario dirigirse al Congreso con sus planes de
gobierno, sus demandas y su visión de la nación. Sin duda, la parte medular de
la alocución que el mandatario brindará ante el Congreso reunido en pleno en
Washington estará dedicada a su gran preocupación: reactivar la economía y
crear empleos. “Voy a hablar de asegurarnos de que estamos enfocados en la
creación de empleo en Estados Unidos”, adelantó Obama el pasado jueves en
Leesburg, Virginia, en una reunión que mantuvo con congresistas demócratas.
Eso se traducirá en dar
prioridad a la educación para que “todos los jóvenes estén equipados con las
habilidades que necesitan para competir”, así como tener “una agenda energética
que nos haga menos dependientes del petróleo extranjero” con el desarrollo de
las energías limpias, agregó. “Quiero hacer algo grande para dar seguridad y
estabilidad a la economía y a las familias estadounidenses”, destacó el
presidente. Algunos analistas creen que es muy probable que en este mensaje
regresen a un primer plano políticas relacionadas con el cambio climático, la
inmigración y los derechos civiles, en particular de los homosexuales,
cuestiones que han sido marginadas en anteriores intervenciones de Obama.
Cuando fue investido por segunda ocasión, el pasado 21 de enero, Obama pidió a sus
compatriotas unidad y acción para avanzar en asuntos como la inmigración, el
control de las armas y el cambio climático.
Concretamente, en esa ocasión
se convirtió en el primer presidente estadounidense que usó la palabra “gay” en
un discurso de investidura, al defender que los homosexuales sean tratados como
cualquier otra persona por la ley. El crecimiento económico tras la grave
crisis de 2008 es una prioridad, dijo la semana pasada Obama, quien además
subrayó que la reforma migratoria es crucial, al igual que no rehuir la
adopción de medidas de sentido común para un mayor control de las armas en el
país. Obama insistirá, previsiblemente, en su propuesta de reforma migratoria,
que incluye una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados, así como
en urgir al Congreso a aprobar medidas sobre el control de las armas, como la
prohibición de la venta de las de asalto y un sistema universal de verificación
de antecedentes.
Aunque las cuestiones
nacionales dominarán su intervención, Obama aprovechará también la oportunidad
seguramente para marcar sus prioridades en política exterior, después de haber
prometido en su investidura coraje para resolver –mediante la diplomacia– las
diferencias con otros países. Con el conflicto sirio a punto de cumplir dos años,
recientemente se conoció que Obama rechazó en 2012 un plan para armar a la
oposición apoyado, entre otros, por Hillary Clinton, su ex secretaria de
Estado, y el saliente jefe del Pentágono, Leon Panetta. Las tensiones con Irán
por su programa nuclear siguen abiertas, con llamados a la negociación de ambas
partes, pero con pocos avances, mientras la Casa Blanca anunció que en los
próximos meses Obama hará su primera visita a Israel y los territorios
palestinos desde que es presidente. Una vez más, Latinoamérica, la gran
olvidada del discurso de el líder demócrata el año pasado, seguiría sin entrar
entre las prioridades del primer presidente afroamericano que ocupa la Casa
Blanca. Según un análisis del Washington Post, el de hoy puede ser el discurso
sobre el Estado de la Unión más importante para Obama porque ya no está
condicionado por el legado del gobierno anterior, el del republicano George W.
Bush, ni por la proximidad de unas elecciones. Si el mandatario suaviza el tono
batallador del día de su investidura y ofrece un verdadero diálogo con la
oposición, su discurso podría marcar el inicio de un segundo mandato exitoso,
vaticinó Galston.
Aunque The New York Times
publicó el fin de semana que Obama propondrá en su discurso una reducción de un
tercio en el arsenal nuclear de Estados Unidos, la Casa Blanca negó que vaya a
haber un anuncio al respecto. Sin embargo, el presidente norteamericano ordenó
ayer movilizar 50 millones de dólares del Departamento de Defensa para apoyar
la acción militar de Chad y Francia contra grupos terroristas en Mali. Tras el
discurso, el demócrata viajará a partir de mañana a Asheville (Carolina del
Norte), Atlanta (Georgia) y Chicago (Illinois) para explicar a los ciudadanos sus propuestas
para fortalecer la economía y, con ella, a la clase media, según informó
Washington.
Obama y su mujer, Michelle, saludan a los familiares de
los soldados caídos, en la Casa Blanca.
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Obama se centró en la Economía.
En el discurso del Estado
de la Unión el demócrata delineó sus planes.
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Obama insistió en la necesidad
de aumentar los impuestos a los sectores más ricos de la sociedad y en que no
hay que recortar en salud ni en educación. También pidió una reforma migratoria
y anunció que 34 mil soldados se retirarán de Afganistán.
Página
/12 miércoles 13 de febrero del 2013.
