UN DEBATE QUE
NO ACLARA CÓMO SALDRÁ ESPAÑA DEL 'LABERINTO' DE LOS PACTOS.-Tres aspectos marcaron el debate. El líder de Ciudadanos
cambia de estrategia: Grecia sustituye a Venezuela. La corrupción, el momento
más tenso para el presidente en funciones. El líder socialista rechaza los
continuos guiños de Podemos. Mariano
Rajoy (Partido Popular), Pedro Sánchez (Partido Socialista), Pablo Iglesias (Unidos Podemos) y Albert Rivera (Ciudadanos) se
enfrentaron este lunes en el único debate a cuatro que se contempla en la
campaña electoral española. El debate
duró dos horas y media, y se estructuró en torno a cuatro grandes temas:
economía y empleo, políticas sociales, regeneración democrática y reformas
institucionales, y política exterior. A
pesar que el debate fue sustancialmente más interesante que el celebrado
durante la campaña electoral de los pasados comicios del 20 de diciembre, en
que el Presidente español en funciones,
Mariano Rajoy, se negó a participar en un debate a cuatro y solo mantuvo un
enfrentamiento directo con el líder del
Partido Socialista, Pedro Sánchez, este debate según la prensa hispana,
estuvo marcado por la falta de espontaneidad y ritmo ya habituales en este tipo
de espectáculos televisivos en España. El debate de humor lo puso Izquierda Unida, partido que concurrirá a las próximas elecciones en
coalición con Podemos y el resto de
confluencias, antes del inicio del debate. La formación de izquierda llamaba a
los tuiteros a tomarse un “chupito”
cada vez que se nombraran “comunismo”, “Venezuela”,
“Maduro”, “Grecia”, “populismo” “PCE” (Partido Comunista Español), “radicales”
y “extremistas”, en clara alusión a todos los ataques que ha recibido
Unidos Podemos durante las últimas semanas por
los partidos liderados por Mariano Rajoy y Albert Rivera. Si en la últimas
semanas Ciudadanos se ha centrado en acusar a Unidos Podemos de apoyar al gobierno de Maduro, en un intento por restar credibilidad a la nueva formación,
en el debate electoral Rivera ha
cambiado su estrategia y a centrado sus ataques contra Pablo Iglesias en la situación económica de Grecia, aunque tampoco han faltado un par de referencias al país
latinoamericano.
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Los 4 candidatos a las elecciones en España. La derecha del actual presidente Rajoy, la social democracia del Partido Socialista de Sánchez, Ciudadanos, la nueva derecha de Rivera y la nueva Izquierda de Podemos, con Pablo Iglesias, en alianza con Izquierda Unida. Una nueva oportunidad, que otorga la Ciudadanía española para formar Gobierno. La crisis estructural - donde esta inmersa la crisis política .- está destruyendo el Estado y la propia Democracia,
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ESPAÑA: EL PSOE RECHAZA UNA ALIANZA CON
LA IZQUIERDA.
Primer y Único debate
entre los cuatro Candidatos antes de los Comicios españoles del 26 de junio.
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El
socialista Pedro Sánchez acusó a Pablo Iglesias de impedirle formar “un
gobierno progresista”, aunque el líder de Podemos les tendió la mano a futuros
pactos. El duro enfrentamiento entre los cuatro candidatos apuntó a conquistar
a los indecisos.
Flor Ragucci
Desde Barcelona martes
14 de junio del 2016.
El primer debate a
cuatro de la historia de la democracia y el único que la ciudadanía verá
durante esta campaña para las elecciones generales del 26 de junio se dio cita
ayer en Madrid y fue meticulosamente preparado por la Academia de la Televisión
(ATV) en colaboración con Televisión Española (TVE), Atresmedia y Mediaset (los
dos grupos mediáticos privados más importantes a nivel estatal). A las 22 horas
todas las cadenas del país enfocaron de cerca a los cuatro candidatos a la
presidencia y millones de personas cenaron con ellos, a la espera de que alguno
acabe por convencerlas.
Al menos así lo
quisieron ver los partidos, decididos a aprovechar hasta la última gota de este
encuentro televisivo para llevarse a su terreno al 30 por ciento de indecisos
que todavía puede cambiar el rumbo que vaticinan las encuestas, según las
cuales el Partido Popular (PP) ganaría seguido ya no de su tradicional
adversario, el Partido Socialista (PSOE), sino de la nueva coalición de
izquierda Unidos Podemos que formaron Izquierda Unida (IU) y el grupo de Pablo
Iglesias.
Por expreso pedido del
presidente en funciones y candidato del PP, Mariano Rajoy, fue él quien ocupó
el extremo izquierdo del estudio durante el debate y Pablo Iglesias, en cambio,
se situó en la parte derecha. Más allá de esta irónica puesta en escena, en el
medio sí que se ubicaron los que están en el medio: Pedro Sánchez,
presidenciable por el Partido Socialista, y Albert Rivera, cabeza de lista de
Ciudadanos. Todos dispuestos a afrontar este segundo round, tras el fracaso de
las negociaciones para formar gobierno que siguieron a los fragmentados
comicios de diciembre.
