DE LOS GESTOS
A LOS HECHOS. Washington Uranga El papa Francisco, que se ha caracterizado por
su “magisterio de los gestos”, dio ahora un paso en el plano de los hechos al
rechazar el subsidio que le otorgó el gobierno de Mauricio Macri a la Fundación Scholas Occurrentes apadrinada por
Bergoglio. En el plano simbólico –que es también político– la determinación
puede leerse como un duro revés para el Presidente y una nueva toma de
distancia del Papa respecto del Gobierno
de Cambiemos cuyos funcionarios habían publicitado el otorgamiento de la
donación como una forma de “reconciliación” con Francisco. Otros, desde el
Gobierno, no han dejado de acusar al Papa
de alimentar “la grieta” que Cambiemos y ciertos medios de comunicación
construyeron como relato durante la última campaña electoral. El senador Federico Pinedo, Presidente
Provisional del Senado, escribió días pasados en Vatican Insider que “en el
espacio político al que pertenezco no vemos al Papa cavando grietas o
promoviendo odios. Por el contrario, lo hemos encontrado siempre proclamando la
cultura del encuentro, que necesariamente se basa en rescatar lo positivo de
cada uno y en la actitud de respeto y humildad”.
El decreto presidencial 711 por el cual
se otorgó el subsidio había argumentado que “las
líneas de acción que lleva a cabo la Red Mundial de Escuelas Scholas
Occurrentes a los fines del desarrollo de objetivos en materia de
ciudadanía, educación, deportes, artes, innovación tecnológica y cuidado del
medio ambiente, se alinean con las metas propuestas por el gobierno nacional en
materia de inclusión educativa, pobreza cero, lucha contra el narcotráfico y
unión de todos los argentinos”. Podría
entenderse que el Gobierno le otorgó el subsidio a Scholas porque sus
propósitos coinciden con los postulados de campaña de Cambiemos.Antes como
arzobispo y ahora como papa, Bergoglio
se ha mostrado cuidadoso para evitar ser utilizado políticamente. Sin embargo, eso no le impidió tener una relación
cercana con algo que siempre molestó al macrismo. Una vez asumido el nuevo
gobierno desde Cambiemos se buscó, infructuosamente, un gesto de cercanía por
parte del Papa.
Por el contrario, el envío de un rosario
de regalo a Milagro Sala, detenida en Jujuy por razones políticas, y la posterior
audiencia privada de Francisco con Hebe
de Bonafini, entre otros gestos, fueron leídos desde el Gobierno como
nuevas afrentas políticas. La decisión de rechazar el subsidio para Scholas va mucho más allá de ese punto. Ya no es
un gesto, sino un hecho que tiene una lectura inequívoca desde el punto de
vista político. Para la Argentina, indudablemente. Pero también para el mundo
que mantiene una mirada atenta sobre todas las iniciativas del Papa. A nadie le quedará duda en adelante que
Francisco no está dispuesto a negociar sus puntos de vista por un puñado de
pesos. También que quien lo intente, de la manera que sea, recibirá del Papa
una respuesta del mismo nivel de contundencia que la que ahora obtuvo el
gobierno argentino. Y Macri tendrá que explicar al mundo por qué el Papa argentino
lo mira al menos con desconfianza.
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Macri y el Papa en su reunión de sólo 22 minutos del
pasado 27 de febrero en el Vaticano.
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ARGENTINA: SI LA LIMOSNA ES GRANDE, HASTA
EL PAPA DESCONFÍA.
Francisco
rechazó una donación de Macri.
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Bergoglio ordenó no aceptar los 16 millones 666 mil
pesos que el Gobierno donó a la fundación Scholas Occurrentes. La decisión
volvió a tensar la relación.
Washington Uranga.
Página /12 domingo 12 de junio del 2016.
En un gesto de indudable
repercusión política, el papa Francisco ordenó a los responsables de la
Fundación Pontificia Scholas Occurrentes rechazar la donación de 16 millones
666 mil pesos que le había sido otorgada diez días atrás por el gobierno de
Mauricio Macri con la finalidad de contribuir al “sostenimiento del equipo
profesional, infraestructura y equipamiento de la sede central” de la
organización impulsada por Bergoglio.
De manera extraoficial
se sabía que la decisión publicitada por el Gobierno como un gesto hacia
Francisco cayó muy mal en el Vaticano y molestó al papa. El medio italiano
Vatican Insider lo reflejó en una nota en la que dio cuenta de la perplejidad
que le produjo la donación a Bergoglio y que incluso en el Vaticano hasta
pareció una broma de mal gusto que la donación fuese de 16 millones 666 mil
pesos, cuando se sabe que el 666 es “el número de la bestia”.