El presidente Barack Obama
brindó ayer su discurso sobre el Estado de la Unión ante el Congreso, enfocado
en la creación de empleo, pero también en la defensa de reformas importantes
como la migratoria. La clave estuvo puesta en su intención de impulsar la
alicaída economía norteamericana. “Esta noche, gracias al coraje y la
determinación de los estadounidenses hay mucho progreso por reportar”, abrió su
mensaje, quince minutos después de las 23, hora de Argentina. Ataviado con un
traje azul y escoltado por el vicepresidente Joe Biden, Obama abrió el juego
señalando que, “después de diez años de cruel guerra, nuestros hombres están
volviendo a casa”. “Luego de años de dura recesión, hemos creado seis millones
de puestos de trabajo”, dijo sobre el balance de su anterior gestión.
También se refirió a lo que,
para él, desean los norteamericanos: “El pueblo estadounidense espera que
pongamos los intereses de la nación por encima de los intereses de los
partidos”. A tres semanas de haber asumido su segundo mandato por cuatro años,
Obama busca delinear las prioridades del gobierno en el contexto de una
economía que aún puja por recuperarse de la peor crisis en décadas y un alto
de-sempleo que ronda el 7,9 por ciento. Las palabras del mandatario llegan en
un momento de extrema urgencia: el 1º de marzo entrarían automáticamente en
vigor una serie de importantes recortes, a menos que republicanos y demócratas
lleguen a consensuar y se pongan de acuerdo. En este sentido, manifestó que los
recortes automáticos ralentizarán la recuperación económica y costarán miles de
puestos de trabajo. “La mayoría de los estadounidenses entiende que no podemos
recortar para llegar a cumplir con el gasto. ¿Por qué deberíamos hacer recortes
en educación y medicare?”, se preguntó, pero aseguró que se encuentra abierto a
nuevas reformas que propongan los partidos. “Nuestro gobierno no puede hacer
promesas que no pueda cumplir”, agregó.
“Lleguemos a un acuerdo aquí,
ahora mismo, para mantener el gobierno, pagar nuestras cuentas a tiempo y defender
el crédito de Estados Unidos”, pidió a continuación y manifestó que la
reducción del déficit por sí misma no es un plan económico. “Es obligación de
nuestra generación arrancar nuevamente el verdadero motor del crecimiento
económico de los Estados Unidos, que es una clase media próspera y creciente”,
dijo Obama. “Les repito, nada de lo que propongo esta noche debe aumentar
nuestro déficit en un solo centavo. No es un gobierno más grande lo que
necesitamos, sino un gobierno más sensato que establezca prioridades y que
invierta en un crecimiento generalizado”, señaló el mandatario, quien presentó
nuevas iniciativas que, a su juicio, no requerirán de gastos presupuestarios
adicionales.
En la línea de igualdad de
oportunidades para todos, pregonada en su campaña por la reelección, Obama
sostuvo que está pendiente “restaurar el pacto básico que construyó este país:
la idea de que, si trabajás duro y cumplís tus responsabilidades, podés
avanzar, sin importar de dónde vengas, tu apariencia o a quien ames”. “Una economía
en crecimiento que cree buenos empleos para la clase media: ésa debe ser la
estrella polar que guíe nuestros esfuerzos”, insistió el presidente. Según
Obama, “cada día debemos hacernos tres preguntas como país: ¿cómo atraemos más
trabajos a nuestras costas?, ¿cómo equipamos a nuestra gente con los
conocimientos necesarios para hacer esos trabajos?, ¿cómo nos aseguramos de que
el trabajo duro conduce a una vida decente?”.
Respecto de la recaudación,
Obama insistió en la necesidad de aumentar los impuestos a los sectores más
acomodados de la sociedad y de generar inversiones en infraestructura,
educación y energías verdes. Su mensaje tuvo como escenario un Congreso
dividido, con la Cámara de Representantes en manos republicanas, y fue seguido
por millones de estadounidenses. En su discurso, que se extendió
aproximadamente por una hora, el líder demócrata no dejó de lado algunos temas
que transformó en prioritarios no bien empezó su segundo mandato, como el
control de las ventas de armas, tras una matanza de niños en Connecticut en
diciembre, y la reforma migratoria integral.
Luego de las elecciones de
noviembre, que demostraron el creciente poder del voto de los hispanos –primera
minoría del país–, Obama redobló el esfuerzo por una reforma migratoria que
incluya una vía hacia la ciudadanía para los más de once millones de
indocumentados en el país, la mayor parte de ellos latinoamericanos. Mientras
un grupo bipartidista de ocho senadores alcanzó un acuerdo para tratar la
reforma en el Congreso, los republicanos en la Cámara de Representantes siguen
sin estar muy convencidos. La respuesta de la oposición a Obama llegó desde la
estrella ascendente del partido, Marco Rubio –el senador de origen hispano–,
quien habló tanto en inglés como en español. El legislador es además figura
clave, ya que integra el grupo bipartidista del Senado dedicado a la
inmigración. “Los impuestos y gastos que usted desea les quitarán a los
trabajadores de la clase media su aumento salarial, beneficios y tal vez
incluso sus puestos de trabajo”, dijo Rubio.
Aunque el discurso sobre el
Estado de la Unión no suele profundizar en temas internacionales, Obama anunció
que 34.000 de los 66.000 soldados se retirarán de Afganistán antes de que acabe
2013. En 2009, Obama ordenó un incremento de 30.000 soldados en el contingente
estadounidense en ese país y en 2011 prometió que la campaña de guerra estaría
terminada en 2014.
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