Podría haber sido un
déjà vu de los debates previos a aquellas elecciones pero no lo fue. La
diferencia la marcó, en primer lugar, la presencia de Rajoy, que en su día se
negó a participar en cualquier encuentro con otro candidato que no fuera el
socialista y esta vez, obligado por las innumerables críticas que recibió por
su silencio, se resolvió a dar la cara.
La segunda gran
diferencia fue el paso del tiempo. Los reproches cruzados buscando culpables de
no haber podido formar gobierno a lo largo de estos seis meses se repitieron en
cada uno de los cinco bloques que constituyeron el debate, al igual que las
especulaciones de cara a nuevos pactos basadas en los resultados que vienen
dando las encuestas.
Sánchez fue quien se
mostró más dolido por el fracaso en los dos debates de investidura en los que
se postuló como presidente y así lo demostró, sobre todo, en sus ataques hacia
Iglesias: “Todas las medidas que usted nombra (por Iglesias) estaban en el
acuerdo de investidura con el que yo me sometí al debate. Esto hubiera podido
ser realidad, pero no lo fue porque usted y Mariano Rajoy votaron en contra”,
lanzó Sánchez durante una discusión sobre la universalidad de la sanidad
pública que tanto Podemos como PSOE defienden.
Iglesias no le dejó
pasar ni una de estas acusaciones al líder socialista, advirtiéndole que “se
equivoca de adversario”. “Los espectadores saben que nadie va a tener mayoría
absoluta y si usted saca más votos que nosotros, le voy a proponer otra vez
como presidente. Nos va a tocar pactar porque no hay más opciones que nosotros
o Rajoy”, le insistió Iglesias a Sánchez. El candidato del PP tampoco se quedó
al margen de la rendición de cuentas por este tiempo de inmovilidad y arremetió
contra el líder del PSOE: “Sería usted un pésimo presidente para los intereses
de los españoles, por eso ni lo apoyé ni lo voy a apoyar”, explotó Rajoy en el
primer tramo del debate.
La sensación de que España
está en un laberinto político del que nadie conoce la salida llevó a los tres
periodistas que moderaron el encuentro a iniciarlo con una pregunta directa:
“¿se comprometen a realizar todos los esfuerzos para que esto no vuelva a
ocurrir?”. Con un sí rotundo contestaron los cuatro y entonces el debate pudo
comenzar dotado de un sentido más claro y, posiblemente, de una audiencia más
aliviada.
Los presentadores
pusieron sobre la mesa el tema que, después de más de ocho años de crisis
económica, sigue manteniendo en vilo a los ciudadanos, el trabajo, y Rajoy
intervino en primer lugar defendiendo a rajatabla las políticas llevadas a cabo
bajo sus dos legislaturas. “Hay que crear dos millones de puestos de trabajo. Y
esto se puede hacer, pero hay que perseverar en las políticas emprendidas”,
proclamó el presidente en funciones. “Cuando yo llegué se destruían 1400
empleos al día y hoy se crean 1500 al día. Si pretendemos derogarlo todo, vamos
al disparate”, aseguró, dando pie, ahora sí, al déjà vu. Los mismos argumentos,
las mismas propuestas, los mismos enfrentamientos que hace seis meses, cuando
España estaba a las puertas de los comicios del 20 de diciembre. Ante un Rajoy
que –como le dijo Rivera– “saca pecho” por la situación en la que su gobierno
dejó a España, el resto de candidatos enumeran cifras que le tiran ese
triunfalismo por el suelo. “No comparto el triunfalismo del señor Rajoy. El 93%
de la última Encuesta de Población Activa (EPA) son contratos basura”, le dijo
el cabeza de lista de Ciudadanos. “Ha suspendido el examen Señor Rajoy”, le
increpó por su parte Iglesias.”España sale a flote a pesar de sus políticas
porque mucha gente trabaja duro”.
Otro clásico que no
podía faltar –y no lo hizo– fue la criminalización de Podemos por apoyar a
Grecia y a Venezuela. Rivera, que es quien más a menudo flamea esta bandera en
contra de la formación de Iglesias, aprovechó la exposición del líder de la
coalición de izquierda sobre su propuesta de subida de impuestos al 2% de la
población para aumentar el gasto público para acusarlo: “No se vista de
socialdemócrata para aplicar políticas que usted dice que son el cambio en
Grecia”, le lanzó mientras enseñaba un tuit en el que Iglesias defendía que
2015 era el año del cambio tanto en España como en Grecia. “Señor Rivera, entre
la copia y el original me quedo con el original y el PP es nuestro verdadero
adversario”, lo cortó el candidato de Unidos Podemos.
En
este tono se sucedieron los diversos temas tocados durante el encuentro
televisivo y los reproches por no haber formado gobierno en estos meses, o por
querer llevar a España hacia “la debacle comunista”, o porque “predicar es muy
fácil y gobernar es muy difícil” –como exclamó Rajoy, visiblemente agobiado por
los ataques del resto de candidatos– eclipsaron a las propuestas y auguraron una segunda tanda
de negociaciones tan o más complicada que la primera.
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