Ahora, en una carta
fechada el 9 de junio y dirigida a Marcos Peña, en su condición de Jefe de
Gabinete, los responsables de Scholas Ocurrentes, José María del Corral
(Presidente) y Enrique Palmeyro (Secretario), le comunicaron al gobierno de Mauricio
Macri que “teniendo en cuenta que hay quienes pretenden desvirtuar este gesto
institucional realizado en el marco de la ley 16.698, con el fin de generar
confusión y división entre los argentinos, y de acuerdo a los comentarios
telefónicamente compartidos, convenimos en suspender el aporte económico no
reintegrable destinado a sufragar los gastos de personal, infraestructura y
equipamiento de la sede sede central en nuestro país”.
Poniendo de relieve, sin
embargo, la necesidad de recursos que tiene la fundación, los firmantes señalan
en la misma carta que “procuraremos obtener este necesario aporte en lo
inmediato a través de los organismos multilaterales de crédito y de la ayuda de
privados”.
La fundación Scholas
Occurrentes es una red mundial educativa que pretende promover la vinculación
entre escuelas de todo el mundo, compartir proyectos, establecer alianzas y
cooperación, con la intención de favorecer a las escuelas de menores recursos
propiciando una educación sin excluidos. Los antecedentes de la iniciativa se
remontan al tiempo en que Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires y bajo el
lema de “Escuelas hermanas” impulsó una línea de acción que denominó “unir
escuelas, deportes populares y solidaridad”. Por decisión e impulso del Papa,
desde agosto de 2015 la fundación tiene reconocimiento legal por el Vaticano y
cuenta con un directorio integrado por tres argentinos: el obispo Marcelo
Sánchez Sorondo y dos colaboradores cercanos de Francisco: José María del
Corral y Enrique Palmeyro.
En 2014, a instancias de
la hoy ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el Congreso sancionó la
ley 26.985 declarando de “interés nacional” el proyecto de Scholas Ocurrentes.
Uno de los puntos que
más molestó al Papa respecto de la donación fue que la determinación no le fue
comunicada oficialmente, sino que se enteró del decreto firmado por Macri a
través de los medios de comunicación. Por ese mismo motivo Bergoglio hizo saber
también su descontento a Palmeyro y a del Corral, a quienes les habría
reprochado la gestión señalando que hay otras necesidades más urgentes en la
Argentina a las que el Gobierno debe atender.
El jefe de Gabinete,
Marcos Peña, aceptó el pedido de los directivos de Scholas para cancelar la
donación y respondió con otro texto en el que señaló que “sin perjuicio de
tomar nota de la suspensión planteada, ratificamos el compromiso de nuestro
Gobierno de acompañar a la Fundación en la importante tarea de impulsar y
defender los valores de la paz, la inclusión y el encuentro de los jóvenes de
todo el mundo”.
La contrariedad de
Francisco por la donación oficial se acrecentó tras percibir que distintos
voceros oficiosos de la Alianza Cambiemos buscaron presentar el subsidio como
una forma de “reconciliación” con el Papa después que la máxima autoridad de la
Iglesia Católica hizo manifestaciones muy notorias de toma de distancia con el
gobierno de Macri, incluyendo su gesto adusto en los apenas 22 minutos de
audiencia oficial que le concedió el pasado 27 febrero en el Vaticano.
Al respecto del subsidio
a Scholas, Juan Grabois, un dirigente social muy cercano al Papa, dijo al
Vatican Insider que quien “piensa que por darle plata, máxime fondos públicos,
a una fundación, escuela, ONG, cooperativa o movimiento popular por el sólo
hecho de estar directa o indirectamente vinculada al Papa está haciendo un
‘gesto a Francisco’ es realmente un pelotudo, además de un corrupto y un
prevaricador”.
Ayer se conoció la
noticia de que Grabois, referente de la Confederación de la Economía Popular y
del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), fue nombrado por el Papa como
consultor del Pontificio Consejo de la Justicia y de la Paz. Este organismo
vaticano, integrado mayoritariamente por laicos, trabaja para que “se forme
entre los pueblos una sensibilidad respecto al deber de promover la paz” e
impulsar acciones por la justicia en el mundo.
Una vez conocida su
designación Grabois dijo que “este es un reconocimiento para la tarea de los
movimientos populares y un aliciente para seguir trabajando como hasta ahora
por los derechos de los más pobres”.
El dirigente es una
persona de confianza de Bergoglio desde cuando el ahora Papa era arzobispo de
Buenos Aires y tiene una activa presencia en organizaciones sociales de villas
y barrios pobres del gran Buenos Aires, trabajando con cartoneros, vendedores
ambulantes, campesinos, costureros, artesanos y obreros de empresas
recuperadas.
Ya estando en Roma,
Francisco le confió a Grabois la organización de los encuentros de movimientos
populares que el Papa presidió en Roma en octubre de 2014 y en Santa Cruz de la
Sierra, Bolivia, en julio de 2015. El ahora consultor de Justicia y Paz es
también profesor de Teoría del Estado en la Universidad de Buenos Aires (UBA) y
de práctica profesional en la Universidad Católica Argentina (UCA).
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